El Visitante. Historia alternativa de la Segunda Guerra Mundial

¿Que hubiese pasado si...? Situaciones hipotéticas de la Historia Militar.
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Este subforo está pensado para analizar sucesos históricos y el rumbo de los acontecimientos en base a decisiones que se tomaron o no. Aunque es hilo para teorías e hipótesis, siempre se ha de hacer con un mínimo de seriedad y lógica en base a la información real existente del periodo a analizar. Por abusos tomados por algunos usuarios, aquellos hilos que desemboquen en una dinámica de fantasía sin objetividad podrán ser cerrados sin previo aviso por el moderador correspondiente.
APV
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Re: El Visitante. Historia alternativa de la Segunda Guerra Mundial

Mensaje por APV »

Domper escribió: 28 Ene 2021A los pescadores casi se les salieron los ojos de las órbitas al ver el dinero. El patrón, que también era el armador, se llevaría la mitad, y el resto, a repartir entre los pescadores. Cada uno iba a recibir diez de esos papeles verdes, y otros tantos, cuando acabasen el negocio.
Tanto como verdes :wink: (suena muy estadounidense), no lo eran realmente:
https://numismaticaflores.com/es/conten ... re-de-1936
https://numismaticaflores.com/es/conten ... yo-de-1938
https://numismaticaflores.com/es/conten ... ro-de-1940

Añadir que la población se volvió algo escéptica con el papel moneda, ante el batiburrillo de emisiones locales durante la Guerra Civil, en especial en zona republicana, sobre todo entre personas que no han visto un billete de mil en su vida.


Conoce al enemigo y conócete a ti mismo; y en cien batallas no estarás jamás en peligro Sun Tzu.
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Re: El Visitante. Historia alternativa de la Segunda Guerra Mundial

Mensaje por Prinzregent »

¿La Línea y Tarifa no habían quedado dentro de la zona nacional desde el principio? Creo que el control de la masa monetaria por parte de éstos fue mejor que la ejercida en la zona republicana al inicio de la contienda.
“¿No es extraño?; los mismos que se ríen de los adivinos se toman en serio a los economistas”. Anónimo

“Los políticos son siempre lo mismo. Prometen construir un puente aunque no haya río”. Nikita Jruchev

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Re: El Visitante. Historia alternativa de la Segunda Guerra Mundial

Mensaje por Domper »

Quito lo del color; es que mis billetes de mil siempre habían sido verdes.

Respecto a la moneda, el pitorreo fue en el lado republicano, que sufrió una inflación galopante con hundimiento del valor de la moneda. Por casa de mis abuelos (zona republicana) había muchos de esos papelillos que llamaban biletes.

Saludos
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Re: El Visitante. Historia alternativa de la Segunda Guerra Mundial

Mensaje por Domper »


Una patrulla animada

9 de septiembre de 1940

—Abre bien los ojos, Castiella , que nos va la vida en ello.

—Lo que digas, teniente Fantova , pero ¿estamos en guerra o no?

—Yo creo que no, pero pregúntaselo a los del Bellver. Tú, atento.

El Savoia Marchetti SM.81 volaba sobre un mar desierto. Tras el hundimiento del transporte Castillo de Bellver por un crucero inglés se había enviado a toda prisa a Canarias un grupo aéreo. Se habían escogido aviones de origen italiano para evitar confusiones, y por eso el Ala 46 operaba desde Los Rodeos con una docena de vetustos trimotores. En teoría los SM.81 eran bombarderos, pero ya durante la guerra civil necesitaban escolta. En 1940, si se encontraban con un caza enemigo, sus tripulantes no podrían sino rezar.

La disponibilidad de aviones siempre había sido un problema en el Ejército del Aire, crónicamente falto de repuestos. Los mecánicos hacían maravillas para mantener los aparatos en vuelo, pero las operaciones de reconocimiento desgastaban tanto el material que ese día solo había disponibles cuatro SM.81 para explorar las cercanías del archipiélago. El aparato del teniente Fantova tenía que patrullar el noroeste, la zona por donde más probablemente aparecerían los ingleses.

El teniente estaba más tranquilo de lo que aparentaba. Aunque rondase por ahí toda la flota inglesa, toparse con ella era poco probable. Y si tenía esa mala suerte, el cielo parcialmente cubierto le permitiría esconderse. A una mala, el SM.81 era un avión correoso. Más que sus tripulaciones, porque el blindaje de los Savoia brillaba por su ausencia. En ese momento, las meditaciones del teniente fueron interrumpidas por el observador.

—Teniente, veo estelas a las once. Parecen muchos barcos.

—Nos acercaremos para echar un vistazo —el teniente aceleró los motores para remontarse y poder acercarse a los barcos desconocidos saltando entre nube y nube—. Yo creo que ya estamos… descendemos. Castiella, no pierdas ojo.

—¡Los tenemos justo debajo! Dos acorazados, tres cruceros ¡un portaaviones! También veo varios mercantes. Rumbo 150°.

—A ver si puedes contar cuántos son

—¡Mecachis! ¡Un portaaviones!

El teniente ni se lo pensó—. Ya hemos visto suficiente. Nos vamos. Vigila que no haya cazas.

Dos horas después las noticias del avistamiento llegaron a la Capitanía General de Canarias. El general Serrador , veterano de la guerra civil y capitán general de Canarias, estaba al borde del infarto.

—Lo sabía, esos fatuos de Madrid decían que no, pero yo les repetía que los míster quieren robarnos las Islas. Los preparativos, como siempre, a medias. Sánchez ¿Ha conseguido línea con el general de Fuentes o no?
—Lo estoy intentando, mi general.


—Las cosas no se intentan, se consiguen. Si no le dan línea, la fabrica. Quiero a de Fuentes al teléfono ¡YA!

Unos minutos después Serrador conseguía hablar con el general Anatolio de Fuentes , gobernador militar de Gran Canaria.

—Anatolio, hemos detectado un gran convoy inglés. Parece que vienen a por nosotros.

–––

—No, todavía no sabemos a dónde se dirigen, pero eso ya lo hemos discutido ¿no? —desde principios de siglo los militares españoles creían que, de producirse un ataque a Canarias, sería casi con seguridad contra Gran Canaria, que tenía el Puerto de la Luz, el mejor del archipiélago. El relieve de Gran Canaria era aun más caótico que el de Tenerife, pero la zona de la capital era relativamente llana—. Supongo que irán a por ti. Te ordeno que alertes a tus tropas ¿Cómo van las fortificaciones?

–––

—Sí, ya sé que no tienes medios. Ni tú, ni yo, ni nadie. Pero me da igual. Recluta a quienes quieras y ponlos a cavar. Y no te olvides de camuflarlo todo.

–––

—Yo también pienso lo mismo. No me extrañaría nada que intenten infiltrarse antes de desembarcar. Ni siquiera me fiaría mucho de los paisanos, que tendrás por ahí a más de un rojillo. Para eso ya sabes que la receta es la diligencia.

–––

—Tienes razón, Gando es indefendible, y seguro que van a por el aeródromo. Aguanta si puedes, pero ordena que los aviones estén preparados para venirse a Los Rodeos si los místeres amanecen por ahí. No quiero que los frían a cañonazos en las pistas ¿Has preparado las destrucciones como quedamos? Al menos, que tengan que sudar para poder usar la base.

–––

—Pues si quieren desembarcar directamente en el Puerto de la Luz, te defiendes, y punto. Intenta que los paisanos se protejan en las plantas bajas de los edificios y que se alejen de las ventanas. Pero no dejes desembarcar a los ingleses allí. Pase lo que pase.

–––

—Si desembarcan, contraatacas y los echas al mar. Y si no, aguantas todo lo que puedas. Si pintan bastos, te retiras y les cedes la capital, pero mantente en el interior, que en las montañas podrás resistir. Te prohíbo expresamente que te rindas. A lo sumo, si la defensa es imposible, podrás negociar el retirarte de Las Palmas para evitar males mayores. Pero no te permito capitular bajo ninguna condición.

–––

—Ya he dado parte a la Península, pero no podemos esperar mucha ayuda. Quieren desplegar los Junkers alemanes en Cabo Juby , pero no creo que el aeródromo esté operativo aun. He dado también la alerta a Lanzarote , por si se les ocurre ir ahí.


—Yo también te deseo suerte.



(i)

(i) Nótese que se tutean. En España, es tradición el tuteo entre oficiales de rangos más o menos parecidos: un teniente le dirá al capitán «a tus órdenes», pero al coronel, «a sus órdenes».

España recibió ochenta y cuatro trimotores Savoia-Marchetti SM.81 durante la guerra civil. Eran trimotores parecidos al famoso Junkers 52 y como bombarderos resultaron algo mejores. Aunque durante la guerra mostraron su obsolescencia, Italia los empleó en las primeras fases de la guerra con los desastrosos resultados. Los cuarenta y tres aviones que sobrevivieron a la guerra civil española siguieron en servicio en el Ejército del Aire siendo retirados en 1953, cuando la USAF ya tenía aviones supersónicos.

La mayor parte de las fuerzas aéreas no se organizan en divisiones o regimientos sino en escuadrillas, escuadrones y alas.

(r) El general Ricardo Serrador Santés fue un personaje real que desempeñó el puesto de capitán general de Canarias y que estimuló el desarrollo económico de las islas. Como tantos otros mandos de la época, también participó en la represión de los antifranquistas.

Apodo que recibían los ingleses en España. A su vez los ingleses llamaban «Dons» a los españoles.

(i)

(r) El general Anatolio de Fuentes era un «africanista», es decir, un militar que había luchado en las guerras de Marruecos, y que en 1940 era el gobernador militar de Gran Canaria.

El aeropuerto de Gando, el único existente en 1936 (durante la guerra se construyó el de los Rodeos en Tenerife, de triste recuerdo) está situado al lado de la costa de la bahía del mismo nombre.

Una localidad del norte del Sáhara Español que en 1967 fue cedida a Marruecos.

En 1940 se estaba construyendo un aeródromo militar en Lanzarote.
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Domper
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Re: El Visitante. Historia alternativa de la Segunda Guerra Mundial

Mensaje por Domper »


A la carga

13 de septiembre de 1940

¿Cómo era el dicho? Ah, sí, «A los españoles por mar los quiero ver, porque si los vemos por tierra, que San Jorge nos proteja» . Razón tenía, pensaba el capitán William Johnston de los Royal Marines. Antes del desembarco bromeaban sobre si los Dons se echarían a correr o si se rendirían. Ahora no lo hacía nadie.

La operación había empezado con mal pie. Un maldito avión había alertado a la guarnición, que había rechazado capitular. Primero capturaron la pinaza del Barham que había entrado en el Puerto de la Luz para intimar a la rendición, y después recibieron a tiros a los comandos que intentaron desembarcar. El Revenge cañoneó las posiciones de las baterías de costa, pero la calima dificultó la puntería. El hidro del acorazado intentó dirigir el tiro, pero se le echó encima un caza biplano y lo abatió. Como si no tuviese bastante, después se cargó a dos Swordfish del Hermes . Al final, un destructor tuvo que entrar en la bahía de Gando para suprimir las defensas a cañonazos, no sin recibir un par de impactos que lo dejaron tullido.

El desembarco había sido fácil pero confuso. La playa era ideal, protegida, con bastante fondo que permitía que las lanchas se acercasen hasta la misma orilla. Ni siquiera tuvieron que mojarse para saltar a la arena, que no era la fina y blanca que esperaría ver en una isla tropical, sino una especie de gravilla negruzca. Tampoco era un lugar apacible: cuando los soldados empezaron a bajar de los botes, los cañones españoles empezaron a disparar e hicieron una escabechina. Luego encontraron alambradas y trincheras con ametralladoras ¿Eran las Canarias o estaban otra vez en Galípoli ? Finalmente consiguieron llegar al aeródromo, pero entonces empezaron a estallar bombas de aviación que los españoles habían enterrado. Cuando se hicieron con las ruinas, el regimiento había perdido la mitad de sus efectivos.

Fue en ese momento cuando llegaron los aviones. Las lumbreras de Londres no habían descubierto que en la isla de al lado había una base aérea , y como el portaaviones Hermes no llevaba cazas , los trimotores españoles se dedicaron a bombardearles. Durante todo el día cayeron bombas; por suerte apuntaron a los barcos y no a la playa, pero una incendió al Glengyle , que se fue al fondo con el equipo pesado del regimiento. Para postre, como resultó que el puerto de Gando no era tal, sino un miserable espigón en el que no se podía desembarcar nada, los tanques tuvieron que quedarse en las bodegas de los barcos.

