El Gran Capitán

Saludos.

Noticias luctuosa y más hoy. Esperada -tenía 96 años- y no, porque hay gente tan grande que parece que siempre estará con nosotros. Muere mi último amigo veterano de la II GM, Paco Pérez Luzarreta. Hace años llegue a tratar con una treintena de veteranos de la II Guerra Mundial. Luego ya solo quedaba Paco. Ahora, ninguno.

El lehendakari, Iñigo Urkullu, ha trasladado este martes su pésame por la muerte del navarro Francisco Pérez Luzarreta, 'Paco', superviviente del 'Batallón Gernika', que ha fallecido a los 96 años. Natural de la localidad navarra de Jaurrieta, era hijo de un carabinero de bigotes enrevesados, de esos que se ven en las fotos de inicios de siglo, y de una modistilla. Tomó parte en los batallón Gernilka, luego los norteamericanos lo formaron como comando en Rothschild, posteriormente fue "pasador" del Gobierno Vasco, torturado por Melitón Manzanas... lo excarcelaron porque le extirparon un riñón y las autoridades prefirieron que muriese en casa, pero ha durado contra todo pronóstico ¡70 años más!


Un superclase. Quedamos en un bar de Irún para grabarle y, lo primero que me dijo, es que llevaba 30 años sin pisar un bar, pero que, ya que iba a contar su historia, le parecía que había que celebrarlo de una manera especial. Su testimonio salió en el libro que hice sobre el Batallón Gernika, pero como su historia era alucinante, tuve que dedicarle otro artículo a sus acciones clandestinas de posguerra en la revista Historia 16. Hace cuatro años protagonizó el docudrama sobre el Gernika y consiguió cierta relevancia, menos de la que merecía.


Descanse en paz esta persona que el lehendakari Urkullu ha definido como "buena, grande y ejemplar".

Descanse en paz.

Por suerte se han podido documentar esas vivencias y memorias de hace casi ya un siglo. Descanse en paz este héroe, que se lo tiene bien merecido.

Saludos.

Estoy con Delta en que fue un afortunado porque recibió cierto reconocimiento y homenaje. Muy tarde, después del año 2000, cuando parecía ya imposible, pero los recibió, a diferencia de tantas personas que han desaparecido sin que nadie supiera de sus trayectorias.

En la foto, con el lehendakari_

Por ley de vida los protagonistas de los convulsos años 30/40 del siglo pasado están desapareciendo, por suerte quedan refugios como EGC para que su memoria permanezca para siempre... Descanse en paz.

Saludos.

Dejar viva su presencia como en este hilo, hace inmortales a los que vamos perdiendo, además con su debido reconocimiento. DEP.

Descanse en paz un luchador por la libertad y por sus ideas y las de miles de personas, sus gestas y lucha constante deben servir de ejemplo para generaciones actuales y venideras.

Buscaglia escribió:Saludos.

Estoy con Delta en que fue un afortunado porque recibió cierto reconocimiento y homenaje. Muy tarde, después del año 2000, cuando parecía ya imposible, pero los recibió, a diferencia de tantas personas que han desaparecido sin que nadie supiera de sus trayectorias.

En la foto, con el lehendakari_

Viendo el rostro de Urcullu denota que le interesaba el acto pero que Paco no era de su partido.

Jonh Sandokan escribió:

Buscaglia escribió:Saludos.

Estoy con Delta en que fue un afortunado porque recibió cierto reconocimiento y homenaje. Muy tarde, después del año 2000, cuando parecía ya imposible, pero los recibió, a diferencia de tantas personas que han desaparecido sin que nadie supiera de sus trayectorias.

En la foto, con el lehendakari_

Viendo el rostro de Urcullu denota que le interesaba el acto pero que Paco no era de su partido.

Saludos.

Pues yo no puedo leer tanto en las caras, de ser así me dedicaría al poker. Pero, en efecto, Paco no era del PNV, se definía a sí mismo simplemente como antifascista y se quejaba que otros le habían adjudicado militancia en partidos simplemente por sus amigos, no habiendo sido él "hombre de carnet".

En cualquier caso, he de decir algo positivo de Urkullu: creo que en los homenajes no ha medido nunca si a quienes se rendían honores eran de su partido o de otro. Lo cual es de agradecer porque siempre no ha sido así. Hace años, cuando se iba a recordar la batalla de Machichaco, donde bacaladeros se enfrentaron al Canarias en una lucha perdida de antemano, hubo problemas porque resultó que había muchos no vascos en las tripulaciones de la flota de Euskadi, incluyendo a un capitán que creo era de Murcia y gente vinculada al mundo de los gudaris quería taparlo.

