MAGALLANES: NAVIGARE NECESSE EST

"Personajes" que han dejado o pretendido dejar huella en la Historia Militar Internacional.

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MAGALLANES: NAVIGARE NECESSE EST

Mensaje por Pla »

MAGALLANES

La Península Ibérica en los siglos XIV y XV

A mediados del siglo XV, la Europa inmediatamente anterior a la época de los grandes descubrimientos parecía abocada a declinar. Desde comienzos del siglo XIV, los europeos estaban a la defensiva frente al Islam, como atrincherados en su continente a la espera del asalto. Los últimos cruzados habían sido expulsados de lo que fue el Reino de Ultramar (Palestina), y los musulmanes se disponían a la invasión desde las cabezas de puente que tenían en los Balcanes y en las islas del Mediterráneo Oriental. Todo parecía anunciar la inminencia del ataque islámico sobre la cristiandad. Internamente, Europa tampoco presentaba tenía una situación mejor. Las discordias religiosas crecían en la cristiandad, preparando el ambiente en que surgiría la Reforma Protestante en el siglo XVI. Las guerras y las pestes diezmaban a los habitantes del continente limitando el aumento de la población. Francia e Inglaterra libraban la Guerra de los Cien Años, mientras el Papado se trasladaba de Roma a Avignon, por presiones de Francia. Y sólo en el extremo occidental, en Hispania, los reinos más periféricos de la cristiandad, casi remotos, conocían un creciente esplendor. Castilla, Portugal y Aragón, libraban guerras ofensivas contra los musulmanes con el objetivo de la expulsión del Islam de la Península Ibérica. Y todos ellos se lanzaban a aventuras marítimas que tendrán gran repercusión en la Historia Universal. A finales del siglo XV, Castilla y Aragón se habían unido, con lo que surgía una nueva potencia en Europa Occidental.

Pero todavía eran países muy insignificantes y casi sin influencia en la marcha de los asuntos europeos. Salvo la Corona de Aragón, que había conocido un periodo de hegemonía y esplendor en el Mediterráneo Occidental en los siglos XIII y XIV, portugueses y castellanos habían de reconocer que, si bien la guerra contra los moros iba bien, sus limitadas exploraciones del Océano Atlántico, hacia mediados del siglo XV, seguían estando más llenas de ensoñaciones que de realidades, y ofrecían más promesas que de resultados tangibles. Las Canarias, las Azores y Madeira eran las únicas realizaciones de un esfuerzo explorador iniciado a finales del siglo XIV. De los reinos cristianos de la Península Ibérica, a finales del siglo XV, era Portugal el que parecía abocado a una existencia más miserable. Situado en el extremo más occidental de Europa, era el confín oeste de la cristiandad, al igual que había sido el finisterre de poniente para los romanos. Sólo tenía abiertas para su expansión las aguas de ese terrorífico Mare Incognitum, el Atlántico, poblado de los más espeluznantes horrores.

Magallanes aparece en la historia

En 1453 un hecho vino a colocar en primer plano la necesidad de abrir nuevas rutas a la navegación. La conquista de Constantinopla por los turcos acrecentaba la amenaza musulmana sobre Europa y, sobre todo, encarecía el precio de las especias y los productos orientales. Las especias, capaces de hacer sabroso el más vulgar guiso, o las sedas, o los perfumes, artículos todos ellos muy demandados en una Europa que sabe ya del origen de esos productos y de sus rutas más habituales de comercialización, pues los Viajes de Marco Polo han repuesto en el conocimiento de los europeos recuerdos perdidos con la antigüedad grecolatina, como la Ruta de la Seda. Y es que, debajo del impulso explorador y descubridor que se desborda en España y Portugal a finales del siglo XV, subyace una pasión mucho más humana: el lucro. Un barco lleno de especias, de perfumes y sedas que llega a puerto, uno sólo, hace ricos a todos los tripulantes, además de a los armadores que invirtieron sus capitales en la expedición. Cuando en 1486, el portugués Bartolomé Díaz alcanza el Cabo de Buena Esperanza, no sólo se derrumba la geografía ptolemaica, sino que se alza la posibilidad de hacer real del sueño de D. Enrique el Navegante, infante de Portugal: alcanzar la India desde la Occidental Playa Lusitana. Con ello Portugal podrá irrumpir en el comercio de la especias.