Al día siguiente los británicos avanzaron por la línea costera hacia el norte. Al principio todo fue bien. El terreno era llano, semidesértico, y aunque no ofrecía mucha protección, solo se oían disparos aislados. Sin encontrar resistencia, se movieron con ganas por la llanura entre los cerros del oeste y el mar. La única molestia fue la de un par de ataques aéreos realizados por bombarderos, que lanzaron desde mucha altura y con poco tino. Pensaron que por fin los Dons habían desfallecido. Ojalá. Porque a mediodía llegaron a un rincón llamado «La Montagneta» donde las montañas casi llegaban hasta el mar. La estrecha llanura estaba cubierta por huertos de plataneros, separados por muros hechos con piedras volcánicas. Fue en ese rincón dejado de la mano de Dios donde los españoles decidieron resistir. La compañía de Johnston avanzaba en fila india por un estrecho camino encajonado cuando las ametralladoras ladraron. El capitán reconoció el sonido enseguida: eran esas malditas spandaus alemanas que parecían máquinas de coser de cómo disparaban. Al intentar desplegarse resultó que las plataneras estaban cubiertas de alambre de espino. Entonces empezaron a caer los morterazos.

Tras dos intentonas fallidas tuvieron que retirarse. El fuego naval resultó un fiasco porque los dichosos barcos disparaban al buen tuntún, y sus proyectiles rasantes no les hacían nada a los españoles, que estaban a cubierto en unas posiciones que nadie conseguía ver . el regimiento intentó rodearlas por las colinas del interior, encontró con que estaban cruzadas por profundos barrancos, llenos de rocas afiladas que parecían cuchillos, entre las que crecían chumberas con púas largas como dedos. Lo curioso es que los Dons no habían cavado trincheras continuas, sino solo posiciones aisladas que llamaban blocaos. Ya se sabe, los españoles son unos vagos, dijo el coronel. Pues serían vagos, pero no tontos, porque el sistema de reductos resultó difícil de roer . Las posiciones parecían fáciles de rodear, pero entonces los soldados infiltrados quedaban bajo el fuego de otras fortificaciones, y cuando conseguían tomar alguna, caían bajo el fuego de las aledañas. Las bajas aumentaron cada vez más y en toda la tarde no consiguieron avanzar ni un kilómetro. Al menos ya se veía el humo de los incendios de Las Palmas. Tras otro día de escasos avances, el mando ordenó un nuevo ataque al amanecer, con el apoyo de la artillería que por fin había conseguido desembarcar. Su compañía tendría que avanzar por la cresta de una estrecha colina paralela a la costa.

A las 7:30 la artillería disparó, y a las 7:35 la barrera de fuego inició su avance. Setenta y cinco metros por minuto , un ritmo que creían fácil los que no habían visto ni los barrancos ni las chumberas. Aun así, al capitán le sorprendió que al principio el asalto fuese bien. La cresta era suave y moverse resultaba sencillo. Las compañías de los flancos parecía que tenían más problemas, pero moverse por la cresta era un paseo. Aparentemente.

Lo que Johnston no sabía era que la experiencia de las guerras en Marruecos y de la guerra civil había cambiado el concepto que los españoles tenían de la defensa. En lugar de líneas continuas, establecían posiciones que se cubrían con los fuegos, y evitaban como la peste las zonas elevadas, expuestas a la observación y a la artillería enemiga . La compañía de Johnston superó un resalte, pero al descender del segundo cayó de bruces contra una posición cuidadosamente escondida en la contrapendiente. Los españoles contuvieron su fuego hasta que los ingleses estuvieron casi encima. Entonces dispararon los morteros cortándoles la retirada. El capitán intentó desplegar a sus soldados, pero una ráfaga de ametralladora se lo impidió.



Parece obvio que la cita no es real; no he encontrado ninguna fuente inglesa que la recoja.

(i)

Como se ha dicho, era el apodo que los ingleses daban a los españoles por el tratamiento de sus nombres.

Un acorazado británico de la clase «R», veterano de la Primera Guerra Mundial.

Avión torpedero británico biplano, de aspecto anticuado.

Portaviones británico de la Segunda Guerra Mundial, que en 1942 fue hundido por los japoneses cerca de Ceilán.

Península que cierra el estrecho de los Dardanelos, en la que en 1915 se libró una de las batallas más duras de la Primera Guerra Mundial.

Como se ha dicho el aeropuerto de los Rodeos entró en servicio en esas fechas.

Durante la batalla de Calabria (también llamada de Punta Stilo) el portaaviones Eagle, más grande que el Hermes, solo llevaba torpederos biplanos Swordfish, y tres cazas Gladiator, también biplanos, sin pilotos, que tuvieron que ser tripulados por pilotos de los Swordfish. El resultado fue que los bombarderos italianos actuaron con casi total impunidad, pero por fortuna para los británicos, por entonces no tenían ni bombarderos en picado ni aerotorpederos, y los bombardeos se hicieron desde gran altura, fallando todas las bombas que lanzaron. Semejante deficiencia se debía a la tardía separación de la Fleet Air Arm de la RAF, que hizo que los aviones navales británicos fuesen obsoletos y mal concebidos; les salvó que ni alemanes ni italianos prestaron atención a la aviación naval, pero cuando en el Pacífico se enfrentaron a los japoneses, los ingleses tuvieron pérdidas tremendas.

El HMS Glengyle formó parte de una clase de cuatro barcos mercantes que estaban en construcción cuando comenzó la guerra y que fueron adquiridos por el Almirantazgo. El Glengyle fue empleado como transporte rápido, pero durante la primavera de 1940 se le convirtió en buque de asalto anfibio. Participó en operaciones anfibias en el en la Operación Torch, en el desembarco de Dieppe y en el de Anzio. En 1943 fue reformado, y se le trasladó al Pacífico cuando acabaron las obras, pero llegó cuando la guerra había acabado, y solo pudo participar en la repatriación de soldados y prisioneros. En 1946 fue devuelto a sus propietarios, y navegó hasta 1971.

Es un cerro junto al mar llamado realmente «La Montañeta».

Los ingleses llamaban «spandaus» a las ametralladoras alemanas porque en la anterior guerra allí había existido una fábrica de esas armas. Realmente, las ametralladoras empleadas por los alemanes y los españoles eran muy diferentes de las verdaderas «Spandaus» de la Gran Guerra.

El fuego naval fue casi inútil en los primeros años dela guerra, porque no había una doctrina adecuada, y como a los barcos les costaba mucho distinguir los objetivos, lo que hacían era disparar contra amplias zonas causando pocos daños. Además, los cañones navales de alta velocidad disparaban proyectiles con trayectorias tensas (rectas), y era casi imposible acertar a una trinchera. Solo tras las tremendas bajas que los marines norteamericanos tuvieron en Tarawa, en el Pacífico, se desarrolló una técnica de apoyo naval muy efectiva. Sin embargo, esas lecciones no fueron aplicadas a las costas europeas, y la consecuencia que los aliados estuvieron a punto de ser derrotados en Omaha Beach, en Normandía, a causa del deficiente apoyo artillero naval.

Fue un sistema de fortificaciones adoptado por los españoles tras las guerras de Marruecos y que se reveló como mucho mejor que las trincheras continuas. La División Española de Voluntarios (la División Azul) lo empleó en Rusia con excelentes resultados. En la segunda parte de la guerra todos los contendientes empleaban un sistema defensivo similar al español.

Una de las formas de apoyo artillero era la «barrera de fuego», con la artillería disparando justo por delante de las tropas en avance, con intención no tanto de destruir las fortificaciones enemigas (algo bastante difícil de conseguir) sino de obligar a refugiarse a los defensores enemigos, que segundos después eran atacados por la infantería propia. Era muy importante seleccionar un ritmo de avance no demasiado rápido para que la infantería propia no se separase de la barrera de fuego (si lo hacía, los defensores se recuperarían y harían una carnicería con los atacantes) pero tampoco demasiado lenta, pues los atacantes estarían demasiado tiempo al descubierto y serían un objetivo demasiado sencillo para la artillería enemiga o para las posiciones de segunda línea. Aun así, setenta y cinco pasos por minuto es un ritmo bastante elevado.

Por extraño que parezca, durante la Guerra Civil Española se vio que era malo tomar posiciones defensivas en la cima de un monte, porque los observadores podían dirigir con facilidad hacia ahí el fuego de la artillería, que aplastaría a los defensores. Era mejor situarse a «contrapendiente», es decir, la ladera del otro lado de la cima, para que el enemigo no puede ver las posiciones. El problema entonces era que no se podía ver al enemigo cuando atacaba. Por eso, la posición ideal era o una ladera detrás de la contrapendiente, en una segunda línea de colinas, o en barranqueras en la ladera, dejando en las cimas solo los observatorios.
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Domper
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Re: El Visitante. Historia alternativa de la Segunda Guerra Mundial

Mensaje por Domper »


Venganza

13 de septiembre de 1940

Las noticias de la matanza de la Línea de la Concepción enfurecieron a los españoles aun más que la invasión de Canarias.

Gibraltar siempre había sido una espina en el costado de España. Los gobiernos habían exigido una y otra vez al Reino Unido el cese del contrabando (pues la colonia se financiaba sangrando al vecino país) y la descolonización de la plaza. Pero esas demandas eran solo declaraciones dirigidas al público, y desde que los soldados de Soult se retiraron en 1812, el Peñón había vivido en paz. Sin embargo, con la guerra civil española la situación había sufrido un vuelco. El general Franco había derrotado al gobierno legítimo con ayuda alemana, y había instaurado un régimen de corte nacionalista y fascista que reclamaba la devolución del Peñón. Además, la inesperada derrota de Francia y las veleidades progermanas de Franco había hecho que Gibraltar quedase en primera línea. Como medida de precaución se había evacuado a la población civil al Marruecos francés, y la guarnición había sido reforzada con dos batallones de infantería y un batallón antiaéreo, que se sumaban a los dos batallones de infantería y al regimiento de artillería pesada ya presentes.

Los refuerzos no habían resuelto el problema de Gibraltar. Las fortificaciones, que tan bien habían resistido los asedios en la época de la pólvora negra, se habían quedado pequeñas, y ya no podían proteger la base naval de la artillería enemiga. Sin base naval, Gibraltar no era nada. Previendo esa situación, el gobierno inglés había ocupado la zona neutral durante el siglo XIX, y en el siglo XX se había construido en ella un aeródromo que se estaba ampliando a toda prisa. Pero incluso así la frontera quedaba demasiado cerca, y los españoles podían alcanzar la pista de aterrizaje, el puerto y la base naval hasta con morteros de infantería. Un gobierno inglés cada vez más desesperado había puesto en marcha la operación Monkey: las fuerzas inglesas tenían que salir del Peñón para destruir las instalaciones españolas y ocupar un glacis que diese seguridad a la base. Según los planes, el día siete de septiembre se infiltrarían grupos de soldados ingleses, que el día diez, coincidiendo con la ocupación de Canarias, debían destruir las baterías costeras españolas de Algeciras y los puentes ferroviarios del Guadalquivir. Después, dos batallones ingleses tenían que recorrer el istmo, ocupando la ciudad española de La Línea de la Concepción.

La operación comenzó con desigual fortuna. Uno de los grupos infiltrados fue sorprendido por policías españoles, que alertaron a sus autoridades. Aun así, los comandos consiguieron destruir un polvorín español en Algeciras. Sin embargo, la alerta en la frontera no pareció aumentar, y al amanecer del día 10 dos batallones del 4º de Devonshire y del 4º Black Watch se movieron hacia La Línea. A las seis de la mañana sonaron los silbatos y la infantería inglesa avanzó y cruzó la frontera española. Todos temían las primeras descargas, pero a pesar de la creciente tensión, las posiciones españolas estaban vacías; probablemente, se debía a que el gobierno de Franco no quería incrementar la tensión, aunque más de un llanito pensó que era por la habitual desidia española. En cualquier caso, los fortines estaban sin acabar, y tan solo dos guardias civiles dieron el alto a los invasores. Una pareja contra un batallón. Los ingleses recorrieron las calles mientras algunos españoles les miraban con gesto hosco. Por el contrario, otros les aplaudían y vitoreaban. La policía fascista se refugió en sus cuarteles, donde fue cercada por las patrullas inglesas.

