2º TENIENTE ABELARDO MARTÍN DE LA MONJA. MUERTE EN FILIPINAS
Publicado: 22 Jul 2017
Don Abelardo Martín de la Monja era descendiente directo -tataranieto- del héroe antequerano y gloria de la Patria española, el Capitán de la 5ª Compañía del primer Batallón del Regimiento de Infantería de Málaga D. Vicente Moreno Baptista, asesinado en Granada por los franceses en Agosto de 1810 por defender a España, al Rey y al Pueblo.
Nació nuestro Abelardo en la ciudad de Granada, el diez de Julio de 1877(1), siendo bautizado el siguiente día dieciséis en la iglesia parroquial de San Matías de esa ciudad y era hijo del Capitán de Caballería retirado D. Antonio Martín Catalán, poseedor de la Placa de San Hermenegildo (2), y que el primero de Septiembre de 1890 pasó a situación de retirado con residencia en Madrid (3), falleciendo el quince de Junio del año de 1896.
Fue su madre Dª. Aurora de la Monja Moreno, bisnieta del héroe antequerano (4), quien en la mañana del ocho de Febrero de 1909 fue recibida junto con dos de sus hijas, Blanca y Aurora, por la Reina María Cristina, que la atendió con mucha amabilidad y deferencia. También participó Dª. Aurora en los actos organizados en Antequera con motivo del centenario de la muerte de su egregio bisabuelo, acompañada de sus hijas y de un sobrino del Capitán Moreno, D. José Moreno Sánchez (5)
Desconocemos todo sobre su infancia y adolescencia, aunque si sabemos que desde 1888 hasta 1894, estuvo cursando sus estudios en el colegio de San Fernando de Madrid, de donde salió para preparar las pruebas de acceso a la Academia de Infantería y posteriores estudios en ella una vez admitido. (6)
Aunque no sabemos el motivo, si sabemos también que la familia de Abelardo debía tener algún tipo de relación con S. M. la Reina Regente doña María Cristina, pues dicha Señora la ahijó y le costeó la carrera militar (7), de la misma manera que intervino para que a su hermana Aurora la admitieran en el colegio de Santa Isabel de Madrid, recomendándola para su ingreso (8) Esta Aurora acabó siendo Maestra nacional.
Así pues, el joven Abelardo se prepara para las pruebas de admisión en la Academia de Infantería, pruebas que supera con éxito el 14 de Agosto (9), pasando a sentar plaza como alumno el día 28 de Agosto siguiente, en virtud de Real Orden de 14 del mismo mes, procurando desde el principio aprovechar al máximo el tiempo aplicándose en los estudios.
El día 5 de julio de 1895 es designado, junto a otros compañeros Cadetes, , para ocupar una vacante de pensión de segunda categoría en la Academia, percibiendo 1,50 ptas. (10)
Permaneció como alumno de la academia hasta fin de Febrero de 1896, cuando habiendo terminado con aprovechamiento sus estudios, correspondientes al plan de enseñanza de cursos abreviados, obtuvo el empleo de Segundo Teniente del arma de Infantería por Real Orden de 21 de ese mes de Febrero y con la antigüedad de dicho día, siendo de inmediato destinado al Regimiento de Infantería de Saboya Nº 6, al cual se incorporó en Madrid, donde permaneció prestando el servicio de su clase, familiarizándose con los procedimientos militares y a tratar con la tropa. Acababa de comenzar su aventura militar.
En Madrid se hallaba hasta que en fin de Diciembre siguiente, recibe la noticia de causar baja en ese Regimiento, pues por Real Decreto del nueve anterior es destinado al Batallón de Cazadores Expedicionario para Filipinas Nº 15, adscrito a la segunda Brigada al mando del General Don José Marina Vega, trasladándose de inmediato a Barcelona, donde sin dilación embarcó en el vapor Montevideo con destino a aquel archipiélago asiático.
Llega el barco al archipiélago filipino, entrando en el puerto de Manila el dieciséis de Enero, desembarcando y quedando en situación de campaña a la espera de órdenes de marcha, la cual llegó comunicando que deberían las tropas llegadas de la Península ponerse en marcha para la localidad de Cabuyao, en la provincia de La Laguna, el siguiente siete de Febrero, lo que se verificó de inmediato, quedando nada más llegar a dicho punto prestando el servicio de campaña.
El diecisiete de Febrero y por orden recibida, se pone el Batallón en movimiento, encaminando sus pasos en dirección Montyng Ylo, en Santo Domingo, llegando a dicha localidad sobre las siete de la tarde de ese mismo día, habiendo conseguido las tropas nacionales desalojar al enemigo que se hallaba atrincherado en las inmediaciones del camino que siguieron nuestros hombres.
