El Clan de los Hōjō de Odawara

Toda la Historia Militar desde 1453 hasta 1900

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Flavius Stilicho
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El Clan de los Hōjō de Odawara

Mensaje por Flavius Stilicho »

Introducción.
El periodo Sengoku Jidai (era de los estados combatientes) de Japón, que en su concepto más amplio, se extendió desde el inicio de la guerra Onin (1467) hasta el establecimiento del shogunato Tokugawa (1600), fue un periodo de intenso conflicto civil. Debilitado y desprestigiado el shogunato Ashikaga, los diversos daimyōs (“grandes nombres”) de los clanes “provinciales” pasaron a asumir un cada vez mayor protagonismo y a enfrentarse entre sí.
Algunos de estos clanes ya ostentaban puestos de gobernadores provinciales (shugo) y simplemente pasaron a actuar de forma independiente. Otros ostentaban puestos intermedios o subordinados y aprovecharon el caos para hacerse con el control provincial, desbancando a sus antiguos amos.
Y finalmente, otros clanes se crearon en esta época turbulenta empezando desde abajo. Uno de dichos clanes, fue el de los Hōjō, cuyo casi un siglo de historia (1493-1590), a través de cinco generaciones de líderes, le llevaría a convertirse en uno de los principales clanes de la era, antes de desaparecer como victima del proceso de unificación. En suma, una historia de inicial éxito, al saber aprovechar las oportunidades de una turbulenta época; historia que culminó en un ulterior fracaso, al no saber sobrevivir al proceso de unificación.


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El área de influencia de los Hōjō: las 8 provincias de la región de Kantō y las adyacentes provincias de Izu, Suruga, Kai y Shinano.


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Armadura samurái con el emblema Hōjō, probablemente una replica moderna.


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Flavius Stilicho
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Re: El Clan de los Hōjō de Odawara

Mensaje por Flavius Stilicho »

Hōjō Sōun: el aventurero; (1493-1518).
El primer castillo.
Los orígenes de Ise Shinkurō, el hombre que pasaría a la historia como Hōjō Sōun (nombre que usaremos en el relato por comodidad), son un tanto inciertos. No está claro su lugar de nacimiento y procedencia, aunque parece ser que era un miembro menor del clan Ise, familia que destacaba por ejercer labores administrativas para los Ashikaga. Como fecha de su nacimiento se da normalmente el año de 1432, aunque también habría podido ser en 1456.

El inicio de la aventura de Sōun empieza con su abandono en torno a 1469 de una capital, Kioto, devastada por la guerra Onin (1467-1477). Sōun por entonces contaba con 6 partidarios, según la tradición los “siete samuráis” se habrían conjurado para permanecer unidos hasta que uno de ellos triunfase. Aunque pudiera parecer que se trataba de siete ronin (samuráis sin amo) que se lanzaban a la aventura, lo más probable es que desde el primer momento Sōun fuera el líder ya que contaba con poderosos contactos: su hermana estaba casada con Imagawa Yoshitada, cabeza del clan Imagawa que controlaba la provincia de Suruga. Hacia allí se dirigió Sōun a ofrecer sus servicios y los de sus 6 partidarios. Así pues Sōun hizo lo que muchos otros samuráis en dicha época, retirarse de una convulsa capital a las cada vez más independientes provincias y hacer uso de vínculos familiares para establecer una nueva posición.


Su cuñado Yoshitada moriría en 1476, en una emboscada, y Sōun intervino en la disputa por la sucesión entre el hijo de Yoshitada (sobrino de Sōun): Ryumaru (nombre de adulto: Imagawa Ujichika), y su primo Oshika Norimitsu. Ryumaru sólo tenía 6 años, así que se acordó que su primo hiciera de regente. Al llegar Ryumaru (Ujichika) a los 17 años en 1487, Norimitsu se resistió a entregar el mando del clan. Sōun intervino en ayuda de su sobrino y es posible que estuviera implicado en la muerte de Norimitsu.
Ujichika recompensó a su tío con el castillo de Kokokuji. Sōun había ascendido por tanto dentro del clan Imagawa, pudiendo expandir su número de vasallos de acorde con su nuevo status de señor de un castillo. Acorde con su ascenso social, su sobrino le permitió un cambio de nombre, pasando a ser Ise Nagauji. Aunque no sabemos mucho de los méritos marciales de Sōun en esta época, parece que como señor de Kokokuji consiguió atraerse a su servicio un buen puñado de diestros samuráis.


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Hōjō Sōun, retratado como monje budista.


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Estandartes atribuidos a Hōjō Sōun (Emmanuel Valerio). Aunque aparecen en ilustraciones, y en representaciones modernas como festivales, es muy posible que el propio Sōun (al igual que sucede con su nombre) no llegara a utilizar el kamon (enblema) de las 3 escamas, asociado a los Hōjō.



La conquista de Izu.
Sōun se podría haber conformado con su actual posición, y las posibilidades de promoción dentro del clan Imagawa. Sin embargo era un hombre excepcionalmente ambicioso, y en pocos años vio surgir una oportunidad en la provincia vecina de Izu.

La situación en Izu se volvió inestable a la muerte de Ashikaga Matsumoto. Matsumoto, hermano del shōgun, era uno de los Ashikaga que había intentado restablecer el control Ashikaga sobre las provincias del Este, sólo para acabar relegado a la provincia de Izu, tomando residencia en el castillo de Horigoe y siendo conocido por el título de Horigoe kubō.
Al morir Matsumoto en 1491, su hijo Chachamaru (desconocemos su nombre de adulto) que había sido desheredado en favor de un hermanastro se rebeló y mató tanto a su hermanastro como a su madrastra, empezando una persecución de los partidarios del asesinado.

Izu descendió hacia la guerra civil, y Sōun aprovechó para intervenir con el permiso de los Imagawa. Sōun, cuyo castillo se encontraba muy cerca de Horigoe (justo al otro lado de la frontera), lanzó su campaña en 1493 (en el propio 1491 según algunas fuentes) y rápidamente hizo huir a Chachamaru. Aprovechando la confusa situación de la provincia no se limitó a expulsar a Chachamaru o conquistar Horigoe; sino que se hizo con toda la provincia, atrayendo a sus estandartes a muchos antiguos samuráis ashikaga.

Sōun abandonó Kokokuji y se independizó de facto del clan Imagawa, aunque parece que nominalmente se seguía dirigiendo al daimyō Imagawa como “señor”. Como base no eligió Harigoe, sino que hizo construir un nuevo castillo de Nirayama.
Izu había sido la provincia de origen del antiguo clan Hōjō, que habían ejercido de regentes durante el shogunato Kamakura. Es posible que ya por entonces Ise Nagauji pensara en asociar su naciente clan con el antiguo Hōjō. Sin embargo no hay constancia de que llegara a usar en vida el nombre de Hōjō Sōun Lo que sí hizo es cambiar su nombre Nagauji por un apelativo budista: Shozui.


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Representación de Hōjō Sōun en su rol de comandante.


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Hōjō Sōun (con naginata) supervisando la campaña de Izu. Ésta, además de una marcha por tierra, incluyó algún que otro desembarco en la costa.



La conquista de Sagami (1): Odawara.
La adopción del hábito budista por parte de Sōun no significaba que pensara en retirarse; en realidad se uniría a las filas de aquellos daimyōs como Takeda Shingen y Uesugi Kenshin, que siguieron plenamente activos y combativos tras adoptar un apelativo budista.
Chachamaru (que se suicidaría en 1498) había escapado hacia la provincia takeda de Kai, lo que parece haber dado pie a que Sōun hiciera una tentativa de invasión en 1495, aprovechando que los Takeda tenían disputas internas. La cifra de cerca de 20.000 hombres del ejército invasor hōjō no es muy creíble, pero en cualquier caso da la impresión de que en poco tiempo Sōun había conseguido hacerse con un ejército respetable en sus nuevos dominios. La invasión fue abortada cuando los exploradores informaron a Sōun de que un nutrido ejército les esperaba al otro lado del paso de Mikasa.
En cualquier caso la expedición tal vez no fue del todo inútil ya que sirvió para despistar a su próximo objetivo (en ese mismo año de 1495): Omori Ujiyori, señor de Odawara en la provincia de Sagami, justo al otro lado del paso de Hakone. Ujiyori había sucedido a su difunto padre el año anterior y Sōun se presentó con regalos consiguiendo permiso del joven señor para montar una partida de caza en sus tierras. La partida de caza no era tal, sino una estratagema para acercarse a Odawara y tomarla en un audaz (y traicionero) ataque sorpresa.

La irrupción de los Hōjō en Sagami los introdujo en el torbellino de disputas por el control de la región de Kantō. Disputa en la que los principales protagonistas eran las dos ramas Uesugi de los Yamanouchi y Ōgigayatsu, enfrentadas entre sí; así como los Ashikaga de Koga (provincia de Shimotsuke). Los Uesugi ostentaban el título de Kantō kanrei, una suerte de delegados del shōgun para las provincias orientales, mientras que los Ashikaga de Koga (una vez eliminados los de Horigoe) aspiraban a restablecer para sí mismos el título de Kantō kubō (gobernador general, o una suerte de viceshogun).


Los Hōjō consiguieron inicialmente el apoyo de un buen puñado de clanes de Sagami, pero rápidamente intervino Yamanouchi-Uesugi Akisada, invadiendo Sagami en 1496 y derrotando a los Hōjō y sus aliados, cambiando varios de ellos de bando tras la derrota.
La derrota a manos de Akisada frenó durante un tiempo el avance Hōjō en Sagami; sin embargo para 1501 ya estaban plenamente recuperados. Aun así, el primer movimiento no fue en la propia Sagami, sino que Sōun puso sus miras en las tierras takeda al norte de Odawara. Por dos veces un ejército hōjō invadió Kai (1501 y 1503); siendo derrotado en ambas y de forma contundente. Al parecer en ambas ocasiones los Takeda tras un breve combate consiguieron hacer huir a los Hōjō de vuelta a Sagami.
En 1504, Sōun aprovechó el conflicto entre los Uesugi para enviar un contingente de apoyo a la rama Ōgigayatsu en la provincia de Mushasi.


