El Zorro del Desierto. escribió:Hola camaradas, me gustaría que me proporcionarais toda la información posible sobre esta batalla, fotos, testimonios, comentarios. etc... , gracias por adelantado y un saludo.
El Zorro del Desierto.
Te adjunto comentarios sobre Toledo que pueden ayudarte a situarte:
"Don Segundo era un hombre muy religioso y de los que entonces se llamaban de
derechas, ambas cosas solían ir unidas. Pero según tengo entendido tenía un cuñado que
era todo lo contrario que él, vino al pueblo el 24 de julio de 1936, acompañando nada
menos que a "La Pasionaria", jefaza comunista, iban camino del cerco del Alcázar de
Toledo, pues Moscardó y los sublevados de Toledo se habían encerrado en él el día 22.
Gracias a esta visita de "La Pasionaria" los extremistas de Mocejón no mataron a casi
80 hombres que tenían encerrados en la ermita de la Vera Cruz, entre ellos a mi padre,
abuelos, parientes, etc.
Cuando el 17 de Octubre de 1936 entraron las tropas sublevadas de África en
Villaseca y Aceca, los que se retiraban se llevaron de la fábrica de harinas de los Ratié
150.000 ptas. en metálico, no se pudo evaluar todo lo vendido por el Comité de la tierra,
que se había apropiado de todas.
¿Estaban los Ratié de parte de los sublevados antes de que les expropiasen?. No
lo sé, más que políticos eran hombres de negocios, y los negociantes lo que buscan es
estabilidad y condiciones sociales donde se desarrollen sus negocios, cuanto más mejor.
También es verdad que los obreros requerían lo mismo, trabajo y estabilidad económica
para sus familias.
Lo que sí sé es que los sublevados que estaban dentro del Alcázar de
Toledo consiguieron harina durante tiempo gracias a una información que conocían los
Ratié. Vamos a explicar esto.
A la derecha y fuera del recinto militar del Alcázar de Toledo, en la calle de
Miguel de Cervantes, una vez se doblaba a la derecha al pasar el Mesón del Segoviano,
estaba la famosa Casa del trigo, almacén éste que permitió sobrevivir a los del Alcázar.
La primera extracción de trigo de la citada casa, se realizó el día 3 de Agosto y se
estuvieron realizando de forma sistemática hasta casi el final del asedio. El dueño de la
casa donde estaba el depósito se llamaba Agustín Losada Pérez(corredor de comercio),
fue detenido el 22 de Agosto, moriría en la saca masiva de la cárcel del día 24. La existencia de este depósito la conocían los Ratié, dueños de la fábrica de harinas y salto
de agua de Aceca e Higares.
Se hizo que llegase la información al coronel Moscardó vía uno que estaba
emparentado con los Ratié y estuvo en el Alcázar durante los primeros días. Se llamaba
Isidoro Clamagiraud, simpatizante de Renovación Española(Calvo Sotelo), hijo de
francés y de madre española había nacido en Toledo pero conservaba la nacionalidad de
su padre. Tenía una cafetería en Toledo(La Suiza), su hermano Amadeo tenía una
pastelería en la calle Sillería, el hermano mayor se llamaba Fermín(Ingeniero Industrial)
y estaba casado con una hermana de Carlos y Pablo Ratié. La madre de Isidoro
Clamagiraud se llamaba Josefina y su padre(francés) también era pariente de los Ratié.
En la pastelería había una cierta cantidad de harina, el 29 de Julio Isidoro salió
del Alcázar a buscar harina y se encontró en su casa a unas religiosas refugiadas de las
que había muerto una hacía días y no había podido ser enterrada, la enterró en un rincón
del corral y volvió tranquilamente al Alcázar. Durante varios días se dedicó a
semejantes correrías, en el vigésimo primer día del asedio fue apresado por los
milicianos que le condenaron a muerte. Por suerte para él, el cónsul de Francia estaba de
paso en Toledo y como en una película de acción le arrancó de sus guardias y se lanzó a
toda marcha hacia Madrid.