En 1492, un hecho trascendental para la Historia Universal, el descubrimiento de América por Cristóbal Colón en nombre de Castilla, será recibido en Portugal casi como una traición del destino. Cuando Portugal creía haber alcanzado el conocimiento de la ruta de Oriente, navegando hacia el sur y hacia el este, rodeando África, Castilla se anticipa con el gran descubrimiento de Colón. Toda Europa fue sacudida por las noticias de los descubrimientos de las nuevas tierras por los castellanos, y toda Europa se lanzó al Océano para alcanzar a descubrir la ruta occidental de las Indias. Portugal, redoblará sus esfuerzos. Protagonista de la exploración del Atlántico, lanza la expedición de Vasco de Gama, que alcanza la India en 1497: la ruta hacia el Índico ha queda abierta.

El 25 de marzo de 1505, la primera flota de guerra portuguesa que parte para conquistar un Imperio se aprestaba a zarpar de Lisboa. El espectáculo y el propósito son casi comparables a la ceremonia previa al cruce del Helesponto por Alejandro. Veinte navíos esperaban la orden del Rey para levar anclas. No eran pequeños barcos, como los empleados en los tiempos de D. Enrique el Navegante, ni buques comerciales débilmente armados como los de Vasco de Gama. Ahora se trata de eran amplios galeones fuertemente artillados, con castillos armados a proa y a popa, y con altas bordas que facilitan el ataque y la defensa. En la Catedral de Lisboa Manuel el Afortunado, Rey de Portugal, entrega la bandera con la cruz a Francisco de Almeida quien, arrodillado como los mil quinientos soldados que lo acompañan, hace el juramento a su señor, el monarca lusitano, de establecer el las lejanas tierras de Oriente el Imperio de Portugal y el Reino de Cristo. Entre los mil quinientos hombres de armas que juran con él, hay también arrodillado un joven hidalgo de veinticuatro años, bajito y de oscuro origen, aunque ya había servido de paje a la reina Dª Leonor de Portugal. Su nombre es Fernando de Magallanes.

La conquista portuguesa del Océano Índico

El combate naval de Cannanore, o Kannur, que tuvo lugar el 16 de marzo de 1506, fue la victoria decisiva de los portugueses, con la que obtuvieron el control naval del Océano Índico. El gobernante musulmán de Calcuta había recibido afablemente a Vasco de Gama en su primer viaje, y se ofreció a mantener relaciones comerciales con la tan desconocida en esas latitudes nación lusitana. Pero pronto receló al ver llegar cada vez más grandes y más poderosas flotas portuguesas que revelaban un difícilmente camuflable designio de dominación imperialista. Los portugueses aspiraban a algo más que a comerciar. Aspiraban a controlar el comercio del Índico y a hacerse con el monopolio del tráfico de especias y productos orientales. Desde que aparecieron los barcos lusitanos por las costas de la India nadie estaba seguro. Esos nuevos piratas, navegando en buques nunca antes vistos, fuertes, marineros y bien armados, obligan a todos los comerciantes indios, árabes y malayos a tener que pagar cuantiosas sumas a los capitanes portugueses para poder seguir con su tráfico. El comercio de especias, en sus canales tradicionales de transporte y distribución, ha quedado seriamente afectado por la irrupción lusitana en los mares de oriente. Lisboa se convierte en centro comercial mundial, a costa de Venecia, de Alejandría, de Estambul. Todas las partes afectadas conspiran contra los marinos lusos: el Sultán de Estambul, los comerciantes del Rialto, en Venecia, y los reyezuelos locales de las costas del Índico, que unirán sus esfuerzos contra los indeseados piratas. A través de los venecianos, el Sultán envía al Papa la amenaza de destruir los Santos Lugares si no cesan las incursiones portuguesas en el Índico. Pero en 1506, ni el Papa ni ningún príncipe cristiano pueden ya influir sobre la decidida voluntad imperialista de Portugal.

