Little Big Horn - 1876

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George Horn
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Re: Little Big Horn - 1876

Mensaje por George Horn »

Bruno Stachel escribió: 11 Abr 2021 Lo que me sorprende de Crook es que saliera bien parado del fiasco de la expedición Big Horn en marzo de ese año. Claro que tenían a Reynolds como chivo expiatorio.

Por cierto, Crook en el Rosebud también intentó ir a por el campamento indio.

Desde mi punto de vista, y viendo cómo lo hizo más tarde durante la Horsemeat March y la guerra con Gerónimo, Crook no era un oficial apto para luchar contra los indios.
George Horn escribió: 11 Abr 2021
cv-6 escribió: 11 Abr 2021 Por cierto, respecto al tema de Crook ¿se sabe (o al menos, existe alguna teoría) sobre la razón de que Crook se "rajó" a las primeras de cambio después de un combate en el que apenas tuvo bajas?
Pues eso, que se rajó. Para mi es incomprensible. Dicen que porque se quedó con pocas municiones. Los shoshones que tenía reclutados al verlo tan parado se fueron. Dijeron que ellos habían ido a luchar contra los sioux y que aquello no era forma de hacer la guerra
Eso es lo irónico. Crook se justificó diciendo que tenía que cuidar de todos los heridos que había tenido -unos 50 en el Rosebud- y que estaba escaso de municiones.
Por el fiasco de la batalla de Powder River hizo que pagaran los platos el Coronel Reynolds y el Capitán Moore. Sobre todo por haber dejado que los cheyennes recuperan los 700 ponis que les habían cogido. También porque destruyó casi toda la comida que tenían los cheyennes (varias toneladas), las pieles de búfalo y las sillas de montar.
Es cierto que las órdenes de Reynolds eran que cogiera todo lo que pudiera aprovecharse para las tropas. Temperaturas extremas bajo cero, hielo y mucha nieve.
Reynolds estuvo cuatro horas en el campo indio. Destruyó todo lo que pudo y se marchó dejando tres muertos en manos de los indios y lo que es más grave, un soldado herido.
Las sillas las querían para ponérselas a los ponis y cargar ahí la carne seca que tenían para pasar el invierno los indios. Reynolds dijo que los ponis eran ingobernables para los soldados. Que para esa tarea se necesitaban empacadores (muleros) profesionales.
El asunto es que Crook más o menos hizo como Benteen en el LBH, ni le apoyó ni acudió al punto de reunión. Reynolds se puso nervioso y pensó que no tenía que poner guardia a los ponis por la noche. Uno de los exploradores le dijo que no se iban a mover y que si lo hacían sería buscando su querencia y tendrían que pasar por donde estaban acampados ellos. Unos cuantos indios llegaron por la noche y poco a poco se los llevaron casi todos. Sería bueno haberle visto el careto a Reynolds por la mañana al enterarse de que se los habían mangado. También se negó a mandar fuerzas en persecución de la manada y recuperarla.
Crook se pasó de listo, para empezar pensaban que era el campamento de Crazy Horse por unos caballos que reconoció uno de los exploradores. El campamento era el del cheyenne Old Bear.


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Re: Little Big Horn - 1876

Mensaje por George Horn »

Blaque escribió: 11 Abr 2021
George Horn escribió: 10 Abr 2021
Muy bien. Gran información. Incluso especulaba con que pudiera llamarse Jorge Hornos por el asunto de americanar los nombres al alistarse. Craso error jajajaja. Yo llevaba años buscando información sobre George Horn. Hace años leí en internet que en un periódico de Málaga había salido algo sobre él. Pero no pude encontrarlo.
Tienes razón, sobre el LBH hay muchas sombras muy oscuras. Todo lo que entre en tiempo y lugar es válido. Quiero decir que si se separaron a las 12.00 horas, no puedes poner a Reno en el valle a las 12.15 o a Custer bajando por MTC a las 12.25.
Hay casi tantas teorías como aficionados a la batalla. Pero ni se perdió porque Reno estaba borracho. Ni porque Benteen estaba amargado. Ni porque Custer era un loco irresponsable.
Hubo muchos errores. El primero una semana antes cuando Crook no avisó de su derrota.
Lo del dichoso periódico de Málaga también me trae de cabeza, leí la referencia hace muchos años y no recuerdo dónde. Lo cierto es que en Málaga hay cierta “sensibilidad” hacia el apellido Horn, pues allí consideran a una tal Margarita Horn, nacida en 1885, como pionera de la industria turística en la provincia, y como tal le han dedicado hace poco una glorieta en Torremolinos. Así que tendría sentido que algún periodista local interesado en documentar ese apellido en Málaga se hubiera topado con un malagueño de nombre George Horn que sirvió en el 7.º de caballería de Custer; pero de momento no podemos darlo por seguro. De hecho, encontré hace poco un dato que permitiría aventurar que fuera jienense: un Edward Horn un año mayor que George y nacido en La Fernandina (Jaén) sirvió en la compañía F del 97.º de Pennsylvania hasta finales de 1867. Quizá George estuviera siguiendo los pasos de ¿su hermano mayor? cuando se alistó en el 7.º cuatro años después.

Y llevas mucha razón en lo de la importancia de los tiempos para reconstruir con un mínimo de solvencia lo que ocurrió en Little Bighorn, porque como sentenció “Guerrita”, nuestro torero filósofo, lo que no puede ser, no puede ser, y además es imposible. Lo de menos es la “hora de reloj” que quieras asignar a cada evento o episodio, lo importante es que su duración temporal sea realista y confirmada por testimonios de participantes. Por ejemplo, cuando tú dices, con Wallace, que el 7.º cruza la divisoria entre el Rosebud y el Little Bighorn hacia las 12 (bueno, dices que es ¡el río! lo que cruza, pero evidentemente se trata de un lapsus), yo prefiero decir que fue hacia las 10. Y no porque Wallace estuviera equivocado, sino porque prefiero seguir la hora solar local en vez de la hora militar oficial de Wallace, que era la del cuartel general departamental de Terry en St. Paul, Minnesota, con una diferencia de hora y media de adelanto. O sea, que si restamos esa diferencia a las lecturas del reloj de Wallace, todos sus tiempos son razonablemente correctos y coincidentes con la mayoría de testimonios coetáneos. Porque la gran mayoría de testimonios de uno y otro bando hechos en los días y meses que siguieron a la batalla son unánimes en adelantar una o dos horas los tiempos de Wallace, y la razón es que casi todos ellos, y en particular los indios, se guiaban por la hora solar. El propio mayor Reno, en sus escritos de 1876, siempre usó la hora local en vez de la oficial; pero se cuidó muy mucho de discutir en el Tribunal los tiempos de Wallace o de aclarar las razones de esa disparidad, porque la confusión que introducía (¿quizá deliberada?) ayudaba a “ocultar sus vergüenzas”, a saber: la brevedad de su combate en el valle (apenas media hora) y su prolongada detención en Reno Hill (casi dos horas). Puesto que era de dominio público (ampliamente corroborado por cientos de testigos en Weir Point) que poco después de las 17:00 (hora local) la columna de Custer estaba prácticamente aniquilada (algunos afirmaron ver en la distancia cómo abatían a algún fugitivo, o a heridos siendo rematados), Reno y sus defensores se asieron a la “tabla de salvación” que les proporcionaba Wallace cuando aseguraba que no se les unió Benteen hasta bien pasadas las 16:00 y el tren de mulas hasta cerca de las 17:00, de ahí que no hubieran tenido tiempo material de ir a socorrer a Custer, distante más de 5 km de su posición. Lo cierto es que Benteen, como se lee en los partes oficiales y cartas particulares fechadas en 1876, se unió a Reno a las 14:30 hora local, y el tren de mulas una hora más tarde. O sea, Reno se mantuvo vergonzosamente inactivo durante más de hora y media sin un solo guerrero indio a la vista. La única pero insuficiente excepción fue la digna actuación del “desobediente” capitán Weir.
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Sí, tienes razón. En aquellos tiempos no había un uso horario. Aunque está claro que todos los relojes del Regimiento estaban sincronizados para las diferentes órdenes de diana y demás asuntos diarios. Yo he usado el del Teniente Wallace porque es el que se usó en el Tribunal de Investigación de Reno.
Yo también creo que es correcta la hora solar que das tú, pero para no liar a nadie si lee las actas del TI de Reno doy esas. Además nadie nunca osó rebatirlas.
En el TI de Reno se hizo todo lo posible e imposible para demostrar que aunque hubieran salido cuando Reno y Benteen se unieron en Reno Hill, no hubieran llegado a tiempo.
Lo de que vieron el final de Custer desde Weir Point es otra milonga para lavarles la cara a Reno y Benteen. Se han hecho pruebas desde Weir Point en días claros y con prismáticos más potentes de los que había en 1876. Desde Weir Point sólo se ve la parte de arriba del monumento. El monumento está en la cima de la colina y mide 4 metros 60 centímetros. Por lo tanto es imposible que vieran los últimos momentos de Custer que estaba un poco más abajo. Si vieron algo fue el final de las Compañías C. I, y L. Quizás ni eso, y lo que vieron fue a los guerreros rematando heridos y despojándolos de las armas y municiones.
En cuanto a lo cruzar la divisoria no me refiero al río, sino que salen del valle del Rosebud y entran en el valle del LBH: "Volvamos atrás hasta las 12.12 horas, cuando Benteen se separó del resto del Séptimo. El teniente George Wallace, el topógrafo Oficial de Ingeniería del Regimiento, señaló las 12.00 cuando el Regimiento cruzó la divisoria y entró en el valle de Little Big Horn".
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Re: Little Big Horn - 1876

Mensaje por Blaque »

Ninguno de los observadores en Weir Point pretendieron haber visto combates en Custer Hill. Estimaron la “acción” (indios rematando heridos) a unas 2 millas de distancia, lo que no podía ser sino Calhoun Hill. No distinguieron nada más allá por la enorme cantidad de humo y polvo que ocultaba todo, pero de no ser por eso habrían visto perfectamente Custer Hill, porque entre Weir Point y Custer Hill no hay terreno más elevado, son los dos puntos más sobresalientes y por tanto mutuamente visibles. Y en 1876 la cima de Custer Hill era aún más elevada, pues fue rebajada para los reenterramientos de 1879 y otra vez para la erección del monumento en 1881. Si como dices alguien tiene hoy dificultad en divisar Custer Hill desde Weir Point, sin duda será por estar en el pico oriental de la posición, frente por frente de Calhoun Hill (casi tan alta como Custer Hill). Pero desde el pico occidental de los Weir Peaks ambas colinas son clara y mutuamente visibles.

El huso horario empleado por Wallace no fue usado oficialmente por el tribunal de 1879, durante el proceso se ofrecieron casi tantas lecturas horarias como testigos. Eso sí, fue frecuente que cuando un oficial no recordara una determinada hora, recurriera y diera por buena la de Wallace. Buen ejemplo de la diversidad horaria en los testimonios ante el tribunal es el de la hora en que Reno recibió la orden de adelantarse y atacar: Wallace dice que fue a las 14:15, pero el Dr. Porter y el explorador Gerard dicen que fue hacia las 13:00, y el soldado Davern, asistente de Reno, hacia las 12:45. Esos tres últimos testimonios se acercan más al que el propio Reno dio en su parte oficial redactado nueve días después de la batalla: “hacia las 12:30”. Como ves, el horario de Wallace fue cuestionado durante el proceso de 1879, pero también lo fue después y, lo que es más importante, antes. Por ejemplo, Wallace testificó en 1879 que Custer emprendió la marcha a la divisoria hacia la una de la madrugada del 25; pero por los partes oficiales y cartas de participantes escritas unos días después de la marcha es evidente que la partida tuvo lugar poco después de las once de la noche del 24. Es la palabra del mayor Reno, capitanes Benteen y Moylan, tenientes Edgerly y Mathey, exploradores Gerard y Herendeen en 1876, contra la del teniente Wallace en 1879. Pero insisto: no es que Wallace mintiera o estuviera equivocado, es que su reloj estaba ajustado al huso horario del cuartel general en Minnesota, con hora y media de adelanto.

Creo más fiable seguir las horas que dieron los participantes en 1876 en vez de las que facilitaron años más tarde, pues el tiempo pasado y los intereses propios podrían haber alterado su memoria. Y entre esos intereses destacaba, como bien dices, el común a Reno, al tribunal y al Ejército: demostrar que fue materialmente imposible socorrer a Custer. Lo que en mi opinión es absolutamente incierto.

En cuanto al lapsus de poner río en vez de divisoria (o sea, las Wolf Mountains), se te ha escapado en la entrada de las 21:28 del 2 de abril (pág. 1), párrafos cuarto y quinto. Y en este último párrafo hay otro despiste. Cuando dices, citando el parte oficial de Reno, que “A las 8:00 horas, la fuerza llegó finalmente al valle del Little Big Horn”, falta “de un afluente” después de “valle”. A esas horas de la mañana la fuerza se encontraba en la cabecera del afluente Ash, no en el Little Bighorn.
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Re: Little Big Horn - 1876

Mensaje por George Horn »

Blaque escribió: 12 Abr 2021 En cuanto al lapsus de poner río en vez de divisoria (o sea, las Wolf Mountains), se te ha escapado en la entrada de las 21:28 del 2 de abril (pág. 1), párrafos cuarto y quinto. Y en este último párrafo hay otro despiste. Cuando dices, citando el parte oficial de Reno, que “A las 8:00 horas, la fuerza llegó finalmente al valle del Little Big Horn”, falta “de un afluente” después de “valle”. A esas horas de la mañana la fuerza se encontraba en la cabecera del afluente Ash, no en el Little Bighorn.
Sí, tienes razón. Muchas gracias, hay que corregirlo. Es un gazapo gordo. No es el río lo que quiere cruzar, es la divisoria.
El parte Oficial de Reno de la batalla está fechado el 5 de julio. Para entonces ya ha tenido tiempo para ir encajando los horarios a su conveniencia. Lo que más le preocupa es dejar en buen lugar a todos los vivos. No es tonto y no quiere crearse enemigos que puedan ser potencialmente peligrosos en un futuro Consejo de Guerra.
En ese parte Reno dice que aproximadamente a las 2.00 horas de la mañana, los exploradores le dijeron a Custer que era imposible cruzar la divisoria antes de amanecer.
Se hizo un alto para descansar y hacer café de tres horas. A las 5.00 se reanuda la marcha y a las 8.00 el comando estaba en uno de los afluentes del Little Big Horn.
Según el horario de la luz solar que tú manejas:
A las 8.00, Custer llega a la cima de Crow Nest, con los exploradores rees, Red Star, Black Fox y Bull.
A las 8.00, el regimiento estaba a una hora de la divisoria.
A las 9.05, llega el regimiento a la base de la divisoria.
A las 9.10, Custer baja de Crow Nest.
A las 10.05, Custer llega a la cima de la divisoria y está unos minutos mirando el valle del Little Big Horn. Después vuelve junto a su regimiento.
A las 10.20, llega a donde está parado el regimiento y ordena que se preparen para avanzar.
A las 10.30 más o menos el comando inicia el avance.
Entre las 10.50 y las 11.05 el regimiento cruza la divisoria en columna de a cuatro. La Compañía H, va unos 600 o 700 metros por delante.
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Re: Little Big Horn - 1876

Mensaje por George Horn »

