Penthea escribió:Buscaglia escribió:
Bueno, abramos fuego. Para mí, el audiovisual danés está sobrevalorado. 1864... quise verla guiado por vuestros casi siempre atinadísimo comentarios pero es que no pude con ella. La serie política, no sé cómo se titula... lo mismo. Después de haber visto Boss o House of cards, me pareció poca cosa.
Nadie dice que todo lo nórdico per se tenga que ser bueno, pero el caso de Dinamarca sí es paradigmático, con una población de 5,5 millones….tiene un ratio de series y pelis buenas que está al nivel de las grandes industrias.
¿Borgen o Forbrydelsen poca cosa comparado con Boss? House of cards no lo valoro que no he visto nada, pero sí Boss y no me parece que esté a la altura, aunque sea una buena serie.
Buscaglia escribió: Es como el caso islandés: recuerdo un Beowulf con Gerard Butler en su aspecto habitual que parecía hecho en un fin de semana por aficionados y había quien proclamaba su fidelidad al espíritu de la obra.
Eso ya lo catalogamos como bodrio en su momento (lo único interesante es que estaba Butler; para mi, claro), de hecho, el cine islandés es un gran desconocido en mi caso.
Antigono Monoftalmos escribió:A mi tampoco me gusta el salmón
Pero sí me gustó
1864
A mi el salmón sí; los arenques, no, son un asco. Pero la serie me gustó, aunque no esté entre mis preferidas...
Saludos.
Yo admiro mucho a Dinamarca. Un país donde la Policía para a un primer ministro para hacerle un rutinario control de alcoholemia; donde ese primer ministro conduce su propio coche, en lugar de llevar un chofer pagado por el erario público; donde ese primer ministro, aunque no había cometido ninguna infracción porque su límite de alcoholemia quedaba por debajo de lo penado, dimite. ¡Eso es un país! Viva la ética protestante.
Ahora bien, para mi no están al nivel de las grandes industrias. Estados Unidos, Francia, México (Capadocia es para mi la mejor serie de cárceles de la Historia y Matando cabos, una comedia esperpento casi insuperable) o Gran Bretaña se mueven a otro nivel. Se pueden haber especializado en hacer productos de mucha calidad pero, ¿son capaces de rodar una escena de acción creíble? ¿pueden hacernos reír? ¿dan miedo a un adolescente? Yo, sin pretender tener razón, respondería que, por lo que he visto, no.
Por supuesto, esas limitadas razones no hacen que una filmografía sea grande. Pero la variedad es necesaria. Los daneses se centran en el género negro/thriller, con implicaciones policiales, medioambientales, políticas, judiciales... (también se ponderan de cine nórdico otras cosas, como las series sobre adolescentes e institutos, pero para mi la española Merli da mil vueltas a lo que he visto, así que seguro que en el resto del mundo les darán diez mil vueltas). Así que les puede poner en la primera división del género negro, pero no de las series o la cinematografía.
Boss, por ejemplo, me parece un producto mucho más ambicioso porque parte de unas premisas mucho más extremas: un enfermo terminal aferrándose al poder. También me parece mejor interpretado y, por ejemplo, con un desenlace de la primera temporada cruel y prodigioso, pero terriblemente coherente a la vez. Los dos capítulos que vi de Borgen me parecieron costumbrismo político. Y me enganchó menos que las pelis políticas de Frankenheimer de hace medio siglo. O que Crematorio, por poner un ejemplo español. Lo que digo puede parecer blasfemo pero pienso que el género negro o el cine político es fácil de hacer. Guión y buenos actores (la española El guardian invisible, por ejemplo, ¡qué correcta toda la peli! Un rollo correctísmo. Pero la ciencia ficción, la fantasía heroica, la comedia, el terror, la aventura, el género histórico... exigen muchas más cosas.