Encontramos al SMS Derfflinger navegando en el segundo lugar de la línea de cruceros de batalla germana, en apoyo del crucero ligero SMS Wiesbaden*, como ya sabemos al garete tras recibir un impacto de grueso calibre procedente de los cruceros de batalla del Contraalmirante Hood. El golpeado SMS Wiesbaden sirvió como polo de atracción para varios de los buques que se movían en el área, entre ellos la de la División de cruceros acorazados de la Grand Fleet, que avanzaron temerariamente sobre el crucero ligero alemán, siendo sangrientamente rechazados por el SMS Lutzow, como detallaremos en el próximo capítulo dedicado a este Schlachtkreuzer. No tuvieron tiempo de felicitarse en los buques de von Hipper, pues pronto se encontraron bajo un fuego implacable por parte de los barcos de Hood, que favorecidos por la visibilidad asimétrica y a menos de 10.000 metros, abrieron un fuego implacable sobre sus contrapartes germanos, mientras estos no podían ver a su rival tanto por los bancos de niebla como por encontrarse en ese momento a barlovento, de modo que sus propios humos de chimeneas y salvas dificultaba la observación del enemigo y de los piques propios. Una cascada de proyectiles cayó sobre el SMS Lutzow, que abría la marcha, mientras el SMS Derfflinger se vio afectado por cuatro impactos de 305 mm, todos a babor, al parecer disparados por el HMS Indomitable. El primero quedó corto, explosionando en el agua a la altura de la torre Berta, causando una pequeña inundación, pero a las 19:30 dos impactaron directamente sobre el buque. El primero de ellos entre las torres Cesar y Dora, cerca de la línea de flotación y sobre la coraza de 300 mm, que resistió el impacto, aún doblándose 4 cm hacia el interior, al igual que el entrepuente y la borda, quedando dañada por la explosión una sección de más de diez metros de las redes antitorpedos y tangones. El segundo también impactó en el costado, más cerca de la borda y a la altura de la torre Dora, y el blindaje de 260 mm tampoco pudo ser penetrado, aunque igualmente se dobló unos 4 cm y otra sección de las redes antitorpedo quedó deshecha. Por último otro proyectil estalló en el agua cerca de la popa, afectando al carenado del eje de babor, pero por suerte para los alemanes no afectó al árbol de transmisión.
En ese mismo instante, por un capricho de la visibilidad, la niebla se rasgó y apareció claramente silueteado un barco británico a unos 9.000 metros, abriendo inmediatamente fuego sobre el mismo tanto el SMS Lutzow como el SMS Derfflinger, centrándole ambos desde las primeras salvas. Leamos el relato de von Hase sobre lo sucedido: “Cada 20 segundos se escuchaba el trueno de una nueva salva y a las 19:31 el SMS Derfflinger disparó la última contra aquel buque enemigo. Entonces se produjo una rápida sucesión de explosiones en el mismo, los mástiles se rindieron, restos de toda clase fueron lanzados por los aires, mientras una columna de humo se alzó hacia el firmamento. Las llamas envolvieron al buque, siguieron nuevas explosiones y, envuelto en esa triste mortaja, perdimos de vista al enemigo”.
Los alemanes pensaron que habían hundido un acorazado de la clase Queen Elizabeth, pero en realidad quien saltó por lo aires fue el HMS Invincible, que se fue a pique junto a 1.026 hombres, incluyendo al Contraalmirante Hood. Poco antes del desastre este había animado al director de tiro, Capitán de Fragata Dannreuther (uno de los únicos seis supervivientes), para que disparase todo lo rápido posible, pues cada disparo era un blanco.
Restos del HMS Invincible, que no se hundirían hasta el día siguiente.
Nada más producirse este suceso, el Vicealmirante Scheer dio la orden de virar por giros simultáneos, escapando así de la presión a la que se veía sometida la Hochseeflotte, con la Grand Fleet prácticamente cortándole la T. El SMS Derfflinger, en esos momentos a cola de la formación, tuvo que parar momentáneamente sus máquinas para recoger los restos de la red antitorpedo destrozada por los impactos recibidos, y que amenazaba con enredarse en las hélices. Los artilleros de las torres Cesar y Dora fueron los encargados de realizar la operación; pronto nos volveremos a encontrar con estos hombres en trágicas circunstancias.
Quizá la confusión entre el recién hundido HMS Invincible y un clase Queen Elizabeth hizo pensar a Scheer que la Grand Fleet demoraba más al Sur de la realidad, y dado que el rumbo actual le alejaba de sus bases, volvió a virar 180 grados, quizá con la idea de pasar por la popa de la línea rival y lograr vía libre hacia Alemania, pero en lugar de ello volvió a toparse con toda la Grand Fleet cruzándole de nuevo la T. Había que salvar a los acorazados como fuera, aunque para ello hubiese que sacrificar a los Schlachtkreuzer. Con el SMS Lutzow en retirada debido a sus graves averías, sería el SMS Derfflinger quien encabezaría la “Cabalgata de la muerte”, una denominación apropiada, como veremos.
*El SMS Wiesbaden, blanco de numerosos proyectiles durante toda la batalla, terminaría por hundirse al caer la noche, junto a 589 tripulantes, incluyendo al poeta Gorch Fock. Sólo un hombre pudo ser rescatado por un mercante noruego a la mañana siguiente.
Gorch Fock.