Blaque escribió: 12 Abr 2021 No distinguieron nada más allá por la enorme cantidad de humo y polvo que ocultaba todo, pero de no ser por eso habrían visto perfectamente Custer Hill, porque entre Weir Point y Custer Hill no hay terreno más elevado, son los dos puntos más sobresalientes y por tanto mutuamente visibles. Y en 1876 la cima de Custer Hill era aún más elevada, pues fue rebajada para los reenterramientos de 1879 y otra vez para la erección del monumento en 1881. Si como dices alguien tiene hoy dificultad en divisar Custer Hill desde Weir Point, sin duda será por estar en el pico oriental de la posición, frente por frente de Calhoun Hill (casi tan alta como Custer Hill). Pero desde el pico occidental de los Weir Peaks ambas colinas son clara y mutuamente visibles.
Yo no he estado allí, pero me fio de los muchos comentarios que hay de que desde Weir Point no se ven las lápidas de la verja. Que sólo se ve la parte de arriba del monumento. No puedo decir nada más sobre eso. Como muy bien sabes se ha medido y cronometrado todo un montón de veces. Yo doy por bueno cuando dicen que no se ve.
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Re: Little Big Horn - 1876

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Blaque escribió: 12 Abr 2021 Ninguno de los observadores en Weir Point pretendieron haber visto combates en Custer Hill. Estimaron la “acción” (indios rematando heridos) a unas 2 millas de distancia, lo que no podía ser sino Calhoun Hill.
Sí que hubo quien habló de que vio los últimos momentos de Custer (o el Batallón de Custer).
Winfield Edgerley habló por primera vez en Fort Yates el 30 de julio de 1881 y se publicó en “ The Leavenworth Weekly Times”, el 18 de agosto de 1881: “Cuando salí con la tropa en la tarde del 25, vi un buen número de indios galopando de un lado a otro en el campo de batalla, donde luego encontramos los cuerpos. Disparaban contra objetos en el suelo, pero no pudimos ver que objetos eran”.
Posteriormente escribió en fecha desconocida pero con toda seguridad en, o más tarde de 1909 porque firma como General de Brigada retirado (se retiró en 1909): “No vi indios en los acantilados en nuestro avance (hacia Weir Point), hasta cerca del punto más bajo, donde pudimos ver los cuerpos de Custer y los caballos entre enjambres de indios”.
Edward Godfrey en su artículo para “Galaxy” en 1892 escribió: “Weir desde el punto más alto, vio a muchos indios ir hacia Edgerley. Le indicó que cambiara de dirección y Edgerley subió junto a Weir. Vieron cabalgar (indios) sobre lo que luego resultó el campo de batalla de Custer, disparando a los cuerpos de los muertos”. En 1908 revisó el artículo para reimprimirlo y sustituyó la última frase por: (“o matando a hombres heridos”).
Godfrey en el Tribunal de Investigación de Reno (Chicago enero de 1879):
Pregunta, (Juez Instructor)- ¿Qué se podía ver río abajo?
Respuesta, (Godfrey)- Muchos indios.
P)- ¿Qué parecían estar haciendo?
R)- Me dio la impresión que en ese momento su atención estaba dirigida río abajo. Supongo que escuché pocos disparos. Sólo algún disparo ocasional. Pensé que las tropas del General Custer habían sido rechazadas y estaban viendo su retirada.
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Re: Little Big Horn - 1876

Mensaje por Bruno Stachel »

Más que ver los últimos instantes de Custer, fueron testigos de cómo los indios remataron a los heridos.
Palo Dixit: posible Anticristo, Cule y Salido que provoca manifas por donde pasa y vacalentacialano parlante.

"Que no panda el cúnico, chicos", dijo ella.

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Re: Little Big Horn - 1876

Mensaje por Miguel Villalba »

Bruno Stachel escribió: 13 Abr 2021 Más que ver los últimos instantes de Custer, fueron testigos de cómo los indios remataron a los heridos.
Tiene toda la pinta, guerreros en éxtasis galopando, corriendo de un lado a otro y disparando hacia el suelo...

Agradecer a George Horn, Blaque y resto de especialistas en las Guerra de las Black Hills la master class :Bravo :Bravo :Bravo

Saludos gc96gc
«Se cuentan 16 presas inglesas conducidas a esta bahía, con 95 cañones y
293 prisioneros, en 26 meses de campaña que ha ejecutado la expresada cañonera
desde septiembre de 1799, en que se armó...»
Un Falucho, El Poderoso, con un cañón de 24 y dos menores, 43 hombres. Patrón D. Miguel Villalba, Corsario del Rey
------------------------------------------------
Ab insomne non custita dracone
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Re: Little Big Horn - 1876

Mensaje por George Horn »

Bruno Stachel escribió: 13 Abr 2021 Más que ver los últimos instantes de Custer, fueron testigos de cómo los indios remataron a los heridos.
Según se quiera entender. Además, los últimos instantes son esos, cuando remataban y despojaban a los soldados.
De todas formas, les venía mejor a Reno y Benteen decir que ya había acabado todo. Si no tendrían que responder preguntas muy incómodas. Por ejemplo; ¿por qué no salieron antes en su auxilio?
Una cosa está muy clara dentro de la oscuridad total de los últimos momentos: Le echaron toda la culpa al muerto.
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Re: Little Big Horn - 1876

Mensaje por Blaque »

Como decía en mi anterior mensaje, los observadores en Weir Point sí afirmaron haber visto los últimos momentos de los hombres de Custer, pero no la acción concreta en Custer Hill, oculta por la polvareda, el humo y la distancia. Lo que se conoce como “campo de batalla de Custer” empieza en Calhoun Hill, a un par de millas de Weir Point, y es ese punto del campo el único que dijeron haber visto Edgerly, Godfrey y los demás. Por supuesto, hablamos siempre de visión con prismáticos, porque a simple vista está claro que apenas puede distinguirse el monumento de Custer Hill desde Weir Point. En este enlace es posible hacerse una idea de la vista desde Weir Point. Calhoun Hill está a 3,5 km y Custer Hill a 4,5 km:
https://www.friendslittlebighorn.com/im ... -pt-la.jpg

En cuanto a la secuencia horaria del día 25, la mía empieza mucho más pronto, tal y como apuntan numerosos protagonistas. Lo cierto es que Custer ya estaba en el Crow’s Nest pasadas las 6 de la mañana, se fue de allí una hora después para detener al regimiento que, contrariamente a sus órdenes, se había puesto en marcha y estaba a un par de km de la divisoria, y tras hacerlo acampar lo más oculto posible (porque no pensaba atacar hasta el día siguiente) volvió hacia las 8 al Crow’s Nest, esta vez con los prismáticos del teniente DeRudio, los más potentes del 7.º Puesto que la mayoría de participantes estaban durmiendo cuando a las 5 y media de la madrugada Custer se fue del campamento, y sin embargo todos estaban despiertos cuando volvió a irse a las 8, la mayoría de testimonios apuntan a que fue a las 8 cuando Custer hizo un único viaje al Crow’s Nest. Si tenemos en cuenta que fue a las 5 de la mañana, si no algo antes, cuando Red Star le llevó la sensacional noticia de que los hostiles estaban cerca y descendiendo por el Little Bighorn en vez de ascendiendo (como erróneamente habían supuesto Terry, Gibbon y el propio Custer 4 días atrás), desafía todo lo creíble que el nervioso de Custer se pasara 3 horas holgazaneando antes de ir a cerciorarse de que tenía su presa a la vista. Lo cierto es que, como siempre afirmó Red Star y los compañeros que festejaron su llegada al campamento portando tal noticia, el episodio ocurrió algo después de despuntar el día, o sea entre 4 y 5 de la mañana. Extremo que corroboró durante el proceso a Reno el intérprete Gerard, que estaba con Custer “hacia las 5 de la mañana” cuando éste daba instrucciones a Cooke mientras se preparaba para ir con los exploradores arikaras al Crow’s Nest. También lo corroboran White Man Runs Him y los exploradores absarokas que esperaban a Custer en el Crow’s Nest, y recordaron haberlo visto llegar “hacia las 6 de la mañana”.
Fue durante la segunda estancia de Custer en el Crow’s Nest que llegó el sargento Curtis al campamento con la noticia de haber visto hostiles a retaguardia, lo que unido al avistamiento de “espías” hostiles al norte del campo, provocó la decisión de adelantar el ataque antes de que los poblados hostiles fueran alertados. De ahí que poco después de las 9 sonara la Llamada de Oficiales (tocada por el trompeta Martin a esa hora, según afirmó en una entrevista en 1914), y que una hora después el regimiento, tras recorrer el kilómetro y medio que lo separaba de la divisoria y pasadas las 10, se dividiera en batallones. Así lo afirmó varias veces en 1876 el mayor Reno, y volvió a repetirlo ante el tribunal en 1879. El Dr. Porter confirma que la división ocurrió a esa hora, y oficiales como Edgerly, que mezclaron en su recuerdo la Llamada de Oficiales con la división por batallones, la sitúan a las 10 y media. Wallace y otros participantes dicen que fue hacia las doce, obviamente por el desajuste hora local/hora oficial. Benteen, por ejemplo, dijo ante el tribunal que la división fue a mediodía porque así lo afirmaba Wallace. Pero en sus propios escritos dice que fue hacia las 13:00 cuando regresó a la pista de Ash Creek tras una difícil marcha de tres horas por las colinas, y que al poco vio venir a Martin con la última orden de Custer; lo que inequívocamente apunta a que Custer le confió su misión de flanqueo poco después de las 10 de la mañana. Años después Edgerly recordaba que desde que se separaron de Custer hasta que se unieron a Reno recorrieron algo más de 16 millas a un promedio de 4 millas por hora, o sea que invirtieron unas cuatro horas. Puesto que Reno informó oficialmente, 9 días después de la batalla, que Benteen se le unió a las 14:30, el cruce de la divisoria y la división en batallones tuvo que ocurrir entre las 10 y las 10:30. Y es prácticamente imposible que Reno estuviera errado con la hora, pues la noche de la batalla escribió una petición de socorro a Terry donde precisaba haber dado su “valerosa carga” hacias las 14:00, así que encaja perfectamente que media hora y 2,5 km después estuviera en Reno Hill recibiendo a Benteen.
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Re: Little Big Horn - 1876

Mensaje por George Horn »

Blaque escribió: 13 Abr 2021

En cuanto a la secuencia horaria del día 25, la mía empieza mucho más pronto, tal y como apuntan numerosos protagonistas. Lo cierto es que Custer ya estaba en el Crow’s Nest pasadas las 6 de la mañana, se fue de allí una hora después para detener al regimiento que, contrariamente a sus órdenes, se había puesto en marcha y estaba a un par de km de la divisoria, y tras hacerlo acampar lo más oculto posible (porque no pensaba atacar hasta el día siguiente) volvió hacia las 8 al Crow’s Nest, esta vez con los prismáticos del teniente DeRudio, los más potentes del 7.º Puesto que la mayoría de participantes estaban durmiendo cuando a las 5 y media de la madrugada Custer se fue del campamento, y sin embargo todos estaban despiertos cuando volvió a irse a las 8, la mayoría de testimonios apuntan a que fue a las 8 cuando Custer hizo un único viaje al Crow’s Nest. Si tenemos en cuenta que fue a las 5 de la mañana, si no algo antes, cuando Red Star le llevó la sensacional noticia de que los hostiles estaban cerca y descendiendo por el Little Bighorn en vez de ascendiendo (como erróneamente habían supuesto Terry, Gibbon y el propio Custer 4 días atrás), desafía todo lo creíble que el nervioso de Custer se pasara 3 horas holgazaneando antes de ir a cerciorarse de que tenía su presa a la vista. Lo cierto es que, como siempre afirmó Red Star y los compañeros que festejaron su llegada al campamento portando tal noticia, el episodio ocurrió algo después de despuntar el día, o sea entre 4 y 5 de la mañana. Extremo que corroboró durante el proceso a Reno el intérprete Gerard, que estaba con Custer “hacia las 5 de la mañana” cuando éste daba instrucciones a Cooke mientras se preparaba para ir con los exploradores arikaras al Crow’s Nest. También lo corroboran White Man Runs Him y los exploradores absarokas que esperaban a Custer en el Crow’s Nest, y recordaron haberlo visto llegar “hacia las 6 de la mañana”.
Fue durante la segunda estancia de Custer en el Crow’s Nest que llegó el sargento Curtis al campamento con la noticia de haber visto hostiles a retaguardia, lo que unido al avistamiento de “espías” hostiles al norte del campo, provocó la decisión de adelantar el ataque antes de que los poblados hostiles fueran alertados. De ahí que poco después de las 9 sonara la Llamada de Oficiales (tocada por el trompeta Martin a esa hora, según afirmó en una entrevista en 1914), y que una hora después el regimiento, tras recorrer el kilómetro y medio que lo separaba de la divisoria y pasadas las 10, se dividiera en batallones. Así lo afirmó varias veces en 1876 el mayor Reno, y volvió a repetirlo ante el tribunal en 1879. El Dr. Porter confirma que la división ocurrió a esa hora, y oficiales como Edgerly, que mezclaron en su recuerdo la Llamada de Oficiales con la división por batallones, la sitúan a las 10 y media. Wallace y otros participantes dicen que fue hacia las doce, obviamente por el desajuste hora local/hora oficial. Benteen, por ejemplo, dijo ante el tribunal que la división fue a mediodía porque así lo afirmaba Wallace. Pero en sus propios escritos dice que fue hacia las 13:00 cuando regresó a la pista de Ash Creek tras una difícil marcha de tres horas por las colinas, y que al poco vio venir a Martin con la última orden de Custer; lo que inequívocamente apunta a que Custer le confió su misión de flanqueo poco después de las 10 de la mañana. Años después Edgerly recordaba que desde que se separaron de Custer hasta que se unieron a Reno recorrieron algo más de 16 millas a un promedio de 4 millas por hora, o sea que invirtieron unas cuatro horas. Puesto que Reno informó oficialmente, 9 días después de la batalla, que Benteen se le unió a las 14:30, el cruce de la divisoria y la división en batallones tuvo que ocurrir entre las 10 y las 10:30. Y es prácticamente imposible que Reno estuviera errado con la hora, pues la noche de la batalla escribió una petición de socorro a Terry donde precisaba haber dado su “valerosa carga” hacias las 14:00, así que encaja perfectamente que media hora y 2,5 km después estuviera en Reno Hill recibiendo a Benteen.
Yo al asunto de los horarios no les doy gran importancia, excepto en la parte del combate. Desde que Reno carga y Custer es exterminado.
Me parece que dentro de las sombras del LBH, el resto de horarios es lo menos importante. Me refiero a qué hora subió a Crow Nest, cuando pasaron la divisoria, o cuánto tiempo estuvieron abrevando los caballos.
Pero en referencia a Crow Nest, el día 25 de junio amaneció según la luz solar a las 4,13 y según la hora del Regimiento eran las 5.10. Llevaban un desfase de 57 minutos. Si tomamos la hora del amanecer la del Regimiento (5.10), El Teniente Varnun escribió la nota que le dio a Red Star hacia las 6.00. El comando estaba a unos 8 km. de Crow Nest. Red Star llegaría con la nota hacia las 6.55. La nota se la entrega al intérprete Isaiah Dorman, Dorman le da un café y sale en busca del ordenanza de Custer (Burkman), para que lo despierte son las 7.15. Entre que se despierta y conferencia con Fred Gerard, Blody Knife y Red Star y se pone en marcha serían pasadas las 7.50 como muy pronto. Llegarían al pliegue de Crow Nest donde dejan los caballos a las 8.35. Luego suben a pie. Custer estaría arriba con la hora del Regimiento a las 8.55, 7.58 hora solar. Que yo sepa es la única vez que sube Custer a Crow Nest.
En cuanto a las paradas del Regimiento yo tengo otros datos. El día 24 paran hacia las 21.00 horas y manda a Varnum con los exploradores hacia Crow Nest, porque los exploradores rees le han dicho que desde allí se ve el valle de LBH. Cuando para el comando, están a 18 km. de Crow Nest.
A las 23.00 horas pone en marcha el regimiento y lo para a 8 km de Crow Nest, más o menos hacia las 2.15 en lo que llamamos “Parada 1”. Ahí es donde se hacen pequeñas hogueras para hacer café al cobijo de los farallones. En el momento que el café está hecho se apagan los fuegos. El que puede dormir, provecha y duerme. Custer duerme.
La segunda y última parada es en la base de la divisoria. Custer desde Crow Nest ve como llega el Regimiento y baja. Le pregunta a su hermano quién ha dado la orden de avanzar y Tom le dice que no sabe. Que alguien montó y le siguieron. Parece que fue la Compañía B de McDougal.
A las 8.35, el sargento Curtis le dice a su Capitán Myles Keogh que han perdido un paquete en la marcha. Keogh informa a Yates y éste le ordena a Curtis que vaya en busca del paquete con cuatro hombres. Sale en busca del paquete a las 8.40. Curtis ve que unos indios están abriendo la caja con hachas, les disparan y los ahuyentan, son las 8.50. Curtis regresa a la columna a las 9.15. Informa al Capitán Yates de su encuentro con indios. Más tarde, cuando Custer baja de Crow Nest, 10.15, Cooke informa a Custer del incidente de la caja. Custer ya sabe que han sido descubiertos.
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Re: Little Big Horn - 1876