Legué a Toledo unos días después de que un Miura de nombre Islero acabase en
Linares con la vida del famoso torero Manolete, cuando tenía 30 años de edad. Allí en
Toledo vivimos en la Calle(cuesta) de Miguel de Cervantes que empieza en el Arco de
la Sangre de Zocodover y termina en el Paseo del Carmen. La casa estaba construía
sobre el solar del antiguo Mesón del Segoviano. En siglos pasados, desde la época
musulmana, esta calle fue el eje de unión entre el centro de Toledo y las puertas de la
muralla denominadas Alcántara y Doce Cantos, que dan al río Tajo.
En esta zona se localizó en la Edad Media el mercado del ganado y surgieron
muchos Mesones y Posadas.
En el asedio al Alcázar del año 1936, todos los edificios de
esta calle quedaron totalmente destruidos. La famosa Posada de la Sangre estaba a los
pies del arco del mismo nombre, antes de la guerra civil esta posada pertenecía a unos
mocejoneros apodados "los Sotero", conservo una foto del patio de esta Posada y era
precioso, en él se guardaban los carros de los viajeros y toda la parte de arriba era un
corredor de madera desde el cual se accedía a las habitaciones para los huéspedes.
La casa en la que yo habité fue la primera que se construyó en esta calle después
de la guerra civil, como ya señalé fue construida sobre el solar del antiguo Mesón del
Segoviano, en el cual Cervantes recreó su novela "La Ilustre fregona. En el tramo final
de esta calle existió hace siglos el puente de madera o artificio de Juanelo Turriano(año
1569). Al final de esta calle por la izquierda, debajo de la casa que yo habité, se accede
al Paseo del Carmen que hace siglos formaba parte del cementerio de la Cofradía de la
Santa Caridad, desde allí se llega a la Puerta de Doce Cantos. El Paseo se alza sobre la
muralla y la caída al Tajo. Pérez Galdós escribió sobre esta zona.
Desde este Mirador se ven enfrente los restos del Acueducto romano, que en
sentido contrario terminaba arriba de mi calle, debajo de la explanada del palacio de
Santa Cruz, algunas veces entré por una puerta que había aquí, debajo de los restos
últimos del Acueducto y que después de mil pasillos, escaleras y vericuetos te llevaba al
citado Palacio, y a la biblioteca del Paseo del Miradero. El Acueducto romano traía el
agua desde Mazarambroz.
La Puerta de la Sangre antiguamente, lo mismo que ocurre en Bisagra y en la del
Cambrón, tenía dos fortificaciones y entre ellas un patio o plaza de armas. La casa que
hace esquina(tienda de damasquinos) y da al Palacio de Santa Cruz, debió de ser un
torreón de la primera fortificación de la Puerta de la Sangre. El arco que hoy
denominamos Arco de la Sangre(por el que tanto subí y bajé en mi niñez) no se
comenzó a llamar así hasta muy entrado el siglo XVI,antes se llamaba puerta de la
Coracha, que significa espolón o fortificación avanzada, realmente su función era la de unir las fortificaciones del Alcázar, con la de los palacios de Galiana(actual Santa Cruz,
Ursulinas y Biblioteca del Miradero) y con el muro que rodea toda la Almedina
soturándose a éste en la puerta de Perpiñán(Miradero, ya no existe). En la época árabe al
Arco de la Sangre se le llamaba Puerta de los Caballos, y en época de los cristianos
Puerta de la Explanada o Alfadá.
En lo que hoy es el Paseo del Carmen, en su día(época de la Reconquista) estuvo
situado el barrio donde se hallaba la iglesia visigótica de Santa María del Alficén, le
viene el nombre actual de que en el siglo XIV allí estuvo el monasterio de frailes del
Carmen Calzado, allí la malévola Inquisición tuvo encerrado ocho meses a San Juan de
la Cruz, su obra Subida al Carmelo, la escribió allí.
