FRANCISCO DE SIERRA - TENIENTE DE INFANTERÍA
Publicado: 21 Jul 2017
De Francisco solo conocemos su expediente militar, el cual tiene una parte positiva y otra negativa. Es como sigue:
En 27 de Mayo de 1797 lo encontramos como Cabo del Batallón Voluntarios de Valencia Nº 46, usando casaca azul y divisa blanca, siendo destinado posteriormente a formar parte de la guarnición militar de Menorca.
Debido al mal negociado Tratado de San Ildefonso de 1796, por el cual España se aliaba a la Francia napoleónica contra Inglaterra, y conociendo los ingleses la importancia estratégica de la isla de Menorca, el 7 de Noviembre de 1798, las tropas mandadas por el general Charles Stuart desembarcan en la zona de Adaya y en tan solo diez días derrotaron a la escasa y desmoralizada guarnición española, que mandaba el brigadier Juan Nepomuceno Quesada.
Francisco Javier asistió a dicho y tras la derrota fue hecho prisionero junto a 3.528 soldados, 153 oficiales y 600 infantes suizos, los cuales hicieron defección y se pasaron a los ingleses, pasando a formar parte de la nueva guarnición de la isla. Tras el desalojo de los británicos de la isla por parte de los españoles y como por uno de los puntos del Tratado de Paz de Amiens de 27 de Marzo de 1802 España recuperó la isla, recuperó nuestro hombre la libertad, volviendo a la Península.
Estuvo en ese Regimiento hasta el 4 de Septiembre de 1806, para pasar ascendido a Sargento 2º al Regimiento de Voluntarios de Navarra -vistiendo en este Regimiento casaca azul con divisa carmesí y siendo su Coronel D. Gabriel de Mendizabal Iraeta- en donde le sorprendió la invasión napoleónica de la Península, participando en varios sitios y de todos los movimientos que tuvieron su final en la batalla de Espinosa de los Monteros y así su derrota durante esos días fue:
1- el 24 de Octubre de 1808 participa, junto a la División de vanguardia, en la toma de Bilbao,
2- el 2 y 3 de Noviembre en el sitio de Durango,
3- el día 5 en el de Balmaseda y los siguientes en El Berrón y, por fin los días 10 y 11 de Noviembre empujados los españoles por una fuerza superior, deja las provincias vascongadas y en Espinosa de los Monteros se enfrenta con los gabachos, encuentro bélico que se saldó con una derrota del Ejército español a manos del Ejército francés de Napoleón y que comportó abusos a la indefensa población, saqueos e incendios en Espinosa., muy típico de los franceses, que cometieron atrocidades contra la indefensa población civil española. Tras esta derrota se retiró el regimiento a León, abandonando pronto esa provincia para pasar a Galicia para organizarse.
Debido al valor demostrado y a sus dotes de mando fue promovido al empleo de Sargento 1º al Regimiento de Tiradores del Bierzo y con dicho cargo fue enviado en comisión a El Ferrol y hallándose allí en el desempeño de su comisión fue hecho prisionero, logrando burlar a sus carceleros y fugarse de entre los franceses, huyendo a Astorga, ciudad donde fue ascendido a Sargento y donde junto a las tropas de los Regimientos de Santiago, Lugo, Voluntarios de León, Cazadores de León y Húsares de León -2759 soldados-, más los ciudadanos resistió el sitio que a la ciudad pusieron los franceses en Abril de 1810, para al final rendirse la plaza y ser hecho prisionero después de 33 días de sitio, por lo cual y junto a sus camaradas recibió una medalla por Real Orden y por las Cortes Generales y Extraordinarias fue declarado “Benemérito de la Patria”. Tras ser hecho prisionero y junto al Coronel Santocildes y el resto de la guarnición, fue deportado a Francia, pero en Vitoria logró fugarse y reincorporarse al Ejército Nacional. Gracias a estos hechos y a sus dotes de mando y capacidad militar fue ascendido a Subteniente el 23 de Abril de 1811.
Posteriormente es destinado a la región del Puente de los Fierros el 17 de Mayo de 1812, y desde el 22 de Julio hasta el 17 de Agosto volvió a estar Astorga, participando del segundo sitio que sufrió esta ciudad maragata, aunque esta vez eran los españoles los que sitiaban la ciudad, pues estaba ocupada por los franceses. Allí estuvo hasta que tras las conversaciones del General Castaños con el oficial francés al mando de la plaza, este la rindió al General y por suerte lo hizo a tiempo, pues ocho horas después se presentaba un Ejército español procedente de Valladolid y al mando de Santocildes, seguido de cerca por otro ejército francés. Para cuando llegaron la ciudad había capitulado y de nuevo estaba en manos de sus legítimos dueños: los españoles.
