TENIENTE FRANCISCO DE OSSORIO.

"Personajes" que han dejado o pretendido dejar huella en la Historia siempre dentro de un contexto militar.

Moderador: Hans Joachim Marseille

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laguno
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TENIENTE FRANCISCO DE OSSORIO.

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Primera Parte: Introducción. Alicante.

Esta es la historia militar de un soldado español de quien aunque sabemos su nombre, Francisco de Ossorio, y su edad, 44 años, nos es totalmente desconocido y al cual tomamos como ejemplo del soldado que sirvió a España desde que joven aun ingresó en el Ejército.

Ingresó en clase de Soldado y fue, poco a poco, subiendo los peldaños del escalafón militar, alcanzando al menos, y según su hoja de servicios militares, el probable empleo de Capitán de Infantería. Y decimos probable porque no nos informa dicha hoja si acabó obteniendo dicho empleo, aunque si consta que lo proponen para él.

La falta de datos en su hoja de servicios hace difícil, cuando no imposible, datar con precisión las fechas de sus acciones de armas o de sus ascensos, aunque la información que proporciona si nos permite situarlo en el marco histórico adecuado, permitiéndonos dar fechas bastante aproximadas, o al menos eso creemos, pues al estar documentado ese marco histórico, no resulta demasiado complicado colocar a Don Francisco de Ossorio en el momento adecuado, es decir que las fechas que proponemos son bastante aproximadas. Por la edad que nos dice su hoja de servicios militares que tiene en el momento de ser redactada, 1718, que son cuarenta y cuatro años, y diciendo como dice que lleva en ese momento sirviendo veintisiete años, debió nacer en 1674 e ingresar en el Ejército en 1691, no sabiendo donde nació ni de quien era hijo. Lo que sí parece bastante probable es que fuera de una familia de cierto nivel económico y puede que hasta hidalga, pues en su hoja de servicios se nos dice que su calidad es mediana y que fue primero Furriel Mayor y luego Mariscal de Logis, lo que implicaba saber leer y escribir, así como saber llevar cuentas.

Así mismo y debido a esa falta de información en su hoja de servicios, se nos impide determinar con exactitud en qué cuerpos sirvió, pues en dicha hoja se menciona a la Armada Real del Océano, los Presidios de África y los Ejércitos de España y Nápoles. No se menciona en ningún momento nombre alguno de Tercio ni de Regimiento, ni si estuvo en la Infantería de Marina o solo en la de Tierra, ni si en la Caballería -lo cual dudamos muy mucho- Pero ateniéndonos a lo que dice su hoja de servicios de que estuvo en la Armada Real del Océano y a que cuando estuvo en Ceuta había en la ciudad soldados de cinco Tercios de Mar que se fueron sobre 1699 - 1700, cabe pensar que con bastante seguridad Don Francisco de Ossorio ingresase desde un primer momento en un Tercio de Mar y así lo vamos a considerar, como un Infante de Marina.

Así, con estos datos, su ingreso en el Ejército debió ocurrir alrededor de 1690 - 1691 y una vez dentro pasaría a hacer el correspondiente periodo de instrucción para familiarizarse con las armas, las tácticas, los mandos y todo lo que rodea la vida militar, hasta que jurase las banderas del Tercio, tras lo cual es destinado a tener su bautismo de fuego a bordo de las galeras del Rey cuando fue enviado junto a sus compañeros a liberar Alicante del asedio naval a que la tenían sometida los franceses.
Había coincidido su incorporación a las armas con la última década del reinado de Carlos II de España, época caracterizada en lo militar por los enfrentamientos con Portugal y con Francia, enfrentamientos en su mayor parte desafortunados para las armas hispanas.

