Elvas, Portugal

Bases, cuarteles, fortificaciones, campos de maniobras, polígonos de tiro, instalaciones fabriles, museos, campos de batalla históricos y actuales.
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Tte. Rozanov
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Elvas, Portugal

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Fuerte de Gracia o Fuerte de Lippe

El Fuerte de Gracia, gigantesca obra de forticicación construida en el siglo XVIII está, aún hoy, considerada por los
técnicos una obra maestra de la arquitectura militar.

Construido en la cima del monte de Gracia, uno de los puntos más altos de esta zona del Alentejo, obligó a que fuera
demolida una antigua ermita pre-existente que fue mandada reedificar por la bisabuela de Vasco de Gama.

En esa ermita, denomindada Santa María de Gracia, existía una imagen de la Virgen que fue transferida en procesión
hasta la iglesia parroquial de Alcáçova. Con motivo de este acontecimiento, el Senado de Elvas, en pleno de agosto de
1.763 acordó “que todas las personas que viviesen en la calle de Cadeia, calle de la Carrera y Plaza, limpiasen dichas
calles y adornasen las ventanas para el paso de la procesión de Nuestra Señora que se trasladaba desde la ermita para la
freguesía de Alcáçova e quien no lo hiciese pagara dos mil reales de multa”

Más tarde, después de la construcción del Fuerte, esta imagen volvió al monte de Gracia, ocupando el lugar de honor en
la capilla que allí se hizo y de donde desapareció con las invasiones francesas, habiendo sido, hace algunos años,
localizada en una iglesia de Villa Boim, de donde nunca más fue posible retirarla a pesar de las tentativas realizadas.
Los trabajos de construcción de la fortaleza, a 368 metros de altitud, comenzaron en julio de 1.763 por iniciativa del
Conde de Lippe, que había sido colocado al frente del ejército portugués en la campaña iniciada en el año anterior. Vino
de Inglaterra, a petición del rey de Portugal, D. José I, para dirigir la defensa del reino, habiéndosele concedido el cargo
de Mariscal-General con el tratamiento de Alteza Serenísima. Se le dió su nombre al fuerte, cambiándoselo D. María I
al subir al trono, por el de Fuerte de Nuestra Señora de Gracia.

Esta obra exigió a los pobladores de la región los mayores sacrificios. Nada más iniciarse los trabajos, se embargaron
las carretas de los agricultores para el transporte de piedra y madera, lo que los incapacitó para satisfacer las
necesidades de sus propios compromisos. En las palabras de un contemporáneo “esa opresión se hizo enorme en Elvas y
su término con la falta, para otros servicios, de tres a cuatro mil hombres que trabajaban en la obra del fuerte. Y, para
colmo, prendían a todos los mozos de labradores para que sirvieran como soldados”.

En septiembre de 1.763 continuaba con mucha mano de obra; trabajaban seis mil hombres y cuatro mil bestias; solo en
el acarreto de agua, se empleaban 1.500 bestias. Y todos los días llegaban, sin cesar, nuevas levas de gente a las que se
pagaba los sábados.

En este mismo año, los condenados por el Consejo de Guerra a trabajos forzados, se amotinan, huyendo ocho de la
prisión y muriendo un centinela.

Dos años más tarde, eran detenidos un capitán de Mineros de nacionalidad inglesa y tres soldados de su compañía por
robo de pólvora.

Por su parte, el Hospital Militar estaba repleto de enfermos provenientes de los dos millares de personas que trabajaban
en la construcción del fuerte.

Del punto de vista agrícola, puede decirse que hubo muchas dificultades porque los campos estaban en casi total
desamparo, sobre todo por falta de gente que los cultivase. Los trabajadores escaseaban; unos habían sido apresados
para servir en el ejército; otros, por este motivo, habían desertado para España. De estos últimos se calculaban en 6.000,
número muy elevado de ser real. Las fincas estaban desocupadas y los labradores de las pocas que eran cultivadas
vivían con muchas dificultades por falta de ganado y personal que trabajase para ellos.

