alejandro_ escribió:Con respecto a Hartman, a esas alturas de la guerra (8 y 11 derribos por dia) no crees que ya habia afinado la punteria.
Una cosa es afinar la punteria,
otra derribar tropecientos aviones con 2 ametralladoras y un cañón de 20mm. Aviones que por cierto nadie ha visto, tan solo he visto una foto (1) de los 352 aviones que derribó, el resto son cuadrantes y hora, nada más.
Saludos.
¿Todavía seguís con este hilo? Esto sí que es nigromancia, contestar a un post de cinco años, pero es que semejante escepticismo merece una respuesta. Pues oye, de la misma manera que Manfred von Richthofen y René Fonck derribaron respectivamente 80 y 75 aviones con sólo dos ametralladoras y disparando a ojo en la Primera Guerra Mundial. En el caso de Fonck, hay constancia de algún derribo que consiguió con menos de una docena de balas.
Sencillamente inexplicable hasta que lees algún libro dedicado a la problemática del tiro aéreo. Yo recomiendo "Gunning for the Red Baron" de Leon Bennett.Os lo digo, que os tengo en ascuas, ¿cómo lo hicieron?
Pues acercándose mucho. Así de simple. No hay ninguna magia. Sencillamente acercarse a menos de 50 metros y menos todavía, disparar casi a quemarropa con el mínimo ángulo de deflexión, y la ráfaga indefectiblemente alcanzará al piloto, al motor, al depósito de combustible, o a todo a la vez.
Y es bien sabido, no hace falta tener la biografía de Tolliver y Constable, el método de Hartmann es bien conocido. Éste era un gran tirador a larga distancia pero no llegaba al virtuosismo de un Marseille. La comparación con Fonck es especialmente apropiada. Éste era un tirador soberbio, pero su éxito consistía en ponerse directamente a la cola del aparato enemigo, desde muy cerca, al mismo nivel, y la breve ráfaga de ametralladora, dispersándose lo mínimo, recorrería todo el avión desde la cola al morro, traspasando el piloto, el depósito y el motor.
De hecho me atrevería a asegurar que Hartmann podría haber logrado sus victorias sólo con un par de ametralladoras. La mayoría de los aviones no estaban blindados, y aunque tuvieran respaldo blindado, esta coraza no puede resistir el impacto de armas de 13mm de calibre a corta distancia (menos de 100 metros). Y con el cañón de 20mm todavía más fácil, unas pocas granadas bastan para destrozar a un caza. Hay que recordar que la mayoría de los aviones rusos eran de madera, tampoco es que el aluminio suponga ninguna diferencia. Una sola bala en el piloto, o motor o la gasolina bastaba. Vale, exagero un poco y piloto aparte, hacen falta algunos proyectiles más, pero un sólo impacto de una granada de 20mm ya es suficiente para causar problemas serios.
Con una u otra arma a corta distancia bastaba. Combinadas era suficiente para destruir a cualquier avión. Más ametralladoras o cañones lo único que hacen es más agujeros en la chapa de las alas y fuselaje, como dicen los anglosajones es "overkill" o en castizo, dar lanzadas a moro muerto. Es por eso por lo que no es tan ilógica la eliminación de los cañones de las alas en los Messerschmitt a partir de la serie F. Y los rusos opinaban lo mismo. En realidad basta con un sólo cañón o un par de ametralladoras que estén montados en el morro. Los cañones en realidad sólo eran necesarios para atacar a los bombarderos.
El tema de las victorias alemanas creo yo que quedó más que zanjado hace décadas. Por increíbles que parezcan, las cifras de victorias de los ases alemanes son auténticas. Habrá los ajustes procedentes en cuestión de reclamos, pero es una simple extrapolación estadística que si los grandes ases de la Primera Guerra Mundial en poco menos de 2 años de combates aéreos llegaron a acumular entre 40 y 50 victorias, en seis años de guerra con muchos más aviones, mayor frecuencia de combates aéreos, mejores armas y miras, mayor alcance y velocidad de los aviones, y sobre todo mayores posibilidades de supervivencia de los pilotos gracias al blindaje, los depósitos autosellantes, y sobre todo, los paracaídas,Hartmann fue derribado más de una docena de veces (!) por pura proyección matemática resulta creíble que esas cifras se triplicaran como poco. Y precisamente 150 derribos sería la media de los grandes ases de la Luftwaffe. Y repito lo obvio, las pérdidas de aviones de los aliados, tanto occidentales como soviéticos son apabullantes. Alguien tenía que estar derribándolos, no se estrellaban solos. Es un hecho científicamente demostrado que la mayoría de los pilotos de caza están para hacer bulto y que la mayoría de las victorias son logradas por una minoría de expertos, los ases.
