Solo en parte de acuerdo, Buscaglia: ten en cuenta que se trata de un encargo, primero y, segundo, que las historias románticas en el cine bélico aparecen, salvo excepciones, como metidas con calzador. Son dos mundos que se repelen, a menos que no creas en el amor romántico. No sé si Gibson cree o no en él. Pero está claro que el productor no iba a dejarle hacer otra cosa, en el manual pone que el protagonista de una historia bélica ha de tener un interés romántico en alguna parte, aunque no pegue ni con cola. Y, como te he dicho, tratándose de un encargo, no te queda otra que plegarte al deseo del productor lo mejor que sepas.Buscaglia escribió:Saludos.
Ayer vi Hasta el último hombre. Peli entretenida, pero me defraudó porque soy fan del director y la mayoría de sus últimas películas, Get the Gringo o El buen padre, me parece que mostraban al mejor Gibson y esta peli, no.
Hasta el último hombre fue multipremiada en Australia y el caso es que no le veo nada excepcional. Si fuera talibán comentaría las ametralladoras que se disparan a pulso y de pie (y no un BAR, una Browning), lo innecesario de recargar los Garands o los subfusiles "engrasadores", la perfecta ortodoncia de todos y de todas en la década de 1940 o el extrañísimo escenario de la batalla (una meseta solo accesible por un acantilado al que se llega por una escala de desembarco. Lo curioso es que no hay línea defensiva delante de la escala y, cuando los americanos retroceden, los japoneses la dejan ahí, sin cortar las maromas, para facilitar el próximo ataque)... pero esas cosas no me parecen esenciales para dar un film por bueno o por malo.
Las limitaciones de la peli es que es insulsa en su faceta romántica y familiar. Un conflicto con el padre mil veces contado -y mejor- y una historia de amor flojilla. Hasta las confidencias de los compañeros "malotes", las palizas durante el entrenamiento, el amago de juicio... todo visto ya.
Las escenas de acción resultan mejores, con tomas brillantes aprovechando el uso de lanzallamas, bayonetas... no demasiado usuales. Pero a ratos el director parece que amaga con seguir la estela de Peckimpah y se queda a medio camino entre el horror de la batalla y lo lírico. Y ese medio camino lo deja sin un estilo propio. Una pena.
A mi entender, film entretenido que pudiera haber sido mucho mejor.
En cuanto al juicio, quizás sí que se haya hecho mejor, pero desde el cine judicial, no el propiamente bélico. Quiero decir, había que contarlo porque sucedió, pero no era una historia con la que entretenerse demasiado según el tono y estilo del filme. Lo que no entiendo es que critiques que haya hecho mal lo de su relación con su padre. Sí que se ha hecho mejor en otras pelis... pero es que en la mayoría se ha hecho peor.
Por otra parte, sí que es una buena película, pero no una obra maestra. Le falta algo para eso. Pero, oye, las pelis de Terence Hill y Bud Spencer nunca fueron obras maestras y aún las recuerdo porque me partí de risa con ellas.