Las órdenes eran tajantes: no había que entretenerse en la ciudad, sino cruzarla lo más rápidamente posible para tomar las baterías de Punta Mala y La Atunara , cuyos cañones apuntaban hacia la Roca . Apenas treinta minutos tras iniciarse el ataque las primeras patrullas inglesas empezaron a ascender las laderas de Sierra Carbonera . Los reclutas españoles que manejaban los cañones huyeron tras una corta escaramuza, permitiendo a los ingleses ocupar la batería. La sorpresa fue que la artillería pesada que se esperaban encontrar consistía realmente en viejos cañones del sistema Ordóñez fabricados a finales del siglo anterior. Con todo, la sierra era una excelente posición defensiva que dominaba el Campo de Gibraltar. Mientras, en La Línea, la Guardia Civil y algunos policías se habían retirado a la casa cuartel donde intentaron defenderse, pero se rindieron cuando un cañón de seis pulgadas de la batería Princess Caroline comenzó a disparar contra el grupo de edificios. Entonces comenzó el horror.

La Línea de la Concepción era una ciudad cuya población era de tendencia izquierdista, y había sido duramente reprimida durante la guerra. En el penal del Puerto de Santa María de Cádiz cientos de linenses esperaban ser juzgados. Tras rendirse la policía franquista los oficiales ingleses, urgidos por sus comandantes a tomar posiciones más allá de la ciudad, encomendaron la vigilancia a grupos de españoles que se presentaron voluntarios. Lo que no esperaban era que en cuanto recibieron las armas, buscasen venganza. No custodiaron a los rendidos, sino que los llevaron al patio y los fusilaron. Luego salieron a buscar a sus enemigos: autoridades franquistas, derechistas, dueños de talleres y de negocios. Entraban en sus hogares y los saqueaban, matando a los que se resistían, y arrastraban a los detenidos al recientemente tomado cuartel. Tras un juicio sumario por un tribunal popular recién constituido, se les llevó a la playa para fusilarlos. A media tarde la arena estaba roja. Siguiendo una vieja tradición, también se asesinó a sacerdotes, religiosos y los pertenecientes a asociaciones católicas.

Los ingleses se mantuvieron al margen. El grueso de la infantería se estaba fortificando al norte de la ciudad, y el resto permanecía en el Peñón. Los pocos policías militares quedaron en La Línea se alejaron de la playa. Incluso hubo casos en los que detuvieron a españoles que huían y los entregaron a sus perseguidores . El gobernador general de Gibraltar, sir Clive Gerard Liddell , no supo de las matanzas hasta que a la mañana siguiente le solicitaron que enviase grupos de enterradores. Ya para entonces comprendía el problema en que se había metido: aunque parte de los cuarenta mil habitantes de La Línea habían escapado, los que quedaban agotarían las reservas de alimentos y agua en pocos días.

No tuvo otra opción que echar a los civiles españoles. Solo se autorizó a quedarse a unos pocos centenares, los más significados. Los demás fueron expulsados y tuvieron que irse con lo puesto, en una larga comitiva que a pie se dirigió hacia San Roque . Los enfermos y los ancianos fueron llevados en carretillas, y varios fallecieron durante el traslado. Sin embargo, entre los refugiados había un fotógrafo que había estado captando la playa desde su casa. Los días siguientes sus fotos fueron noticia de primera plana en los periódicos de medio mundo.



La Línea de la Concepción recibe su nombre por la línea fronteriza con Gibraltar.

Mariscal francés que sitió Cádiz infructuosamente durante la guerra de Independencia. En 1811 y 1812 tuvo que enfrentarse al general español Francisco Ballesteros, que operó por las serranías de Cádiz y de Ronda acosando a los puestos franceses. En dos ocasiones, Soult consiguió encerrar a Ballesteros, pero el español se puso a salvo en Gibraltar. Esas operaciones, junto con el fracasado sitio de Tarifa de 1811, fueron de las escasas ocasiones en que los soldados franceses se acercaron a Gibraltar. Aun así, el gobernador británico del Peñón ordenó demoler las fortificaciones del lado español para que no pudieran ser utilizadas por los soldados napoleónicos.

Glacis es un término con el que se describe el terreno abierto que hay ante una fortificación y que puede ser barrido por la artillería. Por similitud se entiende como glacis un terreno que sirva para retrasar los ataques enemigos.

El ejércit6o británico tiene un sistema regimental. Los soldados u oficiales son asignados a un regimiento en el que hacen toda su carrera militar, hasta que llegan a generales. El regimiento tiene varios batallones que pueden ser enviados a diferentes partes del mundo. Es decir, el regimiento inglés es una unidad administrativa pero no de combate, contrariamente a los regimientos españoles, alemanes o norteamericanos.

Baterías españolas de artillería de costa, es decir, sitios donde se emplazaban cañones. Estaban situadas cerca de Algeciras.

Peñón o Roca son apelativos para Gibraltar. Los ingleses suelen llamarla «the Rock».

Sierra de baja altura situada en territorio español, al norte de la Línea de la Concepción y de Gibraltar, donde se instalaron baterías de cañones de costa españoles.

El sistema Ordóñez fue un sistema de construcción de cañones de finales del siglo XIX, que en 1940 estaba anticuado, aunque seguían muchos Ordóñez en servicio.

Una de las baterías artilleras que protegían Gibraltar de posibles ataques españoles. En Gibraltar había baterías que defendían de ataques terrestres (de hasta 152 mm), y otras de mayor potencia (de 234 mm) que vigilaban el paso de barcos por el estrecho del mismo nombre.

En 1944 y 1945 los británicos cerraron los ojos ante las tropelías cometidas por los guerrilleros tras la liberación de Francia y de Italia, y hubo casos en los que colaboraron con ellos cuando perseguían a supuestos «colaboracionistas», aunque en realidad se tratase de opositores políticos, cuando no robos o venganzas.

(r) El general Clive Gerard Liddell fue gobernador general de Gibraltar en 1940 y 1941.

Localidad cercana a Algeciras fundada por los españoles que en 1704 fueron expulsados de Gibraltar.
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Re: El Visitante. Historia alternativa de la Segunda Guerra Mundial

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Supongo que alguien tendrá más datos, pero dos guardias civiles va a ser que no.

En La Línea estaba la cabecera de la línea (sección) con los puestos de La Línea y La Atunara, pertenecientes a la Comandancia de la Guardia Civil de Cádiz (216ª Comandancia Rural), y también dos compañías que había de Carabineros (que pasaron a la Guardia Civil), una con cabecera en la Aduana y la otra con cabecera en La Atunara.

También había un batallón del 4° Rgto de Fortificaciones, los batallones divisionarios 22 y 23 en la zona.
Además batallones de trabajadores,...
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Re: El Visitante. Historia alternativa de la Segunda Guerra Mundial

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Claro que había bastante más fuerzas, pero estaban dedicadas al control de la población (la Línea había sido una ciudad izquierdista) y no a defenderse de una invasión desde Gibraltar. Algo estratégicamente tan aberrante que parece normal que no se esperase. Por otra parte, el comandante militar de Andalucía, al que luego se le nombrará, no fue lo que se dice un genio militar.

Respecto a las fuerzas españolas, las regulares no estaban en La Línea, sino en el cerro de la Atunara, donde estaban las baterías de costa. De los batallones de trabajadores, que tenían encargada la construcción e fortines en el istmo (otra cuestión donde los alojasen), no parece probable que fuesen a presentar demasiada resistencia, ya que eran presos con trabajos forzados.

Aunque ese ataque desde Gibraltar parezca un dislate, era el plan británico. Tan absurdo como la idea original de invadir Gran Canaria con poco más que una brigada, cuando tras la movilización la isla podía tener decenas de miles de soldados. O como la operación de Dakar. Simplemente, ocurrió demasiadas veces que los británicos subestimaron a su enemigo.

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Re: El Visitante. Historia alternativa de la Segunda Guerra Mundial

Mensaje por APV »

Aún así teniendo en cuenta la mentalidad de la época y del régimen se espera que el par de cientos de guardias civiles y los centenares de soldados de la zona mantengan sus posiciones hasta el final.
Conoce al enemigo y conócete a ti mismo; y en cien batallas no estarás jamás en peligro Sun Tzu.
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Re: El Visitante. Historia alternativa de la Segunda Guerra Mundial

Mensaje por APV »

Por cierto echa un ojo al hilos sobre el ejército español en 1940, hay detalles de Gibraltar, como informes sobre un oficial británico del Peñon con casa en la Linea del que sospechan que introducía armas para los maquis.
Conoce al enemigo y conócete a ti mismo; y en cien batallas no estarás jamás en peligro Sun Tzu.
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Re: El Visitante. Historia alternativa de la Segunda Guerra Mundial

Mensaje por Domper »

LO de resistir hasta el final era lo que se pretendía, sí, y de ahí que durante la Guerra Civil acusasen al coronel Rey d’Harcourt por lo de Teruel, y juzgasen al de su mismo cargo Luis Campos-Guereta por la debacle de la 50ª división en el Ebro. Pero precisamente lo del Ebro fue un caso palmario de que lo de resistir hasta el final no se hacía siempre, pues en unas horas de combate la división perdió el 80% de sus efectivos, la mayor parte, apresados, incluyendo un regimiento capturado casi al completo en Fayón, y una brigada en Mora.

Ante un enemigo que en teoría va a respetar las leyes dela guerra, sorprendidos en la casa cuartel con sus familias, y bajo el fuego de una batería de cañones de 152 mm, no sé yo si la resistencia podría prolongarse mucho.

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Re: El Visitante. Historia alternativa de la Segunda Guerra Mundial

Mensaje por Domper »


Lo pactado es lo pactado

17 de septiembre de 1940


El día 10 de septiembre la nación española fue atacada sin declaración de guerra y sin provocación por las fuerzas armadas británicas, que cometieron crímenes incalificables contra la población civil.

Reunida la comisión permanente de la Asamblea Paneuropea, los representantes de las naciones signatarias del Pacto de Aquisgrán reclaman al Gobierno del Reino Unido de Gran Bretaña que desista de sus ataques a España, que retire inmediatamente las tropas de su territorio y sus buques de las aguas territoriales españolas. Asimismo, exigen que el Gobierno del Reino Unido de Gran Bretaña indemnice al Gobierno Español por los daños causados, y que entregue a los responsables de los crímenes para ser juzgados según las leyes españolas.

Si a las 11:00 del 17 de septiembre el Reino Unido no ha dado muestras inequívocas de aceptar dichas exigencias, la Asamblea Paneuropea considerará que se han agotado todas las vías pacíficas y, por tanto, iniciará las hostilidades con el Reino Unido.


—Magnífico, primer ministro, ya lo ha conseguido. Ya estamos en guerra con medio mundo —ironizó Lord Halifax—. Debemos considerar aceptar el ultimátum. ¿Qué se nos ha perdido en Canarias y en Gibraltar?

—Lord Halifax, nuestros informes confirmaban que Franco iba a declararnos la guerra. Simplemente, nos hemos asegurado de hacerlo en nuestras condiciones —respondió Churchill.

—¿Cuáles son nuestras condiciones? Porque no se han discutido en el Gabinete. Además ¿cómo va la invasión de Canarias? —preguntó Halifax—. Ya que nos ha metido en un lío, que al menos valga la pena.

—Bueno, la operación ha sido dificultosa, pero avanza. La resistencia inicial fue mayor de lo esperado porque los españoles habían sido alertados, y tenían en Canarias más aviones de los que pensábamos. Al principio sufrimos algunas bajas a causa de los aviones, hasta que enviamos al portaaviones Ark Royal cuyos aparatos acabaron con los enemigos. En tierra el avance ha sido algo lento porque el terreno era difícil, pero tengo la satisfacción de anunciarles que ayer nuestras tropas consiguieron ocupar la capital de la isla, donde solo quedan focos aislados de resistencia. Por desgracia, parte de las tropas españolas pudieron escapar y siguen dominando el interior de la isla. Aun así, derrotarlas es cuestión de tiempo.

—¿Qué ha pasado en ese pueblo al lado de Gibraltar?

—Nosotros no hemos tenido nada que ver. Fueron algunos de esos españoles locos que en cuanto vieron que los franquistas huían se tomaron la justicia por su mano.

