Batalla sobre Normandia

Operaciones aéreas.
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Molders
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Batalla sobre Normandia

Mensaje por Molders »

14 de julio de 1943, Evreux, Normandía. Hauptmann Georg Peter Eder relata:
"Nosotros, los pilotos, dormíamos en el pueblo. Los dieciséis pilotos de nuestra escuadrilla vivíamos en una casa grande de ladrillos color gris. Había sesenta y cuatro pilotos, más los cuatro de la Jefatura; en el II Gruppe yo era comandante del 12º Staffeln (del Jagdgeschwader 2 "Richtofen", N.d.R.). En esta época, cuatro Staffeln formaban un Gruppe y cuatro Gruppe un Jagdgeschwader. Tenía un dormitorio con teléfono de campaña y una sala de baño. A las tres de la madrugada de aquel día fui despertado con unos golpes en la puerta:

Buenos días, Sr. Comandante. Son las tres. Levántese.
Me lavé y me afeité en quince minutos, luego me vestí y amarré mi pistola a mi muslo derecho y mi cuchillo –para cortar las huinchas del paracaídas en caso de caer al mar- en la pierna derecha; en el muslo izquierdo el mapa y cargadores justo sobre la bota izquierda. Usábamos un traje azul con corbata negra. A las 3:20 A.M. partí hacia la pista, situada a dos millas de distancia. Tenía un Citroen y los demás pilotos contaban con dos Metford franceses y un camión. Desayunamos en la sala de alerta de la escuadrilla. El médico nos aconsejaba consumir pan blanco en vez de negro, puesto que este último producía mayor hinchazón del estómago a alturas. Cada piloto recibía un litro de leche y veinte gramos de café al día. También recibíamos chocolate con dextrina y chocolate con cafeína, los que mantenía en el bolsillo de mi chaqueta. Después del desayuno salí y eché una mirada a los aviones. De vuelta en la sala, informé a Operaciones:

12º Staffeln listo para entrar en acción, con dieciséis máquinas y catorce pilotos. ¿Cómo está la situación en el aire?
El radar indica tres formaciones de bombarderos agrupándose sobre Inglaterra.
Generalmente teníamos una larga espera después de eso, en la que tratábamos de descansar. Inspeccioné mi avión y di la señal de ‘listo para la acción’.

A eso de las 5:30 A.M. recibimos la primera alerta:

¡Atención! ¡Alerta de quince minutos!
Debíamos estar listos en un cuarto de hora. En aquellos instantes solíamos fumar, ir al baño, revisar nuestros salvavidas, etc. Esa mañana tuvimos que esperar hasta las 6:30 A.M., una hora entera, antes de recibir el ‘alerta de 5 minutos’. A esa hora Operaciones informó de dónde se aproximaba el enemigo y su cantidad, y nosotros salimos y esperamos al lado de nuestros cazas.

Se nos dijo que venían en gran número y supimos su rumbo exacto. En cinco minutos se nos ordenó estar listos para despegar en cualquier momento y nos subimos a nuestras máquinas. Esa mañana algunos de los bombarderos volaban hacia Roma y otros hacia París. Tuvimos que esperar un largo rato. Recién a las 7:23 A.M. vimos los tres cohetes verdes disparados sobre la pista –la señal de despegue-.

Cada bandada se reportó y despegamos juntos hacia el Norte. En dos minutos los cincuenta aviones del grupo estaban en el aire y luego se juntaron los cuatro grupos.

El grupo de Mayer iba adelante, yo un poco más atrás, a la izquierda; otro grupo atrás, a la derecha, y el último grupo en el centro, detrás nuestro y un poco más alto.