Sobre todo con Francia, que era la que más acosaba a España, aprovechándose de un Estado arruinado y de una sociedad agotada y empobrecida material y moralmente. Precisamente su primera acción de guerra es contra los franceses, siendo enviado junto a sus compañeros al auxilio de Alicante, lo cual sucedió por lo siguiente -y aquí aprovechamos para aprender algo de la historia de nuestras armas y de España, esquema que seguiremos para explicar su presencia en los hechos de armas en los que participó-

Debido a la ya larga guerra con Francia, las acciones militares menudeaban, y una de ellas, en la que participó nuestro hombre, tuvo por protagonista a la Armada Real de Francia, la cual se paseaba por el Mediterráneo español como "Pedro por su casa", infligiendo el máximo daño a los intereses españoles, tanto en la Península como en Italia y las islas.

Pues bien, en una de esas correrías, una escuadra al mando del Almirante conde D´Estrées, tras bombardear a Barcelona, llegó a las costas alicantinas el 21 de Julio de 1691, componiéndose la escuadra gala de 14 navíos, 25 galeras y alrededor de 8 embarcaciones de menor calado y tras esta demostración de fuerza y suponiendo a los alicantinos gentes apocadas y temerosas, mandó un parlamento conminando a la ciudad a que pagaran una fuerte suma de dinero para librarse de un ataque que solo les traería la muerte y la mayor desolación y miseria y que si no accedían empezarían de inmediato a bombardear la ciudad, sin importarle las consecuencias.
Última edición por laguno el 27 Jul 2017, editado 1 vez en total.


"...como jueces de la competición están los dioses, que, naturalmente, se pondrán de nuestra parte, ya que nuestros enemigos han jurado en falso sobre ellos, mientras que nosotros, teniendo ante nuestros ojos tanta abundancia de posesiones, nos hemos mantenido firmemente apartados de ellas en virtud de nuestro juramento a los dioses" Jenofonte - Anábasis.
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Re: TENIENTE FRANCISCO DE OSSORIO.

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Los alicantinos, que solo disponían de cuatro cañones y cinco culebrinas, se miraron entre ellos y tras reírse de buena gana un rato le dijeron al parlamentario que le comunicara al Almirante que si quería el dinero que viniera él personalmente a por el...si es que podía. ¡No sabía el franchute quienes eran los alicantinos! Tras partir el parlamentario francés empezaron los de la ciudad a cavar un trincherón en la playa en prevención de un desembarco, poniendo una guarnición para su defensa.

El francés, el siguiente día, habiendo observado los trabajos de los alicantinos en la playa y enrabietado por la negativa recibida, ordenó que se acercaran lo más posible a la orilla tres pontones con artillería, dando así comienzo al bombardeo de la ciudad, el cual soportaron estoicamente los alicantinos todos los días que lo sufrieron. Seguían lanzando bombas y carcasas incendiarias los gabachos, fuego que era respondido por los de la ciudad, hasta que por la noche -en la madrugada del 23- y protegidos por el fuego que desde las galeras se hacía, desembarcaron alrededor de 600 franceses dispuestos a establecer una cabeza de puente para una posterior invasión, pero que fue valientemente repelida por la guarnición del trincherón, la cual era mandada por Don Cristóbal Martínez de Vara, debiendo reembarcar los franceses no sin dejar en la playa bastantes bajas. Como se puede suponer, el fuego francés arreció, afectando cada vez a más personas e inmuebles de la ciudad, lo cual no fue óbice para que ésta siguiera descargando fuego por las bocas de su escasa artillería, causándole también daños al enemigo.

No debían tenerlas todas consigo los franceses cuando el día 24 envían una nueva embajada, la cual conminó a los alicantinos a la rendición, recibiendo la misma respuesta. Los parlamentarios se marcharon y los alicantinos se aprestaron para seguir soportando el bombardeo, pero se encontraron con que los franceses establecieron unilateralmente una tregua, la cual fue rápidamente aprovechada por los de Alicante para reponerse, porque el fuego volvería, como lo hizo el día 28 desde primera hora de la mañana, día en el que solo de carcasas incendiarias se contabilizaron alrededor de 500 y estimándose en cerca de 4000 las bombas recibidas durante los días que duró el ataque.