—O sea que hemos conquistado un aeródromo, un puerto y un villorrio. A cambio hemos conseguido ser la vergüenza del mundo y, de paso, unir a nuestros enemigos. —Halifax seguía disconforme con el curso de los acontecimientos—. Primer ministro, debemos aceptar las exigencias del Pacto de Aquisgrán.

—Aceptar ese ultimátum sería igual que rendirnos. Si mostramos debilidad, los lobos se nos echarán encima.

—Gracias a usted ya los tenemos —dijo Halifax—. Primer ministro, si no acepta mis recomendaciones, no tengo nada que hacer en este gabinete. Presento mi dimisión irrevocable.



Uno de los portaviones británicos más modernos. Participó en la persecución del acorazado Bismarck, pero fue hundido por un submarino alemán en 1941. Llevaba el nombre del buque de Francis Drake cuando luchó contra la Armada Invencible.
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Re: El Visitante. Historia alternativa de la Segunda Guerra Mundial

Mensaje por cv-6 »

Domper escribió: 10 Feb 2021Uno de los portaviones británicos más modernos. Participó en la persecución del acorazado Bismarck, pero fue hundido por un submarino alemán en 1941. Llevaba el nombre del buque de Francis Drake cuando luchó contra la Armada Invencible.
Domper, creo que el buque de Drake en la campaña de 1588 era el Revenge, no el Ark Royal.
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Re: El Visitante. Historia alternativa de la Segunda Guerra Mundial

Mensaje por Prinzregent »

Cierto, el Ark Royal lo comandaba Charles Howard.
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Re: El Visitante. Historia alternativa de la Segunda Guerra Mundial

Mensaje por Domper »

Verdad es. Lo corrijo.

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Re: El Visitante. Historia alternativa de la Segunda Guerra Mundial

Mensaje por Domper »


Cuenta atrás

18 de septiembre de 1940
—Amigos míos, ha resultado todo mejor aun de lo esperado —Goering estaba exultante, pues los triunfos diplomáticos compensaban de sobra el fracaso de la Luftwaffe sobre Inglaterra.

—Statthalter, la idea de la Asamblea Paneuropea fue suya— respondió Von Papen—. Yo tan solo la he ayudado a nacer.

—No sea modesto, por favor. La asamblea ha sido su obra y no quedará sin recompensa. Tengo el placer de comunicarle que voy a designarle vicecanciller y ministro de asuntos exteriores. Se lo ha ganado.

—Gracias, Statthalter. Siempre estaré dispuesto a servir a Alemania. En cualquier puesto.

—Usted, Schellenberg, también tendrá su recompensa. Voy a fusionar los diferentes servicios de inteligencia en una agencia germana de inteligencia, bajo su dirección. Claro que un simple coronel no puede dirigir una agencia tan importante. Será tarea del general Schellenberg.

—Gracias, Statthalter, pero el almirante Canaris es mucho más antiguo que yo.

—Usted lo ha dicho, es más antiguo. Tanto que merece la jubilación. Yo creo que una embajada sería de su agrado ¿Qué tal la de Budapest? ¿Le parece bien, ministro de Asuntos exteriores? — dice mirando a Von Papen.

—Sería un puesto adecuado, Statthalter.

—El almirante disfrutará de un nuevo destino. General Von Manstein —siguió Goering—, voy a seguir necesitando sus servicios en un cometido especial. General Schellenberg, cuéntele a nuestro común amigo su última maquinación.

—Statthalter, no es una maquinación, sino la consecuencia del Pacto. España ha sido atacada y ha pedido ayuda. Si para mañana a las once los ingleses no han cedido, la Asamblea Paneuropea declarará la guerra a Inglaterra.

—Sí, eso ya lo sé. Ha conseguido que media Europa se nos una. Será de gran ayuda —dijo Von Manstein.

—No se adelante, general —reprendió amablemente Goering— y deje seguir a Schellenberg.

—Como le decía, según el artículo cuarto, los signatarios deben declararle la guerra a Inglaterra. Pero no establece ni plazos ni condiciones. Los miembros del Pacto no podrán retirarse, ni si conseguimos expulsar a los ingleses de Canarias. Lo mejor es el artículo quinto, que establece una estructura de mando unificada. Como nosotros vamos a ser los que pongamos la parte del león, también tendremos el mando. Con concesiones cara a la galería con nuestros nuevos aliados, por supuesto.

—Gracias, Schellenberg. Coronel general Von Manstein —dijo Goering— ahora va a ser su turno. No puedo ofrecerle por ahora el mando unificado, aunque creo que está más que capacitado para ello. Tendré que poner a algún figurón como Von Rundstedt . Pero recordará que usted propuso que atacásemos Egipto.

—Cómo no, Statthalter ¿Desea que estudie los requisitos de la operación?

—Mejor que eso. Usted me dijo el otro día que añoraba mandar tropas en el campo de batalla. Ahora tendrá la oportunidad. La dirección de las operaciones navales en el Mediterráneo tendrá que estar bajo mando italiano, pero a cambio pensaba exigirles que acepten un mando alemán para las fuerzas terrestres. Mi intención es enviarle a Libia al frente de un cuerpo de ejército alemán ¿le interesa?



Von Runstedt fue uno de los generales alemanes más antiguos de los que en 1940 fueron ascendidos a mariscal. Aunque interfirió con el avance alemán en 1940, posteriormente demostró ser un jefe muy eficaz. Era el jefe alemán de Francia cuando los aliados desembarcaron en Normandía. Manchó su nombre al aceptar presidir el tribunal que juzgó a los militares sospechosos de atentar contra Hitler en 1944.
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Re: El Visitante. Historia alternativa de la Segunda Guerra Mundial

Mensaje por cv-6 »

Puestos a apartar a Canaris ¿no sería mejor mandarle a Moscú? Seguro que allí tendría menos amigos entre el gobierno local y además estaría más ocupado (menos posibilidades de montar conspiraciones :D )
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Re: El Visitante. Historia alternativa de la Segunda Guerra Mundial

Mensaje por Prinzregent »

Me parece que habrá que guardar las apariencias. No creo que al "Padrecito" y a su siempre servicial Beria les agradase que al jefe de los espías (una vez espía...) alemanes lo enviaran como diplomático a Moscú. Y tampoco que fuera muy sano para los que coincidieran con él.
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Re: El Visitante. Historia alternativa de la Segunda Guerra Mundial

Mensaje por Domper »

Mejor cerca, en una capital sin excesiva importancia. Por lo que pueda ocurrir.

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Re: El Visitante. Historia alternativa de la Segunda Guerra Mundial

Mensaje por Domper »


La calma antes de la tempestad

27 de septiembre de 1940


Gran Bretaña:

El enemigo continua su ofensiva aérea contra los aeródromos de West Anglia , aunque el mal tiempo está dificultando sus operaciones. La retirada del Mando de Cazas de los aeródromos próximos a la costa está complicando las operaciones sobre el Canal, donde se han repetido los ataques con bombarderos Stuka contra las defensas costeras.

Tras los dos grandes ataques sobre Londres de hace quince días la Luftwaffe no ha lanzado nuevas incursiones a gran escala sobre la capital, pero envía todas las noches un pequeño grupo de bombarderos, probablemente no con el objetivo de causar daños tangibles, sino para impedir el descanso de los civiles. Lamentablemente, las medidas para interceptarlos están dando escasos frutos, y los cazas nocturnos están demostrando ser prácticamente inútiles .

El Coastal Command y el Bomber Command han continuado bombardeando los puertos del Canal destruyendo un importante número de embarcaciones de asalto, aunque a costa de serias pérdidas. El Bomber Command ha efectuado dos incursiones más contra Berlín y una contra Kiel.

Aunque un gran contingente alemán sigue desplegado en los aledaños del canal de la Mancha, parte de las embarcaciones de asalto han sido desplazadas a puertos más alejados donde están resguardadas de nuestros ataques. Por eso se cree que los alemanes han renunciado a desembarcar en Inglaterra este año. Sin embargo, no disponemos de confirmación de las intenciones alemanas. Las lanchas de asalto podrían volver al Canal en un plazo breve, y la división paracaidista alemana sigue desplegada en la periferia de París. También hemos perdido nuestras fuentes de inteligencia, y ya no contamos con preaviso de las intenciones germanas. Por tanto, aunque actualmente no hay peligro inminente de invasión, la situación podría cambiar en pocos días.

En resumen, sigue siendo preciso mantener la defensa de Inglaterra mediante unidades aéreas, navales y terrestres, al menos hasta que el mal tiempo impida las operaciones, y teniendo en cuenta que los ataques pueden arreciar en periodos de buen tiempo.

Atlántico:

Han seguido los ataques contra buques, principalmente por submarinos, aunque los realizados por aviones de gran radio de acción se están haciendo más frecuentes. Se producen sobre todo contra mercantes que navegan independientemente, pero el convoy HX–72 perdió once buques la semana pasada . No sabemos si se repetirán los ataques a convoyes escoltados.

En el Sur del Atlántico y el Índico se han producido varios ataques atribuidos a cruceros auxiliares camuflados .

Gibraltar:

El avance en Andalucía de los primeros días resultó muy exitoso, penetrando casi cinco kilómetros en territorio español y tomando los emplazamientos de la artillería pesada enemiga. Sin embargo, se han producido repetidos bombardeos aéreos que, aunque no han afectado a las instalaciones subterráneas, han destruido parte de la ciudad de Gibraltar, y han causado daños en los muelles. Nuestra artillería sigue bloqueando la navegación por el Estrecho y ha librado duelos con baterías españolas de la otra orilla, sin consecuencias. La guarnición dispone de recursos para resistir durante seis meses. No se han producido intentos de asalto españoles ni se han observado preparativos.

Canarias:

Tras la toma de la ciudad de Las Palmas, parte de los españoles se retiraron a las fortificaciones de «la Isleta» , desde donde dominaban la bahía. Hasta que los últimos defensores no capitularon el día 17 no ha sido posible usar el puerto, que ha sufrido graves daños al ser demolidas gran parte de las instalaciones. El resto de las tropas españolas se han retirado al interior montañoso. Una columna ha intentado reducirlos, pero ha sido detenida por la fuerte defensa y lo difícil del terreno. Siguen las obras para reconstruir el aeródromo de Gando, y se espera que la próxima semana sea parcialmente operativo. La población civil es indiferente a nuestras tropas. En Las Palmas se han repetido incidentes como los de la Línea, y ha sido preciso destinar tres batallones para controlar la ciudad. Se han producido ataques aislados contra nuestras tropas que se han atribuido a soldados españoles dispersos.

Los bombardeos del aeródromo de Tenerife y de su capital han disminuido los ataques aéreos a nuestras unidades, pero no han conseguido la capitulación de la isla. En las operaciones se han perdido tres cargueros, dos destructores y el crucero ligero Dragon , que ha sido torpedeado por un submarino.

En la costa africana se ha detectado la presencia de aviones alemanes.

Se recomienda que una vez controlada la isla de Gran Canaria, sea ocupada la de Lanzarote, para impedir que los españoles usen su aeródromo.

Mediterráneo:

Prosiguen las operaciones navales de abastecimiento a Malta. Durante la operación Hats un carguero ha sido hundido y el crucero York ha recibido daños importantes por ataques aéreos de aviones alemanes. Malta ha sufrido dos nuevos bombardeos que han causado pocos daños. En los ataques han participado aviones franceses procedentes de Túnez.

El enemigo está enviando convoyes escoltados a Libia. Parece que está siendo enviada una fuerza alemana al mando del general Manstein, cuyo paso por el Brennero ha sido detectado.

Yugoslavia:

La firma del Pacto de Aquisgrán por el príncipe Paul ha sido muy mal vista por la población serbia y por el ejército, de mayoría serbia. Varios militares serbios se han puesto en contacto con nuestra embajada en Grecia.

Grecia:

Tras el hundimiento del crucero Elli no se habían producido nuevos incidentes. Sin embargo, los italianos acumulan tropas en Albania. Inglaterra ha ofrecido auxilios, pero el gobierno griego los ha rechazado.

Palestina:

Se han producido escaramuzas con tropas regulares francesas de Siria, pero no enfrentamientos a gran escala.

Egipto:

La ofensiva italiana se ha detenido, probablemente para reavituallarse. El enemigo ha construido una cadena de posiciones fortificadas que se extienden desde la costa hasta varias decenas de kilómetros en el interior, pero que pueden ser rodeadas por el desierto.