Tras estos sucesos fue destinado al Arsenal de Gerona, donde el 30 de Mayo de 1815 fue nombrado Teniente Graduado, estando de guarnición en Guadalajara hasta el 31 de Agosto de 1819, fecha en la que debió “abandonar” el Ejército con motivo de un asunto de supuesta malversación de fondos de su Regimiento. Para explicar este asunto dejemos que sean los documentos los que hablen y expongan los hechos:
1- Carta de Francisco Javier al Rey
Señor,
Don Francisco Sierra, Teniente de Infantería y Subteniente del Batallón Ligero de Gerona, postrado A L. R. P. de V. M. humildemente expone: que a consecuencia de Junta celebrada en el Cuerpo fue nombrado en el año próximo pasado de 1816 para cobrar del Depósito de Rentas del Partido de San Clemente varias letras a favor del Batallón; comisió, Señor, que desempeñó con el mayor celo, proporcionando en aquellas circunstancias el poner en caja mas de 160 mil reales vellón en menos de catorce meses. Los gastos excesivos que la cobranza por todos los pueblos del Partido le acarreó, los mayores que indispensablemente con su mujer, un hijo de diez años y dos hijas de ocho y seis años ya en Cuenca, ya en el mismo San Clemente donde quedaban entretanto que el suplicante marchaba arriba y abajo para que sus compañeros tuviesen auxilios, , sobretodo, equivocaciones que padeció con los pueblos, le ha originado la falta de diez mil reales de vellón en su comisión, por lo que se encuentra preso y sumariado.
Si el exponente, Señor, hubiese malversado esta cantidad de otro modo, si no viese expuestos a la indigencia a sus amados hijos y mujer faltando el que suplica y, en fin, si no viese que mas de veintiséis años que sirve a su V. M. defendiendo constantemente sus Sagrados Reinos toda la pasada guerra van a quedar sin el premio debido, sufriría mas resignado la pena que le impone la Ordenanza, pero todo esto le aflige y, por lo mismo, penetrado del magnánimo corazón de su amado Soberano
A V. M. rendidamente
Suplica, no que se le exima del pago de la referida cantidad, si no el que por un rasgo de su generosa piedad se compadezca de la suerte de estos hijos, se digne relevarle del castigo a que pueda ser acreedor, mandando satisfaga su deuda en libertad con el el descuento que en el año pasado de 1816 V. M. crea conducente en el concepto de que su hermano Don josé, Secretario de Cámara de la Real Chancillería de Granada le tiene prometido auxiliarle en este caso. Gracia que no dudo en alcanzar del paternal corazón de V. M. cuya vida guarde Dios dilatados años para bien de la Monarquía.
Guadalajara, 9 de Noviembre de 1817
Señor,
A L. R. P. de V. M.
Francº. Sierra
En 27 de Mayo de 1797 lo encontramos como Cabo del Batallón Voluntarios de Valencia Nº 46, usando casaca azul y divisa blanca, siendo destinado posteriormente a formar parte de la guarnición militar de Menorca.
Debido al mal negociado Tratado de San Ildefonso de 1796, por el cual España se aliaba a la Francia napoleónica contra Inglaterra, y conociendo los ingleses la importancia estratégica de la isla de Menorca, el 7 de Noviembre de 1798, las tropas mandadas por el general Charles Stuart desembarcan en la zona de Adaya y en tan solo diez días derrotaron a la escasa y desmoralizada guarnición española, que mandaba el brigadier Juan Nepomuceno Quesada.
Francisco Javier asistió a dicho y tras la derrota fue hecho prisionero junto a 3.528 soldados, 153 oficiales y 600 infantes suizos, los cuales hicieron defección y se pasaron a los ingleses, pasando a formar parte de la nueva guarnición de la isla. Tras el desalojo de los británicos de la isla por parte de los españoles y como por uno de los puntos del Tratado de Paz de Amiens de 27 de Marzo de 1802 España recuperó la isla, recuperó nuestro hombre la libertad, volviendo a la Península.
Estuvo en ese Regimiento hasta el 4 de Septiembre de 1806, para pasar ascendido a Sargento 2º al Regimiento de Voluntarios de Navarra -vistiendo en este Regimiento casaca azul con divisa carmesí y siendo su Coronel D. Gabriel de Mendizabal Iraeta- en donde le sorprendió la invasión napoleónica de la Península, participando en varios sitios y de todos los movimientos que tuvieron su final en la batalla de Espinosa de los Monteros y así su derrota durante esos días fue:
1- el 24 de Octubre de 1808 participa, junto a la División de vanguardia, en la toma de Bilbao,
2- el 2 y 3 de Noviembre en el sitio de Durango,
3- el día 5 en el de Balmaseda y los siguientes en El Berrón y, por fin los días 10 y 11 de Noviembre empujados los españoles por una fuerza superior, deja las provincias vascongadas y en Espinosa de los Monteros se enfrenta con los gabachos, encuentro bélico que se saldó con una derrota del Ejército español a manos del Ejército francés de Napoleón y que comportó abusos a la indefensa población, saqueos e incendios en Espinosa., muy típico de los franceses, que cometieron atrocidades contra la indefensa población civil española. Tras esta derrota se retiró el regimiento a León, abandonando pronto esa provincia para pasar a Galicia para organizarse.