El gobernante de Calcuta había preparado cuidadosamente el ataque. El Sultán envió tropas, los venecianos maestros artilleros y armas de primera calidad, y los reyezuelos indios, árabes y malayos reunieron más de doscientas embarcaciones para el ataque contra la flota de Almeida. Pero en ese peligro, aparece en la escena de la historia un personaje de leyenda, el itálico Ludovico Varthema. Éste era conocido en toda la cristiandad por su viaje a la Meca, a donde había acudido disfrazado, pudiendo regresar para contar en Europa como era la Kaaba, así como las peregrinaciones o las costumbres de la ciudad sagrada del Islám. Después había recorrido el Océano Índico y llegado a las Islas de las Especias y hasta el Mar de la China y las costas japonesas. De regreso a Europa, se encuentra en Calcuta por casualidad. Y en el terrible trance que amenaza a los capitanes portugueses, animado de fraternidad cristiana, reaparece para advertir a Almeida de lo que ha escuchado en Calcuta sobre el ataque por sorpresa que se prepara contra su escuadra. Y así, cuando el 16 de marzo de 1506 la escuadra del gobernante de Calcuta se apresta a caer por sorpresa sobre los marinos lusos, estos les están esperando con once galeones bien preparados para el combate. Cannanore fue el combate más feroz que libró Francisco de Almeida en su expedición, pero logró una victoria total. El coste del triunfo son ochenta portugueses muertos y doscientos heridos. Entre los heridos se encuentra Magallanes, quien es enviado con otros heridos hacia África, de retorno a Lisboa, en el mismo navío en que viajará Varthema. El estrecho contacto que mantiene con Varthema en el viaje, resultará decisivo para la magna empresa que Magallanes emprenderá muchos años después: la circunnavegación de la Tierra. Pero eso aún ha de esperar. A su regreso a Lisboa es recibido casi como un extranjero. Magallanes empieza a cobrar conciencia de que su auténtica patria es la aventura y busca el modo de retornar a Oriente.

Objetivo: Las Islas de las Especias

La nueva flota en la que se embarcó Magallanes a comienzos de 1509, viaja al mando de López de Sequeira, quien tiene encomendada una importante y secreta misión. Y es que Lisboa se ha transformado en una nueva Alejandría. Ahora el Rey Manuel el Afortunado se propone dominar las Islas de las Especias y asentar a Portugal en el Estrecho de Malaca, que comunica el Índico con el Mar de la China y otro Océano, el aún ignoto Pacífico. El viaje desde Lisboa a Calcuta, una empresa gigantesca en 1497, estaba en 1509 alcance de cualquier comerciante portugués. Pero cuando la pequeña escuadra de cinco barcos zarpa de Calcuta hacia Malaca (Singapur), en agosto de 1509, Sequeira surcará mares nunca antes navegados por los europeos. El 11 de septiembre de 1509 la flotilla portuguesa avista la ciudad de Malaca que, según la descripción de Varthama, era el puerto comercial más importante del mundo, por la cantidad de barcos y riquezas que en él se comerciaban. Los hombres de Sequeira quedan fascinados por la grandiosidad del puerto y de la ciudad, y aceptan encantados las invitaciones que reciben de bajar a tierra. Desde su palacio, el príncipe malayo contempla también los navíos portugueses. Pera él se trata de los bandidos, de los malditos infieles que han dado por fin con la ciudad de Malaca. Los malayos conocen noticias, desde hace tiempo, de esos nuevos piratas implacables, de su fiereza y sus batallas, de sus capitanes, como Vasco de Gama, Almeida o Alburquerque. Pero en Malaca encontrarán el final que Alá reserva a sus enemigos. Con extrema hospitalidad fingida, prepara el Sultán malayo la encerrona: ofrece a Sequeira cargar sus cuatro galeones con especias, mientras la tripulación portuguesa se divierte en la ciudad a cargo del Sultán.

La pequeña guardia que ha quedado en los buques contempla con creciente temor el aumento del número de botes malayos en los que no hay apenas mercancías, sino muchos hombres armados de cuchillos que trepan hacia los cuatro galeones. Desde la Carabela que los acompaña, el capitán García de Sousa desconfía y destaca al alférez Magallanes con un bote hacia el navío de Sequeira, para dar la alarma. El encargo llega muy a punto pues, al poco, los malayos atacan a los portugueses en la ciudad y en los barcos. En los barcos, los pocos tripulantes están preparados para la defensa y, con fuego de arcabuces y culebrinas rechazan a los asaltantes. Pero en tierra, los confiados portugueses desembarcados sufren una auténtica masacre. Sólo unos pocos logran alcanzar la playa y, de entre ellos, sólo uno salvará la vida, Francisco Serrao. Magallanes ha sido el único oficial que se ha dirigido desde los barcos hacia la playa para rescatar a los compañeros desembarcados, y logra salvar a Serrao in extremis. Serrao será desde entonces el mejor amigo de Magallanes.