África Oriental:

Tras la invasión de Somaliland los italianos se han detenido y en la frontera con Kenia solo se han producido escaramuzas. En Sudán se han producido incursiones italianas de pequeña entidad. Un mercante ha sido hundido en el estrecho de Adén por un submarino. Los bombarderos italianos han seguido atacando Adén con escasos resultados.

Extremo Oriente:

Un crucero francés ha capturado dos barcos en el Estrecho de Malaca.

El informe presentado por el general Dill era tranquilizador. A pesar de las pérdidas sufridas por la RAF la invasión no era inminente. Egipto, Malta y Gibraltar resistían, y las operaciones en Canarias proseguían, aunque a ritmo lento. Churchill consultó sobre la posibilidad de enviar refuerzos a Gibraltar, pero el almirante Pound respondió que se trataba de una operación enormemente arriesgada. Tal vez los buques de guerra consiguiesen superar el bloqueo, pero no lo lograrían los barcos de carga. Le parecía más recomendable enviar refuerzos a Canarias. Churchill lo admitió, pero insistió que se estudiasen operaciones para abastecer Gibraltar.

El primer ministro preguntó si se preveía que la fuente especial de inteligencia volviese a funcionar, pero Menzies tuvo que desanimarle. De alguna manera habían sospechado que sus comunicaciones con la máquina Enigma no eran seguras, y estaban modificando sus procedimientos . Seguían empleando la misma máquina, pero de manera mucho más circunspecta. Habían distribuido nuevos rotores, e incorporado un segundo panel de conexiones que complicaba el criptoanálisis. Además, un aviador capturado había confesado durante su interrogatorio que se preveía distribuir una nueva máquina mucho más segura en pocos meses. Es decir, Menzies creía que aunque el equipo de Bletchley Park consiguiese descifrar de nuevo los mensajes alemanes, tal éxito sería de corta duración. Churchill recomenzó a Menzies que dedicase más recursos al análisis.

Tras lamentar el fracaso de Ultra , Churchill sugirió que una forma de interferir con las operaciones de alemanes e italianos en el Mediterráneo sería provocar una crisis en Yugoslavia, y recomendó a Menzies estudiar si era factible.



Región del sureste de Inglaterra.

Una de las partes de la R.A.F., la Royal Air Force, que en 1940 estaba encargado de la defensa de las islas británicas. En la realidad, durante la «Batalla de Inglaterra» estuvo cerca de tener que retirarse al norte del Támesis; sin embargo, la ofensiva aérea alemana contra Londres le permitió recuperarse.

Durante la «batalla de Inglaterra» la Luftwaffe no consiguió destruir a la RAF, y tras un ataque británico contra Berlín (que tuvo efectos insignificantes) se dedicó a bombardear Londres, causando mucho sufrimiento a los civiles, aunque sin lograr resultados militares. Las pérdidas se dispararon, y al fuinal tuvo que suspender las operaciones diurnas. Durante todo el invierno y la primavera Londres sufrió bombareos nocturnos (llamados «The Blitz», por «Blitzkrieg») en los que los bombarderos tenían poco riesgo ya que en 1940 el radar aun no se podía montar en aviones. La ofensiva cesó en primavera al trasladarse la Luftwaffe al este, con vistas al ataque a la URSS.

Otros dos componentes de la RAF. El Coastal Command se encargaba de la vigilancia marítima (no solo de las zonas costeras) y el Bomber Command de enviar bombarderos contra Alemania.

En el verano de 1941 los alemanes empezaron a emplear la táctica de la «manada de lobos» en la que varios submarinos atacaban a la vez a los convoyes británicos.

Alemania tenía varios «cruceros auxiliares» que actuaban en zonas alejadas. Eran barcos mercantes con cañones escondidos, y que se podían «disfrazar» con facilidad instalando chimeneas falsas o moviendo mástiles. Lograron grandes éxitos entre 1940 y 1942 aunque varios de ellos fueron hundidos.

Península montañosa al norte de Las Palmas de Gran Canaria.

Un crucero anticuado construido durante la Primera Guerra Mundial. Los ingleses tenían varios de esos cruceros que se empleaban para realizar patrullas contra los cruceros auxiliares alemanes y para escoltar convoyes.

Malta quedó casi aislada cuando Italia entró en guerra, pero los ingleses lograron abastecerla con convoyes desde Gibraltar y desde Alejandría en Egipto. La operación Hats fue uno de estos convoyes.

Era el regente de Yugoslavia en esa época.

Un viejo crucero griego que fue hundido por un submarino italiano sin previa declaración de guerra.

Somalia británica, situada al norte de la actual Somalia.

El estrecho de Adén (o de Bab-el-Mandeb) es la salida del mar Rojo al océano Índico.

El almirante Dudley Pound fue Primer Lord del Mar (jefe de la Royal Navy) entre 1939 y 1943.

En la realidad, los alemanes consideraban que Enigma era segura, en parte por consideraciones teóricas, pero también porque su unidad criptográfica (el B-Diest) había fracasado al intentar descifrar esos mensajes. NO se tuvo en cuenta que el B-Diest había dedicado recursos mínimos a comprobar Enigma. Sin embargo, los aliados lo consiguieron con relativa facilidad: primero los polacos, luego ingleses y franceses. Aunque trataron de impedir que los alemanes sospechasen que sus claves ya no eran seguras, cometieron varios errores; por ejemplo, al atacar a los convoyes de petroleros italianos en el Mediterráneo, con preferencia a otros convoyes, o al hundir en pocos días a casi todas las «vacas lecheras», como se conocía a los submarinos abastecedores del tipo XIV. Doenitz sospechó que los británicos estaban leyendo sus mensajes, pero los criptógrafos afirmaron que la máquina Enigma era segura. Es difícil decir cuál fue el valor de la ruptura de la clave Enigma; se sabe de su enorme importancia, y tal vez dio una ventaja decisiva a los aliados, por ejemplo, al evitar un derrumbamiento soviético en 1942 (ya que era frecuente que /el equipo de Bletchley Park descriptase los mensajes antes que llegasen a sus destinatarios reales, e inmediatamente transfería esos informes a los rusos.

ULTRA era el nombre en código del programa de ruptura de las claves alemanas.
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Re: El Visitante. Historia alternativa de la Segunda Guerra Mundial

Mensaje por Domper »


Otro punto de vista

3 de octubre de 1940


Frente Occidental:

Las operaciones aéreas sobre Gran Bretaña se mantienen, a pesar de las dificultades debidas al mal tiempo. Han proseguido los bombardeos sobre bases aéreas al sur de Londres, sobre las fortificaciones del Canal, y seguimos realizando incursiones nocturnas contra la capital y otras ciudades británicas.

Los ingleses han disminuido sus ataques sobre los puertos del Canal debido a las graves pérdidas que hemos causado a sus bombarderos. Una vez a la semana efectúan un ataque sobre Alemania, pero con muy poca precisión y causando daños mínimos.

Atlántico:

Prosigue el despliegue de los submarinos, que están empleando tácticas de grupo para atacar a los convoyes . Aviones de gran radio de acción que operan desde Burdeos y desde Galicia patrullan los accesos a Gran Bretaña, aunque la marina se sigue quejando de la mala coordinación. Los Fw 200 están atacando a buques mercantes británicos, aunque estén demostrando ser poco adecuados para estas operaciones, por su escasa carga bélica y por ser poco resistentes a los daños en combate.

En Canarias, las operaciones inglesas siguen circunscritas a Gran Canaria, donde los españoles mantienen la resistencia en el interior de la isla, y a los ataques aéreos y navales a Tenerife. Tras el hundimiento de un crucero y varios transportes por submarinos oceánicos, los ingleses han retirado sus buques mayores de la zona.

Sigue el acondicionamiento de los aeródromos de Cabo Juby y de Lanzarote, pero la ausencia de comunicaciones terrestres impide destacar fuerzas importantes, a pesar del apoyo de los aviones de transporte españoles y franceses.

Mediterráneo:

Continúan los bombardeos de Gibraltar con aviones españoles, franceses y alemanes. Los españoles no han contraatacado el avance inglés, pero están acumulando infantería y tanques en la región, así como un buen número de cañones pesados. Han llegado cuatro cañones ferroviarios y tres de nuestros morteros pesados. Se prevé seguir con los bombardeos aéreos.

La flota francesa de Tolón ha recibido oficiales de enlace y de comunicaciones alemanes, y han iniciado los procedimientos conjuntos. Sin embargo, aducen escasez de combustible para iniciar las operaciones. Nuestros delegados confirman la escasez de fuel, pero señalan que la actitud francesa es poco entusiasta, y recomiendan que los barcos franceses no operen en el Atlántico por el riesgo de defección.

Italia:

Sigue el despliegue de los Fliegerkorps II, IV y X . Este último ha iniciado las operaciones contra los convoyes de suministro a Malta, y ha hundido varios barcos. El Fliegerkorp II se ha unido a la Regia Aeronautica italiana en los bombardeos sobre Malta.

El desplazamiento de las unidades terrestres está siendo costoso debido a lo limitado de las líneas férreas transalpinas, y a la escasa capacidad de transporte marítimo y de descarga italiana en Libia. Hasta el momento solo elementos de la 5ª división ligera han llegado a África. Se cree que podrá ser desplazada una división cada dos semanas. Ese ritmo significa que las operaciones terrestres en masa no podrán iniciarse hasta diciembre. Se podrán efectuar ataques a pequeña escala a finales de este mes.

La división paracaidista será transferida al Sur de Italia a partir del 15 de noviembre, y será la última en desplazarse por ser una unidad ligera con escasos requisitos logísticos. Hasta entonces se mantendrá en Francia como medida de decepción para el enemigo.

Libia:

Tras detenerse la ofensiva italiana, continúan las escaramuzas entre unidades ligeras. Las fuerzas inglesas mantienen una intensa actividad de patrullas y están explorando el extremo sur de la cadena de fortificaciones italianas .

África Oriental:

Los italianos han detenido su avance en Sudán y Kenia. Aunque apenas encuentran resistencia, las fuerzas italianas en la zona están al límite de su capacidad logística. En el mar Rojo, destructores y submarinos italianos atacan la navegación inglesa con escasa fortuna .

Oriente Medio:

Prosiguen las escaramuzas de escasa intensidad en Siria.






La táctica de las «manadas de lobos» comenzó a emplearse durante el verano contra los convoyes británicos. En lugar de atacar en inmersión, grupos de submarinos seguían al convoy de lejos durante el día, y de noche atacaban en grupo navegando en superficie, aprovechando el número y lo difícil que era verlos para superar a los escasos barcos de escolta ingleses.

Los Focke Wulf Fw 200 Condor eran aviones de pasaje de largo alcance. El Fw 200C era una versión de reconocimiento y ataque naval derivada de ese avión, y durante 1940 hundieron tantos barcos que Churchill llamó a los Condor «el azote del Atlántico».

Grandes cañones que se montaban en vagones de ferrocarril. Los hubo que disparaban proyectiles de varias toneladas.

Las principales bases de la marina francesa eran Brest en el Atlántico y Tolón en el Mediterráneo.

La Luftwaffe se organizaba en Luftgaue, Luftflotte, Fliegerkorps y Fliegerdivision, que correspondían con distritos militares, ejércitos, cuerpos de ejército y divisiones. Estas unidades estaban formadas por todo tipo de aviones. Otras unidades de menor nivel estaban especializadas en una u otra misión.

La entrada en guerra sin preparación hizo que buena parte de la flota mercante italiana quedase fuera del Mediterráneo. Además, los puertos de Libia (Trípoli, Bengasi y Tobruk) tenían poca capacidad de descarga, algo que condicionaría las operaciones del Afrika Korps.

En la realidad, tras estancarse la ofensiva los italianos construyeron una cadena de fuertes que los ingleses rodearon por el desierto, derrotando estrepitosamente al ejército italiano, que fue cercado y resultó casi completamente destruido.

Las fuerzas del África Oriental Italiana invadieron la Somalia británica, pero sus posteriores ofensivas tuvieron que detenerse por falta de recursos. Una flotilla de destructores y submarinos basada en el puerto de Massaua intentó infructuosamente atacar a la navegación británica por el estrecho de Bab-el-Mandeb y el Mar Rojo.
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Re: El Visitante. Historia alternativa de la Segunda Guerra Mundial

Mensaje por Domper »


—Más o menos, lo previsto —dijo el general Beck, nuevo jefe del OKW—. El despliegue en África está siendo algo dificultoso, pero esperamos que para mediados de diciembre esté todo preparado.