Al poco rato, control de tierra nos advirtió:

¡Atención! ¡Bombarderos en sector G P 1! ¡6.000 metros! ¡Protegidos por muchos cazas!
El radar nos había largado en el momento preciso y justo después divisé los bombarderos:

¡Atención! ¡Camiones a las dos!
Vuele en 45 grados –contestó Mayer.
Tomamos ese curso y lo seguimos, él había dirigido un ataque contra pesos pesados en enero y había derribado a 18. Volábamos a 7.000 metros, y nos acercábamos a bastante altura.

Desde aquella posición, unos tres kilómetros adelante, viramos a la derecha para efectuar un ataque frontal; Mayer me llamó por radio y me indicó que atacará una de las formaciones. Al contestar ‘Víctor’, él supo que había recibido la orden. No hubo conversación por radio después de eso. Oprimí el botón negro en el lado derecho del panel instrumental y los tres anillos concéntricos amarillos con la cruz aparecieron sobre el cristal de la mira. Me tocaba dirigir el primer grupo de los cuatro, con otro grupo a cada lado y el cuarto detrás nuestro y un poco más alto; las bandadas se disponían de la misma manera dentro del grupo, como éstos en la ala de caza.

Ibamos a unos 450 km/h y descendíamos lentamente, apuntando a las narices de los B-17. El Me 109 G-6/R6 estaba armado con dos cañones de 20 mm, dos ametralladoras de 13 mm y un cañón de 30 mm, que contaba con 70 tiros, de manera que íbamos bien armados. Eramos pues doscientos cazas atacando doscientos bombarderos, pero ellos además contaban con la escolta. Nosotros queríamos atacar los bombarderos. Cuando ejecutamos nuestra maniobra, los P-47 Thunderbolt empezaron a picar hacia nosotros y aquellos se transformó en una carrera por alcanzar los bombarderos antes de ser interceptados.

Yo estaba cerca, unos 200 m por encima, y acercándome frente a frente; abrí fuego con los cañones de 20 mm a 450 m. A los 300 m abrí fuego con el de 30 mm. Fue una ráfaga breve, quizá no más de 10 granadas, pero vi estallar al bombardero y comenzar a quemarse. Pasé como un rayo a unos 15 m por encima y ejecuté una chandela (un viraje en montada, con inversión del rumbo). Al dar media vuelta, me encontraba a unos 300 m por sobre y detrás de los bombarderos y me vi repentinamente entre los cazas norteamericanos.

Al completar el viraje me encontré justo adelante con un Thunderbolt y abrí fuego de inmediato. Los impactos fueron tan certeros que su ala izquierda se desprendió casi al momento y el avión se precipitó a tierra. A estas alturas sólo iban tres cazas conmigo, mi bandada, los demás se habían desparramado después del ataque. Volamos directamente hacia el Sur, durante unos segundos, preparándonos para repetir el ataque a los bombarderos, cuando repentinamente los vi, justo sobre nosotros. Di el alerta:

¡Cazas enemigos sobre nosotros!
Alcanzamos a efectuar un viraje forzado a la izquierda. Había diez P-47 y cuatro nuestros y estábamos todos escarpando lo más cerrado posible. Logré virar más cerrado que el enemigo y me coloqué a 80 m de un Thunderbolt. Abrí fuego. Le di rápidamente y dos de mis pilotos derribaron uno cada uno, de manera que en cosa de un minuto tres de los P-47 fueron destruidos. Mi víctima alcanzó a saltar y vi abrirse su paracaídas. Uno de mis hombres, sin embargo, había sido derribado y éramos ahora tres contra siete, de manera que di instrucciones por radio de ‘hacernos humo’ en una picada de emergencia; efectuamos un medio roll y picamos a toda potencia. Nos hallábamos a unos 5.000 m, y la picada con acelerada a fondo naturalmente produjo una abundante estela de humo. Los norteamericanos pensaban que éste era un truco para hacerles creer que el avión estaba averiado, pero en realidad sólo se trataba del ‘boost’ de emergencia. Generalmente esta maniobra nos sacaba de apuros, y en esta ocasión también surtió efecto. Nos alejamos de los P-47, los cuales, al parecer, prefirieron no abandonar a los bombarderos. Como al recuperar no vimos ningún caza detrás de nosotros, comenzamos a volar hacia el sur en una montada gradual. Al poco rato vimos aparecer de nuevo a los bombarderos –probablemente una de las formaciones que volvía de una incursión-. Estábamos cerca de París:

-Camiones delante nuestro –avisé por radio.