Volviendo al tema de Paco, sus dos detenciones de posguerra cuando cruzaba clandestinamente la frontera con personas y material del Gobierno Vasco:
"Me detuvieron dos veces. Una vez en el puesto fronterizo de Dancharinea, con una mujer y su hija, que tenían el esposo en Francia. El brigada de la Guardia Civil empezó a sospechar y me dijo: «¿Usted quién es?». No le convencí y ya me soltó: «Yo me he especializado en perseguir bandoleros». Uy, la hostia. Enfrente estaba la Policía y les llamó: «Este sujeto me parece que no es trigo limpio, me parece un pájaro de cuenta». Me metieron en el cuartucho que hacía de comisaría. Me pidieron la documentación, les enseñé el pase y me dijeron: «Esto está falsificado. Quédese ahí, siéntese si quiere, que vamos a llamar a la Guardia Civil de Urdax». No me fiaba de los de Urdax, ésos me conocían bien y podían pegarme un tiro. Pensé: «Paco, tienes que salir de aquí como sea, como sea». Era una pareja de policías bastante enclenques y yo tenía mucha capacidad, tanto ofensiva como defensiva, para solucionar un problema fácil con dos personas, por las artes marciales que nos habían enseñado los americanos. Pero yo soy de los que piensan que, en cuestiones de sangre, sólo hay que llegar en última instancia. Les dije que, si tenía que esperar, que quería hacer pis. En el retrete había una ventana alta, pegué un salto que no hay gato que lo haga y caí sobre unas barricas. Un salto más y entré en una taberna de la parte francesa. Allí, con el corazón desbocado, me tomé una copa. Cerca había un grupo del Gobierno vasco, en Ainhoa, y decidí ir para allí. Pero al salir, en el puentecito, saqué un pañuelo y me despedí con cachondeo de la Policía española y seguí por la carretera".


(...)

"Cuando me cogieron la última vez, fue por un chivatazo. Era finales de 1948 y veníamos cinco por el monte. Yo llevaba también documentos que me dio Mediavilla. Al llegar un poco antes del pueblo de Lesaca, vimos la maniobra de un casero que iba por un sendero hacia el pueblo. Allí avisó que había cinco individuos que podían ser maquis. Movilizaron las fuerzas militares del alto de Ibardin. No solía utilizar ese paso, sólo lo hice tres veces, aunque normalmente hubiésemos pasado antes de que se desplegasen los soldados. Pero uno del grupo tenía asma, se quedaba descolgado y nos retrasaba. Cerca de Vera del Bidasoa nos salieron al paso encima de Endarlaza. Íbamos por el sendero, junto a unas viejas minas, y vi el apagallamas de un fusil ametrallador y un soldado que hacía el gesto de tirar una granada. Dije: «¡Alto, vamos desarmados, vamos a trabajar a Francia, no somos guerrilleros, no traemos armas ni intención de haceros nada!». Y pensando en el de la granada: «¡Cuidado con la granada, no vayamos a volar todos!». Nos salvó que eran cuatro soldados, porque la Guardia Civil habría disparado sin preguntar. Dos del grupo venían retrasados. El del asma llegó hasta la frontera y se sentó en el mojón. Allí lo encontró una patrulla. Le preguntaron qué hacía allí y les dijo que era pastor, que por allí tenía el rebaño. Era tan absurdo que se hubiera parado justo en la raya que lo creyeron y escapó.

Por la noche, fingiéndonos dormidos, consulté a los dos compañeros si tenían ánimo para escapar. Ellos se acobardaron y dijeron que no merecía la pena jugarse la piel. Para quitarme responsabilidades, hice un agujero con las uñas y enterré la cartera con los papeles de Mediavilla. Como eran soldados, no nos habían registrado. Primero me llevaron al barracón de los militares en Ibardin. Y luego a la comisaria de Vera. Después me llevaron a la comisaría de la avenida de Navarra de Irún y me metieron en una celda de un metro cuadrado, del tipo que utilizaba la Gestapo, llena de humedad. Me sacaban todas las noches y me interrogaban el comisario Manzanas (7), Bazán y un comisario en jefe que vino de San Sebastián. Yo me temía que, como sacasen todo lo que les había perjudicado, en el mejor de los casos me iba a pasar en la cárcel muchos años.

Estuvieron interrogándome quince días, preguntándome por las rutas por las que metía las armas y la propaganda. Todo el día en el cuartucho y me sacaban a la noche para interrogar. Manzanas me decía que era el individuo más cínico que había pasado por allí, que qué cara tenía. Me dijeron que si ellos alguna vez habían utilizado la violencia, había sido por culpa del prisionero, que les había intentado quitar la pistola. No me tocaron e incluso Manzanas me dijo: «¡Ya lo tendrás en cuenta, cuando salgas de aquí y hables con tus acólitos, el trato que te hemos dado!». Se comportaban así porque a finales del 48 el Régimen hacía agua y éstos no las tenían todas consigo. Les daba un miedo horroroso el futuro, veían que la gente pronto les iba a escupir en la cara o pegarles un tiro. Me cogen los mismos cinco años antes o cinco años después y no lo cuento. Después de los interrogatorios me tuvieron cuatro meses en Ondarreta”.

