LA VIDA EN LA ZONA CONTROLADA POR LOS INSURRECTOS.
Periodico de 7 de abril de 1897 la Union Catolica, trae un articulo del Herald de Nueva York, un periodista norteamericano habla de los insurrectos,
LEER articulo LA GUERRA DE CUBA.
Extracto unos parrafos, el articulo es mucho mas largo y muy interesante
Una carta del «Herald».
Cómo viven las partidas de Gómez.
El gobierno civil con su sistema tan complicado de prefecturas, tiene la obligación de proveer de vegetales á las partidas, y á este fin todos los pacíficos están obligados á trabajar dos días por lo menos á la semana para atender al suministro de las fuerzas en operaciones. .....
Cuando Máximo Gómez acampó en el Camagüey, mandó llamar al prefecto y le ordenó que le suministrase determinada cantidad de vegetales, ganado y sal. ¡Ay del infortunado jefe si no hubiera podido hacerlo, pues á renglón seguido hubiera tenido que comparecer ante un consejo de guerra.........(como puede verse los campesinos cubanos eran una especie de siervos medievales, de propiedad y al servicio de los insurrectos)
...............En cambio las prendas de vestir sólo pueden adquiridas de contrabando en algunos pueblos. Como esto es muy peligroso, dada la vigilancia de los españoles, creo inutil decir que los rebeldes están muy mal de ropa, y que és raro hallar uno bien trajeado.El único vestido que poseen los más de ellos, consiste en unos calzones cortos, y otros muchos se confunden con los indios, porque toda su indumentaria queda reducida a una manta.
Los antisépticos los reciben de los Estados Unidos,...
El majá.
Uno de los mayores males que padecen los insurrectos son los majas, quienes desertan de las partidas y buscan asilo en la Manigua
Estos hombres son todos cobardes y pueden servir como modelos de grandes ladrones. Moran cerca de algún ingenio y no abandonan aquellos lugares hasta que no se han comido todo cuanto encuentran en la finca, en cuyo caso se marchan á hacerlo mismo á otro sitio. La palabra «español» les hace temblar como azogados, y la presencia de una columna, aunque sólo se halle á tres ó Cuatro leguas, les obliga á buscar refugio en cualquier cueva de las lomas.
(como puede verse nadie podia vivir al margen del sistema de las prefecturas o desertar pues era ahorcado)
Máximo Gómez los odia de tal manera que ha mandado ahorcar muchos, y nadie ha conseguido que revocase una orden. ...
Los rebeldes me han dicho repetidas veces que tienen bastantes hombres que se hallan impacientes y aun ansiosos de unirse á ellos, pero que no lo verifican porque carecen de armas. Esto podrá ser verdad ó no, pero lo que si puedo afirmar, es que hay muchos fusiles sin que nadie los use, que provienen de las expediciones filibusteras organizadas en los Estados Unidos y cuyas armas se encuentran en los depósitos del Camaguey.
La única hipótesis que hallo lógica és que hay muy pocos jóvenes cubanos que deseen lanzarse al campo.
Como prueba evidente de ello, bastará recordar que cuando Gómez cruzó la trocha trajo consigo varios cientos de armas inmejorables, y para encontrar soldados tuvo que recurrir á una especie de reclutamiento forzoso.
Los cubanos no desean alistarse.
Los cubanos han llegado á obtener el máximum de voluntarios que se quieran alistar. El entusiasmo hizo que se les uniesen muchísimos durante el primer año del levantamiento, y que viniesen al campo insurrecto á derramar su sangre por la independencia de Cuba; pero la mayoría de los reclutados en la manigua durante el año pasado, han venido á ella acosados por el hambre, la pobreza ó el miedo á los españoles. No sirven como soldados. La historia de la insurrección lo está demostrando.
( en 1895 y 1896, saquear las bodegas, comercios, almacenes, poblados, fincas e ingenios azucareros era muy facil, los insurrectos reunieron gran cantidad de mercancias ,vituallas y comestibles, ademas de ganado en sus campamentos tras los saqueos, dejando sin comida a muchas zonas, asi que mucha gente acudio a sus campamentos, segun fue avanzando 1896 eso cada vez se hizo mas dificil. )
....Los cubanos huyen en cuanto cae un cabecilla.
Juan Bruno Zayas, el más joven y el más valiente de los generales insurrectos, fué abandonado por su escolta y por el regimiento que mandaba, en el mismo instante en que cayó muerto. El regimiento de Guantanamo abandonó á su viejo jefe y fundador Esteban Tamayo, lo que fué indirectamente la causa de su muerte.
Cuando el brigadier Ángel Guerrá fué muerto en Santa Rita, el regimiento de Nuñez y el escuadrón de Betancourt desertaron.
Ambos pertenecían á las fuerzas de Máximo Gómez. El coronel Lino Mirábal, fué herido hallándose á la cabeza de su regimiento,
el cual huyó á la desbandada poseído de tal cobardía que lo abandonó en el lugar de la acción y fué muerto por el enemigo.
La muerte de Maceo es un ejemplo palpable del pánico que se apodera de los rebeldes en cuanto ven caer a un jefe. Desde que me encuentro entre ellos he oído muchas versiones acerca de su muerte, de labios de los jefes que lo acompañaban, y todas se contradicen entre sí. Pero lo que si es indiscutible fué que el cuerpo de su general lo dejaron abandonado en el campo y recogieron durante la noche con la ayuda de las hachas de viento.
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