Hace siglos, bajando desde Zocodover a lo que hoy es la calle de Miguel de
Cervantes, te encontrabas a mano izquierda con el Mesón de Lucía de Torres(año 1526),
entonces esta calle se llamaba calle de la Moneda, pues allí estaba la casa de ídem, en
los palacios de Galiana(Santa Cruz). La actual calle de Miguel de Cervantes se llamó
calle de la Moneda Vieja casi hasta el siglo XX. En el año 1531 el citado Mesón era de
Diego Ramírez y Lucía Valle, su mujer, hija de Diego del Valle, vecinos de Torrijos,
estos se lo vendieron a Maestre Gonzalo Mexía en el año 1536. Este Mesón aparece en
la obra de Lope de Vega, titulada “La Noche Toledana”.
En la misma acera más abajo vivía Juan de Soria mesonero(vallada del Carmen).
En lo que luego fue el Gobierno Militar, acera de la derecha bajando de Zocodover,
estuvo el mesón Grande que luego se llamó del Peregrino, y el mesón de Pajares, más
arriba estaba el famoso mesón o Posada de la Sangre, que nos llegó hasta 1936 y del que
ya hemos hablado. Es decir, en la acera de la derecha teníamos primero el Mesón de la
Sangre, luego el Grande y después el de Pajares. Es muy probable que el nombre de la
obra de Lope de Vega, “El Peregrino en su Patria”, venga del Mesón de igual nombre.
El famoso mesón del Sevillano, sobre el que se hizo la casa que yo habité, estaba
en la acera de la izquierda, en la penúltima casa, donde ahora está la última casa de esta
acera. Pegada al mesón, antiguamente había otra casa de tejados más bajos que los del
mesón, y lindaba con el campo donde estaban las paredes, la cerca, la vallada, del
Carmen. Por detrás del mesón había una explanada para mercado de bestias. Antes de la
época de Cervantes se llamaba el mesón de “la Sevillana”, por ser su propietaria
Catalina Martínez “la Sevillana”, madre o mujer de Francisco Díaz, que lo heredó y
comenzó a llamarse del “Sevillano”. Este mesón fue el hospedaje más importante de
Toledo, en él comieron, cenaron y durmieron, no sólo plebeyos, sino nobles y escritores
famosos.
Como ya señalamos este espacio de calle y casas, fue destruido en el asedio al
Alcázar de 1936, después de la guerra la primera casa construida lo fue sobre el solar
donde había estado el mesón del Sevillano. La casa la construyó Magdaleno Aguado,
nacido en Ajofrín, y socio en lo de la construcción del maestro de zarzuelas Jacinto
Guerrero, eran además buenos amigos. Magdaleno también construyó el hotel Carlos V
en un antiguo palacio, y reconstruyó después de la guerra el Seminario y la Estación de
ferrocarril de Toledo.
En esa casa de la calle Miguel de Cervantes, vivió su niñez el que estas líneas---Desde arriba de mi calle, vía el arco de La Sangre se accedía a la Plaza principal
de Toledo,
Zocodover, donde estaba el Gobierno Civil. Todo aquello había quedado
destruido en 1936. El gobierno civil de la Plaza de Zocodover fue reconstruido 1945,
dos años antes de irme a vivir a Toledo. En mi calle, en el edificio que había sido
Gobierno Militar y que estaba frente a casa, todo eran ruinas cuando llegué a Toledo,
pegados a la pared del Gobierno militar que estaba en ruinas habían amontonado los
escombros que en la lucha previa habían caído sobre la calle, toneladas de piedras y
cascotes.
Cuando en septiembre del 36 entraron en Toledo las tropas sublevadas contra la
República, uno de los edificios mejor guardados era el Cuartel General de
Milicias(colegio de los Maristas), en él quedaban unos 75 milicianos, le asaltaron a base
de bombas de mano, lo cual provocó un incendio, remataron a todos los que había
dentro y a los que se tiraban por las ventanas."
Salud.