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Estatua de Hōjō Sōun en la estación de Odawara.


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Hōjō Sōun (Kentaro Kawashima).


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Recreación moderna del torreón principal del castillo de Odawara.



La conquista de Sagami (2): Kamakura y Arai.
Hōjō Sōun dedicó unos años a reforzar su posición. Como parte de su nuevo modelo de administración implementó en 1506 el kenchi, una suerte de censo, un estudio de sus dominios y su riqueza. El kenchi permitió implantar una mejor administración fiscal, tratando de ajustarse a los acres cultivados por cada villa. Sōun siempre procuró que los impuestos no fueran excesivos para sus nuevos súbditos. En general parece que Sōun rebajó un quinto el impuesto habitual, además de eliminar impuestos suplementarios. Asimismo había tomado medidas desde la conquista de Izu para castigar los robos y saqueos, así como dio mayor margen a los campesinos para presentar quejas contra señores y administradores. También se hizo conocido por recorrer personalmente sus dominios tras un brote epidémico, repartiendo medicinas y analizando los estragos causados.
El resultado es que Sōun se ganó a sus súbditos, y sus dominios atrajeron a campesinos de provincias vecinas. La buena disposición del campesinado hacia el nuevo régimen unida a la implementación del kenchi permitió a Sōun ser uno de los primeros daimyōs en reclutar y formar unidades de lanceros ashigaru en cantidad y calidad.


El avance hōjō por Sagami cobra un nuevo impulso en 1512. Se entra en conflicto directo con el clan Miura. Los Miura eran por entonces el último clan relevante de Sagami que se oponía a Sōun. Eran aliados de los Ōgigayatsu-Uesugi, pero estos no estaban en condiciones de prestarles ayuda inmediata. Sōun atacó el castillo principal miura de Okazaki, obligando a huir a Miura Yoshiatsu. Cierta ayuda llegó a los Miura, en forma de una fuerza del clan Ōta; fuerza que fue destruida por los Hōjō.

Poco después los Hōjō se hacen con Kamakura, la antigua capital shogunal, una ciudad muy venida a menos pero con importante carga simbólica. Kamakura había sido la sede poder de los antiguos Hōjō durante su regencia. Si no fue en ese mismo momento (o incluso antes durante la conquista de Izu), no tardaría mucho en forjarse una asociación entre el viejo y el nuevo clan. Tras su toma, Sōun se preocupó de favorecer con ayudas a los templos de Kamakura, para reforzar su propio prestigio. En vez de fortificar la antigua capital, se prefirió construir un nuevo castillo en Tamanawa

Los Miura se habían visto obligados a refugiarse en la península del mismo nombre, en el castillo de Arai. En un primer momento, Sōun se conformó con eliminar los castillos miura exteriores y dejar al clan reducido al propio Arai. Durante varios años Arai fue sometido a un asedio “light”, mas bien un bloqueo, ya que su toma era difícil al estar rodeador por el mar y tener el acceso a por tierra a través de un estrecho istmo. Asimismo habían almacenado una gran cantidad de alimentos.
Para 1516 las situación de los defensores ya era crítica, y los supervivientes de sus 2.000 defensores estaban hambrientos y deseperados. Hōjō Sōun se decidió a dar el asalto con 4.000-5.000 hombres. El istmo de acceso a la zona del castillo había sido cortada por un canal en el que los Miura habían instalado un puente levadizo, por lo que los Hōjō tuvieron que rellenar con rocas y tierra una zona del canal. A la vez se organizó un desembarco en las proximidades del castillo.
El asalto tuvo lugar durante la noche, y pronto los Miura vieron que su situación era desesperada. El líder del clan: Miura Yoshiatsu, lideró una carga desesperada antes de optar por el suicidio. Su hijo Yoshimoto también combatió con bravura antes de seguir el ejemplo de su padre, aunque de una forma muhco más espectacular ya que consiguió decapitarse a si mismo, algo que impresionó a los vencedores.

Para 1518 los Hōjō se podían considerar los amos de Sagami, y Sōun decidió retirarse entregando el mando del clan a su hijo. Hōjō Sōun (Ise Shozui) moriría al año siguiente en el castillo de Nirayama.
Su más famoso legado fue un código de leyes de comportamiento para sus servidores: “los 21 artículos del señor Sōun”. Se trataba de un catálogo de “buenas maneras” para samuráis al servicio de un señor, en los que se hacía hincapié en aspectos más allá de lo marcial como la religiosidad, la frugalidad, la diligencia, la humildad, la práctica de la lectura y la escritura; así como en la importancia de rodearse de buenos amigos.


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Castillo de Tamanawa ((Gentaro Kawaga)


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Castillo de Arai (Gentaro Kawaga)


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Miura Yoshimoto se decapita a sí mismo.
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Flavius Stilicho
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Re: El Clan de los Hōjō de Odawara

Mensaje por Flavius Stilicho »

Hōjō Ujitsuna: el consolidador (1519-1541).
Tomando las riendas del clan.
Ujitsuna, nacido en 1487, asumió el mando del clan poco antes de la muerte de su padre. Ujitsuna sería el responsable de establecer la capital hōjō en Odawara, y al parecer el de cambiar oficialmente el nombre de Ise por el de Hōjō para el clan; siendo conocidos como Go-Hōjō (“Hōjō posterior”). Asimismo, si no se había adoptado ya, se “copió” a los antiguos Hōjō el kamon (emblema familiar) de las 3 escamas (de pez o dragón).
El padre de Ujitsuna se había ganado la lealtad de sus seguidores a fuerza de su prestigio personal, ahora le tocaba la difícil tarea de conseguir que esa lealtad se trasladara hacia él. El cambio de nombre formaba parte de este proceso, y otra parte importante fue la de honrar de forma clara la memoria del difunto Hōjō Sōun: para ello hizo construir el templo memorial de Sōun-ji en Yumoto, un acto que le deparó una gran aprobación. Ujitsuna no se limitó a la construcción de Sōun-ji, sino que siguió una política de donaciones y favores hacia los templos locales.
Respecto a la población en general, se profundizó en la política inaugurada por Sōun Se hizo un nuevo kenchi (censo) en Odawara y Izu, para actualizar las demandas de impuestos en función de la producción real. Aunque se trató de mantener los impuestos en un nivel razonable, las continuas guerras parecen haber demandado en ocasiones un alto nivel de impuestos, pero al menos las cargas habrían estado mejor distribuidas entre la población.


La adopción del antiguo y prestigioso nombre Hōjō no era sólo de cara a los vasallos actuales, sino que además reflejaba una ambición por expandir sus dominios por la región de Kantō, y eventualmente arrebatar el título de Kantō kanrei a los Uesugi.


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Hōjō Ujitsuna.


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Estandartes de Hōjō Ujitsuna. El estandarte multicolor indica a Ujitsuna como comandante de los 5 sonae (“regimientos”) de colores de los Hōjō



La conquista de Edo.
En 1524 Ujitsuna avanza contra los Ōgigayatsu-Uesugi, en la provincia de Mushasi. Su objetivo es Edo. Los Hōjō encuentran bloqueado su camino por el ejército de Ōgigayatsu-Uesugi Tomooki en Takanawa, un importante cruce de río. Con gran habilidad Ujitsuna llevó a sus fuerzas a rodear a sus enemigos y atacó su retaguardia. Tomooki tuvo que poner rumbo de regreso al castillo de Edo, pero para su sorpresa se encontró con que su vasallo Ōta Suketada le había traicionado y abierto las puertas del castillo a los Hōjō. El humillado Tomooki tuvo que retirarse al interior de Mushasi, al castillo de Kawagoe.

A continuación iban a venir 17 años de luchas casi continuas entre Tomooki (y sus aliados) y Ujitsuna. En 1526 el clan Satomi, residente en la península de Bōsō, cruzó la bahía de Edo y atacó con éxito Kamakura. Antes de retirarse, los Satomi incendiaron la ciudad y entre los edificios reducidos a cenizas se encontraba el importante templo de Tsurugaoka Hachiman. El revés tuvo un aspecto positivo: Ujitsuna hizo gala de generosidad reconstruyendo Kamakura, y en especial el templo destruido, y lo convirtió en una baza propagandística; la reconstrucción finalizaría en torno a 1540.
Los esfuerzos propagandísticos de Ujitsuna dieron su fruto y la Corte Imperial le premió con dos títulos: sakyô dayu y miembro de 5º rango (grado junior) de la Corte. Títulos simbólicos por la falta de poder real de la Corte pero que asentaban el prestigio de los Hōjō En 1533 la Corte Imperial vendría a reconocer a los Hōjō como señores de Izu y Sagami; algo que era un hecho, pero que nunca había tenido sanción oficial.


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El castillo de Edo, antes de su toma por los Hōjō. El castillo fue construido por el clan Ōta en 1457.


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El complejo de templos Tsurugaoka Hachimangū (Kamakura) durante el periodo Edo.



La conquista de Kawagoe.
Tomooki en su conflicto con los Hōjō no contaba únicamente con la ayuda de los Satomi; al oeste encontró un poderoso aliado en Takeda Nobutora. Ya en 1524, un ejército takeda de 18.000 hombres se dirigió contra los Hōjō, aunque al final se llegó a un acuerdo de paz. Dicho acuerdo se rompió en 1525, el motivo de la ruptura según la tradición es que Nobutora se habría incautado de una partida de halcones de caza con destino a Ujitsuna. No parece razón suficiente para que unos Hōjō inmersos en un enconado conflicto se buscaran un poderoso enemigo, y lo más razonable es que Nobutora renovara su alianza con Tomooki,
En 1525 los Takeda fracasaron en tomar el castillo de Tsukui en Sagami pero al año siguiente se resarcieron con una victoria al pie del monte Fuji en la llanura de Nashigi, donde se cobraron la vida de varios generales hōjō.