Mensaje por Blaque »

Por supuesto, ordenar y fijar los tiempos es de crucial importancia para reconstruir el combate, pero pautar las horas previas a la acción propiamente dicha es también fundamental para comprender mejor su desarrollo o juzgar la actuación de sus protagonistas. Por ejemplo permite desmontar el argumento de que fue imposible socorrer a tiempo a Custer. Si, como quiere la versión tradicional basada en Wallace, Custer vuelve del Crow’s Nest a las 10 y media; pone en marcha al 7º a mediodía; tres horas y 20 km después manda al ataque a Reno; este se retira a su colina a las 4 y pico, y Benteen y el tren no terminan de unírsele hasta una hora después, ¡Voilá!, son la 5 y pico y Custer está prácticamente aniquilado, no hay nada que Reno pueda hacer por él.

Sin embargo, la conclusión a la que he llegado tras varios años de no hacer caso a las teorías de los distintos historiadores para centrarme exclusivamente en la documentación coetánea y los testimonios de participantes (dando prioridad a los más cercanos en el tiempo y más implicados en cada episodio) es que a lo largo de la mañana Custer subió a dos puntos distintos de la divisoria (los tenientes Hare y DeRudio lo afirmaron categóricamente, y Reno y Benteen lo insinuaron), y que volvió de la última visita hacia las 9 con un plan de acción trazado con ayuda de la experiencia y conocimiento del terreno de Bouyer, Reynolds y los exploradores absarokas. De ahí que pudiera poner en marcha al 7º hacia las 10, que tres horas y 20 km después mandase al ataque a Reno, que este se retirase a su colina a las 2 y pico, y que Benteen y el tren se le uniesen a lo largo de la siguiente hora. O sea que aún no eran las 4 de la tarde cuando Reno se había rehecho y reforzado, y si se hubiera movido con sus dos batallones y la compañía B, dejando a los heridos y desmontados con el personal del tren (equivalente a un batallón), podría haber caído sobre los indios en pleno enfrentamiento con los batallones todavía enteros –y con más de una hora de vida– de Custer. Que tal maniobra se hubiera saldado con una victoria o con una derrota mayor o menor es una cuestión diferente, que nada tiene que ver con el debate de si Reno cumplió con su deber o no.

El regimiento se había detenido y acampado a partir de las 2 de la mañana; y digo a partir porque las compañías rezagadas y el tren de mulas fueron haciendo alto durante la siguiente hora. En cualquier caso, los fuegos para el desayuno no empezaron a encenderse hasta las 4:15, ya amaneciendo, que es cuando Varnum y los exploradores los vieron con disgusto desde el Crow’s Nest (temían que también los vieran los hostiles).

En cuanto a las otras propuestas horarias del mensaje anterior, no dejan de ser interpretaciones de historiadores basadas generalmente en el recuerdo de algún participante, pero no en el de la mayoría. Varnum, por ejemplo, no escribió su nota hacia las 6, pues él mismo escribió al cuñado y ayudante de Terry que los mensajeros arikaras salieron con su nota a las 4:45. Lo que corroboran los testimonios de media docena de exploradores, que recordaban que la mancha en el cielo que interpretaron como el humo de un gran campamento se divisó antes de que saliera el sol, o sea durante el crepúsculo matutino, claridad que en esa época del año empieza una hora antes de amanecer. Hacia las 3 y media despertaron a Varnum (dejó escrito que se echó a descansar hacia las 2 y lo despertaron una o dos horas después), y una hora más tarde salía disparado Red Star hacia el campamento, tan rápido que dejó atrás a otro arikara que lo acompañaba con peor montura. Un caballo descansado alternando trote y galope (Red Star era consciente de la urgencia del mensaje) recorrería los 8 km hasta el campamento en 30 minutos a lo sumo. Así que llegaría hacia las 5, como recordaban los arikaras que allí lo recibieron (“acababa de salir el sol cuando llegó Red Star”, y el sol sale a las 4:30), y como escribió también el Dr. Porter en su relato de la campaña (“a las 4 nos echamos a dormir, pero al cabo de una hora los exploradores informaron de que teníamos delante un gran poblado indio”). Dorman despertó enseguida a Custer, y éste despertó a Gerard, quien recordó ante el tribunal de 1879 que serían “en torno a las 5 de la mañana”. Más bien cerca de las 5 y media, porque Custer desmontó al pie del Crow’s Nest “cuando el sol ya estaba alto, poco después de las 6 de la mañana”, como recordaron los absaroka que allí lo estaban esperando.

Con Custer ausente, el regimiento reanudó la marcha (por motivos que se desconocen) entre 6 y media y 7 y hasta que Custer lo detuvo cerca de la divisioria poco antes de las 8, como dijo un número abrumador de testigos contradiciendo a Wallace: Herendeen, DeRudio, Porter, Churchill, Frett, Benteen, O’Neill, Kanipe, e indirectamente Reno cuando dijo que el regimiento hizo alto al pie de la divisoria a las 8. Fue al llegar esta orden de alto que el sargento Curtis aprovechó para volver al campamento previo en busca del paquete olvidado (es el sargento Kanipe quien da la hora), y su informe al volver poco antes de las 9 fue lo que acabó de convencer a Custer de lanzarse al ataque. Por eso el trompeta Martin tocó (por primera vez en tres días) Llamada de Oficiales “hacia las 9 de la mañana”, tal y como recordaría durante toda su vida, y enseguida que terminó la reunión el regimiento emprendió la marcha. Y poco después de las 10 y tras cruzar la divisoria, como sincera y reiteradamente afirmó en los meses siguientes el mayor Reno, Custer daba sus órdenes a los distintos jefes de batallón para la operación que entonces comenzaba.
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Re: Little Big Horn - 1876

Mensaje por Bruno Stachel »

Es una auténtica pena qaue no se puedan dar "me gusta" en este hilo.
Palo Dixit: posible Anticristo, Cule y Salido que provoca manifas por donde pasa y vacalentacialano parlante.

"Que no panda el cúnico, chicos", dijo ella.

Brunodamus de día, Nostrastachel de noche, Talibán onanista.
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Re: Little Big Horn - 1876

Mensaje por Pablorojo »

Estaba viendo el articulo, tiene muy buena pinta. Si bien tengo en mi biblioteca un par de libros sobre el tema pendientes de lectura en tiempos mejores, me parece iniciare la lectura sobre la batalla con el articulo del forero Horn.

Saludos.
"Cuando Stalin dice " bailen!! ", un hombre sensato baila."
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Re: Little Big Horn - 1876

Mensaje por George Horn »

Todo el asunto de los horarios viene del contubernio del Tribunal de Investigación de Reno en enero de 1879 (lo llamaré TIR). Aquello fue una farsa en la que todos los militares colaboraron en mayor o menor grado, para salvarse el culo los unos a los otros. Dijeron medias verdades, que en realidad son mentiras completas. En sus declaraciones en cuanto les apretó un poco el Registrador (una especie de Fiscal); salieron por los cerros de Úbeda, cuando no como Benteen, riéndose descaradamente de las preguntas del Registrador Militar.
El Teniente Jesse M. Lee fue ese Registrador, dieciocho años después le mandó una carta a la viuda de Custer con fecha de 27 de junio de 1897, para disculparse por su pobre actuación: “Quiero decirle con toda franqueza, que en algunos momentos estuve de alguna forma influenciado por las opiniones prejuiciosas de unas personas cuyos motivos entonces no entendía.
1.º- El General Custer no desobedeció las órdenes del General Terry de atacar a los indios.
2.º- El Mayor Reno según el testimonio del General Gibbon, abandonó una espléndida posición donde amenazaba a todo el campamento indio. Así permitió que toda la fuerza de los indios se concentrara dónde estaba el General Custer.
3.º- La desastrosa retirada del Mayor Reno hizo que 3/5 partes de la fuerza efectiva se perdiera durante el momento crítico de la batalla. Por ese motivo se perdió toda posibilidad de victoria sobre los indios”.

Pero como dijo el Coronel Nelson Miles, después de leer las actas del TIR: “Es muy fácil patear a un león caído”.
El tema de los horarios es muy farragoso. Por su puesto todos los datos los dan los protagonistas después del combate y algunos, lo hicieron años después. Nadie estaba mirando allí el reloj. Muchos ni tenían reloj. Son horarios aproximados.
El que sí tenía reloj (y además bueno, lo había llevado al joyero para que se lo limpiara y pusiera a punto), era Fred Gerard. Para mí; es el testigo más fiable de todos los que declararon en el TIR. No era militar y las componendas que allí se dirimían, ni le iban ni le venían. Hizo varias declaraciones en el transcurso de los años, y siempre dijo lo mismo. Con Walther Camp en 1909, y en las “The Arikara Narrative of the Campaign Against the Hostile Dakotas, June, 1876” (1920), de Orin G. Libby. Siempre afirmó que Reno vio al comando de Custer bajar por los acantilados del otro lado del río. Eso demuestra que Reno mintió descaradamente en el TIR, cuando dijo que esperaba el apoyo de Custer por su misma zona, y que no sabía que Custer iba río abajo. Además para ese viaje no hacían falta alforjas. En el Informe Oficial de la batalla de Reno, fechado el 5 de julio dice: “Después de separase de mí, era evidente que Custer tenía la intención de apoyarme moviéndose río abajo y atacando el poblado por el flanco”. También en ese primer Informe Oficial de la batalla, escribió que pudo oír perfectamente los tiros del Batallón de Custer. Dos años y medio después, en el TIR cambió la historia y dijo que él no había escuchado nada.
Pero vamos al verdadero solomillo de la cuestión. El solomillo de Little Big Horn es determinar cuánto duró el combate de Custer. Desde el primero al último tiro.
Fred Gerard en el TIR, tanto a preguntas del Registrador, como del abogado de Reno, respondió que una vez que Reno volvió a cruzar el río en la retirada, y subió a los acantilados, escuchó disparos que sonaban río abajo (Custer). “Al principio, el tiroteo fue intenso. Escuché tres o cuatro descargas cerradas como de cincuenta a cien armas en cada descarga. Luego decreció y se oyeron tiros esporádicos. Más tarde volvió a ser intenso y de repente cesó”.
A las preguntas del Registrador y del abogado de Reno: “¿Desde los primeros tiros, hasta los últimos en el campo de batalla de Custer, cuánto tiempo transcurrió? Gerard contestó: Pienso que dos horas”.
Esa afirmación es la clave; “el combate de Custer duró dos horas”. Ahora podemos poner las dos, las tres o las cuatro de la tarde. Me da igual. Voy a poner las cuatro de la tarde.
A las 4 de la tarde sabemos que las tropas de Reno, están llegando a los acantilados. A esas mismas 4 de la tarde, comienzan los primeros tiros de Custer en el vado de Medicine Tail Coulee.
A las 4.10, llega Benteen a los acantilados. Le damos a Benteen veinte minutos para reorganizar y repartir munición entre las desmoralizadas y apaleadas tropas de Reno. A continuación monta a sus tres Compañías. Esto lo podría haber hecho para las 4.30 de la tarde.
A las 4.30 puede salir con su batallón hacia el campo de batalla de Custer. Sabemos, porque está cronometrado por el Coronel Nelson Miles, que entre Reno Hill y Custer Hill, al paso se tarda 58 minutos y al galope 15. Vamos a darle a Benteen un trote normal. En treinta minutos como mucho se hubiera presentado allí. A las 5 de la tarde, el Batallón de Custer estaba prácticamente intacto.
Blaque; dices y estoy completamente de acuerdo contigo: “Que tal maniobra se hubiera saldado con una victoria o con una derrota mayor o menor es una cuestión diferente, que nada tiene que ver con el debate de si Reno cumplió con su deber o no”.
Esto es lo que yo creo que hubiera pasado si Benteen a las 4.30, sale hacia Custer (por supuesto entro en el terreno de la especulación): Benteen habría pasado por Weir Point y siguiendo el rastro de Custer hubiera entrado en Cedar Coulee, para seguir por Medicine Tail Coulee. Es evidente que la polvareda levantada, habría sido vista por Custer y por los indios a la vez. Como si lo viera; Custer tocando las cornetas y Benteen respondiendo. El primer concierto de rock en las llanuras. Los indios al ver otra fuerza que se acerca (no saben si son 100, 200 o 500), tienen dos opciones; salirles al paso o retroceder al otro lado del río.
Si salen al paso se ponen a tiro de las Compañías I, L y C. Mal negocio. Pienso que la mejor opción es retirarse al otro lado del río. Unos tiros de contención y cada fuerza en su lado del río sin molestarse mucho. Los indios hubieran salvado sus ponis y lo más imprescindible. A continuación hubieran puesto pies en polvorosa. Cada pocos kilómetros se hubieran ido separando, hasta ser pequeñas bandas que no merece la pena perseguir. Hubieran dejado el campamento en manos de Custer, como hicieron tres meses antes los cheyennes en Powder River al Coronel Reynolds. Pero claro, esto es especulación pura y dura. Una película sin más. La única realidad es que Benteen no se movió.
Estoy convencido que Benteen le devolvió a Custer la moneda del Washita. El abandono de Elliott no se lo perdonó nunca. También estoy convencido que Benteen no pensó que iban a aniquilar a cinco Compañías. Pensó que le iban a zurrar la badana a Custer, y que lo iban a obligar a retirarse. Eso habría terminado con la carrera militar de Custer. Y con eso se daba más que satisfecho.
Blaque; yo como tú, también doy más importancia a los relatos que hicieron los protagonistas en los primeros días y meses. Todo el aluvión que vino después hay que cogerlo con pinzas y con mucho recelo. Muchos de esos relatos posteriores están contaminados. La mayoría de esos personajes hablan de situaciones en las que no estaban presentes. Hablan de “oído” porque lo han leído en diarios, revistas y panfletos. Repiten como un mantra situaciones que al final, por decirlas tantas personas distintas se dan por ciertas.
Lo que es una pena, es que el Capitán Thomas Weir murió sin dejar nada claro. Él sí que podría haber dicho cosas. Tal y como dicen que insinuó en unas cartas a Elizabeth Custer. Cartas por cierto que nunca nadie ha visto, y que probablemente nunca hayan existido. Esta historia de esas cartas es uno de esos mantras a los que me refiero. Es una historia repetida hasta la saciedad, muchos la dan por buena sin tener ninguna prueba.
En relación al sargento Curtis, tampoco hay mucha diferencia entre tu horario y el mío. Dices que Curtis informa de la pérdida de un paquete a las 8, y yo a las 8.35. Para empezar hay que ver que horario usas tú, o el que uso yo. ¿El solar o el que llevaba Wallace?
Mencionas que el Teniente Varnum le escribió al Ayudante del General Terry, que los rees salieron con su nota a las 4.45. El mismo Varnum escribió en fecha anterior, y por lo tanto con la memoria más fresca, una carta a sus padres el día 4 de julio de 1876. Esta carta apareció publicada en el “The Lowell Weekly Journal” (agosto de 1876). En ella dice que subió a Crow Nest a las 2.30, y que estuvo allí hasta que amaneció y los exploradores vieron el humo y los ponis. A las 5 mandó a los exploradores con la nota a Custer. En la carta dice que Custer recibió su nota a las 8 de la mañana. Tú dices que Custer recibió la nota hacia las 5. Para mí no tiene ninguna importancia ni una hora ni la otra. Los datos horarios bailan mucho de una a otra fuente. Pero en Little Big Horn, lo que yo creo que es realmente importante, son las dos horas de combate de Custer, y la hora que pasó Benteen oyendo los tiros sin hacer nada.
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Re: Little Big Horn - 1876