Y no es que los alemanes fueran superhombres arios. Sencillamente tuvieron más oportunidades de practicar el tiro al blanco con los aviones aliados. Para cuando los rusos se pusieron al mismo nivel técnico y táctico, sencillamente ya no había tantos aviones alemanes a los que dispararles, por otra parte, también dependen mucho los totales de derribos de la contabilidad usada. Si los rusos y japoneses contabilizaran todas las victorias al estilo alemán en vez de contar victorias de grupo, tendríamos unas listas de victorias mucho más equilibradas, con el mayor de los ases rusos con 100 victorias y el nivel medio en 50, lo que haría una proporción de 3 a 1 de media a favor de los alemanes.
Y ojo, esto no necesariamente quiere decir que los alemanes derribaran tres veces más aviones que los rusos ni se puede inferir que fueran el triple de buenos que los ases rusos. Más de uno de los
Experten con más de un centenar de victorias fue derribado por pilotos americanos o rusos que no tenían ni la quinta parte de sus derribos.
Y hay otra cosa a considerar. Las pérdidas de la Luftwaffe también eran pavorosas, y los pilotos aliados eran responsables de ellas. Ya podían los
Experten colgarse todas las cruces de hierro con toda la quincalla que quisieran, que la realidad tozuda es que sus esfuerzos, por heroicos que fueran, eran una gota en un cubo, y que sus camaradas caían como moscas y que inexorablemente perdieron la guerra en el aire.
Dentro de un grupo escogido de los que superaron la marca de los 250 derribos Hartmann no era tan especial. Ni comparado con otros por debajo, como Mölders o Marseille. Es posible que de no haber muerto éste acabara siendo el máximo as alemán. Rall, Nowotny, o Barkhorn igualmente podrían haber sido el as de ases. Sencillamente Barkhorn fue herido y Hartmann tuvo la suerte de volar algunos meses más y sumar 50 victorias más.
Hasta ahí todo bien, ahora, si nos ponemos a revisar caso por caso, encontraremos muchas victorias ficticias que no debieron haberse concedido. Pero estoy convencido a que sigue el mismo patrón estadístico que en las victorias aéreas en la Primera Guerra Mundial y la Guerra Civil Española. Las victorias hinchadas se quitarían de los pilotos del montón de la tabla, que muchas veces se atribuyen victorias que en realidad han sido conseguidas por los verdadores ases. Una revisión a fondo de las victorias contrastando los derribos con las pérdidas probablemente dejaría prácticamente intactas las victorias de los mayores ases. Aún asumiendo que las cifras están hinchadas por un factor del 20%, que ya sería mucho , divididas las 350 victorias de Hartmann entre 5, eso nos daría una cifra de 70 victorias que en realidad no lo fueron. 350 menos 70 aún nos da una cifra apabullante de 280 derribos (!!)
Las cifras exactas nunca se sabrán, pero la conclusión unánime e inexorable de los historiadores y cualquiera que haya examinado el problema desapasionadamente desde la lógica estadística y el análisis dimensional, es que las victorias oficiales de los ases de la Luftwaffe si no exactas al 100% son muy aproximadas a la realidad.
Y yo no entiendo tal escepticismo cuando nadie pone en duda otros récords de la Wehrmacht, como los carros destruidos por los ases de los panzer, o los hundimientos logrados por los
U-boote, o los récords de los ases de bombardeo o de Stukas, que están suficientemente documentados para probar que el éxito no es cuestión de una superioridad innata, si no de práctica y oportunidad.
Desde el punto de vista de sus adversarios, entiendo que para los angloamericanos escueza reconocer que la Luftwaffe les hizo mucho daño y que sus ases no tuvieron oportunidad de lucirse porque su aplastante superioridad material les ganó una victoria fácil sin gloria. Entiendo que a los rusos les duela todavía más que los laureles de los ases alemanes fueran ganados a su costa, pero ese es un sentimiento posterior a la guerra. Por lo que he leído hasta ahora de memorias de aviadores soviéticos, su moral era elevada y no sentían ningún complejo de inferioridad hacia los superhombres alemanes. De hecho, parece que la sensación predominante es una de revancha después de los negros días de 1941-42 y de que los alemanes no eran tan gallitos cuando cambiaron las tornas a partir de 1943. Por muy heroicos y hábiles que fueran los ases alemanes, sus adversarios rusos tenían poco que envidiarles, y al final, como observa un as ruso, fueron vencidos por una mezcla de calidad y cantidad. Hay que recordar que gran parte de los ases alemanes se ganaron la gloria cuando tenían ambas ventajas de su parte.
Así que dejad de meteros con el pobre Hartmann, posiblemente no fuera el mejor, pero sí el que más fortuna tuvo, y por muy hinchada que esté su cifra de victorias, está claro que logró docenas, quizá centenares de victorias, lo que le hace especial es que empezó su carrera cuando los rusos ya tenían buenos aviones y en buenas cantidades.
Y mejor no meternos en el espinoso asunto de si las victorias en el Este tienen menos mérito que las conseguidas en el Oeste, y que es bastante más fácil derribar un avión de caza de madera que un cuatrimotor de bombardeo. Las comparaciones son odiosas y además improcedentes. Son dos guerras aéreas distintas que requerían distintas tácticas. Dudo mucho de que un as de la Defensa del Reich pensara que ser destinado al Frente del Este fueran unas vacaciones.