En 1530 se hizo un esfuerzo más serio por parte de los Uesugi-Takeda. Un ejército takeda, bajo el mando de Oyamada Nobuari, fue despachado para unirse al ejército de Tomooki. Ujitsuna había sido bien informado de esta marcha, y un ejército hōjō esperaba cerca de la frontera entre las provincias de Sagami y Kai, cayendo sobre las tropas takeda y derrotándolas. A continuación los Hōjō se encararon con las fuerzas de Tomooki, que habían emprendido el avance desde su reducto de Kawagoe, y las derrotaron contundentemente cerca de Kosawahara (Ozawahara); batalla en la que se estrenó el quinceañero Hōjō Ujiyasu, hijo de Ujitsuna.

En 1535 el conflicto Takeda-Hōjō, que se había enfriado, dio un giro: Imagawa Ujiteru, daimyō del clan Imagawa, decidió marchar a la guerra contra los Takeda. Se preparó una ofensiva conjunta desde dos frentes, y un ejército hōjō de 10.000 o 24.000 hombres (según que fuente se mire, pero más probable lo primero) cruzó el paso de Kagosaka hacia Kai. Cerca del lago Yamanaka, esperaba un ejército bajo el mando de los generales takeda Oyamada y Katsunuma. El ejército takeda resultó aplastado,
Sin embargo, los victoriosos Hōjō no pudieron sacar partido de haber dejado expedito el camino de invasión: Ōgigayatsu-Uesugi Tomooki alivió la presión sobre los Takeda avanzando hacia Odawara. El ejército hōjō tuvo que regresar a toda prisa hacia Sagami, pero no pudo evitar que Tomooki se retirara tras haber incendiado un buen puñado de aldeas. Dispuestos a vengarse, los Hōjō reunieron un gran ejército y alcanzaron a Tomooki en Iruma, infligiéndole una severa derrota.

En 1536, el joven Imagawa Yoshimoto sucedió al difunto Ujiteru. Yoshimoto tenía una buena relación con Takeda Nobutora (que le había apoyado en el proceso de sucesión), y forjó una alianza que enfureció a los Hōjō. Como represalia un ejército hōjō de 13.000 hombres invadió Suruga y asoló la región en torno al río Fuji.

En 1537, moriría Tomooki, y Ujitsuna pudo por fin desquitarse. Los Hōjō aprovecharon la confusión reinante en los Ōgigayatsu para atacar y tomar el estratégico castillo de Kawagoe, fortaleciendo su posición en Mushasi. Kawagoe se localizaba en el río Sumida, cerca del río Edo, y dominaba el camino de la provincia de Echigo; era considerada la llave de la región del Kantō ya que controlaba la ruta de invasión norte-sur.


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Castillo de Tsukui (Gentaro Kawaga)


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Batalla de Yamanaka (Anders K. Rue)


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Castillo de Kawagoe.



La (1ª) batalla de Konodai.
La muerte de Tomooki parecía abrir buenas perspectivas, ya que también supuso una pérdida de interés en la guerra por parte de Takeda Nobutora. Asegurado Kawagoe, las miras de Ujitsuna se volvieron hacia Shimōsa.
Los Hōjō ya habían hecho algún avance previo en dicha provincia; como por ejemplo la conquista del castillo de Sakasai. Se cuenta que durante el asalto a Sakasai murió el señor del castillo, Sakasai Muneshige, y su esposa Tomohime decidió suicidarse. Tal decisión no era rara en dicha época, pero sí la forma de suicidio elegida por Tomohime: usando una naginata, consiguió descolgar sobre sus hombros una campana de bronce que se usaba como instrumento de señales; cargando con la pesada campana se dirigió hacia el foso donde se arrojó, ahogándose.

La caída de Kawagoe y los avances hōjō en Shimōsa, alarmaron al clan Satomi, señores de Awa, cuya influencia se extendía por Kazusa y Shimōsa Previamente habían estado envueltos en una disputa interna, y poco habían podido hacer mas allá de esa incursión contra Kamakura en 1526 que ya se relató. Satomi Yoshitaka se alió con Ashikaga Yoshiaki contra los Hōjō. Yoshiaki tenía el título de Koga kubō, una especie de título de consolación al no tener suficiente poder en esta época para reclamar el título de Kantō kubō.
La alianza Satomi-Ashikaga confiaba en que la todavía reciente disputa entre los Hōjō y los Imagawa mantuviera distraído a Ujitsuna, pero éste consiguió reunir rápidamente a sus fuerzas y en 1538 se enfrentó a sus enemigos en Konodai (Shimōsa).
Yoshiaki exigió (de acuerdo a su rango) ostentar el mando de la fuerza aliada y desoyó a Satomi Yoshitaka que aconsejó atacar a los Hōjō antes de que estos cruzaran el río Tonegawa. Yoshiaki prefirió esperar la embestida hōjō, y pronto las cosas empezaron a ir mal para sus fuerzas. Viendo desde la colina de Konodai la situación apurada de Yoshiaki, Satomi Yoshitaka descendió en su auxilio y se empezaron a volver las tornas de la batalla.
Sin embargo, el hijo de Yoshiaki: Ashikaga Motoyori, se encontraba en una situación desesperado acosado por tropas hōjō; se cuenta que abatió a una treintena de samuráis enemigos antes de caer. Al recibir la noticia de la muerte de su hijo, Yoshiaki enloqueció de rabia y se lanzo a la refriega con renovado ímpetu haciendo retroceder a los Hōjō por un rato. Finalmente un arquero hōjō abatió a Yoshiaki, y las fuerzas aliadas se desmoralizaron, dejando en manos de los Hōjō una trabajada pero decisiva victoria. Por su parte, Satomi Yoshitaka tuvo que huir al corazón de sus dominios.
Ujitsuna moriría en 1541 tras una enfermedad.


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Suicidio de Sakasai Tomohime (G. Rava) (1536).


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Vista de Konodai y el río Tonegawa en el siglo XVIII (ukiyo-e de Utagawa Hiroshige).


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Estandartes Hōjō (Ritta Nakanishi); destaca el gran tamaño de algunos modelos, mayor que el habitual en otros clanes.
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Rafa.Rodrigo (kappo)
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Re: El Clan de los Hōjō de Odawara

Mensaje por Rafa.Rodrigo (kappo) »

Excelente y los muchas gracias te sigo :Bravo
[...] y 100 millones de ducados [...]
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Flavius Stilicho
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Re: El Clan de los Hōjō de Odawara

Mensaje por Flavius Stilicho »

Gracias. Espero que guste el tema.
Al menos a los que hayan jugado al Shogun Total War, supongo que les sonará algo el clan.
:wink:
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Flavius Stilicho
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Re: El Clan de los Hōjō de Odawara

Mensaje por Flavius Stilicho »

Hōjō Ujiyasu: el gran general (1541-1571).
El kandaka de los Hōjō.
Hōjō Ujiyasu (nacido en 1515) representó la 3ª generación Hōjō, y su mandato es considerado el de mayor esplendor del clan. Aunque perdura su fama como comandante, también fue un administrador dotado, y fue precisamente bajo su mandato cuando se acabaron de refinar los métodos de censo y gravamen en las tierras Hōjō.

En época de Ujiyasu además de los campesinos, fueron censados e incorporados al sistema artesanos, comerciantes y otros oficios. En el caso de los campesinos, incluso sus viviendas pasaron a figurar dentro del censo.
En 1550 los Hōjō detectaron que algunos agricultores estaban abandonando sus campos, así como que había otros que ocultaban parte de su producción. La conclusión del clan es que había que aligerar las cargas de los campesinos en aspectos como la corvea, y sobre todo que había que evitar abusos por parte de los samuráis propietarios. Para ello el clan pasó a involucrarse en la gestión de la recaudación no sólo de las tierras del daimyō sino también la de los samuráis propietarios, perdiendo estos buena parte de su independencia.
Una vez censados los vasallos, sus obligaciones económicas y militares fueron registradas bajo el sistema kandaka. En 1559 el registro estaba listo en forma del Odawara-shū shoryō yakuchō, donde se recogían cerca de 500 samuráis de los Hōjō (en 825 villas), cuyas tierras no pertenecían directamente al daimyō; dichas tierras estaban ahora valoradas tanto económica como militarmente en una suma monetaria expresada en “kan” (kanmon).

En el sistema kandaka los pagos de impuestos se hacían en metálico (frente al sistema kokudaka que se hacían en arroz). Para que funcionara bien – y muchos daimyōs tuvieron que renunciar a servirse de él-, además de una competente administración, se requería de una cierta capacidad para acuñar y mantener dinero en metálico en circulación. Los Hōjō tenían minas de oro en Izu, pero su producción antes de la era Tokugawa era escasa y para nada comparable con las ricas minas de oro y plata que tenían sus rivales Takeda y Uesugi. A falta de ricas minas, los Hōjō estimularon la creación y desarrollo de centros comerciales por todo el Kantō, centros donde la riqueza agrícola de la región se convertía en moneda. El propio Odawara se convirtió en un importante centro comercial, y en época de Ujiyasu apareció en la ahora ciudad un importante gremio artesanal.


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Retrato de Hōjō Ujiyasu.


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Estandartes de Hōjō Ujiyasu.



La batalla de Kawagoe.
Al poco de asumir el mando del clan, Ujiyasu tuvo que confrontar una nueva alianza contra los Hōjō. Las dos ramas Uesugi: Ōgigayatsu y Yamanouchi, decidieron dejar a un lado sus disputas y unirse por fin contra el enemigo común; lo mismo sucedió con los Ashikaga, y el nuevo Koga kubō Ashikaga Haruuji se unió a los Uesugi En el pasado los Hōjō habían medrado aprovechando las disputas entre todos ellos, ahora tocaba enfrentarse a su fuerza combinada.
Ya en 1542, los Ōgigayatsu (Ōgigayatsu-Uesugi Tomosada) por su cuenta habían intentado recuperar Kawagoe. Llegado octubre 1544, y fraguada la alianza, ahora serían 85.000 hombres (según las fuentes, aunque la cifra tal vez sea exagerada) los que marcharían contra Kawagoe. Además los aliados contaban con que los Hōjō estuvieran pendientes de su flanco occidental en la provincia de Suruga, donde los Takeda y los Imagawa se habían vuelto a aliar.