Mensaje por Blaque »

Coincido plenamente con la opinión y valoraciones que haces más arriba, aunque no con la poca importancia que atribuyes a la determinación horaria; que en mis escritos, salvo que diga otra cosa, es siempre la hora local. Hay autores que siguen el horario oficial de Wallace y aun así condenan a Reno con el recurso de prolongar el combate de los batallones Keogh y Yates hasta casi las 7 de la tarde. Cierto es que para afirmar esto último, como para casi todo episodio de esta batalla, hay testimonios de participantes; pero ya hace años que los descarté como erróneos, por la abrumadora cantidad de testimonios indios que aseguran que la batalla había prácticamente terminado cuando se revolvieron contra los soldados en Weir Point, y sabemos que éstos se retiraron ante el ataque pasadas las 5. De ahí la importancia (para determinar responsabilidades) de establecer sin duda alguna que la unión de Reno y Benteen se produjo a las 14:30, y no a las 16:30.

Entre los testigos que me ayudaron a descartar como equivocados, o más bien equívocos, los apuntes horarios de Wallace, figura precisamente Gerard, cuyo testimonio coincido contigo en considerar de los más solventes y creíbles. Gracias a su reloj sabemos que a las 11 de la mañana el regimiento ya estaba dividido en batallones y marchando por Ash Creek, que a mediodía Custer asignó los exploradores a Reno, que hacia las 13:00 este recibió orden de cruzar el río y atacar el poblado, y que a las 14:10 atravesaba las líneas indias para volver a cruzarlo. Lo que encaja perfectamente con la nota de Reno a Terry del 27 de junio, donde indica que dio la tal “carga” hacia las 14:00, y con su parte oficial unos días después donde fija la unión con Benteen a las 14:30, lo que también corrobora Godfrey. Benteen dijo que debió ser hacia las 15:00, pero como dejó escrito que se detuvo para abrevar los caballos a las 13:00, y sabemos que aquella charca estaba a 5,5 km de Reno Hill, la estimación de Reno, Godfrey y Gerard es sin duda más certera.
En cuanto a Varnum, es superfluo discutir si la carta a sus padres es más exacta que la carta a Hughes, pues la discrepancia entre sus estimaciones es de un mero cuarto de hora. Yo me inclino por la estimación de la segunda porque armoniza mejor con las horas tan tempranas que manejan tanto los testigos que avisaron a Varnum de que se veía el humo del poblado (las 4 de la madrugada) como quienes vieron llegar a Red Star al campamento (las 5 de la mañana). Lo que me parece extraño es que consideres creíble la insustanciada suposición de Varnum de que Custer debió recibir su nota a las 8 de la mañana (¡no estaba allí para verlo!), al tiempo que descartas las afirmaciones de testigos presentes y tan fiables como Gerard o el Dr. Porter, que fijaron la llegada de Red Star hacia las 5 de la mañana; en lo que coincidieron con los exploradores arikaras allí presentes e incluso con los absarokas que quedaron en el Crow’s Nest (dado que vieron llegar a Custer poco después de las 6). Y aun si no tuviéramos todos esos testimonios, una simple reflexión debería bastar para hacer sonar todas las alarmas sobre el error de Varnum: si Red Star fue despachado a las 4:45 o 5:00 de la mañana con un mensaje urgente (que tras cinco semanas de caza por fin habían encontrado a los escurridizos hostiles), ¿cómo se explica que este no lo entregara hasta las 8:00, si Custer estaba acampado apenas a 8 km de distancia? Aun caminando Red Star habría llegado en solo dos horas, pero sabemos por él mismo y sus compañeros que hizo el viaje a toda la velocidad de su caballo... o sea en media hora como mucho.
Insisto en la importancia de establecer con la mayor certeza posible las horas en que los hechos se fueron sucediendo. Si Custer no empieza a hacer desde las 5 de la mañana todo lo que sabemos que hizo (incluidos sus dos desplazamientos a la divisoria), es imposible ensamblar plausiblemente los acontecimientos, y en especial demostrar lo fundamental: que a las 14:30 Reno y Benteen se habían reunido, que a esa hora Custer estaba peleando en los vados de Medicine Tail, y que siguió luchando sin el apoyo de más de la mitad del regimiento hasta su total aniquilación entre 5 y 6 de la tarde.
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Re: Little Big Horn - 1876

Mensaje por George Horn »

Bien; entiendo que para sincronizarnos tú y yo, debemos usar el mismo rango horario; la hora local solar. Aquel 25 de junio amaneció a las 4.13. Más o menos como las 4.30 de das tú.
Con este horario, Reno forma la línea de escaramuza a las 12.40. A las 13.10, Reno retira a la tropa al soto junto al río. Ha estado media hora. A las 13.25, Reno grita aquello tan famoso de: “quien quiera salvar su vida que me siga”.
A las 13.45, casi todos los supervivientes de Reno llegan a la cima del acantilado. Quince minutos después (14.00), empiezan a llegar los primeros soldados de Benteen. A las 14.10 ya está todo el Batallón de Benteen en Reno Hill. Justo en ese momento, escuchan fuertes descargas río abajo. Seguramente es Keogh con las Compañías I y L, en Luce Ridge protegiendo la bajada al vado de Medicine Tail Coulee del Batallón de Yates (con Custer y su Estado Mayor).
En cuanto a la nota de Reno a Terry del día 27 de junio, donde dice que cargó a las 14.00 horas, está claro que empieza a manipular los hechos reales. Según el horario de Wallace la carga fue a las 13.35. Gana veinticinco minutos. Según Gordon Harper, las horas que da Reno, pueden ser las de Montana. No coinciden ni con las de Wallace ni las de ningún otro testigo. Reno escribió la primera nota apresuradamente el 27, o quizás el día anterior para que algún mensajero saliera con ella por la noche en busca de Terry, no hubo voluntarios. El Informe Oficial lo escribe diez días después. Es extraño que no haga coincidir los datos, o no tenía copia, o la memoria le jugó una mala pasada. Pero en cualquier caso, en el TIR también dijo otra cosa diferente, y no le importó nada a nadie.
En mi post anterior decía que me daba igual coger las dos, las tres o las cuatro horas, porque lo que interesa de verdad es saber que justo en el instante (más o menos), que Reno y Benteen se unen, empiezan los primeros tiros de Custer. Tú y yo estamos de acuerdo en que el combate de Custer duró dos horas (más o menos). Entonces, si nos basamos en el horario solar, Custer habría dejado de existir para ti a las 16.15, para mí a las 16.00. No vamos a discutir por quince minutillos.
Benteen está claro que no iba a decir la verdad aunque le hubieran puesto una pistola en la cabeza. Todos sus enredos posteriores fueron para salvarse. Aunque como dije en la nota anterior, que estuvo más de una hora mano sobre mano en Reno Hill, también hay que ser justo con él cuando lo merece. A las 13.45, Martini entrega a Benteen la nota de Custer y acelera el ritmo.
Hay una carta que los detractores de Benteen (y somos muchos), pasamos por alto. Esta carta es del 28 de abril de 1915, la escribió el Teniente de Benteen, Frank Gibson a George L. Yates, hijo del Capitan Yates. Gibson escribe que Benteen le dijo a Reno cuando llegó: “¿Dónde está Custer? Y le enseñó la nota de escrita por Cooke. Reno dijo que no sabía dónde estaba. Benteen le contestó: Bueno; vayamos hacia Custer tan pronto como nos sea posible”. Este escrito puede ser cierto o puede que lo inventara Gibson para lavarle la cara a Benteen. También puede ser para enterrar un poco más a Reno que ha pasado a la historia como el malo de la película del Little Big Horn.
En aquellos momentos a Benteen, quizás le pudo más su responsabilidad militar que su odio personal a Custer. Viendo la paliza que se había llevado Reno, y la cantidad de indios que había abajo en el valle, pensó que el final podría ser algo más que un escarmiento.
Pero Reno que no estaba en el mundo en aquellos momentos, bajó por el barranco con un destacamento a buscar el cadáver de su Ayudante Teniente Hogdson. Eso le dio a Benteen la coartada perfecta para quedarse en Reno Hill sin mover un dedo. El fin de Custer estaba sellado.
Con el horario local, Red Star llega al campamento a las 6.00 horas. A Custer lo despierta su ordenanza a las 6.15. Con ese horario la nota de Varnun la recibió Custer hacia las 6.20. A las 6.55 sale hacia Crow Nest que está a 7 kilómetros. A las 8.00 llega a la cima...
Efectivamente; discutir diferentes versiones de horarios no lleva a ningún sitio. Muchas de esas declaraciones como ya dije anteriormente, están contaminadas. Se influenciaron mucho unos a otros, algunos de forma interesada y maliciosa. Además no creo que muchos estuvieran tomando notas en aquellos momentos. La cabeza muchas veces juega muy malas pasadas, la memoria es muy frágil.
Desde la charca a Reno Hill no hay 5.5 kilómetros (te has debido equivocar al escribirlo). Hay casi el doble de distancia, 6,3 millas (un poco más de 10 kilómetros). A ritmo vivo lo hizo en una hora. Salió de la charca a las 13.00, justo una hora después llegó a Reno Hill.
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Blaque
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Re: Little Big Horn - 1876

Mensaje por Blaque »

En los últimos 20 años he contrastado y conciliado docenas de testimonios de participantes hasta reconstruir los movimientos del 7.º entre las 00:00 y las 10:00 horas del día 25 en segmentos de 15 minutos, y en segmentos de 5 minutos desde las 10:00 hasta el anochecer. Según he podido concluir, Reno cruzó el río y avanzó a galope contenido unos 6 km hasta detenerse a las 13:20 a 1 km o poco más del poblado hunkpapa. Allí desistió de atacar a caballo por sospechar que le atraían a una emboscada, formó una línea de tiradores a pie y avanzó unos cientos de pasos, abriendo fuego a máxima distancia en dirección al campamento sobre las 13:30. A los quince minutos la línea empezó a desmoronarse, y quince minutos después casi todo el batallón se había escabullido hasta el escondite de sus caballos en la arboleda, donde Reno profirió su innoble sálvese quien pueda. Eran las 14:10 en el reloj de Gerard cuando Reno se abría paso a tiros entre los indios que lo rodeaban (la “carga” de que siempre se jactó porque salvó a su batallón) a fin de cruzar el Little Bighorn y alcanzar los farallones ocupados poco antes por los batallones de Custer. Las tropas fueron trepando y apostándose en la cima de Reno Hill durante el siguiente cuarto de hora, y cuando Reno vio a Benteen acercándose desde el sur por la cresta de los farallones galopó a su encuentro, que se produjo a las 14:30 en la cabecera del barranco de Aguadores (Water Carriers’ Ravine).

No parece que Reno se contradiga en las estimaciones horarias que dio en los días posteriores a la batalla: hacia las 8 llegada al pie de la divisoria, las 10 división en batallones, las 12:30 orden de adelantarse al ataque, comienzo del tiroteo 7 km y tres cuartos de hora después (lapso de tiempo que corrobora Wallace), cerca de las 14:00 fracasa su ataque a pie y escapa del cerco con una carga a caballo, y a las 14:30 llegada de Benteen. A esa hora, el silencio sobrevenido tras el súbito repliegue del oponente (en galope hacia el poblado al socorro de sus familias, amenazadas por Custer) permite oir el ruido del combate del ala derecha, que con carácter de batalla lentamente disputada se prolongará durante dos horas al menos, y como combate de mera supervivencia quizá otra hora más. Creo que todo debió haber terminado no mucho después de las 17:30.

Así que no hay nada incorrecto en los horarios que presentó Reno en 1876, bien sea por simple honradez o por no sospechar entonces sus comprometedoras implicaciones. Lo que sí hizo ante el tribunal tres años después fue no mover un dedo para aclarar la confusión introducida por Wallace al enfrentar su hora oficial a la hora local de otros testigos, confusión muy beneficiosa para Reno porque Wallace, al parecer, no registró la hora del avance general a Weir Point y dio por buena la de las 17:00 (hora local) que ofrecían los demás testigos: o sea cuando (según el exclusivo horario oficial que hasta ese momento había presentado al tribunal) apenas había transcurrido una hora desde la llegada de Benteen. Esa equívoca y no sé si deliberada mezcla de horarios (entre otras cosas) es lo que permitió a Reno salvar la cara.

No te falta razón en lo de Benteen, en efecto se le puede condenar por muchas cosas pero no por hacer lo que estaba obligado a hacer al llegar a Reno Hill, o sea acatar las órdenes de su superior inmediato. Para desgracia de Custer y el ala derecha, el jefe del ala izquierda había perdido los nervios y la cabeza y tardaría varias horas en recuperarlos, y Benteen no se percató de ello y no tomó las riendas de la situación hasta que fue demasiado tarde.

No veo sentido en retrasar una hora, hasta las 6, la llegada de la nota de Varnum. Los testigos presenciales coinciden en afirmar que llegó hacia las 5, y los que no fijan una hora dicen que acababa de salir el sol. De ahí mi conclusión de que Red Star llegó como media hora después de salir el sol, entonces despiertan a Custer, este acude al campo de los exploradores y antes de las 5 y media ha leído la nota. Así lo afirman explícitamente Gerard y Porter, y lo confirman los absarokas que vieron llegar a Custer al Crow’s Nest poco después de las 6. Quienes suponen que Custer debió recibir la nota hacia las 8 lo hacen basándose en que no mucho después de esa hora se fue a la divisoria; pero es que desconocen que era la segunda vez que lo hacía. Custer volvió a subir pasadas las 8 tras pedir prestados unos prismáticos más potentes con la esperanza de ver algo más. De ese segundo viaje dan fe los tenientes Hare y DeRudio, lo que hace del todo creíble aquella primera y temprana partida de Custer entre 5 y 6 de la mañana, tal como presenciaron media docena de testigos blancos e indios.