Comenzamos a descender lentamente, puesto que volaban a unos 4.000 m y ya no en formación cerrada. Eran unos doce bombarderos, y nos acercábamos directamente para efectuar un ataque frontal. En la primera pasada logramos averiar a uno de ellos, el cual empezó a perder altura, con un motor echando humo.

Dimos media vuelta y nos abalanzamos sobre el avión retrasado. A unos 300 m abrimos fuego y la Fortaleza estalló en llamas. Pero seguía disparando con sus diez ametralladoras, y justo antes que se desprendiera el ala, sentí impactos secos en el motor y en mi cabina. El motor comenzó a ratear inmediatamente, de manera que puse la hélice en paso bajo. Inicié un descenso gradual, mirando los alrededores a medida que perdía altura. Delante de mi apareció una pista –Le Bourget.

No tenía potencia y sabría que tendría que efectuar un aterrizaje con tren retraído. Logré alcanzar la pista y accioné la palanca eléctrica del tren de aterrizaje, pero no pasó nada. Comencé a tirar de la palanca manual y el tren bajó justo a tiempo. Volaba apenas a 300 m de altura. Aterricé a gran velocidad, ¡casi a 170 km/h! Me preguntaba quién me había baleado; debió haber sido uno de los bombarderos de la formación. Mis dos compañeros aterrizaron conmigo y fuimos llevados en una ambulancia a un teléfono, para contactarnos con la base. Me preguntaron cómo me había ido en el combate. Contesté que había derribado dos B-17 y dos P-47 y que había perdido uno de mis Me 109. Operaciones me felicitó por mis victorias y ordenó que volviera inmediatamente a la base, mandando a uno de mis pilotos de vuelta en auto. Al aterrizar en la base supe que el ala había perdido seis o siete cazas, pero que había derribado alrededor de veinte aviones, casi todos bombarderos. Nos juntamos con Mayer para discutir la misión y luego volví a mi escuadrilla para redactar el informe de combate…"

Fuente:http://cipres.cec.uchile.cl/~bebustos/normandia.html


"Muchas gracias por su ofrecimiento pero tenemos mas soldados que armas."
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MiguelFiz
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Experiencias interesantes

Mensaje por MiguelFiz »

:wink: Experiencias interesantes Molders, en 1943 la balanza comenzaba a inclinarse al lado aliado, pero eso hacia las experiencias mas notables...
Actualmente leyendo...
  • "The Impact of the Russo-Japanese War" de Rotem Kowner
    "The abyss. World War I and the end of the first age of globalization" de Niall Ferguson"
    "Lost at Nijmegen: A rethink on operation 'Market Garden'! de R.G. Poulussen
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...las tropas afganas tienen 300,000 elementos bien equipados, tan bien bien equipados como cualquier ejercito en el mundo, y una fuerza aerea, contra unos 75,000 talibanes. NO ES INEVITABLE la toma de Afganistan por los talibanes.

Respuesta a la pregunta de un periodista el 7/julio/2021 de Joe Biden, comediante, entrenador de amigos imaginarios y presidente aficionado
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totemkopf
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Mensaje por totemkopf »

Muy i»CÓesante Molders.
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Marseille
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Mensaje por Marseille »

Esta muy interesante tu post, recordemos que para esas fechas comenzaba el bombardeo estrategico, que despues repercutiria bastante para los alemanes.
Ademas que dificil seria enfrentar a bombarderos y escoltas a la vez, imaginense tener que evitar las metralletas de todos estos. :(
Hasta pronto.
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