Ujiyasu estuvo rápido y hábil, tras llegar a un acuerdo de paz con los Imagawa y Takeda, se concentró en salvar Kawagoe. Dicha fortaleza estaba defendida por su hermano adoptivo Hōjō Tsunanari (procedente del clan Kushima, y adoptado por Ujitsuna). Tsunanari (también conocido como Tsunashige) aguantó el asedio durante varios meses dando tiempo a los preparativos de Ujiyasu. Aun así, cuando éste marchó hacia Kawagoe, en marzo de 1545, sólo contaba con unos 8.000 hombres.
Un valiente samurái consiguió atravesar las líneas enemigas para informar a Tsunanari de que la ayuda estaba en camino. La intención de Ujiyasu no era un enfrentamiento directo con una fuerza notablemente superior. Envió mensajeros a negociar con Ashikaga Haruuji una salida negociada, al parecer que se permitiera a la guarnición retirarse indemne aunque también puede ser que le tentaran a abandonar la alianza. Las negociaciones fracasaron pero los mensajeros (probablemente en conjunción con los ninja hōjō) se hicieron una buena idea de las disposiciones y del relajado ambiente de victoria en el campo rival.

A continuación Ujiyasu decidió llevar a cabo un plan, que sin duda hubiera contado con la aprobación de sus homólogos españoles a un mundo de distancia: una gran “encamisada” nocturna. Las tropas hōjō recibieron ordenes de aligerar su equipo, desprendiéndose de armaduras pesadas y se les proporcionó chaquetas de papel blanco para distinguir entre amigo y enemigo durante la noche. Además de cara al inminente combate se les prohibió que durante él practicaran la arraigada costumbre de detenerse a recolectar las cabezas de los enemigos abatidos.
A medianoche del 1 de abril, los hombres de Hōjō Ujiyasu se lanzaron al ataque; ataque al que se unió la guarnición de Kawagoe que ejecutó una salida contra las líneas enemigas. Los aliados fueron tomados totalmente por sorpresa, y para colmo uno de sus líderes: Tomosada cayó muerto.
La victoria fue decisiva. La muerte de Tomosada supuso el fin de los Ōgigayatsu-Uesugi; y las otras dos fuerzas quedaron muy debilitadas. Yamanouchi-Uesugi Norimasa, se retiró al castillo de Hirai (Kozuke), que perdería en 1551. A Norimasa no le quedó más remedio que refugiarse en la provincia de Echigo, y ponerse bajo la protección de su vasallo: Nagao Kagetora. Por su parte, Ashikaga Haruuji, sería capturado en 1554. También en 1554 se llegaría a una prometedora paz con los Takeda y los Imagawa, paz reforzada por vínculos matrimoniales.


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Estandartes del Ki-sonae (“regimiento” amarillo) de Hōjō Tsunanari.


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Batalla de Kawagoe (Gambat Radamkhand).


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Campañas en el Kantō 1540-1569



El (primer) sitio de Odawara.
Nagao Kagetora, señor de Echigo y el hombre que acogió a Uesugi Norimasa, pasaría a la historia con el nombre de Uesugi Kenshin. Kenshin se haría adoptar por Norimasa y acabaría por asumir el mando del clan. Aunque es más conocido por sus luchas contra Takeda Shingen, Kenshin no olvidaría que tenía una cierta “obligación” de combatir contra los Hōjō
En 1560, Kenshin se puso en movimiento hacia la provincia de Kozuke y capturó el estratégico castillo de Numata. En 1561, Kenshin avanzó hasta la propia Odawara con un enorme ejército que ascendía a cerca de 100.000 hombres según las fuentes tradicionales. En dicho ejército se incluían numerosos clanes aliados.
Cierta la cifra o no, lo cierto es que el ejército invasor era de tal tamaño que Ujiyasu se vio obligado a refugiarse en Odawara, eludiendo la confrontación directa.
Durante un par de meses, Kenshin asedió Odawara. El tomarla al asalto parecía fuera de cuestión, ya que en dicha época era una de las mas poderosas fortalezas de todo Japón, y contaba con una fuerte guarnición. A su vez estaba bien aprovisionada, aunque en esa época la región del Kantō atravesaba una hambruna. De hecho fue el poderoso ejército Uesugi el que empezó a notar antes la falta de provisiones, y poco a poco clanes aliados se fueran retirando a sus bases de origen.
El propio Kenshin no se podía permitir mantenerse ante Odawara mucho más tiempo, ya que Takeda Shingen aprovechó para atacar el territorio Uesugi en la provincia de Kozuke. Kenshin, se vio obligado a levantar el sitio y regresar al norte donde libraría con Shingen la famosa batalla de Kawanakajima. Eso sí, antes de abandonar Sagami pasó por Kamakura y se hizo proclamar Kantō kanrei, además de asumir formalmente el apellido Uesugi.


Había llegado la ocasión de contraatacar. A manos de los Uesugi se había perdido el valioso castillo de Matsuyama en el norte de la provincia de Musashi y era prioritario recuperarlo. Un ejército conjunto hojo-takeda de cerca de 50.000 hombres se dirigió contra Matsuyama a finales de 1562, aprovechando que Kenshin no podía enviar ayuda fácilmente desde Echigo, a través de las nevadas montañas. Al mando del contingente hōjō estaba el hijo de Ujiyasu: Hōjō Ujimasa, que desde 1560 era el líder nominal del clan, aunque Ujiyasu siguió dirigiendo el clan de facto hasta su muerte.
El comandante de Matsuyama: Uesugi Norikatsu, aguantó cuanto pudo (desde noviembre) pero no pudo rechazar un asalto a comienzos de febrero; asalto precedido por el derribo de parte de los muros a manos de los reconocidos “minadores” takeda (obreros procedentes de las minas). Norikatsu prefirió rendirse a suicidarse, convirtiéndose en vasallo de los Hōjō; aunque estos prefirieron dejar al frente del castillo a alguien de mayor confianza: Ueda Tomonao.


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La fortaleza de Odawara (maqueta).


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Intento de asalto a través de un foso shogi (Gentaro Kagawa), Odawara contaba con este tipo de fosos entre sus defensas exteriores.


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Castillo de Matsuyama-Musashi (Gentaro Kagawa).



La (2ª) batalla de Konodai.
En 1564 la atención de los Hōjō se vuelve hacia el Este, hacia el persistente clan Satomi. El marco de fondo era una disputa entre dos hermanos Ashikaga, en la que los Hōjō y los Satomi tomaron campos opuestos.
Ujiyasu era consciente de los movimientos del clan Satomi, y de que el avance de estos en Shimōsa se había detenido por falta de suministros. Ujiyasu ordenó a sus vasallos concentrarse rápidamente en Odawara. Se les instruyó para venir equipados (con armadura) y con provisiones, pero dado que se preveía una campaña corta se les dijo que no trajeran los acostumbrados porteadores/trabajadores.

Dos días después de concentrarse en Odawara, los cerca de 20.000 hōjō se encontraban en Konodai, frente a unos 8.000 satomi. Satomi Yoshihiro y Hōjō Ujiyasu se van a enfrentar en el mismo sitio en el que en el pasado se habían enfrentado sus padres.
Los Satomi retrocedieron ante el empuje de la vanguardia hōjō, confiando en arrastrarla hacia una trampa. Sin embargo, Ujiyasu había despachado a Ujimasa con una fuerza a posicionarse en la retaguardia enemiga. El resultado fue una clara derrota satomi. Satomi Yoshihiro consiguió escapar, abriéndose paso con su espada a través de las líneas hōjō Sin embargo, su hijo de 15 años: Chokuro, fue abatido por un samurái hōjō: Matsuda Yasuyoshi. Yasuyoshi sintió tal remordimiento por haber matado a un joven que difícilmente se podía considerar ya un guerrero, que se retiró a una vida monacal.

Los Satomi ya no representarían una amenaza para los Hōjō, pero eso no quiere decir que estuvieran dispuestos a ceder ante los Hōjō. Cuando los Hōjō establecieron una peligrosa base en la Mifunedai (Kazusa) en 1567, Satomi Yoshihiro consiguió derrotarlos contundentemente, impidiendo nuevos avances en la península Bōsō.


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Hojo Ujiyasu en un ukiyo-e de Yoshitoki. Tras la batalla de Konodai, el triunfante Ujiyasu compuso un poema:
He vencido al enemigo
como mi deseo era, en Konodai
ahora contemplo
el sol de la tarde de Katsuura.



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Un samurái al servicio de los Hōjō, acude a la llamada a las armas (Sasama Yoshihiko). Lo hace acompañado de 5 servidores que le atienden personalmente: uno para la bandera, dos llevan lanzas, uno un arcabuz y finalmente un criado para sujetar el caballo. En principio las armas son para el uso del samurái; si el samurái estuviera obligado a aportar más hombres, estos no se quedarían junto al samurái sino que se integrarían en unidades de lanceros, tiradores...



El (2º) sitio de Odawara.
La paz entre los Takeda, los Hōjō y los Imagawa se rompió en 1568 cuando ante lo que parecía una inminente caída de los debilitados Imagawa ante los Tokugawa, Takeda Shingen decidió actuar e invadir las provincias Imagawa. Ujiyasu y Ujimasa se sintieron por un lado obligados a defender a Imagawa Ujizane, y por otro preocupados por el avance de los Takeda en su flanco occidental.

Ujizane se había refugiado en el castillo de Kakegawa (provincia de Totomi), demasiado lejos de los Hōjō, que se conformaron con enviar por mar a 300 hombres que zarparon de la base naval hōjō de Shimoda (Izu). La preocupación de los Hōjō, era la invasión takeda de la vecina provincia de Suruga. Las tropas hōjō se movieron hacia Suruga en diciembre de 1568, bajo ordenes expresas de no saquear las tierras Imagawa. A la vez Ujiyasu y Ujimasa negociaron con Uesugi Kenshin no sólo una paz que puso fin a casi una serie anual de incursiones Uesugi en territorio hōjō, sino que le animaron a atacar a los Takeda.