En cuanto a la famosa y controvertida “charca”, data del proceso de 1879 el error de creer que la charca donde abrevó McDougall con la retaguardia, y aquella en donde abrevó Benteen con su batallón, eran una y la misma. Y no es así. La charca de Benteen está a 5,7 km de la cima de Reno Hill, y la de McDougall a 12,5 km. Lo que ayudó a confundirlas es el hecho de que algunas mulas adelantadas de la vanguardia del tren se precipitaron a la charca de Benteen y quedaron atrapadas en el barro justo cuando la última compañía del batallón abandonaba el lugar, retrasando su partida. También en la charca de McDougall hubo mulas sedientas que se atascaron en el barro, coincidencia que ayudó durante el proceso a fundir ambas charcas en una. Por fortuna, son tantas las referencias que dejaron los miembros de uno y otro batallón, que es relativamente sencillo ubicar la charca en que abrevó cada uno. Sin olvidar el valiosísimo testimonio del penútimo correo de Custer, el sargento Kanipe, que desde los farallones (Weibert Ridge) vio al batallón Benteen abrevando sus caballos hacia las 13:20 y corrobora así la ubicación apuntada por sus miembros, descartando por completo que pudiera tratarse de la situada 7 km más atrás y en la que McDougall (menos la vanguardia del tren, que siguió adelante con el teniente Mathey) estuvo detenido desde las 12:00 hasta como mínimo las 12:30, debido a las numerosas mulas que se habían rezagado o se atascaron en el barro.
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Re: Little Big Horn - 1876

Mensaje por George Horn »

Blaque; para empezar diré que estoy encantado de debatir contigo. Muchas gracias.
Y ahora al solomillo. En cuanto al combate en el valle de Reno y el final de Custer, minutos arriba, minutos abajo, creo que estamos muy de acuerdo.
Como ya he dicho en anteriores post, de la parte final del drama lo que pienso que es importante saber, es que más o menos a la misma hora que Reno y Benteen se unen en Reno Hill, empieza el combate de Custer. Y que eso dura dos horas.
En dos puntos estoy en cordial desacuerdo contigo: en la segunda subida a Crow Nest y en la segunda charca. Por supuesto, esto es sólo mi opinión particular.
Crow Nest. Desde el campamento 1 donde se paró a descansar y tomar café, la distancia a Crow Nest es de 7,240 metros (4,5 millas). Cerca de la cima de CN, hay un pliegue donde dejaron los caballos, el resto del camino se hace a pie y son ochocientos metros cuesta arriba. Unos veinte minutos de caminata. Los siete kilómetros a galope se pueden hacer en cuarenta y cinco minutos. Si va y vuelve de CN, como muy poco son hora y media de caballo, veinte minutos subir a pie y quince bajar. Pongamos cinco minutos mirando y no viendo, porque admitió que no vio nada. En total otros cuarenta minutos. Eso más la hora y media de caballo, nos dan dos horas y diez minutos. Todo hecho a un ritmo frenético. Yo digo que es imposible que volviera a subir. Nunca volvió a Crow Nest.
Sí que después de la llamada a los oficiales (con toque de trompeta como comentaste con anterioridad de Martini), en la que decide atacar inmediatamente, sube a una altura porque Boyer y Reynolds insistieron en que viera lo grande que era el campamento (para ver si desistía de lo que ellos pensaban que era una locura. Atacar a un campamento tan tremendo). El promontorio al que subió fue la divisoria. Subió con los famosos prismáticos austriacos de DeRudio. Desde allí arriba vio el valle de Reno Creek, y el valle del Little Big Horn.
El otro tema en el que no estoy de acuerdo contigo, es en lo de la charca (morass). Citas al sargento Kanipe. Éste es un individuo del que se puede hablar mucho. Yo creo que tomó las de Villadiego, pero se topó con Benteen y se inventó la historia del mensaje. Hasta después de terminar todo, no contó nada de que había sido enviado con órdenes. Si Custer no hubiera muerto, con decir que su caballo se había desfondado ya tenía coartada. Al no quedar nadie con vida, nadie pudo refutar su historia. Pero las sombras son muy negras.
Kanipe es uno de los que contó más historias, y cada una la contaba diferente. Para muestra un botón: En “Account, 1903, From Montana Historical Society Contributions, Volume 4, 1903”; dice que cuando se encontró con Benteen, éste estaba abrevando los caballos. Y al Capitán McDougall lo encontré a (4 millas), 6,5 km del campamento indio. Al loro: dice que primero se encontró con Benteen y luego con McDougall.
Sin embargo en un artículo suyo publicado en “The Greensboro Daily Record”, del 27 de abril de 1927, es al revés. Primero está con McDougall y luego con Benteen. En el artículo escribe que Tom Custer le dijo: “Dígale a McDougall que lleve las mulas directamente a terreno elevado. Si los paquetes se sueltan que los corte a menos que sean municiones. Que venga rápido. Gran campamento indio”. Kanipe dice que vio al convoy a lo lejos y que se dirigió hacia allí. Dio las órdenes recibidas (McDougall y el Teniente Mathey siempre negaron que Kanipe les comunicara algo). Luego fue a donde estaba Benteen y le dio las órdenes de Tom Custer. ¿Qué órdenes?, si dice que eran para McDougall. Benteen también niega haber recibido órdenes de Custer a través de Kanipe. Lo único que dijo Benteen sobre Kanipe es que le mandó que se uniera al tren de mulas.
Es también curioso que nadie de los que estuvieron con McDougall mencionen a ningún sargento. El único que lo comentó fue el mulero John Frett. En el TIR dijo que las mulas estaban en el último abrevadero, cerca de Lone Tepee, el que tenía un indio muerto, cuando vino un sargento y dijo que nos diéramos prisa, que el General Custer estaba atacando a los indios. El mulero también menciona que había un abrevadero junto al Lone Tepee.
Una curiosidad, años después Kanipe le pidió una carta de recomendación para un trabajo a McDougall.
Kanipe mantuvo con Walter Camp mucha correspondencia, pero siempre cambiaba las cosas. Es un personaje muy sospechoso.
Fue el Teniente Edgerley el que dice que cuando Kanipe llega a la altura de Benteen, las mulas estaban a tres kilómetros por detrás.
No hay dos charcas. En la que está a 10 km (6,3 millas), cuando están abrevando, Weir sale pitando con su Compañía. Benteen lo alcanza y se pone delante. Donde abrevan por segunda vez es junto a Lone Tepee, en el Ash Creek. Probablemente porque al salir tan rápido de la charca no habían bebido todos los caballos. También para que los soldados llenaran sus cantimploras con agua fresca del arroyo.
Lone Tepee (Ash Creek), está a 4,6 km (2,9 millas). Más o menos una distancia similar a la que das tú de una segunda charca (5,7 km). No era una charca, era un arroyo; el Ash Creek donde abrevó por segunda vez.
Efectivamente; muchas mulas se atascaron en el barro de la charca. Por mucho que intentaron pararlas no pudieron. McDougall consiguió sacar algunas y fue hacia delante. Al Teniente Mathey le costó más de una hora sacar al resto de las mulas del agua y avanzar.
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Re: Little Big Horn - 1876

Mensaje por Blaque »

Ciertamente es un placer podir debatir con alguien casi tan chalado por Little Bighorn como uno mismo. Y me alegro también de que vayamos acercando posturas, como lo de los dos viajes a la divisoria. Me parece que el desencuentro ha sido por no explicarme bien: mi tesis no es que Custer fuera dos veces al Crow’s Nest (solo fue una) sino a la divisoria de aguas entre Ash Creek y Davis Creek de la que esta altura forma parte. O sea, que fue primero al Crow’s Nest (a la izquierda de donde el 7.º acamparía horas después), y después a otra altura de la divisoria situada a mano derecha del nuevo campamento. Cuando se detuvieron para acampar al pie de la divisoria, el soldado Thompson recordaba a Custer al frente de la columna, y cómo siguió adelante por la pista con su comitiva “hasta que torció a la derecha para subir al punto más elevado de las colinas, desde donde seguramente podría ver a gran distancia”.

Dicho esto, un testigo puede estar equivocado, a lo mejor dos también, pero cuando 6 o 7 en distintos marcos temporales y espaciales coinciden en afirmar un hecho, negarlo es querer complicarse la vida. Por supuesto que Custer tuvo tiempo sobrado de ir a las 5 y media al Crow’s Nest galopando los 7 y pico km hasta la base en 20 ó 30 minutos (a un moderado galope de 20 km/h, aunque un pura sangre como el de Custer podría alcanzar los 70 km/h durante varios minutos), ir andando a distintos puntos de la altura y observar y hablar con sus exploradores durante más de una hora, y en 10 minutos estar de vuelta con el regimiento, que había reemprendido la marcha y al que detuvo e hizo acampar a un km de la divisoria. Como ves, la “hora y media de caballo yendo y volviendo de Crow’s Nest” son en realidad 20 minutos yendo y 10 minutos volviendo. No has tenido en cuenta que el viaje de vuelta fue mucho más corto por el avance del regimiento, ni tampoco la velocidad real de un buen caballo descansado. Dado que un caballo al paso va a 7 km/h, la velocidad que propones de 9,6 a la hora es casi la de un caballo que ande deprisa (como dicen que era el de Benteen). Y dadas las circunstancias y el personaje, yo no me imagino a Custer yendo al paso.

En mi cronología, Custer se marcha al Crow’s Nest hacia las 5:30, ha subido (pero no hasta la cima) a las 6:15, baja hacia las 7:30 y quince minutos después hace que el regimiento se detenga y acampe a un km de la divisoria. A las 8 está de nuevo en la ya más cercana divisoria con los prismáticos austríacos, y a las 9 vuelve al campamento y ordena Llamada de Oficiales. Y si hiciéramos algo menos de caso a Varnum y algo más a la media docena de testigos arikaras que aseguran que Red Star llegó al campamento justo cuando el sol acababa de salir (o sea, hacia las 4:30) añadiríamos media hora de holgura a todos estos tiempos.


Creo que haces una gran injusticia al sargento Kanipe, quizá por tu inexacta apreciación de los hechos. Le acusas de ser un “escaqueado” que se inventó que llevaba un mensaje, un listillo que se dijo portador de órdenes de Custer una vez supo que todos habían muerto. O te he entendido mal, o tu error es gravísimo. Kanipe bajaba de los farallones por Weibert’s Ridge cuando vio a Benteen abrevando en “su” charca a 2,5 km de distancia. Se dirigió derecho hacia él a la mayor velocidad de su montura, y al acercarse agitaba el sombrero para llamar su atención. Informó a Benteen de la orden que llevaba para la retaguardia, de que habían sorprendido al gran poblado, y de que Custer esperaba verle llegar cuanto antes (Benteen nunca recordó esto último); fue testigo del encuentro el teniente Edgerly, quien pudo oir cómo el sargento, mientras rebasaba la columna en busca de McDougall, gritaba a los soldados —“¡Los hemos pillado, chicos!” ¿Es lo que haría un escaqueado para pasar inadvertido? ¿Y cómo le acusas de inventarse ser un correo porque ya sabía que Custer y todos los suyos estaban muertos? A esas horas estaban bien vivos, y el mismo Kanipe se los imaginaba dando una paliza a los indios. Al continuar su marcha llegó a la charca de Benteen, donde empezaba a reunirse la vanguardia del tren y donde el acemilero Frett se fijó en el sargento que pasaba de largo con órdenes de Custer diciendo que se dieran prisa y que ya había empezado el combate. Cuando llegó a la retaguardia dio a McDougall la orden de mover al frente lo más deprisa posible, como el mismo capitán lo reconoció por escrito en dos ocasiones, en 1897 y de nuevo en 1905 (aunque alegase interesadamente durante el proceso de Reno que fue su segundo, Mathey, el receptor de esa orden, lo que no era cierto). Hay además un testigo presencial del momento en que Kanipe dio sus órdenes verbales a McDougall: el soldado Burkman, asistente personal de Custer, particularmente interesado en saber qué órdenes traía ese sargento por si estas incluían la insinuada por el General cuando lo dejó atrás: llevarle su montura de repuesto. Burkman recordaba ir por delante de la primera cuerda de mulas y algo retrasado con respecto a McDougall, y que Kanipe llegó a rienda suelta hasta frenar su montura casi encima del capitán. Otro soldado asignado al tren de mulas, el soldado McGuire de la compañía C, también recordaba la llegada de su sargento con órdenes de Custer. O sea que tenemos el testimonio de los capitanes Benteen y McDougall, del teniente Edgerly, de los soldados Burkman y McGuire y del acemilero Frett (que yo conozca) confirmando el hecho de que el sargento Kanipe portaba órdenes de Custer y que las entregó horas antes de que Custer fuera aniquilado. Solo un insigne imbécil desertaría de su puesto fingiendo llevar órdenes del comandante en jefe y las difundiría a los cuatro vientos sin ninguna necesidad. Sin el desastre que ocurrió varias horas después, el “pastel” no habría tardado en descubrirse, dado que aquella mañana Custer había ordenado a la retaguardia marchar despacio y en paralelo a la pista india para levantar el menor polvo posible; pero la orden comunicada por Kanipe hizo que McDougall acelerase la marcha y abandonara la pista india para ir directamente por los farallones de la derecha del río a reunirse con el regimiento en el poblado, que ya se daba por tomado. Si tales “órdenes de Custer” hubieran sido una invención fruto de la cobardía, al sargento se le habría caído el pelo.

El coronel Graham hizo un flaco favor a Kanipe, y a nuestro conocimiento de la batalla, eligiendo para su magnífico Custer’s Myth el único relato extenso de Kanipe que el sargento no escribió de su mano, pues lo redactó un periodista del Daily Record de Greensboro tras entrevistarlo en 1924. Cuánto mejor hubiera sido para Kanipe y para nosotros interesados que Graham hubiera elegido, por ejemplo, la carta original de Kanipe reproducida por el Macon Telegraph solo tres años antes (cuyo original aún se conserva bajo el título Historia de la expedición de Custer contada por D. A. Kanipe al juez Shaw en Marion, Carolina del Norte, el 21 de septiembre de 1921; escrito a máquina pero con la anotación a mano “taquigrafiado y transcrito por Lizzie McNairy”, y firmado por Kanipe con la anotación “Si desea más información, escríbame y se la enviaré”); o al menos las más rigurosas entrevistas de prensa de 1908, 1914 o 1918, ninguna de las cuales contradice los datos de Kanipe recopilados por W.M. Camp.

El artículo de Greensboro contiene tantos errores absurdos y contradicciones flagrantes sobre hechos bien establecidos por el mismo Kanipe en el pasado, que (aparte de que se estuviera volviendo senil) la única explicación razonable es que fuera entrevistado por un reportero que se hiciera un lío con sus notas, y así acabase cambiando por primera y única vez hechos básicos de la cabalgada de Kanipe descritos por diferentes testigos de modo consistente desde 1876, y que el mismo Kanipe detalló de su pluma en 1903, 1908, 1914, 1918 y 1921; y sobre los que más tarde escribió su hijo Joseph utilizando las notas de su difunto padre. En NINGUNA de esas cinco narraciones por él escritas, ni en ninguna de sus cartas, ni en ninguna de las entrevistas que dio al investigador Camp (todo ello en mi archivo custeriano) se le ocurrió a Kanipe decir que se topó primero con McDougall y luego con Benteen; o que McDougall llegó a Reno Hill antes que Benteen, o que Reno aún se estaba retirando cuando el tren de mulas llegó a la colina. Tales absurdos salieron del magín de ese periodista de Greensboro en 1924, después de una charla con Kanipe.