En 1511 reaparecen los portugueses ante Malaca con 19 navíos, al mando del Virrey Alburquerque. Una poderosa escuadra en la que figuran los capitanes Magallanes y Serrao. En seis semanas Malaca se rinde. El botín es fabuloso, pero aún mayor es el éxito estratégico alcanzado. Ahora, Portugal tiene en un puño todo el Oriente. Las Islas de Sonda, China y Japón se abren ante los marinos lusos, a quienes reconocen en todas partes como los vencedores de los invencibles musulmanes. Todos los Océanos, desde Europa a Extremo Oriente, se habían convertido en un gran mar portugués. El Islam ha recibido en Oriente un golpe del que ya nunca se repondrá. Hasta se Roma celebran las hazañas de los portugueses. Es casi un Triunfo de evocaciones clásicas el momento en que la embajada lusitana, mandada por Tristao da Cunha, lleva ante el Papa parte del botín ganado en la conquista de la Indias Orientales, como ofrenda.

Al servicio de España

Mas, en esa la hora de la apoteosis, Magallanes se verá fortuita pero irreversiblemente apartado del éxito luso. Todavía Alburquerque le consultará sobre el asedio de Goa, pues es uno de los capitanes más afamados, pero es su último servicio a Portugal en Oriente. Y es que el destino no será nunca amable con Magallanes. Mientras Serrao marcha hacia las Islas de las Especias donde vivirá aventuras fabulosas que inspirarán la expedición de Magallanes, éste último ha de retornar a Portugal, donde es movilizado para la campaña que emprende el Rey Manuel el Afortunado contra Marruecos. Es herido en una rodilla, herida de lo dejará cojeando para siempre. Retornado a Lisboa solicita audiencia al Rey. Y Manuel el Afortunado de Portugal, en 1512, repetirá con él el mismo error cometido por su antepasado, el Rey Juan, con otro viajero visionario de nombre Cristóbal Colón, tan sólo unos pocos años antes.

El Rey rechaza tomar a su servicio al pequeño y bravo capitán, como también rechaza interesarse en el proyecto que le presenta, de encontrar el paso desde el Atlántico al Pacífico, para lo que cuenta con las valiosas informaciones de Varthama y de Serrao. Las épocas heroicas no son ni fueron nunca sentimentales y la gratitud no es una virtud frecuente entre los príncipes. Colón volvió a Sevilla encadenado, Cortés cayó en desgracia, Pizarro fue asesinado, y Núñez de Balboa (descubridor del Océano Pacífico) fue ajusticiado mediante decapitación. Y Camoens y Cervantes pasaron por las cárceles de sus países respectivos, honrando tan infamantes lugares con su presencia. Magallanes, al verse postergado del favor real, realiza una tercera petición a Manuel el Afortunado. Magallanes le pregunta si tendrá inconveniente en que sirva a otro país donde pueda esperar ser mejor atendido. La paciencia del soberano se colma ante la audaz arrogancia del pequeño marino y lo despide diciéndole que le tiene sin cuidado que preste sus servicios donde mejor le acomode.

El resto de la historia se producirá en España y en el Mar. El 20 de octubre de 1517 llegó a Sevilla. Desde allí planeará minuciosamente su recepción en la Casa de la Contratación, paso ineludible para poder exponer su atrevido proyecto al Emperador Carlos, Rey de España. Pero la Casa de la Contratación no le apoya. No obstante, los españoles no han olvidado la experiencia de Colón, y no están dispuestos a desatender, sin más, a un marino que presenta el impresionante currículum que tiene Magallanes. El Factor (director) de la institución, Juan de Aranda, le llamará a consultas privadas adicionales. Aranda se convence del interés de la empresa y prepara el momento de exponerla ante Carlos I de España. La sesión ante el Consejo de la Corona es difícil. De los cuatro integrantes sólo uno es español, el Cardenal Fonseca, el gran enemigo años antes de Cristóbal Colón. Pero Fonseca tampoco quiere repetir errores del pasado y apoya el viaje del portugués. Quizá le remuerde ahora a Fonseca la conciencia, con el recuerdo de su delito contra la Historia, al haber perseguido a Colón.