Los Hōjō y Takeda libraron escaramuzas en Suruga, como la de Okitsu (1569) sin que ningún bando obtuviera una ventaja clara. Takeda Shingen intentó que los Hōjō desalojaran Suruga presionando en otros frentes y lanzó ataques contra los castillos fronterizos en otras provincias, consiguiendo tomar alguno de ellos. Asimismo Shingen se puso en contacto con otros clanes como los Satake y los Satomi para animarles a luchar contra los Hōjō

En agosto de 1569, Shingen se decidió a emprender una gran campaña y con cerca de 20.000 hombres cruzó la frontera desde Kozuke y penetró en Musashi. En primer lugar atacó el castillo de Hachigata, defendido por Hōjō Ujikuni (3er hijo de Ujiyasu). Las tropas takeda llegaron a abrirse paso hasta uno de los patios exteriores antes de ser rechazadas.
En vez de proseguir con el sitio, Shingen decidió dejar atrás el castillo y dirigirse hacia el castillo de Takiyama (también en Musashi) que estaba siendo asediado por otra fuerza takeda, procedente de Kai. Reunidas las dos fuerzas takeda, se procedió al asalto. En esta ocasión los takeda llegaron hasta el tercer recinto del castillo pero fueron finalmente rechazados. De nuevo Shingen, desistió de repetir el asalto.

Shingen optó por despreocuparse del hecho de dejar atrás dos guarniciones enemigas y optó por dirigirse directamente contra Odawara. Parece sorprendente que esperara triunfar ante la principal fortaleza hōjō cuando había fracasado previamente ante dos castillos menores. Es posible que supiera que dado que los Hōjō habían distribuido a sus tropas a lo largo de numerosos frentes y castillos, lOdawara había quedado con una guarnición reducida a unos 1.000 hombres. En teoría era posible capturar la capital hōjō con un audaz golpe de mano. Sin embargo cuando Shingen llegó ante Odawara no lo vio claro, tras un breve sitio de tres días se retiró tras incendiar la región alrededor.
Parece que Shingen se dio con satisfecho con una campaña de devastación de villas hōjō, pero ahora venía el problema de regresar tras una marcha en lo que no se había asegurado su línea de retirada.

Seguir desde Odawara hacia el Oeste, a través de la barrera Hakone estaba fuera de lugar por la importante presencia hōjō en la zona. Shingen optó por regresar en dirección norte por una ruta que le hacía atravesar el paso Mimase (Mimasetōge). Ujiyasu y Ujimasa adivinaron sus intenciones y se prepararon para interceptarle. Ujiteru y Ujikuni (2º y 3er hijos de Ujiyasu) fueron los encargados de esperar a Shingen en el paso Mimase y tenderle una trampa. Sin embargo, los exploradores takeda habían localizado previamente a los emboscados hōjō, y el ejército takeda se encontraba preparado para forzar el paso.
La vanguardia takeda al acercarse a Mimase se vio acosada por los tiradores hōjō, armados no sólo con arcos sino también con teppō (arcabuces), y se vio fuertemente presionada. Aunque Shingen envió refuerzos de ashigarus a la vanguardia, lo que decidió el combate fue la llegada de una fuerza takeda (Yamagata Magasake) que había sido enviada a través de otro paso y tomó de flanco a las fuerzas hōjō Los Takeda ganaron el combate y se abrieron paso, aunque parece que atrás quedó parte del convoy de suministros.


Al año siguiente (1570), las fuerzas takeda, bajo el mando del general Yamagata Magasake, intentaron apoderarse de la fortaleza de Nirayama (Izu). Nirayama no sólo tenía importancia militar, sino una fuerte carga simbólica por haber sido el castillo del fundador de la dinastía. Su defensa estaba en manos de Hōjō Ujinori (4º hijo de Ujiyasu). Los atacantes consiguieron abrirse camino a través de la red de fortines satélite del castillo, pero fracasaron por tres veces en su intento de tomar el castillo al asalto.
Los Takeda se acabarían desquitando del fiasco de Nirayama con la toma del castillo de Fukazawa, un importante castillo hōjō en Suruga. Fukazawa estaba defendido por el veterano Hōjō Tsunanari, el defensor de Kagawoe. Shingen le conminó a la rendición, mandándole el mensaje en una flecha (mensaje que todavía se conserva), pero Tsunanari aún resistió durante dos meses. Nuevamente sería clave, la llegada de los minadores (mineros) takeda de Kai, y finalmente Tsunanari accedió a pactar la rendición.

El conflicto Hōjō-Takeda había sido cuantioso en pérdidas para ambas partes, y culminó en 1571. La paz se selló poco después de la muerte de Ujiyasu, aunque éste mismo parece haber animado a su hijo a negociarla antes de morir.


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Batalla de Okitsu (Mariusz Kozik).


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Castillo de Hachigata.


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Odawara en la época del ataque de Shingen (Gentaro Kawaga).
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Re: El Clan de los Hōjō de Odawara

Mensaje por Flavius Stilicho »

Organización militar de los Hōjō
Liderazgo.
Los clanes japoneses eran organizaciones feudales en las que eran frecuentes las disputas entre los miembros de la familia (sobre todo a la hora de la sucesión); así como también que los principales vasallos utilizaran su poder para interferir dentro del clan, rebelarse o incluso en ciertos casos llegar a suplantar a la familia principal. En ese sentido el clan Hōjō fue modélico ya que se libró de disputas internas de entidad. El hecho de comenzar desde “cero” (Sōun y sus seis samuráis) sin tener una “familia” de vasallos ya establecida, le permitió ir tomando medidas para evitar los problemas que a veces aquejaban a otros clanes.

El estilo de liderazgo de los Hōjō, hizo hincapié en la “unidad familiar”. Las sucesiones se llevaron a cabo sin problemas, varias veces organizándose en vida del líder, el cual pasaba el testigo formal a su heredero pero seguía activo. Los (en otros clanes problemáticos) hermanos, se mostraron aquí leales y capaces, asignándoles los puestos de mayor responsabilidad y confianza. Así vemos de manera frecuente que las principales campañas o la defensa de fortalezas importantes están en manos de miembros de la familia; siendo algunos de ellos adoptivos, como el caso notable de Hōjō Tsunanari.

Junto a estos miembros de la familia, hay una serie de vasallos de confianza, a los que también recurrir. Aunque el sistema hōjō vigila que no cobren suficiente fuerza como para crear su propio “clan”; por ello no es extraño que entre ellos no surgieran grandes figuras (“generales de renombre”) ya que no se dio pié a ello.
Lo normal era dividir o recolocar a los vasallos samuráis, con redistribuciones de tierras según se iban conquistando territorios. A los considerados más fiables se les asignaba a los castillos de la cambiante frontera pero con la prevención de que mantuvieran tierras en zonas interiores, tierras que perderían en caso de cambiarse de bando.
Una forma adicional que practicaron los Hōjō de obtener vasallos de confianza, fue la de ofrecer el status de samurái a aquellos “jefes de aldea” que se mostraban dispuestos y más o menos capaces.


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Estandartes del kuro-sonae (“regimiento” negro). En torno a 1559 estaba bajo el mando de Tame Mototada, un general de confianza de los Hōjō que fue encargado de defender el estratégico castillo de Hirai.


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Okabe Gonnodayu, samurái del hatamoto hōjō (guardia). Su emblema es un jabalí salvaje que luce en un sashimono que un asistente está retirando previo al combate.



El ejército de los Hōjō.
Como todo ejército samurái de la época, el kashindan (el grupo armado de seguidores) se componía de varios elementos. Por un lado estaba el contingente de tropas de la familia (Kamon-shu) y por otro el de los aliados (Takoku-shu); a esto se añadían las tropas que aportaban los samuráis propietarios de tierras.
Los ashigarus (descontados un puñado de asistentes personales) que aportaban los diversos samuráis se agrupaban en unidades propias (con samuráis como oficiales), y su mando estaba centralizado. Además directamente al servicio del daimyō había una unidad de guardias de corps (hatamoto) que ejercían de guardaespaldas y mensajeros de confianza.
En 1559 el hatamoto de Hōjō Ujiyasu se componía de 120 guardias (sin contar con sus servidores/ asistentes). Los guardias eran samuráis con tierras que además de su propio servicio aportaban el de otros servidores que les correspondían según su valoración económica, aunque al tratarse de guerreros semi-profesionalizados lo normal era que el daimyō les pasara un estipendio para cubrir parte de sus gastos en seguidores.


El tamaño del ejército movilizable por los hōjō se estima en unos 20.000 hombres en época de Ujiyasu, y de 50.000 hombres en 1590 (aunque a veces se dan cifras superiores). Dentro de la composición del ejército destacaba la presencia de los 5 regimientos (sonae) “de colores”, en concreto de los 5 “colores de la suerte”: Aka-sonae (regimiento rojo), Ki-sonae (regimiento amarillo), Ao-sonae (regimiento azul), Kuro-sonae (regimiento negro) y Shiro-sonae (regimiento blanco). El regimiento blanco estaba asociado a la armada hōjō, al menos en 1559.


Podemos hacernos una cierta idea de la composición del kashindan hōjō en base a varios registros:
1556. Guerreros “Inami” (442,4 kan). 56 hombres: 12 jinetes (samuráis), 44 hombres a pie.
1571. Okamoto Masahide (hatamoto) (59 kan). 17 hombres: 1 samurái a caballo, 4 samuráis a pie, 6 ashigarus con lanza, 2 ashigarus portaestandartes y 4 ashigarus más (probablemente asistentes/porteadores).
1572. Miyagi Shirobei no jo (284,8 kan). 35 hombres: 7 samuráis a caballo, 17 ashigarus con lanzas, 2 ashigarus con arcabuz, un ashigaru con arco, 3 ashigarus portaestandartes y 5 ashigarus más.
1581. Ikeda Sozaemon (¿? kan). 27 hombres: 7 samuráis a caballo, 12 ashigarus con lanza, un ashigaru con arcabuz, un ashigaru con arco y 6 ashigarus más.
1588. Inomata Kuninori (150 kan). 25 hombres: 1 samurái a caballo, 2 ashigarus con lanzas, 1 ashigaru con arcabuz, 1 ashigaru portaestandarte y 20 tiradores ashigaru (con arcabuz).