Resumiendo: si debemos juzgar de la credibilidad de Kanipe, deberíamos ceñirnos, primero, a las cartas y artículos escritos de su mano; segundo, a las notas de sus entrevistas tomadas por el investigador Camp; y tercero, a entrevistas hechas por periodistas tras una charla más o menos formal con Kanipe, pero descartando en este último caso todos los datos en flagrante contradicción con las dos primeras fuentes, infinitamente más fiables. Según este criterio, el galimatías de 1924 que perpetró el Greensboro Daily Record debería ser condenado al olvido. Como idéntica suerte debería correr la 'entrevista' de un diario de Dallas que Kanipe padeció en 1908, donde le representaron diciendo que fue el propio Custer (cuando en realidad fue su hermano y edecán) quien le designó como correo “para decirle al capitán McDougall que avanzara a toda costa con las raciones. Estamos rodeados, y a menos que tengamos comida nos matarán de hambre”. Acto seguido, y añadiendo un poco de dramatismo, Kanipe “estrechó la mano de Custer, y su mano temblaba, y le dijo: ¡Ve y no nos falles, necesitamos ese tren!”
Mal estaría tomarse en serio ridiculeces como esta, o como la colección de errores absurdos que solo se encuentran en el artículo de Greensboro; pero utilizarlos, como han hecho algunos autores, de argumento para desacreditar a Kanipe es muy lamentable. Temo que la principal razón por la que esos autores calumniaron al pobre sargento –despreciando su testimonio y el de media docena de participantes que lo respaldan, pero sin aportar un solo testigo denunciando su presunta doblez y cobardía– fue el mero afán de destacar con una “revelación” escandalosa.


En cuanto a la charca, no te entiendo bien. Empiezas diciendo que “no había dos charcas,” pero luego dices que había una a 10 km del río (11 y pico, en realidad) y otra a 4,6 km (exacto), y eso suma dos charcas, o sea que no andamos tan discordes. Y con ese término me refiero a un lugar de aguada que los participantes describían indistintamente como “waterhole”, “watering hole”, “watering place”, “marshy watering place, “morass”, o en el caso de Godfrey “little creek or morass”. Si de Godfrey deduces que era un arroyo, ya ves que él mismo no lo tenía muy claro, y desde luego no se referiría a Ash Creek, sino a un pequeño regato que desaguara en el cauce del Ash.

Me recuerdo a mí mismo hace bastantes años defendiendo en un foro custeriano la teoría de “las dos aguadas” como explicación de las discrepancias de varios kilómetros en la ubicación de la charca: el batallón Benteen se habría detenido dos veces a abrevar, o sea que los testigos no estarían refiriéndose a una sola charca sino a dos bien separadas. Hoy día tengo descartada esa tesis, porque desde entonces he acumulado una docena de testimonios de participantes del batallón Benteen (creo que son todos los que hay) y ninguno menciona o da a entender que se detuvieran a abrevar más de una vez. Teniendo en cuenta la polémica que se desató sobre la lentitud de su marcha y la tardanza en abrevar (de hasta media hora llegaron a decir), si hubiera trascendido que se detuvieron ¡dos veces! no tengo duda de que los críticos de Benteen se lo habrían reprochado expresamente. Lo digo porque algún soldado de Reno acusó al capitán de haberse parado a pescar durante la marcha, sin duda por llamarle la atención la caña de pescar sujeta a la silla de la que rara vez se separaba por si encontraba posibilidad de echar el anzuelo. Por supuesto no creo que se parase a pescar; pero tampoco que hiciera dos aguadas, porque nunca se le censuró otra cosa que la pérdida de media hora al abrevar una vez sus caballos.

Lo que sí tiene perfecto sentido es que los participantes no recordasen la ubicación exacta (kilómetro arriba o abajo) de algo tan anodino como el lugar en que se pararon a abrevar sin prisas durante una pesada y aburrida marcha. Pero dado que la estimación de los oficiales del batallón Benteen sobre la ubicación de la charca –el capitán Weir y los tenientes Edgerly y Godfrey– oscila entre 12 y 13 km de la divisoria, mientras que la de los oficiales de la retaguardia va de 6 a 7, la explicación más obvia es que se trataba de dos lugares diferentes: la charca de McDougall y la charca de Benteen. Así se entiende que absolutamente ningún oficial, soldado o acemilero del tren recordase haber visto al batallón Benteen en la charca de McDougall; y dado que esta charca a 6 km de la divisoria es imposible de observar desde la posición de Kanipe en los farallones (los altos de White Buttes bloquean la línea de visión), y no se aproxima ni de lejos a la distancia de 12 km de la divisoria dada por los oficiales de Benteen, resulta evidente que no fue ahí donde se detuvo a abrevar el batallón. Lo hizo en otro lugar que sí es bien visible desde los farallones: la segunda charca o “Benteen’s Morass”, a una docena de km de la divisoria, 4,6 km del río y 5,7 km de Reno Hill.


El retraso provocado por un buen número de mulas atascadas no afectó a la vanguardia del tren, a la que el teniente Mathey acompañó durante casi toda la marcha, sino al cuerpo principal donde iba McDougall. Fue este quien admitió haberse visto obligado por las mulas a detenerse como media hora en la charca de su nombre (aumentando así la separación con Mathey) aunque a otros la parada les pareció mucho más larga. Debió ocurrir de 12:00 a 12:30. Tanto Mathey como los acemileros de la vanguardia, sin embargo, fueron explícitos en afirmar que no sufrieron retardo alguno por las mulas que se les atascaron ni por las muchas más a las que se les aflojó la carga: dejaban a alguien para desatascarla o reempacar la carga y el resto continuaba adelante. Mathey solo detuvo prudentemente a la vanguardia del tren (iban ahí las cajas de municiones) cuando llegó a la charca de Benteen hacia las 13:40: al saber que había comenzado el combate en el valle, decidió esperar diez o quince minutos para que se le unieran los rezagados y se le acercara más McDougall, cuya polvareda distinguía 3 ó 4 km a retaguardia.
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Re: Little Big Horn - 1876

Mensaje por George Horn »

Tienes razón en la vuelta de Crow Nest, no tiene que volver hasta el campamento 1 porque el Regimiento avanza y se para en la base de Crow Nest. Custer sólo tiene que descender, se ahorra el viaje de vuelta.

Lo de que no hay dos charcas me refiero a que la primera es un agujero en el suelo que mantiene el agua, y el segundo junto al tepee solitario es una regata de esas que cuando aprieta el verano se seca. Todavía llevaba agua porque a principios de junio les nevó un día. No tiene más importancia.

Lo de Kanipe ya es más problemático. Dices que hay que coger las cartas que él escribió personalmente. Ahí pudo (de hecho lo hizo) escribir lo que quiso.

Kanipe hasta que no llega Terry el día 27, no dice nada de que tenía órdenes para el convoy de mulas. Según él, cuando llega a la altura de Benteen le dice que lleva órdenes para el convoy. Benteen en su Informe Oficial (4 julio), dice que se encuentra con un sargento que dice que lleva órdenes para la retaguardia. Esto a mí me huele mal. Si yo soy Benteen y voy al frente y se me acerca un soldado le pregunto: ¿De dónde vienes, adónde vas y qué traes? Kanipe dice que lleva órdenes para la retaguardia. Benteen ni le pregunta que órdenes son esas ni le pregunta dónde está Custer.

En el Tribunal de Investigación de Reno, el abogado de Reno le pregunta a Benteen:
P- ¿Un sargento se acercó a usted con instrucciones para el tren de mulas. Si es así, a quién se dirigió y que hizo usted al respecto?
R- Simplemente tenía instrucciones verbales para el oficial al mando del tren y no consideré que fuera una orden para mí.
P- ¿No era usted el comandante del tren de mulas?
R- No señor.
P- ¿No formaba parte de su columna?
R- No señor.

Donde sí menciona Benteen a Kanipe es en su Informe Oficial: “Me encontré con un sargento con órdenes de Teniente Coronel Custer para el oficial al mando de la retaguardia, para que avanzara lo más rápido posible”.

Benteen en ningún momento menciona que Kanipe lleva órdenes para él, ni en el Informe Oficial ni en el TIR. Pero Kanipe en su carta a W Camp de 1908 le escribe que cuando llegó a la altura de Benteen le gritó: “Te quieren allí cuanto antes mejor, han atacado un gran campamento indio”. Uno de los dos miente. O Kanipe o Benteen, pero uno miente seguro.

En el TIR le preguntan al Teniente Mathey a cargo de las mulas:
P- ¿Recibió órdenes del General Custer, del Mayor Reno o del Capitán Benteen durante la marcha?
R- No señor, sólo las recibí del Capitán McDougall.
P- ¿Algún sargento se presentó ante usted con órdenes?
R- No señor.

En el TIR el Registrador le preguntó a McDougall si después de la separación del Regimiento y antes de llegar a Reno Hill si había recibido alguna orden:
P- ¿Recibió usted alguna orden durante su marcha desde que recibió las órdenes del General Custer, hasta que llegó al comando de Reno en la colina?
R- No señor, lo único que dijo el Teniente Mathey es que la pelea ya había comenzado.
P- ¿No recibió ninguna notificación para apurar al tren de carga?
R- No señor. Creo que el Teniente Mathey recibió esa orden. Me lo contó y le dije que se diera prisa. Estaba muy ansioso por ese motivo.

Es muy curioso, McDougall no recuerda a Kanipe pero recuerda que Mathey recibió la orden. Es curioso porque Mathey iba en vanguardia con las mulas y McDougall en la retaguardia. Pero lo más curioso es que Kanipe dice que al que le dio las órdenes fue a McDougall. Llega a las mulas y no para hasta llegar a la retaguardia donde se encuentra el Capitán McDougall. Un galimatías tremendo.

Yo me pregunto, ¿por qué Mathey y McDougall niegan que recibieron órdenes de Kanipe? No tiene ningún sentido mentir. No les perjudica en nada. Pienso que ni se presentó a ellos, ni ellos lo vieron por allí.

Hay tres cosas oscuras en la historia de Kanipe. Primera; McDougall y Mathey, niegan haber hablado con él. Es que ni tan siquiera lo ven por allí. Segunda; Kanipe hasta que no sabe que Tom Custer ha muerto, no dice nada de que él es un mensajero. Tercera; Si Kanipe fue de verdad un mensajero, ¿para que mandaron unos minutos después a Giovanni Martini con la misma misión? Muy extraño.

Además como muchos han escrito; ¿qué sentido tiene mandar a un sargento para hacer un recado que puede hacer cualquier soldado? Custer necesitaba a los mejores a su lado en aquellos momentos. Hay otra cosa que también chirría mucho. Kanipe era de la Compañía C, la Compañía C, cerraba la marcha del Batallón de Custer. Tom Custer iba en vanguardia con su hermano, ¿para qué se iba a retrasar hasta la retaguardia para mandar a Kanipe? Junto a Tom Custer estaba Henry Dose el trompeta de la G asignado ese día como ordenanza de Custer. Además a los otros tres mensajeros que mandó, Martini; Sharrow y Voss, les dieron la orden de regresar una vez entregado el mensaje. A Martini le dijeron que volviera con ellos, pero que si el camino estaba cortado o veía peligro, que se quedara con Benteen. Kanipe nunca mencionó que tenía orden de regresar y eso que fue anterior a Martini.

Creo que nunca llegó al tren de mulas. Creo que se quedó en la retaguardia de Benteen con algunos de los rezagados de su Compañía.

El único que menciona haber visto un sargento es el mulero John Frett, pero no especifica que sargento es. Habla de un sargento que los apremia en el tepee solitario. Les dice; apuraros el General Custer ya está peleando con los indios.

Al Teniente Edgerly le preguntaron en el TIR si recordaba a algún sargento con órdenes de Custer y dijo que sí. Que llegó, saludó a Benteen y le dijo que avanzara con las mulas. Benteen le dijo que se equivocaba, que el de las mulas era McDougall y le señaló la polvareda que levantaba. Si esto es cierto, Kanipe no sabía ni por dónde le daba el aire. Salió por los cerros de Úbeda al toparse con Benteen, se puso nervioso y no dio pie con bola. Si la orden de Tom Custer era para McDougall, no lo pudo confundir con Benteen.

Yo creo que Kanipe cuando bajaba por aquellos riscos con Custer vio la cosa muy negra y se quedó atrás, como unos cuantos más. Curiosamente todos como él, de la Compañía C que cerraba la marcha. Si estoy equivocado, le pido a Kanipe mi más sentidas y humildes disculpas. Pero creo que no.
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Re: Little Big Horn - 1876

Mensaje por Blaque »

Todo es cuestión de aplicar el sentido común. Se miente por una razón. Kanipe no tenía razón alguna para mentir inventando una historia descabellada. Sabemos a ciencia cierta que al menos cuatro soldados de la compañía de Kanipe -Thompson, Watson, Brennan y Fitzgerald- se rezagaron y se unieron a la retaguardia alegando el cansancio de sus monturas. Otro soldado de la columna de Custer –Korn de la compañía I– también escapó porque su encabritado caballo echó a correr y no pudo controlarlo durante varios km. También los asistentes de Cooke, de Harrington y de Yates retrocedieron hasta el tren de mulas por distintos motivos. Las explicaciones de todos ellos se admitieron y ninguno fue procesado, aun siendo de “dominio público” entre la tropa que Brennan y Fitzgerald se escaquearon descaradamente. También Kanipe podría haber dado una excusa similar, en vez de inventarse que llevaba órdenes del General y pregonarlo a los cuatro vientos. ¿Cómo habría explicado lo de esa orden inventada –pero formalmente entregada y ejecutada– al regresar a su compañía tras la batalla que nadie dudaba se iba a ganar? Lo habrían empapelado, al contrario que a todos esos soldados con nombre y apellidos que alegaron problemas con sus caballos. Sin una respuesta convincente a la anterior pregunta, no se debería dudar de que Kanipe fuera un mensajero de Custer.

Contrapones la palabra de Benteen a la de Kanipe, sin considerar que, de los dos, el único que tenía motivos para faltar a la verdad era Benteen. Es perfectamente natural que Custer quisiera comunicar a Benteen que el regimiento iba a atacar un poblado enorme y que se diera prisa. ¿Qué hay de extraño en ello? Es del todo plausible. Lo inverosímil sería lo contrario, y constituye un caso de “benteenofilia aguda” sostener que Kanipe debió inventarse la parte del mensaje para Benteen porque no es creíble que un incompetente e irresponsable como Custer se acordase del batallón que le faltaba. Y advierte que Kanipe nunca dijo que llevara una orden para Benteen, sino para McDougall; sobre el primero solo se le dijo que, en el caso de que lo viera, le informara del gran poblado y le apremiara a ejecutar las órdenes que tenía para atacarlo.