Y así se estaba: los franceses mandando bombas para que capitulasen y los alicantinos protestando del calor que hacía mientras respondían con su escaso fuego dispuestos a vender cara la ciudad.

El 29 amaneció lloviendo bombas, lo cual duró hasta que por el sur aparecieron las velas de las 22 naves de la Escuadra Española que mandaba el conde de Aguilar y que venía en auxilio de la ciudad, naves en una de las cuales iba embarcado nuestro Don Francisco de Ossorio, el cual junto a sus compañeros se lanzó en persecución del enemigo, al que puso en fuga y le capturó tres naves.

Y así se libró Alicante de la invasión, aunque lo pagó bien caro. Aquí se puede decir lo de la canción de la niña aquella: "antes muertos que conquistados por los franceses". Ese fue el error francés: subestimar a los alicantinos. Una vez terminada esta función y regresados los barcos a puerto, desembarcó Don Francisco de Ossorio y suponemos que fue destinado a un Tercio de Infantería terrestre, pues si partimos de la base de que en 1694 formó parte de un cuerpo terrestre es lógico pensar que su destino es el que proponemos, donde desempeñó las labores propias de su clase, clase que estamos casi seguros que era la de Cabo. No obstante la opción de pertenecer a un Tercio de Mar sigue en pie.

Segunda Parte: Hostalric. Ceuta.

Continuó con sus obligaciones militares hasta que debido a las incursiones e invasiones que hacían los franceses en Cataluña, fue enviado con su Tercio a aquel Principado a combatir de nuevo contra los gabachos, siendo el destino levantar el sitio que estaba sufriendo la plaza gerundense de Hostalric. Dicha plaza se hallaba sitiada por lo siguiente:

El potente y bien pertrechado Ejército francés volvió a invadir Cataluña y uno de sus regimientos, al mando del conde de Quirzón y del Mariscal de Campo Longeval, con 1200 caballos, 1000 infantes y 800 migueletes, poniendo el 18 de Julio de 1694 sitio a la plaza de Hostalric en espera de que llegase el Mariscal Noalles, que llegó al siguiente día, ordenando se pusiese una batería de cuatro cañones de a 24 mm contra un reducto que se situaba delante de la localidad y cuya guarnición, prudentemente, optó por abandonar retirándose al castillo, a la vez que los habitantes decidían capitular en evitación de un baño de sangre y quién sabe si no por simpatía al francés.

Imagen

La guarnición del castillo, que se hallaba compuesta por 700 hombres bien pertrechados de alimentos y munición, ofreció fuerte resistencia al invasor, pero la superioridad numérica y ¡otra vez! la superioridad artillera gala acabó forzando la rendición de aquellos obligándolos a abandonar el castillo, habiendo dejado cerca de cien muertos y ciento ocho heridos, haciendo los franceses quinientos prisioneros. Por contra, los franceses solo sufrieron ocho muertos y doce heridos.
Liquidada la resistencia del castillo, ordenó Noailles que se fortificara la plaza, pues la consideraba muy importante para el apoyo de sus conquistas, donde dejó una guarnición y retirándose con el resto del regimiento con destino a otra operación, pero hete aquí que los españoles recuperaron el castillo, desalojando a los gabachos y estableciendo en él una fuerte guarnición, así como en la plaza.

Enterado de estos sucesos el mando francés, envió tropas con el objetivo de recuperarlo y no dejar en retaguardia un lugar peligroso, volviendo a poner sitio a la plaza y al castillo. Ocurría esto ya en Marzo de 1695, y en el asedio estaban cuando llegaron las tropas españolas mandadas por el general San Silvestre en auxilio de la localidad, entre cuyos efectivos se encontraba nuestro Don Francisco de Ossorio. Estas tropas, tras combatir bravamente, lograron expulsar de allí a los franceses, levantando el asedio y dejando una fuerte guarnición en prevención de ulteriores ataques gabachos. No obstante les costó a los españoles cien bajas y después la volvió a perder.
Es probable que Don Francisco se distinguiese en esta función, por lo que creemos que debió ser aquí donde se le promocionó al empleo de Sargento, y una vez reconquistada la plaza y fortificada fue enviado a prestar sus servicios en la plaza de Ceuta.