En el último caso (Kuninori) se refleja perfectamente la división entre los asistentes del samurái que permanecen junto a él (portando las lanzas y el arcabuz del samurái) y los ashigarus que se desligan del contingente personal para asignarlos a una unidad especializada. En los casos anteriores hay que asumir que 4-5 ashigarus permanecerán junto al samurái. Se da el caso registrado de un samurái hōjō valorado en 25 kan que únicamente aportaba su servicio (montado) y el de dos ashigarus que le acompañaban: uno con su lanza y el otro para llevar la bandera. Como se ve Masahide, miembro del hatamoto, aporta mayor nº de hombres en proporción al valor de sus tierras, por lo que probablemente recibía un estipendio aparte de las arcas del daimyō


Acorde con la época, la caballería samurái no sería demasiada numerosa sobre el total, algo menor al 20%. En el caso de los Hōjō, la caballería no parece gozar de tanta fama como en sus vecinos los Takeda, probablemente por una falta de práctica en la organización de grandes unidades.
El punto fuerte de los Hōjō parece haber sido el uso de lanceros ashigaru, movilizados en grandes cantidades para “conquistar y asegurar” el terreno. El número de los tiradores no parece haber sido muy alto, según los registros que se conservan pero en muchos casos sólo se sabe el número de hombres a aportar y no su distribución. Para 1587 ya se ve una organización más avanzada con unidades de lanceros, arqueros y arcabuceros, siendo la presencia de unidades de arqueros mayor que en otros clanes que ya estaban más avanzados en la adopción masiva del teppo (arcabuz).
Los Hōjō se encontraban alejados de las rutas comerciales y los principales centros de producción de los teppo de origen portugués. Las crónicas hōjō hablan de que Sōun, recibió un teppo como regalo en 1510, pero este habría sido algún modelo de origen chino y probablemente quedó relegado a la categoría de curiosidad. Sus enemigos, los Takeda también iban en su día retrasados en la adopción del teppo, pero en 1559 los Uesugi ya recibieron la fórmula de la pólvora “bárbara” como regalo del shogun y parecen haber cobrado cierta ventaja sobre sus vecinos. Diez años más tarde, ya parece que los Hōjō usan de arcabuces en cierto número en la batalla de Mimasetoge.


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Representación del contingente del samurái Okamoto Masahide, miembro del hatamoto (Ritta Nakanishi).


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Armadura hōjō. Se han conservado varios ejemplares con el emblema de los Hōjō, y parece que estos demandaban cierta uniformidad a los samuráis que aportaban seguidores a las unidades de tropas.


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Llamada a las armas en tierras hōjō, en torno a 1560 (Howard Gerrard). Los ashigarus son avisados de la inminencia de una campaña para que se preparen, recogen en casa sus armas (algunos elementos como armaduras y cierto tipo de armas permanecen almacenadas en el castillo) y continúan el trabajo con ellas a mano. Cuando se escucha la señal de asamblea o bien acuden rápidamente al castillo (si la señal es de urgencia) o bien pasan primero por casa para despedirse de la familia y vestirse con su mejor traje. Una vez en el castillo son registrados, y se les asignan las tareas que van a desempeñar.



Red de fortalezas.
El pilar de la estrategia defensiva de los Hōjō era su red de castillos, un elemento con el que ha quedado asociado para la posteridad. Una red que le fue muy útil en diversas situaciones, sobre todo cuando adoptaron una posición defensiva, pero que a la postre no pudo evitar su destrucción como clan.

Normalmente la red de fortalezas, se componía de un castillo/fortaleza principal (honjō) y varios castillos satélite (shijō)). Según se fueron extendiendo sus dominios, los Hōjō establecieron en cada provincia de sus dominios un castillo principal, reforzado por un buen número de castillos satélite. Algunos castillos satélite podían ser de poca entidad, pero otros ocupaban zonas estratégicas como rutas de invasión o bien protegían importantes poblaciones; por lo que algunos llegaban a ser de un buen tamaño y acaban teniendo su propia subred de castillos satélite.
Dentro de estas redes de pequeños satélites, la función de muchos era mas un tema de servir como puestos avanzados, atalaya de comunicaciones y depósitos. Los Hōjō dedicaron especial esfuerzo al tema de las comunicaciones. Se valían de tradicionales hogueras para mandar señales, sobre todo por la noche, aunque también se podían usar distintos tipos de “combustibles” como por ejemplo excrementos secos de lobo para modificar el color del humo y mandar mensajes algo más complejos. Especialmente importante era que la red de castillos de costa diera aviso sobre incursiones navales. Asimismo los castillos para dar avisos a la zona circundante recurrían a campanas, en especial para dar la orden de recoger los suministros y acudir a la fortaleza, o bien el gran tambor taiko para dar el aviso de alarma a los guerreros de ponerse la armadura y estar prestos para el combate.


Los principales castillos estaban en manos de miembros de la familia o de vasallos de confianza, contando con una guarnición permanente que se reforzaría en tiempos de guerra movilizando a los samuráis-granjeros y los campesinos-ashigaru. Una labor fundamental era la de mantenimiento de los castillos, en la que tenían que participar los campesinos de la zona pero no sólo ellos. En 1587, un tifón dañó gravemente el castillo de Hachigata y su comandante: Hōjō Ujikuni ordenó que la reparación de los muros debía tener prioridad sobre la de las propias casas de los guerreros del castillo, y en el caso de aquellos samuráis que estaban fuera de campaña debían ser sus esposas (y criadas) las que colaboraran en las reparaciones. Tratándose de una tierra, azotada frecuentemente por tifones y terremotos, las labores de reparación en los castillos eran bastante frecuentes.
Otro aspecto importante era mantenerlos aprovisionados para caso de sitio, y las leyes hōjō eran bastante rigurosas prohibiendo el movimiento de alimentos en tiempos de campaña sin el correspondiente permiso oficial.






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Castillo yamajiro de Yamanaka (Peter Dennis). Yamanaka controlaba el estratégico paso a través de la barrera Hakone hacia Odawara.

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Odawara (Gentaro Kagawa), principal fortaleza hōjō y honjō por excelencia.


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Castillo de Shimoda (Gentaro Kagawa). Shimoda era la principal base naval hōjō


Tipos de castillos.
El primer castillo levantado por los Hōjō, fue el de Nirayama (Izu). Era un típico castillo de la época, del tipo yamajiro (“de montaña”). El yamajiro tenía una larga tradición, y en principio era el modelo favorito al inicio de la era Sengoku. Los yamajiro ofrecían una excelente visión del entorno, y eran menos vulnerables a los terremotos. Por contra estaban limitados por el relieve de la montaña, aunque en algunos casos se llevaron a cabo importantes labores para “esculpir” la propia montaña.
Para trazar su contorno, Hōjō Sōun se sirvió del bastante simple método “nawabiri”: a lo largo de la montaña se usaron cuerdas estiradas y estacas para delimitar por donde irían los muros de tierra. Dichos muros se trataba de erigirlos verticalmente para dificultar el arraigo de vegetación; durante su construcción se solían utilizar paneles de madera para ayudar a darles forma. Encima de los muros se insertaban estructuras de madera como parapetos y torres. Al pié de los muros se abrían fosos, en algunos casos como el de Yamanaka (Izu) se usaban fosos shogi, con su peculiar forma ajedrezada. Dichos fosos dificultaban el ataque obligando a los atacantes a moverse a través o por encima de las secciones que cruzaban el foso, a la vez que se exponían al fuego de los defensores.


Las necesidades estratégicas de control del territorio y de mejorar las redes de comunicaciones, llevaron a que cada vez se diera más importancia a los castillos en terreno más o menos llano. Así tenemos que cobran importancia los hirayamajiro (montaña & llano), castillos que se situaban en una colina o zona elevada dentro de una planicie. Para compensar la falta de defensas naturales que ofrecía una montaña, dichos castillos hacían un uso más extensivo de fosos y murallas.
Odawara, considerada una de las fortalezas más importantes de Japón durante la época, era un hirayamajiro. Los Hōjō se dedicaron a ampliarlo y mejorar sus defensas. El castillo original se asentaba en una colina, y se fueron añadiendo con el tiempo diversos recintos fortificados para ampliar la superficie. Por el lado de la colina, había fosos secos, mientras que en el lado del llano eran húmedos.

No siempre se podía encontrar un terreno elevado apropiado, por lo que también existía el hirajiro (castillo en el llano); más difíciles de defender pero una necesidad para controlar ciertos enclaves de importancia económica y/o política. A partir de la década de 1540 se empezó a extender el uso de piedra para levantar muros, algo hasta entonces poco usado; lo que permitió construir ejemplares de hirajiro mejor defendibles (así como menos vulnerables a los terremotos).
La extensión de las nuevas técnicas constructivas fue de Oeste a Este, por lo que los Hōjō llegaron un poco tarde a estas novedades, aunque parecen haber tomado nota de los avances de cara a alguna de las últimas construcciones en la década de 1580; como por ejemplo en Hachiōji, aunque estuviera asentado en una montaña.


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Castillo yamajiro de Nirayama (Gentaro Kawaga).


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Castillo de Sakasai (Shimōsa), aunque situado sobre una leve altura y técnicamente considerado un hirayamajiro, en la práctica es casi más un hirajiro cuya principal defensa es el río y el foso húmedo.


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Restos de la muralla de piedra de Hachiochi, junto a un puente. El escalonamiento en terraza puede deberse a que los constructores hōjō todavía no estaban muy familiarizados con el levantamiento de muros de piedra.
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Re: El Clan de los Hōjō de Odawara

Mensaje por Flavius Stilicho »

Hōjō Ujimasa y Hōjō Ujinao: el crepúsculo de los Hōjō (1571-1590).
Hōjō Ujimasa, el diplomático.
Ya hemos visto como Ujimasa (nacido en 1538) había asumido nominalmente el mando del clan en 1560, compartiéndolo de facto con su padre a pesar de su supuesto retiro. Lo mismo sucedería entre Ujimasa y su hijo Ujinao (nacido en 1562). Ujimasa abdicaría en 1580 pero de facto seguiría al frente del clan hasta su fin, compartiendo el liderazgo con su hijo.