Ciertamente, Benteen nunca reconoció que Kanipe le comunicara tal apremio de parte de Custer ni que le hablara de la proximidad del gran poblado... y no tengo duda de que tal omisión le ayudó a salvar la cara ante sus contemporáneos. ¿Cómo iba a admitir la recepción del mensaje de Custer y luego seguir yendo al paso con su batallón, recién descansado tras un alto en la charca de casi media hora? Porque eso es lo que hizo, seguir marchando tranquilamente. Así que tienes razón en lo de que “uno de los dos miente”. Pero si tenemos presente la retahíla de omisiones, tergiversaciones y mentiras que Benteen vertió sobre esta y otras cuestiones ante el tribunal (bien para escudar a los supervivientes del 7.º, bien para protegerse a sí mismo, bien para insultar a su odiado Custer) no tengo la menor duda de quién merece mi crédito en esta ocasión: el sargento Kanipe. El historiador que tanto alabas, Gordon Harper, es de la misma opinión (págs. 15-16): después de que Kanipe le diera el mensaje íntegro, Harper escribe que “la reacción de Benteen fue asombrosa y virtualmente increíble”, en referencia a que no hizo nada. Benteen sabía que quedaría en mal lugar si contaba todo lo que le dijo el sargento.

Las “tres cosas oscuras” que ves en la historia de Kanipe no lo son en absoluto:

1.ª Hablas del teniente Mathey y de su negativa a haber recibido órdenes de un sargento de Custer, pero eso no desacredita lo más mínimo a Kanipe, quien nunca pretendió haberse visto con el teniente y siempre dijo que informó directamente a McDougall. Y nada tiene de extraño que Mathey no lo viera al cruzarse con la vanguardia del tren, pese a que marchara con ella buena parte del tiempo: porque el mismo teniente dice que se fue a retaguardia para hacerse con un caballo de reemplazo, y luego tuvo que comprobar que la insistente orden de Custer de marchar despacio y fuera de la pista se cumplía, y sin duda se ausentaría para otros cometidos ya que su responsabilidad no se limitaba a la treintena de acémilas de la vanguardia, sino a las 175 de todo el tren, que dio muchos problemas y llegó a estirarse más de 2 km.

Cierto es que McDougall negó ante el tribunal haber recibido en persona órdenes de Custer, pero en este caso sabemos a ciencia cierta que disimulaba la verdad; aunque sin mentir del todo, pues reconoció la llegada de una orden de Custer para la retaguardia y que tras ella ordenó acelerar la marcha: pero la “patata caliente” se la pasaba a Mathey. La deliberada ambigüedad y confusión introducidas por McDougall en torno a esta cuestión ayudaron a dejar intactos su honor y reputación. Sin duda le habría dolido admitir que se le hubiese ordenado avanzar deprisa y atajando campo a través para tomar la ruta seguida por el ala de Custer, y que sin embargo tardase dos horas en recorrer los siguientes 7 km. Por supuesto hubo toda una serie de circunstancias que justificaron esa lentitud, no siendo la menor la absoluta falta de preocupación por la suerte de la batalla, que se daba por ganada desde antes de empezar. Pero cuando toda la nación, horrorizada por la aniquilación de Custer y su ‘banda de héroes’ ante la pasividad del grueso del regimiento, andaba buscando culpables, ¿cómo reconocer que el difunto Custer le había ordenado que se diera prisa, y que sin embargo él hiciera un alto para consolidar el tren? ¿O que hiciera otro alto de 15 minutos en Weibert’s Ridge por si acaso las tropas de Reno y Benteen eran indios hostiles? Fue sin duda menos problemático para McDougall negar que él en persona hubiese recibido la orden; pero no podía negar de plano su existencia ante la posiblidad de que el fiscal plantease una pregunta clave que al final (y para alivio suyo) no se llegó a formular: ¿por qué la retaguardia aceleró el paso y acabó desviándose de la pista seguida por los batallones precedentes kilómetros antes de que estos lo hicieran? Solo habría cabido una respuesta, decir la verdad: que se hizo por la orden que trajo el sargento Kanipe.

Que esa fuera la verdad nos lo dice no solo el sentido común y el testimonio del protagonista principal. Lo corroboran tres soldados de la retaguardia (Burkman, McGuire y DeVoto) que vieron a Kanipe despachar con McDougall; y lo confirma la mera actividad del tren, que de repente aceleró el paso pese a sus instrucciones iniciales de marchar lentamente, y a continuación abandonó la pista que había seguido el resto del regimiento para ascender a los farallones por Weibert’s Ridge, siguiendo el camino por donde había venido Kanipe. Aunque, por supuesto, la principal prueba de que McDougall recibió esa orden la proporcionó el propio capitán al admitirlo de oficio y en la prensa cuando su carrera militar hubo concluido y estaba en el retiro. En 1908, en vida todavía de McDougall, el Charlotte Observer de 23 de marzo publicaba una carta del capitán fechada en Wellsville (Nueva York) el 9 de enero de 1897, en la que admitía que el sargento Kanipe le comunicó la orden de Custer “para que el tren de suministros se le uniera por la ruta más corta”, y donde lamentaba que solo hubiera podido llegar hasta el mayor Reno. Y de nuevo el 20 de marzo de 1905, el entonces mayor McDougall reconocía que la última orden que recibió del general Custer fue que llevase al frente el tren de suministros, y que el mensajero fue el sargento Kanipe, a quien recordaba como un suboficial “honrado, austero y fiable” (Statesville Record, 28 de abril de 1905).

Y una última reflexión para quienes ven en Kanipe a un fanfarrón vanidoso. Si al día siguiente el sargento hubiera caído muerto en el combate de Reno Hill, aún tendríamos la certeza de que fue despachado a la retaguardia con órdenes de Custer. Lo sabríamos por los escritos de Benteen y Frett en 1876; por el testimonio de ambos y de los tenientes Edgerly y Godfrey en 1879; y por las cartas y entrevistas de los soldados DeVoto (Cía. B), Burkman (Cía. L), Windolph (Cía. H), Corcoran (Cía. K) McGuire y Mahoney (Cía. C), testigos presenciales del desempeño de la misión de Kanipe. Por no hablar del confuso recuerdo de McDougall en 1879 sobre la orden de apresurarse que llegó de Custer pero que por supuesto no recibió él, sino a lo mejor su subordinado...

2.ª Es una invención sin atisbo de fundamento decir que Kanipe “se calló” lo de ser un mensajero y que no lo divulgó hasta dos días después, al conocerse la aniquilación de Custer. ¿En el testimonio de qué participante se basa esa calumnia? Ni te molestes en buscarlo: en el de ninguno. Fue Benteen el primero en admitir, en su informe oficial de 4 de julio de 1876, que cuando se acercaba al Little Bighorn se encontró con un sargento que llevaba órdenes “para el oficial al mando de la retaguardia y el tren, al efecto de llevarlos al frente con la mayor rapidez posible”.
Apenas un mes después insistía en que el sargento con el que se encontró tras el alto en la charca “portaba órdenes para el oficial que mandaba la retaguardia, el capitán McDougall” (New York Herald, 1 de agosto de 1876). No daba su nombre, y este no se hizo público hasta el proceso de 1879, cuando un testigo del encuentro, el teniente Edgerly, dijo recordar que el mensajero era uno de los dos sargentos supervivientes de la compañía C, Kanipe o Hanley; pero como Hanley mandaba los acemileros de la compañía asignados al tren, el mensajero solo podía ser Kanipe. Advierte que tanto Benteen como Edgerly dijeron que el sargento se presentó como portador de órdenes de Custer el día 25, y no que fuera dos días después a venderles un cuento chino. También el soldado Thompson, uno de los rezagados de la compañía de Kanipe que escaparon con vida, recordaba su sorpresa al unirse a las fuerzas de Reno y encontrarse allí con su sargento. Eran las 5 de la tarde del día 25, y Kanipe le explicó su presencia diciendo que lo habían despachado con órdenes para la retaguardia.

3.ª No es cierto que las órdenes dadas a Kanipe y Martin fueran las mismas. Para empezar, sus destinatarios eran diferentes. La orden de Kanipe era de hecho una contraorden al cuerpo de retaguardia: anulaba la orden llevada antes de las 11 de la mañana por el ayudante Cooke en persona para que el tren minimizase la polvareda avanzando despacio y fuera de la pista india, cubierta de una espesa capa de polvo. Esa orden pretendía, disminuyendo las posibilidades de detección, aumentar la seguridad del tren a expensas de su velocidad y distancia del frente. A ese mismo objeto apuntaba la orden previa de retrasar su partida de la divisoria 20 minutos después de que el regimiento lo hubiera hecho, garantizando así una separación de dos o tres km, y en aumento. En resumen: al comenzar su ofensiva, Custer quería a su tren de suministros bien retrasado y a buen recaudo. La orden confiada horas después a su hermano y edecán, y por éste a Kanipe, ponía fin a esa precaución: la retaguardia debía moverse con rapidez –y “por la ruta más directa”, como recordaba McDougall– para unirse cuanto antes al regimiento. Eran las 13:00 h. cuando Custer tomó esa decisión. Nada veía del tren desde su posición en Reno Hill porque iba tan atrasado que aún lo ocultaban las estribaciones de White Buttes, de ahí que su hermano ordenara a Kanipe no desandar la ruta sino atajar campo a través; pero sí es posible que Custer pudiera divisar al batallón de Benteen, recién salido del South Fork y marchando por la pista del Ash. Bien porque si el batallón mantenía el paso Kanipe no llegaría a cruzarse con él, o bien porque en realidad no estuviera a la vista, Tom Custer solo dijo al sargento que, si veía a Benteen (condicional), le informara de que habían topado con un gran poblado y que se diera prisa. Lógico y natural.

La orden confiada a Martin se emitió 15 minutos después e iba dirigida a Benteen, ya visible desde Sharpshooter Hill y Weir Point. El batallón se hallaba detenido en la pista de Ash Creek a solo unos 4 km del río, de ahí que a Martin le indicaran que encontraría a Benteen solo con desandar el camino recorrido. Puesto que no podían estar seguros de que Kanipe se hubiera cruzado con Benteen (el sargento no desanduvo la ruta sino que atajó por las colinas) Martin debía informarle del hallazgo del gran poblado y de que aligerase con su batallón. Y como también era posible que Benteen ignorase la nueva orden a McDougall de no rezagarse y correr al frente, y dado que la cabeza del tren ya se acercaba a su batallón, se le instaba a hacer que McDougall siguiera sus pasos. El apremio se daba por escrito y firmado por el ayudante regimental, y en mi opinión no tanto porque el inglés de Martin fuera malo (llevaba tres años de “inmersión”) como por la intención de dar seriedad oficial al requerimiento: Custer no debía estar contento de la increíble parsimonia con que Benteen estaba ejecutando sus órdenes.

Los infames autores que citas también acusan de tonto a Kanipe por confundirse y presentar a Benteen una orden destinada “al comandante de la retaguardia”. Cuando Kanipe llegó hasta el batallón, las mulas más avanzadas del tren estaban justo detrás, así que nada tiene de extraño que el sargento creyera que quien después de todo era mayor interino del regimiento, al frente de una columna con acémilas a su cola, hubiese agregado a su mando el de la retaguardia. Además Kanipe, como todos, había visto a Benteen alejándose varios kilómetros al sur de Ash Creek unas horas antes, así que si para su sorpresa se lo encontró de regreso en el Ash, y además a la cabeza del tren de mulas, es natural que supusiera que se hallaba al mando de toda la fuerza presente. Y descarta esa imagen inventada y ridícula de Kanipe tropezándose sin querer con Benteen e improvisando excusas absurdas. Vio al batallón desde más de 2 km de distancia y se dirigió recto hacia él, hasta que vio a Benteen marchando con su asistente más de cien metros por delante de la columna; reconociéndolo como el oficial al mando, desvió su montura para presentarle los respetos del General y comunicarle las órdenes que portaba. De haber sido Kanipe un idiota acobardado balbuceando mentiras, un “zorro viejo” como Benteen lo habría calado al instante, no tengas la menor duda.

Desde su incompleto conocimiento de los hechos y sus ganas de escandalizar, esos autores también ven impropio que Custer se deshiciera “en tan críticos momentos” de un sargento para mandar un mensaje. Ignoran que en aquellos momentos, con Reno aún avanzando y el campamento sorprendido “in fraganti”, Custer daba la batalla por ganada y solo le preocupaban los caballos que podría perder en la persecución; y tanta era su seguridad, que ordenaba al tren de mulas que se dejara de disimulos y marchara a toda prisa al campamento que estaba a punto de caer. Durante las horas previas, Custer no tuvo empacho en usar como simples mensajeros (y varias veces) al teniente Cooke, al sargento mayor Sharrow y al trompeta mayor regimental Voss. Y en las horas posteriores, se especula con fundamento que la gran distancia a la que se hallaron de Custer Ridge los cadáveres del sargento mayor Sharrow, del sargento 1.º Butler y del cabo Foley se debió a su desempeño como mensajeros. Nada tiene de extraño, pues, que de la compañía precisamente con más sargentos presentes se destacase a Kanipe como mensajero.

Los mismos “genios” a que te refieres ven absurdo que Tom Custer, siempre en vanguardia sirviendo como edecán de su hermano, fuera a buscar un mensajero precisamente en la compañía más alejada y en última posición de la columna. Su crítica, una vez más, solo pone en evidencia su ignorancia. Ciertamente la compañía C era la última del Ala Derecha, y la crítica habría tenido algún sentido si el Ala hubiera marchado por Ash Creek y luego por los farallones en columna de compañías, una detrás de otra en el orden que indica la ordenanza: F-L-E-I-C. Pero es que no marcharon en columna. Según todos los testimonios registrados, los batallones Keogh y Yates avanzaron casi siempre en línea de columnas de compañía, o sea que las cinco compañías iban alineadas, y no formaron en una sola columna más que en momentos puntuales: al cruzar un par de veces el Ash Creek, al atravesar el North Fork para subir a los farallones, y al descender a Medicine Tail por el angosto Western Coulee.

Como la compañía F había sido designada vanguardia del Ala, ella ocupaba la cabeza en la formación de columna (de delante a atrás: F-L-E-I-C) y la extrema derecha en la formación de línea (de izquierda a derecha: C-I-E-L-F). Así lo prescribía la ordenanza y lo corrobora el testimonio de dos supervivientes, los soldados Pickard y Thompson. La última compañía del Ala, la de Kanipe, debía ocupar por ordenanza la izquierda de la línea, y que tal fue su posición lo confirma una afirmación explícita del sargento al investigador Camp. Una última prueba de que ambos batallones posicionaron sus compañías según dictaba la ordenanza la dio el trompeta Martin, quien recordaba a la compañía E en su lugar reglamentario, el centro de la línea.

Así pues, tras cruzar el North Fork en una larga columna, el Ala Derecha volvió a formar en línea de compañías y siguió adelante, dejando pegado a su flanco izquierdo la cadena de farallones que miraban al río. Y como la compañía C era la extrema izquierda de la línea, y la más próxima por tanto a la cresta de los farallones en la que Custer, sus oficiales y exploradores vigilaban lo que ocurría en el valle, tiene perfecto sentido que al bajar Tom Custer de la altura para ejecutar las instrucciones de su hermano se topase con la compañía C, y que entonces decidiese despachar a uno de sus sargentos con la contraorden para la columna de retaguardia.