La más audaz expedición de toda la historia

Todo queda decidido en esa audiencia. Tras una cuidadosa preparación, interrumpida por numerosos incidentes, entre los que no faltan las protestas del rey portugués por la “traición” de su súbdito, el 10 de agosto de 1519 parten de la rada de Sevilla cinco galeones al mando de Fernando de Magallanes. El nombre de la nave almirante es Trinidad. El objetivo, acceder a las Islas de las Especias desde el Oeste para hacerse con ellas. La travesía hasta las costas de Brasil es apacible. Pero poco después se produce la primera decepción. Los mapas secretos portugueses, que Magallanes conoce bien, señalan la existencia de un mar, que bien pudiera ser el paso buscado. Pero no. El pretendido mar no es otra cosa que la desembocadura del Río de la Plata, que se abre en una gigantesca bahía inabarcable para la vista. El paso estará más al Sur. La pericia del capitán, que sabe orientarse en esos mares australes en lo que ni se ve la Estrella Polar, no consigue tranquilizar los ánimos de la tripulación. Marineros y oficiales, ante la perspectiva de seguir navegando hacia el Sur, ven renacer en sus espíritus las supersticiones y leyendas medievales de los abismos en que concluyen los océanos, de la inaccesibilidad de los mares, y de los monstruos y horrores que pueblan los confines del mundo. Pero Magallanes se sobrepone a todo, a las tormentas, a los hielos, a los temores de sus hombres y a la insubordinación. En mismo Juan Sebastián Elcano se enfrenta al Almirante en una ocasión, si bien lo apoyará en el trance decisivo de la rebelión.

La pequeña escuadra sigue rumbo al Sur y, en el momento en que se aproxima a la cara atlántica del Estrecho que la posteridad ha llamado de Magallanes, será cuando se produzca la mayor rebelión, entre los días 2 y 7 de abril de 1520. La revuelta es sofocada, los cabecillas son ajusticiados y su autoridad restablecida. Magallanes prosigue así su viaje. Por fin, el 20 de octubre de 1520, la flotilla (de la que sóloquedan cuatro buques) encara el paso del Estrecho, que es dificultado por su gran extensión y las numerosas islas, que impiden apreciar el rumbo visualmente a seguir. Es el paso buscado. Pero el Estrecho es, en realidad un paso difícil y complicado, más una permanente encrucijada de caminos posibles que una vía de agua cómodamente transitable. La pericia naútica de Magallanes brilla a gran altura y el paso al Pacífico se hace realidad. Es el triunfo, que no se ve ensombrecido por la deserción del San Antonio, el mayor y mejor armado de sus barcos. Pero lo peor está aún por llegar. Hasta el 6 de marzo de 1521, las tres naves atraviesan el desierto líquido del Océano Pacífico, rumbo siempre al Oeste, sin hallar tierra, más allá de algún archipiélago o algún islote desolados. La escasez de víveres y de agua es espantosa y muchos tripulantes perecen de agotamiento y enfermedades.

Pero ese día los expedicionarios han alcanzado las últimas estribaciones, quizá, de las Islas Molucas, pues los nativos le recuerdan a los malayos. Más de dos años de travesía, varias rebeliones con muertos y ajusticiados, y los más duros padecimientos y privaciones les parecen ahora a los marinos españoles un precio relativamente pequeño, ante la perspectiva de las riquezas con que esperan cargar sus barcos. El 28 de marzo alcanzan Massawa, en un archipiélago aún no descubierto, las Islas Filipinas. En ese momento Magallanes siente que ha alcanzado su objetivo. Navegando siempre hacia el Oeste ha encontrado las islas donde habitan los pueblos malayos, que los portugueses habían encontrado al navegar hacia el Este. La Tierra es, obviamente, redonda y él es el primer hombre que la ha rodeado. Como a Colón, a Magallanes le han fallado todos los cálculos. Creyó que el paso al Pacífico se encontraría a los 40º de latitud sur, y ha tenido que navegar hasta el Círculo Polar Antártico, como creyó que la circunferencia de la Tierra (algo más de 40.000 kilómetros) era menor y que las dimensiones del Océano Pacífico no serían tan inmensas. También cree hallarse en las Islas Molucas, cuando en realidad se encuentra en la Filipinas. Pero eso no le resta ni un gramo de peso a su gesta.