Que descanse en paz.

Menos mal que se han recogido estos testimonios; recuerdo el documental, y que lo mejor era cuando salían estos supervivientes y contaban en primera persona sus vivencias. Una pena pero es ley de vida.

Que bueno que esta vez nos hayan quedado sus memorias, como tantas otras veces se van a las tumbas. Grande.

Conocí la odisea de estos hombres en el libro de Buscaglia. Se puede estar de acuerdo con los ideales de las personas o en total discrepancia, pero cuando alguien se entrega hasta el final y encima tiene un mensaje sereno de convivencia solamente merece respeto. Como decían mis abuelos, que nunca os toque una guerra...y menos civil.
DEP Paco Pérez Luzarreta combatiente del Guernika.

Saludos.

Una vez más, concuerdo con Miguel: yo estoy a miles de kilómetros de distancia ideológica con alguno de ellos y a milímetros de otros. Pero todos tuvieron mi total respeto (incluso alguno al que apreciaba especialmente pese a que me decía que debieran haber luchado a favor de Franco: "Un tipo ridículo y despreciable pero que tenía una base común con ellos, a diferencia de Pasionaria y Uribe, con los que nunca tendría nada en común". Uno no puede ser crítico cuando te largan impresiones tan lucidas como esta de Paco:

"Los días anteriores al catorce de abril (el día del asalto a las fortificaciones de la Pointe de Grave) fueron unas jornadas tranquilas. Sabíamos que enfrente los alemanes estaban bien protegidos en sus fortificaciones, pero también éramos conscientes de que su espíritu combativo no podía ser demasiado alto, ya que la guerra la tenían completamente perdida y ellos convivían con esa certeza. Muchos de nosotros nunca habíamos empuñado un arma y el Sten nos parecía una maravilla, tanta cadencia de tiro, tanta ligereza, nos sentíamos seguros con aquel subfusil entre las manos. En el fondo había un ambiente irreal, parecía que más que ir a la guerra íbamos a una fiesta, a una romería. En ningún momento pensábamos que en cualquier rincón podían volarnos los sesos.

El ataque empezó a la tarde, pero yo lo recuerdo como algo bastante caótico. Salimos por grupos, por secciones, pero todo fue muy confuso. Yo avancé con mi Sten siguiendo a los que iban delante hasta que nos detuvo el fuego cruzado de las ametralladoras alemanas. Disparé en dirección a los fogonazos parapetado detrás de un pino, después vino la orden de retroceder a las trincheras. Aquello nunca podría haber salido bien, los alemanes controlaban la situación con sus casamatas y los campos de minas, que si te descuidabas te partían en dos. Por suerte se cambió el sentido de la ofensiva y rodeamos la cota 40 dando la vuelta por la carretera de Soulac hacia la playa. La aviación americana hizo un trabajo impresionante, daban la vuelta a los blocaos enteros, y algunos eran enormes, dejándolos panza arriba.

El desastre del primer día nos devolvió a la realidad de la guerra. Se acabaron las romerías, allí nos estábamos jugando la vida y al mínimo descuido podíamos perderla. La aviación hizo añicos el espíritu de resistencia de los alemanes y aquellos querían terminar con todo cuanto antes y de la mejor manera posible. Entonces se entregaban muchos prisioneros, la mayoría eran jóvenes, muy jóvenes. Yo sentía lástima al verles allí, destrozados por los bombardeos, colgando de las casamatas…Te da por pensar en sus familias, en sus seres queridos, en la gente que les echará de menos. Se te acaba poniendo un nudo en el estómago y la carne de gallina".


Para criticar a Paco, éticamente tendría antes que tomar una loma fortificada con un fusil (o una Sten, je, je). Como eso no va a pasar, todo mi respeto.

Buscaglia escribió:Para criticar a Paco, éticamente tendría antes que tomar una loma fortificada con un fusil (o una Sten, je, je). Como eso no va a pasar, todo mi respeto.

Exacto, no deserto por tener a todos los hombres en edad militar en prisión, para escapar y vivir del cuento. Lo hizo para tomar las armas y combatir a los alemanes. Y de no cambiar la situación política, seguramente entrando en España contra los vencedores de la guerra civil.
Como te dije, el libro me enterneció por las duras vivencias. Si quitas ideologías la vida en el frente es igual para todo combatiente..miedo; dolor; tristeza; odio; mierda;sangre y barro...da igual sea de la 9 o de la Blau, estos vieron mucha mas guerra que el Guernika, pero al leerlos son muy idénticas sus vivencias.
Gracias por dejar para la historia unos testimonios que valen su letra en oro.
Saludos Maese