El Gran Capitán

Inspirándose en parte en el motín del Storozhevoy, Tom Clancy escribió una novela con el título "La caza del Octubre Rojo" y luego hubo una película protagonizada por Sean Connery basada en él, que tuvieron gran éxito. Pero la realidad me parece todavía más interesante que la ficción.

Las autoridades soviéticas (y el libro de Clancy y la película protagonizada por Connery) trata sobre un oficial naval soviético que quiere desertar y pasarse al bloque Occidental-capitalista.

Pero la realidad fue que el amotinamiento del Storozhevoy en 1975 (que podría compararse en algunos aspectos a la del Acorazado Potemkim en 1905) fue el de un oficial, Valeri Sablin, secundado por buena parte de la tripulación, que pretendía emitir un manifiesto dirigido a Leningrado que acusaba a las autoridades soviéticas de haber corrompido el ideal marxista y leninista.
La historia real tuvo un final más trágico que la novela y la película, Valeri Sablin, fue pronto bloqueado por la flota del Báltico, Sablin detenido y pronto ejecutado como "traidor a la Patria".

¿Qué os parece Sablin?¿Era un loco, un iluso, un traidor?

¿Qué os gusta más, la versión del desertor anticomunista presentada por Clancy y Hollywood
o la del comunista heterodoxo que sucedió en la realidad?

http://www.cienciahistorica.com/2014/10 ... ubre-rojo/

Interesante, desconocía este hecho. Aunque en este caso, a diferencia de la novela de Clancy, es el oficial político (¿zampolit?) el que monta el motín. Un buen ejemplo de lo peligrosos que son los comisarios políticos, esa mezcla (casi imposible) entre órgano político y militar

En 1975, la Unión Soviética vivía en plena "era Breznev": atasco secular y retroceso en casi todos los campos, aunque el hermetismo del régimen impidió que esto se supiera en el exterior. Estaba muy claro que aquello no era lo que habían prometido en la Revolución de Octubre. Sablin no debía verse a sí mismo como traidor. Para él eran los dirigentes los que habían traicionado los ideales: es sintomático que una parte tan grande de la tripulación le secundara.
Probablemente, estaba ya más que harto. Pero era un iluso si pretendía que la gente se le uniera, sin más. La KGB estaba en aquella época a la que salta ante cualquier movimiento sedicioso por leve que pareciera.
Sablin no fue el único que se hartó. La historia de las protestas y rebeliones contra el orden establecido en la URSS en los años '70 y '80 es una gran desconocida en Occidente. Pero lo cierto es que fueron muchas, lo que demostraba que el régimen estaba ya podrido. También es sintomático que, de todos los amotinados, solo Sablin resultara ejecutado (y de forma lo más rápida y discreta que se pudo).

Hay una cosa curiosa Sablin era el comisario político de la fragata (además de ser un comunista ortodoxo) lo cuál le daba una posición un tanto especial respecto a la cadena de mando.

Poseidón escribió:Inspirándose en parte en el motín del Storozhevoy, Tom Clancy escribió una novela con el título "La caza del Octubre Rojo" y luego hubo una película protagonizada por Sean Connery basada en él

De hecho, en la novela se menciona el caso de un motín encabezado años antes por el oficial político de un barco soviético. Supongo que se refieren a este caso.

Creó que todo fue bastante embarazoso para las autoridades soviéticas y por eso quisieron echar tierra al asunto: el capitán de corbeta Sablin fue ejecutado y Alexander Shein su segundo sufrió una condena de 8 años.

El resto fue absuelto bien porque no se habían adherido al motín, bien para evitar una represalia masiva que hiciera que en otra ocasión las tripulaciones se unieran a cualquier motin de saber su destino. Pensemos que la Armada tenía en su haber el motín del Potemkin (película además que Sablin les puso), la de 1917, pero también la de 1921 contra Lenin.

Además estaba el problema político de que fuera el oficial político, cuyo papel en las unidades militares tenía ciertas contradiciones en la cadena de mando. Si los oficiales profesionales empezaban a desconfiar aún más de los oficiales políticos y chocar frontalmente podría ser peligroso.

Lo peor de todo es que, en cierta forma, Sablin tenía razón y las autoridades habían faltado a las promesas de la Revolución.
Veamos: a finales de 1961 y principios de 1962, en el GOSPLAN empezaron a circular ciertos informes preocupantes cara al futuro. En 1965 ese mismo GOSPLAN tuvo que rendirse a la evidencia: a largo plazo, el tipo de desarrollo elegido no era lo que hoy llamaríamos "sostenible". Ese mismo año, el GOSPLAN elevó un informe urgente al Politburó advirtiendo de ello y sugiriendo medidas como permitir que la gente se moviera libremente por el territorio de la Unión Soviética y que los directivos de las fábricas estatales se guiaran más por la demanda de la gente en bienes de equipo que por lo que se preveía en los Planes Quinquenales, que serían meramente orientativos, no obligatorios, entre otras cosas.
El Politburó tachó el informe de alarmista y se negó a implementar ninguna de las medidas por contrarias a los principios del marxismo-leninismo. La consecuencia fue que, durante los siguientes diez años, el GOSPLAN vio cómo se cumplían, casi punto por punto, las consecuencias de que habían alertado: carencia estructural de casi toda clase de bienes, incluidos alimentos, incumplimientos reiterados de los Planes Quinquenales, paro exacerbado en algunas regiones y dramática carencia de brazos en otras y, por encima de todo, una burocracia enormemente pesada y completamente inoperante. Eso lo veían todos, del más listo al más tonto. Pero Breznev y su camarilla no se molestaron nunca en hacer nada al respecto. Aunque fue el origen de casi todas las poco conocidas revueltas de las que he hablado en el otro post.

No es de extrañar, son los problemas de las economías planificadas. Aquí sucedió lo mismo con la autarquía franquista y sus planes de desarrollo, hasta que el régimen se dio por derrotado a mediados de los cincuenta y tuvo que proceder a la apertura a las inversiones exteriores y a una cierta liberalización....todo ello con la ayuda de inversiones de EEUU o Francia

Es que la planificación dirigida puede ser correcta para la construcción de grandes obras y como plan inicial de recuperación o desarrollo, pero debe empezar a liberalizarse para adaptarse a las condiciones del mercado y la situación pasando luego a ser una dirección más flexible.

Sobre todo para hacer frente a los problemas en detalle. Una cosa es planificar a grandes rasgos y otra bien distinta cómo hacer frente a la multitud de pequeños problemas que conforman el día a día y que al final son lo importante.