Desde esta ciudad se ejercían las funciones de socorro y protección de los presidios que España tenía en la costa norteafricana y a los barcos, ya mercantes ya militares, que por aquellas aguas navegasen, procurándoles suministros y auxilio en caso de que sufriesen ataques por parte de los piratas berberiscos, eterno cáncer en el Mediterráneo y secular enemigo español, y de los piratas británicos.
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Re: TENIENTE FRANCISCO DE OSSORIO.

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Otro de los motivos, y muy grave, por los que fue destinado a esta plaza fue el siguiente:

La guerra de Francia contra España no solo se libraba en Cataluña o en las costas mediterráneas peninsulares, sino que también en la costa africana, pues los gabachos entregaban fuertes sumas de dinero y armas a Muley Ismael, del imperio marroquí, para que le hiciese la guerra a España, con lo que Francia conseguía desgastarnos un poco más a la vez que conseguía que se tuviesen que dispersar las tropas acudiendo a distintos puntos, dificultando así la defensa de los intereses españoles.
Muley Ismael había estado preparando durante un tiempo el asedio de esta ciudad, suministrándose de Europa, obteniendo la pólvora, mediante contrabando, de Marsella, las armas, sobre todo cañones, de gran Bretaña y Países Bajos, montó una fábrica de bombas en la cercana Tetuán y como técnicos utilizó a mercenarios y cautivos europeos. Además, construyó una plaza sitiadora en las inmediaciones de Ceuta. Pues bien, debido a esta coyuntura, Ceuta, desde finales de Octubre de 1694, estaba siendo reiteradamente asediada por los moros de la zona y que estaba siendo defendida a las órdenes del marqués de Valparaiso. Los moros entraron en los campos ribereños del río Negrón pasando, con las banderas desplegadas, a las playas de los Castillejos, poniendo a la ciudad en estado de máxima alerta, tanto en los fuertes avanzados como en la misma urbe, produciéndose los primeros duelos de artillería seguidos de algunas salidas desde Ceuta para desbaratar las líneas de asedio moras, así como para prestar defensa a las estacadas y puertas de la ciudad.

En esto se estaba cuando el marqués de Valparaiso fue reemplazado por el marqués de Valdecañas, a cuyas órdenes debía estar Don Francisco de Ossorio. Lo primero que hizo este General fue intensificar el fuego artillero contra el moro, a la vez que ordenó se cavaran más túneles para colocar minas, la construcción de caminos cubiertos en la vanguardia y en paralelo a las estacadas construidas previamente y pasando a la reconquista del estratégico punto llamado Lengua de Sierpe, donde el moro tenía uno de sus más importantes puntos de bombardeo, lo que se consiguió, estableciéndose allí un contingente de 700 hombres, todo esto a la vez que mandaba se construyese un bastión en el campo conquistado a los marroquíes, el llamado bastión de Santiago.