Hubo algunas interruciones durante los treinta años que duró la construcción del fuerte, pero las obras no dejaron de
proseguir, con gran ahínco, en ningún momento.

Para su comodidad y para suplir el transtorno de la distancia que los separaba de la ciudad, los obreros del fuerte
edificaron algunas viviendas y establecieron tiendas de comestibles junto a una finca próxima, al oeste del monte de
Gracia, conecida por el nombre de Vedor, heredado del Vedor Geral (Intendente General) del ejército, Manuel
Rodrigues de Ataíde, su propietario. Tal es, de esta manera, el origen de la actual población de Vedor, que nunca habría
existido si no hubiera sido por la construcción del Fuerte de Gracia.

Durante el siglo XVII el monte de Nuestra Señora de Gracia no se dotó de ninguna obra de fortificación, lo que
permitió a los españoles, durante el sitio de Elvas (1.658-1.659), instalar allí una batería de artillería que castigó
duramente a la ciudad.

Fue, pues, habida cuenta cuenta esta amarga experiencia, que el Conde de Lippe obtuvo del Marqués de Pombal y de D.
José, el reconocimiento de la necesidad de levantar ahí una fortificación permanente.

Para dirigir los trabajos de construcción se llamó al ingeniero francés Etienne quien, pasado poco tiempo, fue enviado
para Alemania y substituido por el coronel del Regimiento de Artillería de Estremoz, Guilherme Luís de Valéré,
considerado el más apto para continuar con esa misión. Sobre el plano original de Lippe, Valéré introdujo numerosas
modificaciones que el Mariscal-General aceptó y para las que obtuvo la aprobación del Rey y del Marqués de Pombal.

El Fuerte de Gracia está constituido por tres cuerpos distintos: las obras exteriores, el cuerpo principal y el reducto
central. Sería largo y complicado describirlos, bastando dceir que el foso que circunda el hornabeque tiene 10 metros de
ancho y que el camino cubierto, circundado por un parapeto que cierra toda la fortificación, tiene un perímetro de
aproximadamente 1.350 pasos.

La galería de la contraescarpa del foso principal, tiene 2 metros de ancho, dotada debidamente de aspilleras, y comunica
con el foso mediante 14 puertas. La entrada al fuerte se realiza por uno de los cuatro revellines que defienden el cuerpo
principal, en los que hay 38 cañoneras.

Uno de los puntos más curiosos y de gran importancia de las obras exteriores es la gran escalera subterránea con salida
hacia la carretera cubierta que conduce a la Fuente del Mariscal, permitiendo el abastecimiento de agua potable a
cubierto del fuego enemigo, en caso de sitio.

El cuerpo principal tiene forma aproximadamente cuadrada, con casi 144 metros de lado. Los cuatro baluartes que lo
encuadran, con la designación de San Amado, de la Malefa, de Badajoz y de la Ciudad, están separados de las obras
exteriores por un foso de 10 metros de ancho.

A mitad de la cortina sur, se abre la puerta principal, de gran belleza, decorada con las armas reales, motivos militares y
una lápida con una inscripción en latín. El interior de las cortinas hay galerías aspilladas que rodean todo el recinto, que
servían de cuarteles para la guarnición, incluyendo también polvorines y chimeneas.

En los ángulos interiores de los cuatro baluartes se localizan los recintos llamados “capitales” de forma hexagonal, con
una gran columna central que se curva hacia arriba formando la bóveda . De cada una de esas capitales parte un gran
pasillo, con dependencias a los lados, que va a terminar en el cuello de la contra-escarpa donde se abre una puerta que
da para el foso del reducto central. Además de estas, hay otras cuatro puertas que se abren a mitad de la contra-escarpa,
descubriendo escaleras abobedadas que terminan en la galería.

El terraplén del cuerpo principal tiene 12 metros de ancho e incluye un parapeto de 6 metros de espesor, en el cual se
pueden contar 60 cañoneras para piezas de gran calibre. En la parte correspondiente de los baluartes están construidas las viviendas de los oficiales, que permiten barrer con fuego de fusilería el recinto interior a través de las troneras
abiertas en las paredes.