—¿Los italianos están colaborando? —preguntó Goering, que dirigía la reunión.

—Según Von Manstein, a medias. La capacidad de transporte naval italiana es reducida porque se olvidaron de advertir a sus mercantes que iban a declarar la guerra, y ahora tienen a la mitad de su flota dispersa por el mundo. Aunque bastantes de esos barcos están intentando llegar a España y Francia, no contaría con ellos por ahora. Pero el problema es que, aunque los barcos disponibles son escasos, tampoco los aprovechan. Los están enviando a media carga, y luego los dejan amarrados en Trípoli y Bengasi expuestos a los aviones enemigos. Aun con todo, apenas han tenido pérdidas, pero no durará.

El agregado militar italiano, el coronel Heruzzo, protestó—. General, no resulta fácil cargar y descargar equipo pesado en los barcos. Si se envían sin las cargas completas es por no desbordar la capacidad de los puertos, y por no exponer todos nuestros suministros a un ataque desafortunado. Además, es preciso escoltar a los mercantes, y las derrotas de los convoyes son largas por la necesidad de evitar Malta y a la flota inglesa.

El almirante Marschall dio la razón al italiano—. Coincido con el coronel. La amenaza de ataques ingleses obliga a los barcos a navegar en convoy y a recorrer la costa tunecina y Libia, una ruta muy ineficiente. Si pretendemos mantener operaciones prolongadas en África será preciso expulsar a la flota inglesa, y tomar o al menos anular Malta.

—Está previsto iniciar ataques aéreos a gran escala contra Malta y contra los barcos ingleses en el Mediterráneo —dijo el general Jeschonneck , delegado de la Luftwaffe en el OKW—, pero si no se han emprendido todavía es porque prefiero tener en el teatro medios masivos, para desbordar las defensas inglesas y tener menos bajas. Estamos transfiriendo a Italia, Sicilia y Libia unidades de apoyo, pero estamos manteniendo los aviones en Francia hasta el último momento, para no alertar a los ingleses. A mitad de este mes la 7ª Fliegerdivision será transferida al Sur de Italia. Hemos demorado este movimiento porque esa división está interesando mucho a los ingleses. Casi todos los días los aviones de reconocimiento la sobrevuelan, porque deben creer que encabezará la invasión de Inglaterra.

—Está bien ¿y la flota francesa?

—Se está reuniendo en Casablanca y en Tolón —dice Marschall— y están embarcando oficiales de enlace y equipos de comunicación alemanes e italianos. Sin embargo, los franceses están demorando las operaciones con el pretexto de no disponer de suficiente combustible. Es cierto, pero podrían haber intentado atacar a los ingleses en Canarias y no lo han hecho. Yo recomendaría no contar por ahora con los franceses más que como flota en potencia , y tampoco les comunicaría nuestros planes. Sobre todo, no me parece conveniente enviarlos a efectuar operaciones independientes en el Atlántico por el riesgo de deserción. Aunque hasta ahora no se haya producido ninguna, es mejor ser prudentes.

—Gracias, almirante —dijo Goering—. La pasividad de la flota francesa es una cuestión que va a tener que ser resuelta. En todo caso, es un problema político, y entiendo que no vamos a poder contar con nuestros nuevos aliados. Al menos, sería conveniente que permitiesen que nuestras fuerzas y las italianas puedan operar desde la costa de Túnez. Instruiré al ministro Von Papen al respecto, y les comunicaré el resultado de las gestiones.

Los presentes asintieron levemente. Si incluso en los países democráticos los jefes del estado se resistían a ceder sus competencias a sus militares, en los dictatoriales esa posibilidad era inexistente. Era impensable que la Kriegsmarine se comunicase con el ministerio de Asuntos Exteriores.

Goering siguió dirigiendo la reunión—. General Infantes, le agradecería nos informase sobre las operaciones en Gibraltar y en Canarias.

El general Emilio Esteban Infantes aun no se había acostumbrado a que los alemanes se equivocasen con su apellido, pero el puesto de delegado español en el OKW tenía esa penitencia—. Statthalter, los planes ingleses incluían la invasión de las zonas aledañas a Gibraltar para ampliar el perímetro, donde atacaron por sorpresa, al mismo tiempo que sus acorazados bombardeaban Canarias. En un primer momento consiguieron su objetivo, pero su avance, en realidad, nos favorece. El general Vigón sugirió al Generalísimo que la guarnición inglesa, que sería muy difícil de reducir en sus fortificaciones subterráneas, es demasiado escasa para mantener el perímetro que han tomado. Vamos a continuar con los bombardeos aéreos, aprovechando que buena parte de sus emplazamientos artilleros están expuestos a las bombas. Mientras, seguimos reuniendo refuerzos, aunque lo hacemos fuera de la vista del Peñón. Realmente, lo que pretendemos es atacar el perímetro en cuanto sea posible, probablemente esta próxima semana, para intentar atrapar a la guarnición fuera de sus túneles.

—Está bien, general —respondió Goering— ¿Y en Canarias?

—Nuestra posición ahí es más delicada. Aunque buena parte de la guarnición de Las Palmas ha podido retirarse al interior de la isla, está aislada y escasa de munición y armas, y se ve reducida a efectuar acciones de hostigamiento. Es posible que en poco tiempo quede limitada a la guerra de guerrillas. Contando con esa posibilidad están escondiendo municiones y provisiones. En Tenerife los bombardeos ingleses han destruido la refinería y han dañado las pistas de la base de Los Rodeos, en la que apenas quedan aviones disponibles. Sin embargo, no se han producido intentos de desembarco, probablemente porque no tienen potencia para superar a la importante guarnición de la isla, que por ahora no ha sido molestada. Tampoco han atacado las islas menores, aunque están muy débilmente defendidas. Estamos intentando reforzar Lanzarote, ya que su base permite enlazar Tenerife con la costa. También estamos desplazando fuerzas terrestres y aéreas al Sahara, pero las dificultades de aprovisionamiento y la carencia de gasolina lo dificultan.

—Gracias, general. Por ahora las operaciones principales se efectuarán en Egipto, pero en cuanto sea posible enviaremos unidades a la costa occidental africana que les permitan expulsar a los ingleses de su territorio.

—Statthalter, si me lo permite, debo plantearle una cuestión — respondió Esteban Infantes—. Hasta ahora la marina británica no ha interferido con nuestras operaciones en Gibraltar, pero es muy probable que intervengan una vez ataquemos. Nuestra Armada no es capaz de impedir las operaciones inglesas, y tampoco nuestra aviación. Con el mayor respeto, solicito que se envíen a Andalucía fuerzas aéreas y navales en cantidad suficiente para que puedan impedir las operaciones británicas.

Goering reflexionó y preguntó a Jeschonneck— ¿Sería posible atender la solicitud española?

—Excelencia, en España hemos desplegado ya un grupo de bombarderos en picado y otro de bombarderos medios, que junto con los aviones españoles y franceses debieran ser suficientes. Además, los aeródromos de Andalucía son rudimentarios, y hay dificultades en el transporte de combustible.

—¿Se puede, o no se puede? —Goering preguntó algo irritado—. Una derrota en Gibraltar afectaría no solo a las operaciones en el Atlántico, sino que sería una seria advertencia para los miembros del Pacto de Aquisgrán. Es preciso apoyar a los españoles.

—Excelencia —Jeschonneck se resignó—. Podríamos desplazar un grupo de cazas de largo alcance y otro más de bombarderos en picado.

—Excelente. Que se haga cuanto antes.



El coronel general Hans Jeschonnek fue el jefe del Estado Mayor de la Luftwaffe durante la primera mitad de la SGM. Había sido piloto de caza durante la Primera Guerra Mundial, y en los años treinta colaboró en la reconstrucción de la Luftwaffe. En febrero de 1939 fue nombrado jefe del estado mayor de la Luftwaffe. Aunque fue un jefe muy capaz, le afectaron las críticas por los fracasos de la Luftwaffe, y en agosto de 1943 se suicidó, tras cometer un error (al enviar a los cazas nocturnos en una dirección equivocada cuando la RAF bombardeo la base de cohetes de Peenemunde).

La 7ª Fliegerdivision realizó varias operaciones aerotransportadas los primeros años de la guerra, y encabezó la ofensiva contra Holanda. Tras las graves pérdidas sufridas en Creta los alemanes no volvieron a realizar grandes asaltos aerotransportados.

Casablanca (en Marruecos) era una base naval francesa secundaria.

El concepto de «flota en potencia» fue enunciado por el historiador norteamericano Mahan. Implica que la flota se mantiene en las bases, sin arriesgarse a enfrentarse al enemigo, pero obligándole a mantener su propia flota en el área sin que pueda intervenir en otros escenarios. Es una estrategia poco arriesgada, pero implica ceder el dominio del mar.

En la realidad esa confusión se produjo cuando Esteban Infantes mandó la División Azul en Rusia.

El general Juan Vigón Suero-Díaz fue uno de los mejores estrategas de la guerra civil española. De haber escuchado Franco sus sugerencias es probable que la guerra se hubiese acortado en muchos meses. En la posguerra ocupó diversos cargos de gran importancia.

Estaba situada en la costa, junto a Santa Cruz de Tenerife.

En la realidad fue construida durante la Segunda Guerra Mundial. En 1940 las obras apenas se habían iniciado.

El nombre oficial de la marina de guerra española es «Armada española».
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Re: El Visitante. Historia alternativa de la Segunda Guerra Mundial

Mensaje por Domper »


Nocturnidad y alevosía

Unos minutos después

La reunión finalizó, y los delegados aliados abandonaron la sala. Sin embargo, un ordenanza llamó a los oficiales alemanes: Goering les reclamaba.

—Caballeros, disculpen que les vuelva a llamar, pero queda una cuestión seria que he preferido no discutir ante nuestros aliados. General Jeschonneck, ha citado los bombardeos británicos. Desearía saber la importancia real de esos ataques, y qué medidas se están tomando.

La cuestión no era baladí. Los aviones ingleses apenas habían causado daños, y en las incursiones solían perder más aviadores que las víctimas alemanas que causaban. Aun así, que Berlín fuese bombardeado cada semana no solo era un motivo de preocupación, pues antes o después los británicos mejorarían sus tácticas, sino que también suponía un ataque al prestigio de Goering, que seguía siendo jefe de la Luftwaffe. En su día, había dicho en un discurso «¡Si un avión enemigo vuela sobre suelo alemán, mi nombre es Meier!», y los berlineses, siempre guasones, hacían chistes sobre Meier.

—Statthalter, entiendo que le preocupen, pero por ahora los bombardeos británicos no son ninguna amenaza. Más o menos dos veces a la semana envían a sus aviones a alguna ciudad del Reich. No son muchos, normalmente entre cincuenta y cien, y deben tener serias dificultades de navegación ya que sus bombas caen muy dispersas. Calculamos que menos de la décima parte cae a menos de un kilómetro del blanco. Además, están lanzando sus aparatos sobre objetivos industriales, y con esa falta de precisión lo único que consiguen es bombardear el campo…

—Eso no está ocurriendo en Berlín.

—Statthalter, ahora iba a citar esos ataques. Más o menos la mitad de sus operaciones son contra objetivos en el centro de las ciudades, como puedan ser puertos o estaciones de tren; es lo que han dicho los aviadores que hemos capturado, porque según el patrón de bombas, podrían ir a cualquier sitio, de poca puntería que tienen. Aun así, resulta difícil no acertar a una gran ciudad como Berlín. De todas maneras, al ser tan pocos aviones, los daños que hemos sufrido son mínimos. Como media, causan un par de docenas de muertes cada vez. El efecto más grave que han logrado ha sido dañar la Puerta de Brandenburgo con metralla.

—Eso, y conseguir que la gente tenga que dormir en los refugios.

—Más o menos, lo mismo que estamos haciendo con los londinenses —replicó Jeschonneck.

—¿No hay manera de impedirlo?

—Lo intentamos, Statthalter. La cadena de radiotelémetros de alerta está casi completa, pero nuestros cazas no consiguen encontrar a los aviones enemigos. Estamos desarrollando un radiotelémetro ligero que puede instalarse en un avión, pero faltan meses hasta que podamos instalarlo en nuestros cazas. Algo parecido ocurre con la artillería antiaérea. Es tan ineficaz que estoy considerando retirarla .