Zona donde actuó Don Abelardo Martín de la Monja, al sur de Cavite, entre Imús y Noveleta
A la mañana siguiente se puso en marcha el Batallón, uniéndose a la Brigada que mandaba el General Marina, con el fin de tomar parte en el asedio y asalto del pueblo de Silang, casa que se verificó con éxito a las diez de la mañana del día diecinueve, quedando nuestras tropas acampadas en las inmediaciones, prestando el servicio de avanzada hasta el siguiente día veinticuatro, que partió el Batallón junto con la Brigada del General Marina en dirección al monte Ybar, lugar donde sostuvo un nutrido fuego con los rebeldes filipinos allí apostados que habían pretendido rebasar la línea establecida por las tropas nacionales en aquel sector, consiguiendo batirlos y ponerlos en fuga.
Sin apenas descansar, a las seis de la mañana del día siguiente -veinticinco de Febrero-, partió el batallón con dirección a Das Mariñas, a treinta quilómetros de Manila, sosteniendo en aquel punto un durísimo combate contra los rebeldes allí establecidos, pero tras varias horas de intenso fuego fueron desalojados de sus posiciones, estableciendo nuestras tropas allí el campamento, lugar en el que permanecieron hasta el día seis de Marzo, que tras desayunar y recoger emprendieron la marcha hacia Salitrán, cerca de Das Mariñas, donde el Batallón de Abelardo estuvo operando y donde se consiguió batir al enemigo allí parapetado, desalojándolo y ocupando los nuestro esas posiciones y estableciendo allí el campamento.
El siguiente día nueve, partieron nuestras tropas a las tres de la tarde con la Brigada a la presa de San Nicolás, haciendo noche en un bosque que próximo se hallaba. Al día siguiente, bien temprano, continuaron la marcha hasta llegar a situarse a unos quinientos metros de la presa, defendida por elementos rebeldes que allí se hallaban atrincherados, pero haciendo gala una vez más nuestros hombres de valor y arrojo, se lanzaron decididamente a tomarla, lo que se consiguió. Tras ocupar las trincheras y limpiar la zona, acamparon, que dando en servicio de avanzada.
El siguiente once prosigue la marcha sin descanso, hasta que llegaron al fuerte de Zapote y acampan en sus inmediaciones hasta el día veintitrés, que partió la columna en dirección a Ymus, donde tras un vivo tiroteo y demostraciones de valor por parte de las tropas nacionales se consigue asaltar las trincheras y desalojar a los rebeldes de sus posiciones, quedando dueños del campo y estableciendo allí mismo el campamento.
Nació nuestro Abelardo en la ciudad de Granada, el diez de Julio de 1877(1), siendo bautizado el siguiente día dieciséis en la iglesia parroquial de San Matías de esa ciudad y era hijo del Capitán de Caballería retirado D. Antonio Martín Catalán, poseedor de la Placa de San Hermenegildo (2), y que el primero de Septiembre de 1890 pasó a situación de retirado con residencia en Madrid (3), falleciendo el quince de Junio del año de 1896.
Fue su madre Dª. Aurora de la Monja Moreno, bisnieta del héroe antequerano (4), quien en la mañana del ocho de Febrero de 1909 fue recibida junto con dos de sus hijas, Blanca y Aurora, por la Reina María Cristina, que la atendió con mucha amabilidad y deferencia. También participó Dª. Aurora en los actos organizados en Antequera con motivo del centenario de la muerte de su egregio bisabuelo, acompañada de sus hijas y de un sobrino del Capitán Moreno, D. José Moreno Sánchez (5)
Desconocemos todo sobre su infancia y adolescencia, aunque si sabemos que desde 1888 hasta 1894, estuvo cursando sus estudios en el colegio de San Fernando de Madrid, de donde salió para preparar las pruebas de acceso a la Academia de Infantería y posteriores estudios en ella una vez admitido. (6)
Aunque no sabemos el motivo, si sabemos también que la familia de Abelardo debía tener algún tipo de relación con S. M. la Reina Regente doña María Cristina, pues dicha Señora la ahijó y le costeó la carrera militar (7), de la misma manera que intervino para que a su hermana Aurora la admitieran en el colegio de Santa Isabel de Madrid, recomendándola para su ingreso (8) Esta Aurora acabó siendo Maestra nacional.
Así pues, el joven Abelardo se prepara para las pruebas de admisión en la Academia de Infantería, pruebas que supera con éxito el 14 de Agosto (9), pasando a sentar plaza como alumno el día 28 de Agosto siguiente, en virtud de Real Orden de 14 del mismo mes, procurando desde el principio aprovechar al máximo el tiempo aplicándose en los estudios.