Magallanes no fue nunca un favorito de la fortuna y el destino nunca fue amable con él. Todo lo que ha hecho se lo debe a su esfuerzo personal, a su decisión, a su espíritu minucioso y previsor, y a su valor. Nada le debe al azar. Y el azar, una vez más, le será adverso en el mismo momento de haber alcanzado la gloria. En una escaramuza en una de las islas en que ha de detenerse, le sobreviene la muerte en combate con los nativos el 26 de abril de 1521. No volverá a Sevilla. Será su sucesor en el mando, Juan Sebastián Elcano, quien remate la aventura al arribar a Sevilla el 4 de septiembre de 1522.

Pero Magallanes ha alcanzado el más alto lugar entre los navegantes. Un puesto sólo compartido por Colón y Vasco de Gama, al que no se aproximan ni de lejos los más destacados marinos de todo el resto de la historia, hacia el pasado o hacia el futuro.

Saludos


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Miles Vorkosigan
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Mensaje por Miles Vorkosigan »

Excelente trabajo Pla. :Bravo
Tu ne cede malis sed contra audentior ito.
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Pla
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Mensaje por Pla »

Gracias. La verdad es que me he quedado corto, porque el viaje de magallanes es lo más fantástico que yo conozco. Una aventura colosal, llena de peligros y dificultades.

A quien desee profundizar sobre ese viaje le recomiendo la lectura de la biografía de Magallanes de Stefan Zweig.

Saludos
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sierra002
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Mensaje por sierra002 »

La verdad es que creo que España le debe más reconocimiento a Magallanes, hay quien cree que su hazaña fue un logro portugués. Estamos hablando de un hombre que aceptó servir a la corona española y ser gobernador en su nombre. Si bien no fue el primer hombre en dar la vuelta al mundo, si hizo posible que Elcano (y los otros 17 supervivientes) lo consiguiera.

¿Por que no un barco de la Armada con el nombre de Magallanes? El BPE hubiera sido fantastico y hubiera servido para reivindicarle ante todo el mundo como "uno de los nuestros".
Hacia adelante.
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Mensaje por Zaidor »

Tengo el libro, es de mi escritor favorito Stefan Sweig

Maravillosa lectura, espero que los que lo tengan la disfruten tanto como yo.

Saludos
La actitud ociosa de un ejército es su más seguro camino hacia la derrota.
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Cetme
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Mensaje por Cetme »

sierra002 escribió:La verdad es que creo que España le debe más reconocimiento a Magallanes, hay quien cree que su hazaña fue un logro portugués. Estamos hablando de un hombre que aceptó servir a la corona española y ser gobernador en su nombre. Si bien no fue el primer hombre en dar la vuelta al mundo, si hizo posible que Elcano (y los otros 17 supervivientes) lo consiguiera.

¿Por que no un barco de la Armada con el nombre de Magallanes? El BPE hubiera sido fantastico y hubiera servido para reivindicarle ante todo el mundo como "uno de los nuestros".
Cuando Magallanes llegó a las molucas, fue la primera persona que dio la vuelta al mundo, aunque no en el mismo viaje. Elcano la circunnavegó del tirón
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Pla
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Mensaje por Pla »

Pla no está ausente. Sólo que alguien desactivó mi cuenta.

Sirva este mensaje de protesta. Y protesta airada. No lo entiendo, la verdad. Al menos podían heber tenido la decencia de comunicármelo, ¿no?

En estas condicones, no puedo enviar saludos
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sierra002
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Mensaje por sierra002 »

Cetme dijo:
sierra002 escribió:
La verdad es que creo que España le debe más reconocimiento a Magallanes, hay quien cree que su hazaña fue un logro portugués. Estamos hablando de un hombre que aceptó servir a la corona española y ser gobernador en su nombre. Si bien no fue el primer hombre en dar la vuelta al mundo, si hizo posible que Elcano (y los otros 17 supervivientes) lo consiguiera.

¿Por que no un barco de la Armada con el nombre de Magallanes? El BPE hubiera sido fantastico y hubiera servido para reivindicarle ante todo el mundo como "uno de los nuestros".