Debido al valor demostrado y a sus dotes de mando fue promovido al empleo de Sargento 1º al Regimiento de Tiradores del Bierzo y con dicho cargo fue enviado en comisión a El Ferrol y hallándose allí en el desempeño de su comisión fue hecho prisionero, logrando burlar a sus carceleros y fugarse de entre los franceses, huyendo a Astorga, ciudad donde fue ascendido a Sargento y donde junto a las tropas de los Regimientos de Santiago, Lugo, Voluntarios de León, Cazadores de León y Húsares de León -2759 soldados-, más los ciudadanos resistió el sitio que a la ciudad pusieron los franceses en Abril de 1810, para al final rendirse la plaza y ser hecho prisionero después de 33 días de sitio, por lo cual y junto a sus camaradas recibió una medalla por Real Orden y por las Cortes Generales y Extraordinarias fue declarado “Benemérito de la Patria”. Tras ser hecho prisionero y junto al Coronel Santocildes y el resto de la guarnición, fue deportado a Francia, pero en Vitoria logró fugarse y reincorporarse al Ejército Nacional. Gracias a estos hechos y a sus dotes de mando y capacidad militar fue ascendido a Subteniente el 23 de Abril de 1811.
Posteriormente es destinado a la región del Puente de los Fierros el 17 de Mayo de 1812, y desde el 22 de Julio hasta el 17 de Agosto volvió a estar Astorga, participando del segundo sitio que sufrió esta ciudad maragata, aunque esta vez eran los españoles los que sitiaban la ciudad, pues estaba ocupada por los franceses. Allí estuvo hasta que tras las conversaciones del General Castaños con el oficial francés al mando de la plaza, este la rindió al General y por suerte lo hizo a tiempo, pues ocho horas después se presentaba un Ejército español procedente de Valladolid y al mando de Santocildes, seguido de cerca por otro ejército francés. Para cuando llegaron la ciudad había capitulado y de nuevo estaba en manos de sus legítimos dueños: los españoles.
Tras estos sucesos fue destinado al Arsenal de Gerona, donde el 30 de Mayo de 1815 fue nombrado Teniente Graduado, estando de guarnición en Guadalajara hasta el 31 de Agosto de 1819, fecha en la que debió “abandonar” el Ejército con motivo de un asunto de supuesta malversación de fondos de su Regimiento. Para explicar este asunto dejemos que sean los documentos los que hablen y expongan los hechos:
1- Carta de Francisco Javier al Rey
Señor,
Don Francisco Sierra, Teniente de Infantería y Subteniente del Batallón Ligero de Gerona, postrado A L. R. P. de V. M. humildemente expone: que a consecuencia de Junta celebrada en el Cuerpo fue nombrado en el año próximo pasado de 1816 para cobrar del Depósito de Rentas del Partido de San Clemente varias letras a favor del Batallón; comisió, Señor, que desempeñó con el mayor celo, proporcionando en aquellas circunstancias el poner en caja mas de 160 mil reales vellón en menos de catorce meses. Los gastos excesivos que la cobranza por todos los pueblos del Partido le acarreó, los mayores que indispensablemente con su mujer, un hijo de diez años y dos hijas de ocho y seis años ya en Cuenca, ya en el mismo San Clemente donde quedaban entretanto que el suplicante marchaba arriba y abajo para que sus compañeros tuviesen auxilios, , sobretodo, equivocaciones que padeció con los pueblos, le ha originado la falta de diez mil reales de vellón en su comisión, por lo que se encuentra preso y sumariado.
Si el exponente, Señor, hubiese malversado esta cantidad de otro modo, si no viese expuestos a la indigencia a sus amados hijos y mujer faltando el que suplica y, en fin, si no viese que mas de veintiséis años que sirve a su V. M. defendiendo constantemente sus Sagrados Reinos toda la pasada guerra van a quedar sin el premio debido, sufriría mas resignado la pena que le impone la Ordenanza, pero todo esto le aflige y, por lo mismo, penetrado del magnánimo corazón de su amado Soberano
A V. M. rendidamente
Suplica, no que se le exima del pago de la referida cantidad, si no el que por un rasgo de su generosa piedad se compadezca de la suerte de estos hijos, se digne relevarle del castigo a que pueda ser acreedor, mandando satisfaga su deuda en libertad con el el descuento que en el año pasado de 1816 V. M. crea conducente en el concepto de que su hermano Don josé, Secretario de Cámara de la Real Chancillería de Granada le tiene prometido auxiliarle en este caso. Gracia que no dudo en alcanzar del paternal corazón de V. M. cuya vida guarde Dios dilatados años para bien de la Monarquía.
Guadalajara, 9 de Noviembre de 1817
Señor,
A L. R. P. de V. M.
Francº. Sierra