Una vez sólo, Ujimasa tuvo que emprender el camino de la diplomacia, algo que inicialmente dio sus frutos. Se logró la ansiada paz con los Takeda que supuso un alivio después de años de estragos, aun a costa de enemistarse de nuevo con Uesugi Kenshin que volvió a realizar incursiones en territorio Hōjō Como parte de la alianza con Shingen, Ujimasa tuvo que despachar 2.000 hombres en 1572 a asistir en la campaña contra Ieyasu Tokugawa.

En general Ujimasa pudo dedicarse a consolidar la posición de su clan durante buena parte de la década de 1570. Shingen moriría en 1573 y Kenshin en 1578. La muerte de este último supuso la vuelta del conflicto. La disputa por la sucesión dentro del clan Uesugi (Kenshin no había tenido hijos) enfrentó a Uesugi Kagetora con Uesugi Kagekatsu.
El clan Hōjō apoyó a Kagetora, ya que este había nacido dentro del propio clan antes de ser adoptado por Kenshin, en el marco de unas negociaciones de paz. Tradicionalmente se ha presentado a Kagetora como Hōjō Ujihide, el hijo mas joven de Ujiyasu; aunque parece que hay evidencias de que esto es un error, pudiendo haber sido por ejemplo un hijo de Hōjō Tsunanari. Por contra Kagekatsu encontró apoyo exterior en el nuevo daimyō takeda: Takeda Katsuyori, lo que supuso la ruptura de la alianza Hōjō-Takeda. La sucesión se resolvió a favor de Kagekatsu, que consiguió reunir mayor apoyo interno dentro del clan e imponerse a Kagetora.

Los Takeda y los Hōjō se enfrentarían durante varios años a lo largo de la costa de Izu, con participación tanto de fuerzas terrestres como de fuerzas navales. La principal batalla tuvo lugar en Omosu (1580) cuando las fuerzas de Ujimasa atacaron a las de Katsuyori, aunque se habla de una victoria hōjō parece que la batalla estuvo lejos de ser decisiva.
En cualquier caos, los Takeda tenían las horas contadas y desaparecerían en 1582 cuando sus territorios fueran invadidos y conquistados por un ejército Oda-Tokugawa.


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Hōjō Ujimasa (izquierda) y Hōjō Ujinao (derecha).


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Castillo de Nagahama (Gentaro Kagawa), base naval en la bahía de Suruga desde la que operaron las fuerzas navales hōjō en su lucha con las takeda.



Los últimos triunfos: Kanagawa.
La destrucción de los Takeda era un reflejo del cambio de los tiempos. Oda Nobunaga (1534-1582) se había convertido en la fuerza dominante del país, y el proceso de unificación estaba en marcha aunque probablemente los Hōjō no fueran del todo conscientes. De lo que sí eran conscientes es de que ahora tenían en sus fronteras a un poderoso rival. Los intentos de acercarse a Nobunaga fueron vanos ya que éste fue asesinado por un vasallo en 1582.
Los Hōjō aprovecharon la confusión dentro del clan Oda para lanzarse contra Takigawa Kazumasu. Kazumasu era un general Oda que había destacado en la destrucción del clan Takeda, y Nobunaga lo había instalado en la provincia de Kozuke, con el mandato de vigilar la región del Kantō
El ejército Hōjō bajo el mando del propio Hōjō Ujinao, acompañado por su tío Hōjō Ujikuni, reunió una impresionante fuerza de 56.000 hombres, y se dirigió hacia la frontera entre Musashi y Kozuke. Las tropas hōjō batieron a los cerca de 20.000 hombres de Kazumasu en la batalla de Kanagawa (1582), y éste se vio obligado a abandonar la región, mientras los Hōjō se hacían con Kozuke.

El vacío creado en la región, tras Kanagawa, impulsó a Tokugawa Ieyasu a internarse en las provincias de Kai y Shinano. Hubo varios choques fronterizos entre los Hōjō y los Takeda, pero finalmente se llegó a un acuerdo. Los Hōjō recibieron algunas tierras en Kai, y se concertó una boda entre una hija de Ieyasu y Hōjō Ujinao.
Ujimasa y Ujinao creyeron tener su flanco occidental firmemente controlado, pero estaban equivocados. La sucesión en el clan Oda culminó con el ascenso de Toyotomi Hideyoshi, un hombre que había empezado de ashigaru y ascendido hasta general, y que acabó absorbiendo el clan de su antiguo señor y se hizo cargo de su legado. Hideyoshi e Ieyasu combatieron en la inconcluyente campaña de Komaki (1584), y éste último acabó aceptando aliarse con Hideyoshi asumiendo una posición subordinada.


Parece que Ujimasa y Ujinao confiaban en que los problemas en el Oeste, les dieran tiempo a seguir extendiendo sus dominios incluso más allá del Kantō En 1584 su objetivo fue el clan Satake, pero un gran ejército hōjō fue derrotado por Satake Yoshishige en Numajiri (Shimotsuke), al parecer gracias al uso masivo y acertado de armas de fuego.
Los Satake y los Uesugi, tenían buenas relaciones con Toyotomi Hideyoshi, lo que incrementó en los Hojo una sensación de aislamiento. De momento Hideyoshi estaba concentrado en el Oeste, pero una vez sometidos los clanes occidentales volvió sus miras hacia el último gran clan independiente que quedaba en Japón: los Hojo.


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Castillo de Numata (Kozuke); estratégico castillo que se disputaron los Sanada y los Hōjō, hasta que Hideyoshi optó por cedérselo a los Hōjō a cambio de que los Sanada obtuvieran el castillo de Nagurumi.


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Extensión del poder de los Hōjō en tiempos de Ujimasa.


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Estandartes de Hōjō Ujimasa (Emmanuel Valerio).



El (3er) sitio de Odawara.
Lo más inteligente hubiera sido someterse a Hideyoshi pero los Hōjō mantuvieron una actitud desafiante. A partir de 1587 empezaron a preparar sus defensas, reuniendo a sus guerreros que sumarían al menos 50.000. Una cifra en cualquier caso insuficiente si se compara con los 200.000 que Hideyoshi había reunido en su última campaña, pudiendo reunir ahora sin problemas una cifra mayor.
En diciembre de 1589, Hideyoshi se hartó de las maniobras de los Hōjō. Aparentemente Ujimasa había prometido acudir a Kioto a rendir vasallaje a Hideyoshi (o al menos así lo había entendido éste) y no había cumplido. No sólo eso sino que los Hōjō habían atacado el castillo de Nagurumi (Kozuke) perteneciente al clan Sanada, vasallos desde hace poco de Hideyoshi.

En abril de 1590 estaban completados los preparativos para invadir las tierras Hōjō. Fueron movilizados 200.000 hombres, incluidos cerca de 30.000 que tenía que proveer Tokugawa Ieyasu (para demostrar su lealtad a Hideyoshi). Ujinao propuso enfrentarse directamente a la invasión, probablemente su intención no era tanto dar una batalla campal sino hacer uso de la red de fortalezas hōjō para por un lado contener a los atacantes y por otro atacar a cuerpos separados. Sin embargo se impusieron Ujimasa y otros consejeros: los Hōjō retiraron la mayoría de sus fuerzas a su fortaleza de Odawara. A costa de reforzar Odawara, la mayoría de los castillos hōjō vieron reducida su guarnición al mínimo, y tendrían que aguantar sin confiar en la llegada de socorros.
Odawara estaba pues bien defendida y aprovisionada, por lo que los dirigentes hōjō confiaban en que el enorme ejército de Hideyoshi, incapaz de tomar la fortaleza al asalto se tuviera que retirar eventualmente por falta de suministros.

Estaba claro que los Hōjō no acababan de entender a lo que se enfrentaban. Hideyoshi no era un daimyō más; era un meticuloso y prudente general que tenía acceso a grandes recursos y sabía como utilizarlos. La logística de la campaña fue impresionante para la época, y Hideyoshi ordenó almacenar 200.000 koku de arroz para sus hombres (un koku de arroz era teóricamente lo que consumía un hombre durante un año), así como grandes cantidades de forraje. Además de crear una red de almacenes, se reunió una flota de cargueros que debía acompañar al ejército.


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Campaña de Odawara.


Las fuerzas navales de Hideyoshi se ocuparon de que la escuadra hōjō no molestara, y pusieron sitio por mar a la base naval de Shimoda (Izu). Shimoda estaba defendida por apenas 600 hombres pero los sitiadores no parece que se decidieran a asaltarla, y la fortaleza aguantó hasta que cayó la propia Odawara.

El camino principal de la invasión terrestre era la ruta del Tokaido, y antes de llegar a Odawara se encontraba la fortaleza clave de Yamanaka en la ruta del Tokaido cerca del estratégico paso Hakone. Yamanaka contaba con una respetable guarnición de 3.000 hombres, bajo el mando de Hōjō Ujikatu, que se esperaba suficiente para contener un tiempo al enemigo. Sin embargo el ejército enemigo contaba con 50.000, bajo el mando de Toyotomi Hidetsugu (y Tokugawa Ieyasu), y éste no estaba dispuesto a perder tiempo asediando Yamanaka. El castillo fue tomado en sólo medio día tras un brutal asalto. La ruta occidental hacia Odawara quedó despejada.
Aun así quedaban castillos en Izu por conquistar, y una fuerza de 40.000 hombres (Oda Nobukatsu) fue enviada a tomar la antigua sede familiar de Nirayama, defendida por Hōjō Ujinori con 3600 hombres. El viejo castillo de Sōun, aguantó un sitio de 3 meses, rindiéndose mas o menos en la misma época de Odawara; también es verdad que a diferencia de Yamanaka no representaba una amenaza.


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Asedio del castillo de Yamanaka.