Cuando Magallanes llegó a las molucas, fue la primera persona que dio la vuelta al mundo, aunque no en el mismo viaje. Elcano la circunnavegó del tirón
Eso es una interpretación, pero yo opino que la hazaña estaba en dar la vuelta del tirón, es decir, eso es dar la vuelta al mundo. Hacer el viaje por partes tiene su mérito, pero no es haber dado una vuelta al mundo.
De todas formas, sigo con la idea de que España debería reivindicarle y tenerla más cariño a este personaje. La Armada le debe un barco.
Hacia adelante.
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Cetme
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Mensaje por Cetme »

Totalmente de acuerdo en lo del Barco, homenaje o lo que sea
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Mensaje por Pla »

sierra002 escribió:... yo opino que la hazaña estaba en dar la vuelta del tirón, es decir, eso es dar la vuelta al mundo. Hacer el viaje por partes tiene su mérito, pero no es haber dado una vuelta al mundo.
De todas formas, sigo con la idea de que España debería reivindicarle y tenerla más cariño a este personaje. La Armada le debe un barco.
Perdona, pero la hazaña era dar la vuelta el primero, de tirón o por tramos. Sólo que Magallanes no llegó a dar la vuelta completa pues no llegó a las Molucas. Murió en Filipinas, aunque él creía que había llegado a las Molucas. Por eso el primero fue Elcano.

La gloria de Magallanes no fue dar la vuelta -por tramos-, sino ser consciente de que lograría dar la vuelta la mundo. Magallanes era un marino y un científico, no un científico teórico, sino práctico. Elcano que era un buen piloto, tardó mucho en reconocer la verdad del viaje de la vuelta al mundo y dudó de su jefe mucho tiempo, aunque el primero en dar la vuelta fue él y no el pequeño capitán lusitano, que ese sí que era un piloto de primera y un capitán decidido y valiente.

En todo caso, la pericia naval de Elcano fue menor que la de Magallanes. La gloria, también.

Amigo Cetme: Magallanes no fue nunca un favorito de la fortuna, por eso no te lamentes de que no tenga el reconocimiento que merece. Laméntate, si acaso, de la condición humana, que ama a los favoritos de la fortuna con independencia de los méritos reales.

Saludos
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Mensaje por Prinz Eugen »

Pla escribió:En todo caso, la pericia naval de Elcano fue menor que la de Magallanes. La gloria, también.
Amigo Pla, siento discrepar en ese punto, pues Elcano hizo el viaje con Magallanes hasta su muerte en Mactán, y luego se tuvo que hacer cargo de los restos de la expedición, llegar a las Molucas, tomar posesión de ellas, y luego casi sin hacer escalas, por temor a represalias portuguesas, llegar a España con los pocos supervivientes de tan heróica odisea. Si Elcano no era tan buen piloto, desde luego se hizo bueno a la fuerza de los acontecimientos.
También reivindico, como Sierra002, el nombre de una Fragata para el nombre de Magallanes, pues al ponerse al servicio de España se le ha de considerar como español, y como uno de los mejores marinos de la época y de la Historia, por mucho que les pese a los que hacen los libros escolares en EE.UU. .

Saludos.
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Mensaje por MENCEY »

El nombre de Magallanes no seria raro ni la primera vez en la Armada Española.

Dos Buques ya lo llevaron, un Vapor y un Cañonero, luego Fragata.

El Cañonero Magallanes fue botado el 8 de Agosto del 45, entregado a la Armada el 20 de Diciembre de 1948 , causando baja el 2 de Enero del 71.Por orden de 29 de Julio de 1955 paso a llamarse Fragata.Participo en las Operaciones del Sahara-Ifni en el 57-58.
Magnifico,pero esto no es hacer la Guerra
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Mensaje por Pla »

Saludos a Mencey.

Estimado Prinz:

No he dicho yo que fuese Elcano un mal piloto. Más bien dije lo contrario:
Elcano, que era un buen piloto, ...
Lo que digo es que Magallanes era muy superior como piloto. Lo demostró en el paso del Estrecho de Magallanes (el nombre se debe a él), una hazaña naval que no creo que tenga parangón.