El reducto central tiene forma forma cuadrada con las aristas redondeadas, con los lados dispuestos perpendicularmente
a las capitales. Al aljibe subterráneo, que podía almacenar agua para seis meses, se le superponen dos plantas: en la
primera se localiza la iglesia, en forma de cruz griega, con puertas de acceso al foso en cada brazo. La capilla mayor, de
forma circular, se encontraba en el eje de cruce de los brazos y tiene 6 metros de diámetro por 7 metros de altura. Está
culminada por una cúpula con cuatro tribunas elípticas (introducidas por Valléré), donde se montaban piezas pequeñas
de artillería de defendían las puertas. En el segundo piso, un pasillo circular rodeaba la cúpula de la capilla mayor y
sobre cada brazo de la iglesia hay una dependencia abobevada de forma rectangular que termina en una cañonera
elíptica, una de las cuales conduce al terraplén del reducto centra. En el centro, imponente, se destaca la casa del
gobernador, que se eleva 7 metros sobre el terraplén. Desde su azotea, el punto más alto del fuerte, es posible disfrutar
de un paisaje extensísimo.

En cuanto a la artillería de la fortificación, cuatro años después del inicio de las obras ya se habían montado 4 piezas de
bronce y 29 de hierro, de varios calibres, pertenecientes al Regimiento de Artillería de Estremoz, que en aquella altura
se había trasladado a esta fortaleza.

Poco después de ser terminada, tenía 144 bocas de fuego de varios calibres, variando el artillado según las exigencias
militares de cada momento.

Más tarde, con el desarrollo alcanzado por la artillería, comenzaron a ser retiradas del fuerte algunas piezas que fueron
hacia el Arsenal del Ejército, hasta que fue completamente desartillada a principios de siglo.

En lo relativo a la guarnición, en la fecha en que quedó concluido, estaba compuesta por un Teniente Coronel, un
Capitán, dos Primeros Tenientes, un Segundo Teniente, dos Sargentos, cinco Cabos, tres tambores, un ayudante de
cirugía, un furriel y noventa y un artilleros. Esta composición, sin embargo, sufrió muchas modificaciones con el
transcurso de los años y las épocas de guerra o de paz.

El Fuerte de Gracia también albergó establecimientos penales militares. En 1856 se creó aquí una compañía
correccional dividida en dos clases: a la primera competía recibir las plazas de cualquier cuerpo o arma que, en los
términos de los reglamentos disciplinarios, debían ser separadas de los Cuerpos; a la segunda competía las plazas a las
que le fuera impuesta una pena de prisión correccional. Treinta y ocho años despues fue disuelta la compañía de castigo,
siendo substituida por un depósito disciplinario. En todo el país solo había dos de estos depósitos, uno en el Fuerte de
Gracia y otro en el fuerte de San Julián de la Barra. Al final del siglo XIX se extinguió el de San Julián, por lo que
subsistió el del Fuerte de Gracia hasta el 1 de julio de 1.989, fecha en la que fue desactivado.

Fuentes:

- Elvas, praça de guerra. Amílcar F. Morgado. Editado por Cámara Municipal de Elvas


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Tte. Rozanov
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Re: Elvas, Portugal

Mensaje por Tte. Rozanov »

Planta del Fuerte de Gracia.
Imagen
Tomado de: http://www.monumentos.pt/Site/APP_Pages ... px?id=3771
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Tte. Rozanov
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Re: Elvas, Portugal

Mensaje por Tte. Rozanov »

El Fuerte de Gracia visto desde el Fuerte de Santa Lucía, con Elvas en primer plano.
Imagen

Puerta del Dragón (puerta principal del fuerte)

Imagen

Puerta de entrada a la Magistral una vez atravesada la Puerta del Dragón.

Imagen

Sobre la pasarela que cruza el foso hasta la entrada de la Magistral.
Imagen

Cuerpo de Guardia de la entrada de la Magistral con su estufa:
Imagen

Hornabeque y casa del Gobernador visto desde el extremo Norte
Imagen

(Fotos tomadas por mí)
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