— Se lo prohíbo. Daría una pésima impresión. Pero si no podemos frenar sus bombarderos, entonces los ingleses sabrán lo que pueden hacer los nuestros. General, deseo que se intensifiquen los bombardeos sobre Londres. Si ellos dañan nuestras casas, nosotros aplastaremos las suyas.

Se vio como Jeschonneck dudaba.

—General, no le veo muy convencido. Espero que mi jefe de Estado Mayor me aconseje, así que, si tiene alguna objeción, preferiría que la expresase.

—Statthalter, considero que centrarnos en Londres sería un error. La ciudad es un centro administrativo, pero no industrial, y su destrucción no afectará tanto a la capacidad británica como el bombardeo de las industrias de la periferia. Además, creo que dirigirnos contra la ciudad sería un alivio para los ingleses. Ya casi hemos derrotado a los cazas ingleses, que han tenido que retirarse al norte del Támesis. Si ahora dejamos de bombardear sus bases, en pocos días volverán a estar en servicio, y estaremos igual que al principio. Además, Londres está en el límite del alcance de nuestros cazas Bf 109. Los Bf 110 llegan más allá pero, como sabe, han resultado un fracaso como aviones de escolta . Si combatimos sobre Berlín, los ingleses diezmarán a nuestros bombarderos. Mi impresión es que es lo que desean, y por eso siguen atacando nuestras ciudades, para provocarnos.

—Aun así, Alemania está obligada a demostrar a los ingleses que no pueden bombardear impunemente a nuestras ciudades.

—Statthalter, creo que hay una alternativa. Yo recomendaría mantener la presión sobre los aeródromos y las industrias aeronáuticas, pero podrían destinarse más aviones para las operaciones nocturnas, que no necesitan escolta. Así bombardearíamos a los ingleses día y noche, sin caer en su juego.

—No es tan mala idea. General, siga con las operaciones contra la RAF, pero refuerce los bombarderos nocturnos. Que ningún londinense pueda dormir.



En 1940 se calculaba que, para derribar un bombardero de día, había que disparar miles de proyectiles (entre 3.000 y 7.000), es decir, costaban más los cañones y su munición que los pocos aviones que se derribaban. De noche la artillería antiaérea era casi inútil.

Según los planes alemanes de la preguerra, el caza Messerschmitt Bf 109 debía emplearse para la defensa, mientras que las misiones ofensivas (como la escolta de bombarderos) debían realizarlas los bimotores Bf 110. Sin embargo, resultó que el Bf 110 era superado por los cazas ingleses, y las operaciones sobre Inglaterra tenían que basarse en el Bf 109 que, debido a su papel original de interceptor, tenía un radio de acción limitado. Unos meses después se le acoplaron depósitos auxiliares de combustible, pero ya era tarde.
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Re: El Visitante. Historia alternativa de la Segunda Guerra Mundial

Mensaje por Lutzow »

Domper escribió: 03 Mar 2021 Si combatimos sobre Berlín
Aquí debería ser "si combatimos sobre Londres"...

Saludos.
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Re: El Visitante. Historia alternativa de la Segunda Guerra Mundial

Mensaje por Domper »

Lutzow escribió: 05 Mar 2021
Domper escribió: 03 Mar 2021 Si combatimos sobre Berlín
Aquí debería ser "si combatimos sobre Londres"...
Gracias. Lo corrijo en la versión final.

Saludos
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Re: El Visitante. Historia alternativa de la Segunda Guerra Mundial

Mensaje por Domper »


Fuego

11 de octubre de 1940

En la Línea de la Concepción los soldados británicos seguían cavando.

La conquista de Sierra Carbonera había proporcionado a los ingleses una buena posición defensiva que impedía el acceso al istmo, pero la ampliación del perímetro requería fuerzas mayores y había sido preciso trasladar un tercer batallón.

Los españoles, tras unos tímidos contraataques el segundo día, habían permanecido tranquilos. Apenas se había producido alguna escaramuza nocturna. Por desgracia, lo limitado de la guarnición disponible había impedido a los británicos enviar patrullas, y la información que se tenía sobre las actividades españolas era limitada. Un desertor español había dicho que estaban llegando refuerzos a la zona.

La tranquilidad en el perímetro no se extendía a Gibraltar. El segundo día se produjeron seis incursiones de bombarderos a gran altura. Aunque las defensas antiaéreas derribaron cuatro de los aviones atacantes, resultó evidente la principal debilidad de las fortificaciones: la mayoría de los emplazamientos habían sido construidos a principios de siglo y estaban muy expuestos a las bombas. La guarnición, refugiada en túneles y trincheras, apenas había sufrido bajas, pero tres de los nueve cañones de 234 mm en los que se basaba la defensa de la Roca quedaron fuera de combate . Después de las pérdidas del primer día los españoles modificaron su táctica: sus baterías de costa empezaron a disparar contra los emplazamientos de la artillería antiaérea en cuanto esta lo hacía contra los bombarderos. Tras una semana de duelos artilleros solo quedaban tres cañones de 94 mm . Fue entonces cuando comenzaron a actuar los bombarderos ligeros a baja cota. A finales de septiembre todos los cañones de 234 mm y parte de los de 152 mm habían sido destruidos.

Mientras las líneas inglesas seguían en calma, en el lado español la actividad aumentaba. La tarde del día once, víspera de la Hispanidad, dos generales españoles se acercaron a San Roque , desde donde observaron las líneas británicas de Sierra Carbonera. Se trataba de los generales Juan Vigón y Rafael García Valiño . Formaban un dúo temible. Vigón había concebido la estrategia franquista en la segunda mitad de la guerra, cuando las ofensivas de Aragón y de Toledo habían sido modelo para la Blitzkrieg. García Valiño era un excelente táctico que en tres años había pasado de mandar un regimiento a dirigir un cuerpo de ejército, y que a sus cuarenta y dos años era uno de los generales más jóvenes de Europa.

La toma de La Línea dela Concepción por los ingleses sin apenas resistencia había causado consternación en Madrid. Vigón, jefe del Alto Estado Mayor, cesó fulminantemente al capitán general de Andalucía, Fidel Dávila, nombrando en su lugar a García Valiño. Durante el mes de septiembre Vigón coordinó los bombardeos de Gibraltar, mientras García Valiño traía refuerzos. Ahora se desplegaban en el Campo de Gibraltar dos divisiones de veteranos de guerra y una impresionante masa artillera, que se unía a la de costa. La artillería costera del estrecho siempre había sido muy potente, e incluía treinta cañones pesados, de 240 a 381 mm. Algunos eran viejos, pero se iban a usar hasta que se agotase la munición. Además, se habían trasladado a la zona diez obuses pesados «legionarios» de 305 y 260 mm, más diez grupos de campaña españoles de 105, 150 y 155 mm. Los alemanes habían llevado tres monstruosos morteros de 600 mm, cuatro cañones ferroviarios de 240 mm, y ocho grupos de artillería de campaña.

García Valiño explicaba a Vigón los pormenores del ataque:

—Juan, está ya todo preparado. La próxima madrugada empezará el baile. La serpiente inglesa ha sacado la cabeza y se la vamos a cortar.

—Tienes razón. El incapaz de Dávila nos ha hecho un favor. En lugar de un cese merecía una medalla. Con haber puesto un par de ametralladoras hubiese podido defender La Línea, pero entonces los ingleses se hubiesen escondido en los túneles de Gibraltar y hubiese sido muy difícil sacarlos. Pero al retirarse les ha cedido a los místeres ese precioso cerro que será su tumba.

El problema de Gibraltar había sido estudiado cientos de veces en las academias militares españolas. Las armas modernas hacían que Gibraltar ya no fuese inexpugnable, pero su conquista podía ser muy costosa. También se había considerado el supuesto en el que los ingleses extendían su perímetro: sería más fácil atacarlo, pero los defensores tendrían tiempo de retirarse a sus túneles. Cerrar el istmo entre La Línea y Gibraltar no iba a ser fácil. Además, aunque se rompiesen las líneas inglesas, avanzar a través de La Línea tampoco sería tarea sencilla. Un desembarco desde la bahía de Algeciras o el mar de Alborán resultaría aun más peligroso.

García Valiño temía repetir la experiencia del Ebro, cuando miles de sus soldados habían perecido atacando las líneas republicanas a pesar de intensísimos bombardeos artilleros. Por ello iba a usar la táctica que le permitió romper el frente en la Sierra de Cavalls . En lugar de una preparación artillera prolongada, usaría todos sus cañones de campaña para batir un pequeño sector del frente entre Sierra Carbonera y La Línea. La preparación duraría solo diez minutos, e inmediatamente después se produciría el asalto. Entonces los cañones cambiarían sus objetivos para batir La Línea, protegiendo el flanco derecho español y, sobre todo, para intentar cerrar el istmo. Mientras tanto, la aviación, la artillería de costa y los cañones pesados bombardearían los emplazamientos de los pocos cañones que quedaban en Gibraltar.



Eran cañones construidos a principios del siglo XX, y su misión era impedir la navegación por el estrecho. El cañón de 234 mm (9,2 pulgadas) fue potente y preciso, y formó la espina dorsal de la artillería de costa británica durante las dos guerras mundiales.

Un cañón antiaéreo británico equivalente al famoso «ochenta y ocho» alemán.

Los cañones de 152 mm eran de origen naval y, como los de 234 mm, estaban desplegados para combatir la navegación por el estrecho, aunque también podían disparar contra tierra. Como otros cañones navales de la época, su efectividad en este papel era pequeña.

La localidad fue fundada a principios del siglo XVIII para acoger a los gibraltareños que los ingleses expulsaron tras la conquista del Peñón.

Como se indica en el texto. García Valiño fue uno de los generales más hábiles del ejército franquista. Como Vigón y tantos otros, había realizado parte de su carrera en África.

Los cañones «legionarios» eral llamados así por haber sido traídos por los italianos durante la Guerra Civil. Inicialmente los italianos se suponía que estaban enrolados en la Legión, unidad militar que admitía extranjeros.

El asalto por sorpresa a la sierra de Cavalls permitió romper las líneas republicanas en el Ebro y acabar la batalla tras tres meses de combates sangrientos.
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Re: El Visitante. Historia alternativa de la Segunda Guerra Mundial

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Asalto

12 de octubre de 1940

El 12 de octubre era una de las festividades más importantes de España. Era el día de la Virgen del Pilar, venerada en Aragón y en toda España, pero sobre todo era el Día de la Raza, aniversario del descubrimiento de América por Cristóbal Colón. Durante la Guerra Civil las mayores batallas se habían iniciado en días señalados, y la recuperación de Gibraltar no iba a ser menos.

Durante la semana anterior la artillería de campaña había disparado ocasionalmente contra la Línea y Gibraltar. Los soldados ingleses de Sierra Carbonera parecían haber sido olvidados por los cañones. Sin embargo, los oficiales sabían que esos aparentemente inofensivos bombardeos eran tiros de calibración, en los que se calculaban alcances y se corregían las tablas de tiro. Sabiendo lo que auguraban, hicieron que sus hombres profundizasen aun más sus refugios. El árido y pedregoso suelo de la sierra dificultaba las excavaciones, aunque hacía que las trincheras fuesen secas y cómodas. Para reforzarlas había sido preciso usar las maderas de la ciudad española de la Línea, con las vigas conseguidas derruyendo casas. Lamentablemente, no había hormigón, pero aun así la Sierra Carbonera se parecía al frente francés de 1918: una doble línea de trincheras protegidas por alambradas rodeaba la cima, con puestos de ametralladoras cubriendo los accesos. Varios refugios subterráneos permitirían a los defensores escapar de lo peor de los bombardeos. En la Línea de la Concepción habían sido fortificados los principales edificios, y dos trincheras de comunicación unían la ciudad con Gibraltar. Los ingleses confiaban resistir cualquier ataque desde esas formidables posiciones. Ataque que se temía en cualquier momento. Los británicos no habían podido enviar patrullas, pero ocasionalmente algún desertor español proporcionaba información. Sin embargo, el flujo de huidos se había secado durante la última semana. Los centinelas habían escuchado varios disparos, y parecía que los españoles habían aumentado la vigilancia. Temiendo un ataque, los oficiales ingleses adoptaron una rutina: dos horas antes del amanecer reforzaban la línea de centinelas y enviaban al resto de la tropa a los refugios.