Elcano fue un buen piloto y se desempeñó bastante bien como comandante tras la muerte de Magallanes. Pero como nevegante no era tan bueno como el Almirante. La prueba es que para el paso del Estrecho de su nombre, fue Magallanes el que se tuvo que poner a dirigir personalmente el timón.

Un saludo (y mirame lo del acceso)
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Mensaje por Prinz Eugen »

Hola amigo Pla, perdona por no haberlo entendido bien. Desde luego el paso por el Estrecho de Magallanes era de temer, y a ver quién se hacía responsable de tan árdua tarea si no era el mismísimo Jefe de la Expedición.
Gracias Mencey :dpm: , ya me extrañaba a mí que no hubiera algún buque con el nombre de Magallanes en la Armada Española.

Saludos.
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sierra002
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Mensaje por sierra002 »

Mencey dijo:
El nombre de Magallanes no seria raro ni la primera vez en la Armada Española.

Dos Buques ya lo llevaron, un Vapor y un Cañonero, luego Fragata.

El Cañonero Magallanes fue botado el 8 de Agosto del 45, entregado a la Armada el 20 de Diciembre de 1948 , causando baja el 2 de Enero del 71.Por orden de 29 de Julio de 1955 paso a llamarse Fragata.Participo en las Operaciones del Sahara-Ifni en el 57-58.
Mejor de lo que pensaba, pero eran buques de poca entidad para tan importante nombre. Una F 100 sería estupendo y un gran golpe mediatico.
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Mensaje por MENCEY »

Ya, si no digo que no, todo lo contrario, pero el asunto es que tenemos muchisimos mas Marinos y Personajes Ilustres que honrar y que se merecen un buque con su nombre, que Barcos y ya no digamos Fragatas :lol: .

La Lista es casi interminable:

Nuñez de Balboa, Cristobal Colon,Legazpi, Martin y Alonso Yanes Pinzon,Sarmiento de Gamboa, Langara, Sanchez Barcaztegui, Laya, Roger de Lauria, Bonifaz, Recalde, , Ponce de Leon, Alvarado, Cabeza de Vaca, Oquendo, Alcala Galiano, Jorge Juan , Valdes, Ferrandiz, Antequera, Villaamil, Cadarso,Escaño, Alava, Liniers, Churruca, Gravina, Jose Luis Diez, Ciscar, Alsedo, Lazaga, Velasco, Bustamante,Quiros, Villalobos, Urdaneta, Cervera, Miquel de Cervantes,Ulloa, Don Juan de Austria, Venadito, Martin Alvarez, Manuel Lois, etc,etc.


El primer Magallanes fue un Cañonero de 540 toneladas, gemelo de los Concha, Lezo y Elcano, botado en Cadiz en 1884.
Magnifico,pero esto no es hacer la Guerra
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Mensaje por sierra002 »

Sin embargo sobran nombres de la familia real. Y que conste que Juan Carlos I es un rey muy popular pero dar su nombre a un barco en vida me parece mal. Lo que me parece en realidad es que hay mucho pelotillero en el estado mayor de la Armada.

Por otro lado, la necesidad de reivindicar la hazaña de Magallanes/Elcano como un hecho español ante los mass media me parece algo inexcusable.
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Mensaje por Prinz Eugen »

Sierra002 escribió: Juan Carlos I es un rey muy popular pero dar su nombre a un barco en vida me parece mal
No es la primera vez que se hace eso, en España por lo menos se hizo con uno de los acorazados Clase "España", el llamado "Alfonso XIII" en vida suya hasta 1.931, luego llamado "España", en sustitución del acorazado del mismo nombre embarrancado y luego hundido frente al Cabo Tres Focas en 1.923.

Saludos.
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Mensaje por Goyix »

Es una vergüenza que don Juan tenga el nombre de una fragata y sin embargo otros marinos que dieron su vida por España estén terriblemente olvidados. Un saludo.
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Mensaje por MENCEY »

Hay muchos mas casos de Buques de la Armada con nombres de personas Reales Vivas , aparte del Alfonso XIII, que hubo 2, el Acorazado, y un Crucero de finales del XIX, que salio ranita perdido.

Isabel II, Francisco de Asis, Infanta Maria Teresa, Infanta Isabel, Reina Regente, Reina Gobernadora,Reina Victoria Eugenia,Principe Alfonso, Princesa de Asturias, Infanta Paz, Infanta Eulalia, Reina Maria Cristina.
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