El día 5 de julio de 1895 es designado, junto a otros compañeros Cadetes, , para ocupar una vacante de pensión de segunda categoría en la Academia, percibiendo 1,50 ptas. (10)
Permaneció como alumno de la academia hasta fin de Febrero de 1896, cuando habiendo terminado con aprovechamiento sus estudios, correspondientes al plan de enseñanza de cursos abreviados, obtuvo el empleo de Segundo Teniente del arma de Infantería por Real Orden de 21 de ese mes de Febrero y con la antigüedad de dicho día, siendo de inmediato destinado al Regimiento de Infantería de Saboya Nº 6, al cual se incorporó en Madrid, donde permaneció prestando el servicio de su clase, familiarizándose con los procedimientos militares y a tratar con la tropa. Acababa de comenzar su aventura militar.
En Madrid se hallaba hasta que en fin de Diciembre siguiente, recibe la noticia de causar baja en ese Regimiento, pues por Real Decreto del nueve anterior es destinado al Batallón de Cazadores Expedicionario para Filipinas Nº 15, adscrito a la segunda Brigada al mando del General Don José Marina Vega, trasladándose de inmediato a Barcelona, donde sin dilación embarcó en el vapor Montevideo con destino a aquel archipiélago asiático.
Llega el barco al archipiélago filipino, entrando en el puerto de Manila el dieciséis de Enero, desembarcando y quedando en situación de campaña a la espera de órdenes de marcha, la cual llegó comunicando que deberían las tropas llegadas de la Península ponerse en marcha para la localidad de Cabuyao, en la provincia de La Laguna, el siguiente siete de Febrero, lo que se verificó de inmediato, quedando nada más llegar a dicho punto prestando el servicio de campaña.
El diecisiete de Febrero y por orden recibida, se pone el Batallón en movimiento, encaminando sus pasos en dirección Montyng Ylo, en Santo Domingo, llegando a dicha localidad sobre las siete de la tarde de ese mismo día, habiendo conseguido las tropas nacionales desalojar al enemigo que se hallaba atrincherado en las inmediaciones del camino que siguieron nuestros hombres.
Zona donde actuó Don Abelardo Martín de la Monja, al sur de Cavite, entre Imús y Noveleta
A la mañana siguiente se puso en marcha el Batallón, uniéndose a la Brigada que mandaba el General Marina, con el fin de tomar parte en el asedio y asalto del pueblo de Silang, casa que se verificó con éxito a las diez de la mañana del día diecinueve, quedando nuestras tropas acampadas en las inmediaciones, prestando el servicio de avanzada hasta el siguiente día veinticuatro, que partió el Batallón junto con la Brigada del General Marina en dirección al monte Ybar, lugar donde sostuvo un nutrido fuego con los rebeldes filipinos allí apostados que habían pretendido rebasar la línea establecida por las tropas nacionales en aquel sector, consiguiendo batirlos y ponerlos en fuga.
Sin apenas descansar, a las seis de la mañana del día siguiente -veinticinco de Febrero-, partió el batallón con dirección a Das Mariñas, a treinta quilómetros de Manila, sosteniendo en aquel punto un durísimo combate contra los rebeldes allí establecidos, pero tras varias horas de intenso fuego fueron desalojados de sus posiciones, estableciendo nuestras tropas allí el campamento, lugar en el que permanecieron hasta el día seis de Marzo, que tras desayunar y recoger emprendieron la marcha hacia Salitrán, cerca de Das Mariñas, donde el Batallón de Abelardo estuvo operando y donde se consiguió batir al enemigo allí parapetado, desalojándolo y ocupando los nuestro esas posiciones y estableciendo allí el campamento.
El siguiente día nueve, partieron nuestras tropas a las tres de la tarde con la Brigada a la presa de San Nicolás, haciendo noche en un bosque que próximo se hallaba. Al día siguiente, bien temprano, continuaron la marcha hasta llegar a situarse a unos quinientos metros de la presa, defendida por elementos rebeldes que allí se hallaban atrincherados, pero haciendo gala una vez más nuestros hombres de valor y arrojo, se lanzaron decididamente a tomarla, lo que se consiguió. Tras ocupar las trincheras y limpiar la zona, acamparon, que dando en servicio de avanzada.
El siguiente once prosigue la marcha sin descanso, hasta que llegaron al fuerte de Zapote y acampan en sus inmediaciones hasta el día veintitrés, que partió la columna en dirección a Ymus, donde tras un vivo tiroteo y demostraciones de valor por parte de las tropas nacionales se consigue asaltar las trincheras y desalojar a los rebeldes de sus posiciones, quedando dueños del campo y estableciendo allí mismo el campamento.