El asedio se dilataba en el tiempo y a los repetidos ataques moros se producían las contundentes respuestas españolas, que afianzaron el terreno conquistado y construyendo nuevas obras -como el bastión de Santa Ana- se atacaban las principales baterías enemigas, utilizando para estas acciones incluso a bandoleros, con los que formó una Compañía, efectuándose golpes de mano exitosos, tales como el incendio de un almacén de pólvora de la retaguardia mora, incendio de los campos de cultivo de la zona de Tánger, captura de ganado y de prisioneros, todo esto a la vez que se construían galerías subterráneas para colocar minas y la realización de incursiones de caballería, apoyadas por 200 caballos que llegaron del Tercio de Extremadura. En una de estas acciones, el 25 de Julio de 1699, mandó el General Gobernador dar fuego a la gran mina que había sido colocada bajo un importante punto de los moros, siendo tal el destrozo que ocasionó que creó un gran desconcierto, el cual fue aprovechado por los nuestro, cuando el Tercio Colorado y tropas de la ciudad junto a individuos de las Milicias de Sevilla y del tercio de la Costa ocuparon las posiciones marroquíes, haciéndoles tantas bajas que se les obligó a huir, dejando el campo en posesión de los españoles. Tras esto se retiró la caballería venida del Campo de Gibraltar y el Tercio de Burgos relevó a los efectivos presentes en la plaza de los Tercios de la Armada, se nombró como nuevo Maestre de Campo a D. Antonio Macías de la Cerda, y como nuevo segundo del General Gobernador a D. Antonio de Zúñiga y la Cerda. Debió comportarse con valor nuestro hombre, lo que unido a sus probables dotes de organización y administración debieron ser motivos más que suficientes para que la Superioridad lo considerase apto para ocupar el cargo de Furriel Mayor, lo que así ocurrió, discurriendo el resto del tiempo en el desempeño de sus funciones.

Tercera Parte: Gaeta. Hojas de Servicios Militares.

Transcurridos cinco años de su permanencia en dicha plaza, llegaron desde la Península las noticias de la muerte del Rey Carlos II, ocurrida el 1 de Noviembre de 1700, Rey que, al no tener descendencia, había nombrado como sucesor en el trono de España al duque de Anjou, Felipe de Borbón, nieto del Rey francés Luis XIV, quien tardó poco en ser coronado como Felipe V de España.

Esta decisión de Carlos II ocasionó un conflicto bélico internacional, conocido como Guerra de Sucesión Española, pues el archiduque Carlos, hijo del emperador Leopoldo de Austria, se consideraba el legítimo heredero del trono de España. Es decir, una nueva guerra europea.

Bien, ante la nueva situación política que se presentaba en Europa, Guillermo III de Inglaterra concertó la conocida como Gran Alianza, formada por Inglaterra, Países Bajos, el Imperio, los principados alemanes, Portugal y Saboya, en contra de España, Francia y Baviera, es decir los "austracistas" contra los "borbones", lo que acabó dando lugar a la guerra general, la cual se inició en Italia, enfrentándose las tropas del emperador contra las borbónicas, siendo derrotadas las primeras en 1702.
Después, fuerzas franco - bávaras atacaron Viena, pero la intervención de las tropas del duque de Marrlborough impidió el asalto y las derrotó. Tras esto, la guerra se circunscribió principalmente al territorio español, aunque también continuó en Italia.

Así pues, tenemos que Don Francisco de Ossorio es trasladado, pasando de la plaza de Ceuta a la Península, donde permaneció hasta que se iniciaron las hostilidades en Italia entre las tropas del imperio y las borbónicas, y si bien en una primera instancia los resultados fueron adversos a las armas de los segundos, en 1702 alcanzó Felipe V de España una importante victoria que le dejaba en una cómoda aunque momentánea situación. Debió ser en esta época cuando fue trasladado Don Francisco junto con su Tercio al Reino de Nápoles, para defender las plazas necesitadas de ello.

Debido al agotamiento y a las dificultades que estaba teniendo Francia con tantos frentes bélicos abiertos y la sangría económica que le suponía, decidió Luis XIV dejar de prestar apoyo a su nieto Felipe V, de modo que Italia se defendía ya con solo las tropas españolas y en uno de los episodios militares que se sucedieron durante la campaña italiana, fue donde participó nuestro hombre, el cual debió distinguirse en su trabajo pues según su hoja de servicios pasó por los cargos de Furriel Mayor y Mariscal de Logis, lo que nos informa de su capacidad de organización y de administración. Así mismo, y suponemos que debido a su valía como militar, fue también promocionado al empleo de Teniente.