A García Valiño no le agradaba atacar al amanecer, pues los ingleses seguramente lo esperarían, pero no tenía muchas otras opciones. Por lo menos, la noche ocultaría los últimos desplazamientos de las tropas. Además, si demoraba el asalto el sol naciente cegaría a sus soldados. Iba a intentar una finta: durante los últimos días se habían cavado trincheras de aproximación al norte de la sierra, el lugar más expuesto de la posición inglesa, pero el asalto iba a ser en el sur, en la franja de terreno entre la Línea de la Concepción y la cima de los cerros. Atacando por ese lugar expondría a sus hombres a recibir fuego de enfilada , pero confiaba en que el lugar estuviese menos protegido. Había ordenado que la artillería disparase por las noches para silenciar los desplazamientos de sus tropas. A las tres de la mañana los grupos de asalto salieron de sus posiciones y se adentraron en la tierra de nadie, esperando a unos cientos de metros de las posiciones inglesas.

—Sargento, como nos vean los místeres nos apiolan seguro —el cabo Ballarín era un veterano del Ebro y sabía lo que podían hacer las ametralladoras.

—Ballarín, o te callas o vas tú delante. Tápate con la red de camuflaje y chitón.

Por el este empezaba a clarear y una luz grisácea empezaba a iluminar la bahía de Algeciras. Los centinelas intentaban ver algo, pero la sombra de la sierra impedía divisar nada. Pero a las 5:20 tuvieron toda la luz que pudieran necesitar: doscientos cañones dispararon simultáneamente y todo tipo de proyectiles cayó sobre las posiciones inglesas. La artillería de campaña tiró contra las trincheras inglesas, mientras que los cañones y obuses gigantes empezaron a disparar proyectiles de tres quintales contra la Línea y contra el tómbolo arenoso que la unía al peñón. Los soldados ingleses se encogieron en sus pozos y en sus refugios, confiando en la solidez de sus paredes, que temblaban mientras un huracán de fuego recorría las líneas de trincheras, demoliendo los parapetos, derrumbando el techo de los puestos de ametralladoras y cortando los alambres de espino. Aun así, sus efectos fueron relativamente pequeños: para que el fuego artillero destruyese una trinchera se necesitaban bombardeos muy prolongados. Pero no era ese el objetivo de la preparación española.

A los cinco minutos de iniciar el fuego los cañones cambiaron de objetivos y empezaron a batir la segunda línea de trincheras. Los oficiales ingleses ordenaron salir a sus hombres de los refugios y ocupar sus puestos, cuando vieron con horror que la barrera artillera retrocedía y volvía a caer sobre la trinchera: habían caído en una de las trampas artilleras más antiguas. Los proyectiles rompedores apenas se enterraban en el duro suelo y al estallar su metralla barría a los defensores, y los proyectiles de Shrapnell estallaban en el aire con una pequeña explosión, cayendo sus balines oblicuamente sobre las posiciones. Aunque no hubo demasiabas bajas, los soldados corrieron a enterrarse en los refugios, esperando que el bombardeo escampase.

—¡Ahora! —gritó un capitán disparando con su revólver al aire. Cientos de soldados retiraron las redes que les ocultaban y corrieron hacia la línea contraria, sobre la que seguían cayendo los proyectiles. Se ocultaron en los hoyos creados por la artillería y emplazaron armas automáticas con las que empezaron a disparar contra los ingleses, mientras que los zapadores llevaban gruesos tubos: torpedos Bangalore. Ocasionalmente caían proyectiles cortos que causaban bajas, pero la infantería española, veterana de la guerra civil, ya sabía cuál era el precio de distanciarse de las barreras de artillería . A los diez minutos la artillería volvió a alargar sus alcances castigando la segunda línea mientras los morteros de la infantería se unían al bombardeo. En los refugios los oficiales ingleses temían que fuese añagaza, y esperaron unos segundos preciosos. Mientras, los zapadores introdujeron los tubos en la alambrada, prendieron las mechas y se resguardaron: los torpedos Bangalore eran tubos llenos de explosivo que al estallar cortaban las alambradas. Los grupos de asalto entraron por las brechas abiertas. Al oír fuego de armas ligeras los ingleses intentaron salir de sus refugios, pero era demasiado tarde: los españoles habían entrado por las trincheras y empezaron a lanzar bombas de mano en las salidas. Mientras, otros soldados tendieron puentes sobre la zanja para dar paso a otra oleada de atacantes que continuó hacia la segunda línea de trincheras.

Nazario Ballarín corrió por el tablón y siguió adelante, intentando aproximarse lo más posible a la barrera de artillería que seguía cayendo sobre la segunda línea inglesa. Como buen veterano, temía más a las ametralladoras que a algún proyectil desviado, y había que aprovechar los escasos segundos en los que los defensores seguían con las cabezas gachas. Tomó una granada y cuando cesó el fuego llegó a las alambradas, mucho menos tupidas que las de la primera línea, y las saltó sin esperar a los zapadores. Corrió hasta al borde de la trinchera y lanzó la bomba de mano. Cuatro segundos después estalló y el soldado español se metió en la zanja, cayendo sobre un soldado que se retorcía. Tomó su naranjero y lo ultimó de una ráfaga. Tras comprobar que ese sector estuviese libre de enemigos, corrió por la trinchera, deteniéndose cuando cambiaba de sentido: entonces lanzaba una bomba de mano, saltaba a la siguiente sección disparando su subfusil , y tiraba bombas por la salida de los refugios, hasta que los ingleses empezaron a salir con las manos en alto.

Cuando los zapadores abrieron brechas en la alambrada encontraron con el sector de trincheras despejado. Un acalorado capitán llegó hasta el soldado, palmeó su espalda y le dijo—: Nazario, eres Medalla Militar Individual —luego salió de la trinchera y siguió corriendo hacia la cima de la colina.

A los veinte minutos la cota 57 , la más meridional de la Sierra Carbonera, había sido tomada por las tropas de García Valiño.

En Gibraltar el general Gerard Liddell, gobernador de la colonia, observaba la batalla desde un observatorio de su túnel de mando. Los cañones pesados españoles disparaban contra la franja arenosa junto al peñón, alternando con ataques de bombarderos en picado. Se imaginó que ya no quedaba nada de las trincheras de comunicación, pero sus hombres tendrían que arriesgarse y cruzar ese espacio batido.

—Mayor, ordene a los Devonshire que se preparen para retirarse a La Línea —ordenó—, y que les cubran los Black Watch. Luego, que se retiren ellos.

—Gobernador, hemos perdido el contacto con los Devons y con los Blacks . El bombardeo ha debido cortar los cables de teléfono, y hay fuertes interferencias de radio .

—Envíe una patrulla para repararlos y mande mensajeros. Es imperativo que llegue la orden.

Una hora después el mayor informó al gobernador que la patrulla y los mensajeros se habían perdido, y que solo mantenían contacto por radio. En Sierra Carbonera los ingleses resistían bien, pero la pérdida de la cota 57 les había dejado aislados.

Gerard Liddell comprendió entonces cuales eran las intenciones españolas. No querían reconquistar La Línea, sino que iban a por todo. Si perdía los tres batallones del perímetro sería imposible cubrir los accesos a Gibraltar.

—Mayor, los dons quieren atrapar a nuestros soldados. Ordene a los Devons y a los Blacks que se retiren. Si no pueden, que aguanten hasta la noche y que entonces rompan el cerco. Los Somerset deben resistir en La Línea hasta la noche, y retirarse cuando lo hayan hecho los otros dos batallones.

Fue imposible. Los defensores de sierra Carbonera estaban superados cinco a uno, y los bombardeos y asaltos continuos habían roto la cohesión de las unidades. Apoyados desde la cota 57, otra división española atacaba al 2º batallón de infantería ligera de Somerset, que estaba apostado en La Línea. Aunque las ruinas de lo que había sido una ciudad facilitaban la defensa, los ingleses eran superados por los españoles diez a uno, y soportaban un bombardeo de artillería que no se recordaba desde el Somme. A mediodía la resistencia se rompió y los Somerset intentaron retirarse. Fue entonces cuando toda la artillería española dirigió sus ataques contra el istmo, que se convirtió en una trampa mortal. Solo unos pocos soldados pudieron llegar a la Roca. Las posiciones inglesas en el cerro quedaron aisladas, sin municiones y plagadas de muertos y heridos. Durante la tarde se rindieron.



Fuego de enfilada es el que se hace desde un lado, y es mucho más peligroso porque el ataque se suele hacer en filas, y disparando desde el flanco los atacantes se ven como una masa, siendo casi imposible fallar.

Las redes de camuflaje permiten esconderse sin impedir la visión. Actualmente están hechas ex profeso, pero en la época solían ser redes como las de pesca, en las que se engarzaban cintas, ramas y hojas.

Un tipo de proyectiles actualmente en desuso: eran un bote lleno de balas con una pequeña carga explosiva que las dispersaba. Su efecto era como el de una escopeta de gran potencia.

Para la artillería resulta muy difícil destruir una posición fortificada; la manera de asaltarla es bombardearla para obligar a los defensores a refugiarse, y la infantería ataca la posición pocos segundos después, sin dar tiempo a los defensores de volver a sus posiciones. Esa táctica solo funciona si los atacantes se acercan mucho a las explosiones de la artillería propia, tanto que no es raro que sufran bajas.

Recibían ese nombre por la ciudad de la India, donde fue inventado por el capitán McClintock. Pueden emplearse para abrir brechas en alambradas o en campos de minas, y actualmente hay de muchos tipos. Aunque se le llame «torpedo», se debe a que en esa época se llamaba así a las cargas explosivas (las minas eran «torpedos fijos»), mientras que se llamaba «torpedo automotor» a lo que ahora se conoce como «torpedo» a secas.

«Subfusil» es el nombre de lo que se conoce habitualmente por «metralleta» o «pistola ametralladora». Son armas automáticas ligeras y baratas que disparan la misma munición que las pistolas, y que actualmente han sido desplazadas por los fusiles automáticos salvo en las unidades policiales o en fuerzas especiales.

La segunda condecoración española al valor tras la Cruz Laureada de San Fernando.

Las cimas de un monte, en operaciones militares, es habitual que se nombren por su altura.

Apodos por los que se conocía a los regimientos de Devonshire y Black Watch.

Desde que se comenzó a emplear la radio se vio que, si una emisora emitía con mayor potencia, podía dificultar o incluso impedir que otra emisora cercana pueda enviar o recibir mensajes. En la época se empleaban varios sistemas, incluyendo radiar música a gran potencia, pero un método frecuentemente empleado era el del «ruido». En la actualidad, ese ruido se genera de manera aleatoria con dispositivos electrónicos, pero en la época solía ponerse un micrófono junto al escape de algún motor.

El Somerset Light Infantry es un regimiento de larga tradición en el ejército británico. En 1940 uno de sus batallones formaba parte de la guarnición de Gibraltar.
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Re: El Visitante. Historia alternativa de la Segunda Guerra Mundial

Mensaje por APV »

Ciertamente la experiencia de la guerra mundial y la guerra civil había demostrado que era mejor infiltrarse en tierra de nadie durante la barrera de artillería y avanzar rápidamente tras su final. Y claro estaba el viejo truco de avanzar y retroceder la barrera artillera.

Una duda, ¿los británicos usaban en ese momento líneas de trincheras continuas o se habían adaptado a ideas más modernas de reductos superpuestos que creaban campos de fuego?
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Re: El Visitante. Historia alternativa de la Segunda Guerra Mundial

Mensaje por Domper »

Trincheras continuas, que yo sepa. Igual que los alemanes, que aun tardaron en cambiar de sistema. A los españoles en el Vochov, que empleaban blocaos que se cubrían unos a otros, los veían como raros.

Saludos
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Re: El Visitante. Historia alternativa de la Segunda Guerra Mundial

Mensaje por APV »

Curioso, porque los alemanes habían introducido el sistema de reductos y profundidad ya para 1917 en el frente occidental.

De todas formas ante la escasez de medios de que dispongan en Gibraltar no se hasta que punto pueden montar dos líneas continuas.
Conoce al enemigo y conócete a ti mismo; y en cien batallas no estarás jamás en peligro Sun Tzu.
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