El sitio de Odawara empezó en mayo, tras haber despejado la ruta del Tokaido. A las fuerzas terrestres se unieron fuerzas navales para cerrar el bloqueo por todos lados. Hideyoshi no tenía intención de desperdiciar guerreros en sangrientos asaltos, y como ya hemos comentado venía preparado para un largo asedio. Confiaba en que se resolvería para finales de año, pero si se prolongaba estaba tan bien preparado para ello.
Las tropas toyotomi y aliadas cavaron un doble foso para cercar a Odawara, y a partir de ahí tenían poco que hacer. A Hideyoshi le preocupaba que una prolongada inactividad llevara a su heterogéneo ejército a buscar bronca entre sí, y además quería mostrar a los defensores su determinación a esperar lo que hiciera falta. Por todo ello, Hideyoshi transformó el campamento de sitio en una verdadera “ciudad” a la que acudieron mercaderes, artesanos, músicos, bailarinas, cortesanas e incluso las propias esposas de muchos samuráis. Los sitiadores se dedicaron a festejar mientras los sitiados en sus parapetos rumiaban su triste situación.
Aun así algunos sitiadores seguían deseando otro tipo de emociones, y por ejemplo las tropas de Ii Naomasa (vasallo de Ieyasu) se las apañaron para librar alguna escaramuza con los defensores, sin mayor trascendencia que la de probarse a si mismos como guerreros.


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Combate entre los ashigarus de Ii Naomasa y los del regimiento negro de los Hōjō, Odawara 1590 (Howard Gerrard).


Donde si había algo mas de lucha era en otros frentes. Junto a la de Tokaido, la otra ruta principal de invasión era a través de Kozuke hacia Musashi, por el que sería conocido más tarde como camino Nakasendo entre Edo y Kioto.
En dicha ruta el principal obstáculo era el castillo de Hachigata. El cuerpo encargado de despajar ese camino, eran los 35.000 hombres de Maeda Toshiie y Uesugi Kagekatsu. Hachigata estaba defendido por Hōjō Ujikuni con 3.000 hombres, que consiguieron resistir durante un mes. Finalmente Ujikuni se rindió, bajo la condición de que se respetara la vida de sus hombres.
Tras tomar Hachigata, ambos generales se dirigieron (en junio) hasta el castillo de Hachiōji (Musashi), cerca del paso Kobosatsu. Hachioji era uno de los últimos castillos levantados por los Hojo. Se empezó a construir en 1572 como respuesta a la invasión de Takeda Shingen, con el objetivo de controlar la ruta hacia Kai, y estaba situado en una montaña. Su comandante era Hōjō Ujiteru, pero había partido para Odawara, por lo que su guarnición era limitada. El sitio duró un sólo día, ya que el castillo fue tomado al asalto a pesar de la tenaz resistencia de los defensores. Al ver todo perdido muchos guerreros y sus familiares se suicidaron; muchas mujeres se arrojaron a una cascada cercana y se dice que el agua corría roja de sangre. La noticia de la caída de Hachiōji, desalentó a la escasa guarnición del castillo de Tsukui, el otro gran castillo hojo fronterizo con Kai, que optó por la rendición.


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El sitio de Hachiōji.


Aunque se trataban de objetivos secundarios, varias fuerzas fueran despachadas a someter los castillos hōjō en las fronteras orientales, asi como someter a clanes todavía aliados a los Hōjō. Honda Tadakatsu (vasallo de Ieyasu) marchó contra el clan Chiba en Shimōsa, conquistando su fortaleza de Sakura y sometiendo al clan.
Peor suerte tuvo Ishida Mitsunari que había empezado bien su campaña conquistando el castillo de Tatebayashi, pero “naufragó” cuando se dirigió contra el castillo de Oshi del clan Narita. Su lider, Narita Ujinaga, se encontraba en Odawara sirviendo a los Hōjō; asi que la defensa recayó en su hija: Kaihime (y su hermano pequeño). Mitsunari contaba con 23.000 hombres frente a los 600 guerreros y 2.000 campesinos que guarnecían Oshi.
Oshi era un castillo rodeado de marismas, que dificultaban el ataque. Tras ver rechazados varios asaltos, Mitsunari optó por utilizar una estrategia que su señor Hideyoshi había usado con éxito en el pasado: inundar un castillo desviando con diques el flujo de los ríos. Las tropas toyotomi construyeron enormes diques, y una enorme cantidad de agua anegó la zona, pero eso no impresionó mucho a los defensores que se limitaron a asumir que su castillo ahora había pasado a “flotar” en medio de un lago. Oshi no se rindió hasta que le llegaron noticias de la caída de Odawara.


Odawara aguantó hasta comienzos de agosto. No es que se hubieran agotado los abundantes suministros, sino que las noticias eran desalentadoras. Los castillos hōjō iban cayendo, y los sitiadores vivían a cuerpo de rey sin mostrar signos de que fueran a pasar penurias en un futuro. El 4 de agosto, los Hōjō comunicaron a Hideyoshi su rendición incondicional.


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El sitio de Oshi (el “castillo flotante”).



El destino del clan.
Quedaba por ver, cual sería el destino del clan Hōjō. Hideyoshi había sido benévolo en el pasado con algunos de sus enemigos, permitiéndoles seguir existiendo una vez que lo habían reconocido como amo. No iba a ser el caso de los Hōjō.
A Ujimasa y su hermano Ujiteru se les obligó a suicidarse. A Ujinao se le ahorró el cometer seppuku gracias a la intercesión de su suegro, Ieyasu. Ujinao fue exiliado y murió en 1591 sin haber tenido descendencia. Hideyoshi no acabó con todos los Hōjō, otros hermanos de Ujimasa como Ujikuni (que se rindió en Hachigata) y Ujinori (que había defendido Nirayama) fueron perdonados. Los Hōjō supervivientes fueron desposeídos de sus tierras y compensados con pequeños feudos en sitios donde no pudieran volver a ser peligrosos.

Para las tierras Hōjō, cinco provincias y parte de otras tres, Hideyoshi tenía un gran plan diseñado. Se las ofreció a Tokugawa Ieyasu, a cambio de que abandonara sus propias provincias. Se trataba de un regalo envenenado que Ieyasu no podía rechazar sin generar suspicacias. Hideyoshi conseguía alejar al peligroso Ieyasu del centro de Japón, además de separarlo de una población leal (aunque sus principales vasallos le siguieron al Kantō). Por otra parte, Ieyasu era un hombre paciente y vio las posibilidades que le ofrecía la región de Kantō. Tomando como base la buena administración hōjō, consiguió mejorarla y hacerse aun más fuerte, y cuando llegó el momento supo aprovechar la situación. En 1600, los samuráis de Kantō, marcharían bajo el estandarte Tokugawa hacia la victoria en Sekigahara.
Ieyasu decidió no quedarse con Odawara como capital, y en su lugar eligió Edo como nueva capital. Edo crecería con el tiempo hasta convertirse en la actual Tokyo.


Imagen
Tumbas de los líderes Hōjō, en Sōun-ji.



Bibliografía:
A History of Japan, 1334-1615. George Samson.
Japanese castles, AD 250-1540. Stephen Turnbull.
La saga de los samuráis: los Takeda de Kai. Terje Solum.
Los Hōjō de Odawara (Desperta Ferro Historia Moderna nº 5). Stephen Turnbull.
Samurai, an illustrated history. Mitsuo Kure.
Samurai armies, 1467-1649 (Osprey Battle Orders 36). Stephen Turnbull.

https://wiki.samurai-archives.com/index ... -Hojo_clan
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Re: El Clan de los Hōjō de Odawara

Mensaje por Schweijk »

Impresionante trabajo. Muchas gracias Flavius. :Bravo
"No sé lo que hay que hacer, esto no es una guerra".

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Re: El Clan de los Hōjō de Odawara

Mensaje por Flavius Stilicho »

Gracias Schweijk.

Por cierto, se me olvidó poner en la bibliografía un libro bastante recomendable, y con más enjundia de la que aparenta a simple vista:
Armas & Técnicas Bélicas del Samurái, 1200-1877. Thomas D. Conlan.
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Re: El Clan de los Hōjō de Odawara

Mensaje por Rafa.Rodrigo (kappo) »

Un casi libro y de una calidad extraordinaria. Con la venia lo he pasado a artículos en el portal y difundido por las redes.
:Bravo :Bravo :Bravo
[...] y 100 millones de ducados [...]
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Re: El Clan de los Hōjō de Odawara

Mensaje por Flavius Stilicho »

Gracias, espero que el tema despierte algo de interés por ahí...

Ya que estamos, un video del festival de Odawara dedicado a los Hōjō:

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Re: El Clan de los Hōjō de Odawara

Mensaje por Lutzow »

Magnífico hilo Flavius... Debo reconocer que nunca me han atraído gran cosa las batallitas japonesas, me lío con los nombres, los clanes y no sé muy bien por qué se pegan unos con los otros, pero así de bien explicado da gusto... :dpm:

Saludos.
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Re: El Clan de los Hōjō de Odawara

Mensaje por Flavius Stilicho »

:lol: Gracias por haber hecho el esfuerzo.
Me temo, y es lógico, que lo que cuentas le pase a muchas personas y les eche para atrás. Cada uno tenemos nuestros gustos y nuestras épocas preferidas.
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Re: El Clan de los Hōjō de Odawara

Mensaje por balowsky »

Leído, muchas gracias
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Re: El Clan de los Hōjō de Odawara

Mensaje por Rafa.Rodrigo (kappo) »

Magnifico hilo que ha sido convertido en un artículo de cinco capítulos en el portal:
El Clan de los Hōjō de Odawara (I)
http://www.elgrancapitan.org/portal/ind ... de-odawara
El Clan de los Hōjō de Odawara (II) Hōjō Ujitsuna: el consolidador (1519-1541).
http://www.elgrancapitan.org/portal/ind ... -1519-1541
El Clan de los Hōjō de Odawara (III) Hōjō Ujiyasu: el gran general (1541-1571).
http://www.elgrancapitan.org/portal/ind ... -1541-1571
El Clan de los Hōjō de Odawara (IV) Organización militar de los Hōjō
http://www.elgrancapitan.org/portal/ind ... e-los-hojo
El Clan de los Hōjō de Odawara (V y final) Hōjō Ujimasa y Hōjō Ujinao: el crepúsculo de los Hōjō (1571-1590).
http://www.elgrancapitan.org/portal/ind ... -1571-1590
[...] y 100 millones de ducados [...]
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