Su destino último fue la plaza de Gaeta, cuyo mando estaba confiado al marqués de Villena, quien junto a sus tropas hizo una heroica defensa de la ciudad, la cual no pudo concluir con éxito debido a la superioridad de las tropas imperiales y la escasez de víveres y pertrechos de los españoles, motivado por la falta de apoyo económico, teniendo que acabar capitulando a finales de Septiembre de 1707. La causa de Felipe V en Italia estaba ya perdida.

La entrada de las tropas imperiales supuso, aparte la ocupación de la plaza el pasar los defensores a ser prisioneros de guerra, entre ellos nuestro Don Francisco de Ossorio, quien permaneció prisionero de los imperiales casi nueve años, ignorándose donde y en qué condiciones.

Como compañeros de cautividad, aunque suponemos que en unas condiciones mejores, tuvo a Antonio del Giudice, príncipe de Cellemare, amigo primero de Carlos II y después de Felipe V, que estuvo preso hasta el año de 1712, en que fue canjeado.

También fue compañero de cautividad el Teniente General D. Juan de Chaves, quien estuvo preso hasta el año de 1716, año en el que debió ser también liberado Don Francisco de Ossorio, cuando contaba ya con 42 años, trasladándose muy probablemente a Cataluña y donde reingresó en el Ejército, hasta que en el año de 1718 y tras ser hallado apto para ello fue propuesto para el empleo de Capitán de una Compañía, cosa que no sabemos si lo obtuvo o no, pues ahí termina la información que nos proporciona su hoja de servicios militares.

(*Como información de interés, hacer notar que a partir de Agosto de 1705 se empezó a reorganizar el Ejército, eliminando los viejos Tercios sustituyéndolos por los Regimientos y los soldados van armados ahora de fusil con bayoneta, entre otras transformaciones.)
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Fuentes Bibliográficas:

1- Archivo General de Simancas. Hoja de Servicios Militares. AGS. SGU, Lee. 2605, C5, 4 y C7, 7 y 7Vº
2- Gran Enciclopedia Espasa, Tomo 16. Espasa Calpe 2004
3- “Diccionario universal de Historia y Geografía” Tomo I, pág. 105. Francisco de Paula Mellado. Madrid 1846
4- “Guerra, Fisco y Fueros: la defensa de la Corona de Aragón en tiempos de Carlos II (1665-1700)” Página 152. Antonio Espino López. Publicaciones de la Universidad de Valencia, 2007.
5- http://www.todoababor.foros.com
6- “Historia de España”. Tomo 5, págs. 429 a432 y 434. VV. AA. Dirigida por Manuel Tuñón de Lara. Ed. Labor. Barcelona 1993.
7- “Diccionario Histórico o Biografía Universal” Tomo 3, pág.673. Barcelona 1831.
8- “Los Alcaldes Mayores del Corregimiento de Gerona (1717 - 1808)” Pág. 7. Rafael Cerro Nargáñez
9- “El gran diccionario histórico o miscelánea curiosa de la historia sagrada y profana” Tomo 7, pág. 266. José de Miraval y Casadevant. Paris 1753
10- “Diccionario geográfico - estadístico - histórico de España y sus posesiones de Ultramar” Tomo 9,
pág. 242. Pascual Madoz. Madrid 1850
11- “Recuerdos de África. Historia de la plaza de Ceuta” Págs. 157 a 170. Juan A. Márquez de Prado. Madrid 1859.
12- “Al sur de Tarifa: Marruecos - España, un malentendido histórico” Pág. 291. Alfonso de la Serna. Madrid 2006.

NOTA: Si bien se ha dicho al principio de este trabajo que se desconoce su lugar de origen, lo hemos tomado como ejemplo de soldado de su época, ejemplo de quien bien pudo haber sido un malagueño.
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Re: TENIENTE FRANCISCO DE OSSORIO.

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Sus hojas de servicios militares, que se encuentran en el Archivo General de Simancas, con las signaturas siguientes:

- SGU, Leg. 2605, C. 7, 7 Año 1718
- SGU, Leg. 2605, C 7, 7 vto. Año 1718
- SGU, Leg. 2605, C. 5, 4 Año 1718

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