Tampoco es cierto que Kanipe no recibiera instrucción de regresar, algo que ves “sospechoso” porque sí la recibieron los demás mensajeros de ese día. De entrada tampoco es verdad esto último: no hay constancia de que los mensajeros enviados por Reno, sus ordenanzas Mitchell y McIlarghey, recibieran orden de regresar; de hecho se quedaron con Custer y cayeron con él. Pero en el caso de Kanipe todo apunta a que sí se le dio la misma instrucción que a Martin, a saber, que regresara en solitario únicamente si no entrañaba gran riesgo. Esto lo escribió en 1903: “Los indios se interponían entre nosotros y mi unidad, así que me quedé en los farallones con los hombres de Reno”. En 1918: “Tras entregar ambos mensajes volví con el tren de mulas y permanecí bajo el mando de McDougall, pues no me fue posible regresar a mi unidad”. En 1923: “Cuando por fin llegamos con el tren a lo alto de la colina […] avanzamos en la dirección tomada por el general Custer, pero había muchísimos indios y fue imposible reunirme con mi batallón”. Podemos inferir, por tanto, que Kanipe recibió la misma instrucción que Martin y que, como éste, tampoco retornó a su unidad por considerar excesivo el riesgo. Eran casi las 14:00 h. cuando Kanipe se presentaba a McDougall, desde media hora antes oía el furioso tiroteo en el valle, en los farallones veía partidas de indios que no sabía si serían exploradores u hostiles, y no debe reprochársele que no quisiera ir de héroe y prefiriese volver a su unidad en compañía de McDougall, a quien además debía señalar el atajo en la ruta por Weibert’s Ridge.

Los argumentos, pruebas y testimonios precedentes deberían bastar para refutar esas especulaciones infundadas que, despreciando olímpicamente las afirmaciones de todos los testigos presenciales, buscan defender lo indefendible (la “honorable” conducta de Benteen antes de Reno Hill) o simplemente dar notoriedad a sus autores. Valga como argumento final el recuerdo que le quedó al general Edgerly, antiguo teniente del batallón Benteen, de nuestro calumniado mensajero: “El sargento 1.º Daniel A. Kanipe sirvió conmigo en el 7.º de Caballería; era un soldado excelente, y un hombre valeroso y capaz”.
George Horn
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Re: Little Big Horn - 1876

Mensaje por George Horn »

Buffffffffffffffffffffffffffffffff, me abrumas con tantas cosas.
Lo primero que me pides es una respuesta a esto: “¿Cómo habría explicado lo de esa orden inventada –pero formalmente entregada y ejecutada– al regresar a su compañía tras la batalla que nadie dudaba se iba a ganar? Lo habrían empapelado, al contrario que a todos esos soldados con nombre y apellidos que alegaron problemas con sus caballos. Sin una respuesta convincente a la anterior pregunta, no se debería dudar de que Kanipe fuera un mensajero de Custer”.
No puede haber respuesta porque nadie puede meterse en la cabeza de Kanipe. Podría haberlo paralizado el miedo. Podría haber tenido un mal presentimiento. Podría haber pensado que estaba mejor seis meses en el calabozo que enterrado. Podría haber pensado cualquier cosa.
También me preguntas: “Es una invención sin atisbo de fundamento decir que Kanipe “se calló” lo de ser un mensajero y que no lo divulgó hasta dos días después, al conocerse la aniquilación de Custer. ¿En el testimonio de qué participante se basa esa calumnia?”.
Pues en el de todos los que estaban por allí, porque nadie habló de él. Si no hablaron, es porque no lo vieron. Creo que la única persona que dijo algo sobre ver a un sargento fue el mulero John Frett. En el TIR dijo que: “Entre las 11 y las 13 horas, cuando las mulas estaban abrevando cerca del tipi, el último tipi que había antes de que llegáramos al campo de batalla, en el que había un indio muerto, vino un sargento y nos dijo que nos diéramos prisa, que el General Custer estaba atacando a los indios". No lo identificó por su nombre. Allí había por lo menos quince sargentos. Es probable que fuera él. ¿Pero aparte de eso, alguien dice algo de Kanipe? Hablan de Boston Custer pero repito, nadie menciona a Kanipe. Si no hubiera muerto Tom Custer, le bastaba decir que su caballo le había fallado y que había aprovechado para avisar a la retaguardia. O que se había quedado atrás para ir recogiendo a los rezagados.
¿Por qué la retaguardia aceleró el paso y acabó desviándose de la pista seguida por los batallones precedentes kilómetros antes de que estos lo hicieran? Solo habría cabido una respuesta, decir la verdad: que se hizo por la orden que trajo el sargento Kanipe.
El convoy de las mulas no se desvió de la pista. Siguió el rastro del Regimiento. Si hubo orden, no la obedecieron. Mira, si de verdad era un mensajero, igual ese fue el motivo por el que McDougall y Mathey negaron haber recibido órdenes de Custer. No obedecieron.
Y descarta esa imagen inventada y ridícula de Kanipe tropezándose sin querer con Benteen e improvisando excusas absurdas. Vio al batallón desde más de 2 km de distancia y se dirigió recto hacia él, hasta que vio a Benteen marchando con su asistente más de cien metros por delante de la columna; reconociéndolo como el oficial al mando, desvió su montura para presentarle los respetos del General y comunicarle las órdenes que portaba.
No digo que Kanipe se topara de morros con Benteen al doblar una esquina, allí no había esquinas. Vio en la distancia la columna e hizo lo más inteligente, cambiar de dirección e ir hacia ella. Benteen cuando se habría mosqueado de verdad, es si Kanipe sigue hacia delante sin acercarse a él. Automáticamente se hubiera olido algo raro. Seguro que habría mandado un pelotón para interceptarlo. Y hay una cosa muy importante; Benteen no sabía en aquellos momentos que Reno y Custer estaban separados, ¿por qué Kanipe no se lo dijo? Kanipe se acercó a Benteen, le dijo que llevaba una orden para McDougall y salió pitando.
Pero es que hay más cosas en contra de este buen hombre. Kanipe ni era ordenanza, ni ese día estaba asignado a la plana mayor de Custer. Estaban allí Dose, Hughes y Martini. Tenía también a Voss que ya había hecho un viaje antes y a satisfacción. A Custer le sobraban cornetas, y le faltaban sargentos.
Otra cosa que juega en su contra es que no fuera llamado a testificar al TIR de Chicago 1879. Nadie creyó en esa historia. Pienso de verdad que todo esto no pasa de ser una batallita que se inventó con los años para ganar notoriedad. Conforme pasaba el tiempo, más cosas recordaba, más adornaba sus acciones y en más contradicciones entraba.
También de ser cierto que era un mensajero, se lo tomó con mucha calma. Kanipe (según él), fue enviado más o menos desde donde comenzaba Cedar Coulee (era un barranco estrecho y las Compañías no podían ir en paralelo, por lo tanto Tom Custer tuvo que bajar hasta el final de la columna, o esperar a que llegara la Compañía C). Kanipe salió hacia las 13.45, Martini fue enviado con la nota quince minutos después desde el comienzo de Medicine Tail Coulee. Martini en una contra reloj casi le pilla, llegó tan solo dos minutos después, y eso que su caballo estaba herido. Tampoco mencionó nunca haberse topado con Boston Custer. No le interesaría que Boston lo viera, y le dijera a sus hermanos que había visto a un sargento volviendo hacia atrás.
El que Benteen escriba en su Informe Oficial que un sargento le comunicó que llevaba órdenes para la retaguardia, no prueba que las órdenes fueran reales. Le pudo engañar perfectamente. Tampoco eso prueba que las entregara a McDougall. Vuelvo a insistir, ¿por qué McDougall lo negó? No tenía nada que justificar. Las mulas no estaban entrenadas y eran casi ingobernables. Además, si es cierto que le dio la orden no la cumplió. No acortó por el campo. Siguió la pista del Regimiento. El estar parado quince minutos sin atreverse a llegar a Reno Hill, por no saber si los que estaban allí eran amigos o enemigos, no dice nada malo, ni de McDougall ni de Mathey. Lo malo hubiera sido avanzar, que hubieran sido hostiles y regalarles la impedimenta.
Referente a los comentarios y entrevistas de: DeVoto (Cía. B), Burkman (Cía. L), Windolph (Cía. H), Corcoran (Cía. K) McGuire y Mahoney (Cía. C). La verdad es que todo lo que salió a posteriori del TIR de 1879, hay que cogerlo con mucha precaución. Kanipe es un co-co-starring en el drama de LBH, pero DeVoto; Burkman y los demás son co-co-co-co-co-co-starring. Aparecen en los créditos, pero muy al final y con letra muy pequeña.
La carta de recomendación de McDougall a Kanipe para un trabajo veinte años después, no prueba tampoco nada. McDougall nunca pensaría cuando escribió la carta que un documento privado fuera a ver la luz. Era un simple favor a un camarada.
Unos interpretan unas cosas de una forma, y otros las mismas cosas las vemos diferentes. Cuando las diferentes opiniones llevan a discusiones amistosas, siempre es positivo y enriquecedor. El asunto Kanipe ha dado mucho de lo que hablar, y lo que dará. No creo que nunca se llegue a una conclusión definitiva.
Honestamente tengo que admitir que no pondría la mano en el fuego por mi teoría sobre Kanipe, pero tampoco la pondría por la tuya. Hay muchas más sombras que luces en su historia.
De lo que sí estoy convencido, es que Kanipe se habría reído a mandíbula batiente si hubiera sabido que 95 años después de su muerte, todavía se hablaba de él.
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Re: Little Big Horn - 1876

Mensaje por Blaque »

“No puede haber respuesta porque nadie puede meterse en la cabeza de Kanipe. Podría haberlo paralizado el miedo. Podría haber tenido un mal presentimiento. Podría haber pensado que estaba mejor seis meses en el calabozo que enterrado. Podría haber pensado cualquier cosa.”
O podría estar diciendo la verdad, que es a lo que apuntan las circunstancias y todos los testigos (incluido McDougall tras retractarse). Repito que sabemos el nombre de una docena de soldados (algunos de la misma compañía de Kanipe) que se despegaron de la columna y sobrevivieron excusándose con razones verosímiles y sencillas que nadie les discutió. Pero Kanipe –un hombre que de recluta asciende a sargento primero, sirve repetidas veces en la plana mayor regimental, y que al retirarse le firman elogiosas cartas de recomendación un general de brigada, un mayor y un capitán, y entra de empleado en Hacienda– resulta ser el más tonto de todos, finge llevar órdenes del comandante en jefe, y aunque son falsas hace todo lo posible por que se cumplan, garantizándose un consejo de guerra del que solo le libró la imprevisible masacre de Custer. Lo razonable es que estuviera diciendo la verdad, como corroboran todos cuantos fueron testigos de su misión.

“Pues en el de todos los que estaban por allí, porque nadie habló de él. Si no hablaron, es porque no lo vieron.”
Claro que lo vieron y hablaron de él, y se sabe perfectamente cuándo, dónde y quiénes lo vieron. Te invitaba en otra entrada a que reflexionaras en el hecho de que, aun si Kanipe no hubiera sobrevivido al combate de Reno Hill, seguiríamos teniendo la certeza de que fue despachado a la retaguardia con órdenes de Custer. Lo deduciríamos de los escritos de Benteen y Frett en 1876; lo sabríamos por el testimonio de ambos y de los tenientes Edgerly y Godfrey en 1879; por la anotación del soldado Thompson, con quien Kanipe habló al llegar a Reno Hill; y por las cartas y entrevistas de los soldados DeVoto, Burkman, Windolph, Corcoran, McGuire y Mahoney, testigos presenciales del desempeño de la misión de Kanipe –o sea, que lo vieron haciendo de mensajero. El relato que le publicaron a Kanipe en 1903 y los que escribió en años sucesivos solo sirvieron para añadir color y detalle a la historia de su misión, pero nada esencial que no se supiera desde los testimonios de 1876-79: que Custer lo envió con una contraorden a la retaguardia, y que McDougall la ejecutó lo mejor que pudo.

“Pero es que hay más cosas en contra de este buen hombre. Kanipe ni era ordenanza, ni ese día estaba asignado a la plana mayor de Custer. Estaban allí Dose, Hughes y Martini. Tenía también a Voss que ya había hecho un viaje antes y a satisfacción. A Custer le sobraban cornetas, y le faltaban sargentos.”
Te olvidas de las circunstancias en que Kanipe recibe la orden. Kanipe no está junto a Custer y su plana mayor. Está con su compañía, y es el edecán y hermano del General quien viene de la cresta de los farallones, se detiene a su lado y le da las instrucciones para la retaguardia. Nunca sabremos por qué fue Tom, pero esta es una de varias explicaciones plausibles: unas horas antes, Custer había despachado a su ayudante para dar detalladas instrucciones a la retaguardia sobre cómo debía avanzar. Ahora las circunstancias han cambiado totalmente, los hostiles han sido sorprendidos y van a iniciar una estampida río abajo, son precisas nuevas instrucciones para McDougall, y Custer decide despachar a su edecán igual que antes había decidido despachar a su ayudante –prueba de su cuidado y preocupación por el tren tras la peliaguda experiencia del Washita. Por supuesto Tom ni dio ni tenía que dar explicación alguna a Kanipe, pero podemos colegir que, al toparse con su compañía C, el hermano favorito del General se tomó la libertad de confiar la tarea a un sargento muy fiable (destinado de ordenanza en la plana mayor varias veces durante los últimos cuatro años) y así no perderse nada de la función que estaba a punto de empezar. Es solo una hipótesis razonable, pero ésta u otras son de obligado planteamiento para poder explicar lo que sabemos que ocurrió: que Kanipe transmitió a la retaguardia la orden de marchar a toda prisa y por la ruta más corta en dirección al conquistado campamento hostil, y que McDougall la recibió y la ejecutó hasta donde le fue posible.
La hipótesis del suboficial cobarde y descerebrado inventando y dando mensajes y contraórdenes en nombre del comandante en jefe como si no hubiera un mañana, es demasiado ridícula para tomarla en consideración.

“Otra cosa que juega en su contra es que no fuera llamado a testificar al TIR de Chicago 1879. Nadie creyó en esa historia.”
La objeción tendría sentido si el tribunal de 1879 (por costumbre lo llamo RCOI) se hubiera formado para investigar las razones del desastre. Pero se reunió para determinar si la conducta de Reno al frente de su batallón fue cobarde y culposa, y a tal efecto lo que pudiera decir Kanipe era perfectamente irrelevante, de ahí que no fuera convocado –como muchos otros testigos valiosísimos para la Historia que lamentablemente se quedaron fuera. ¡Qué lástima que no se llamara a testigos tan “irrelevantes” como el teniente Gibson, segundo de Benteen, o el soldado Banks, asistente de Cooke! Y afirmar que “nadie creyó esa historia” es una elucubración sin base documental alguna: te he presentado los testimonios de tres oficiales y cinco soldados que vieron a Kanipe llevar órdenes de Custer a la retaguardia, y que esas órdenes se implementaron; los testimonios de un oficial, un soldado y un acemilero que vieron a “un sargento” (que solo pudo ser Kanipe) llevando órdenes a McDougall; y el testimonio de un soldado que supo de la misión de Kanipe en la misma tarde del 25. Si conoces el testimonio de algún superior, compañero o contemporáneo que dude o niegue que Kanipe llevase órdenes a la retaguardia, por favor revela su nombre: sería todo un hallazgo. Y no valen McDougall (porque se retractó dos veces de su ambigüedad inicial), ni el trompeta Martin, esgrimido por los “amarillistas” contra Kanipe porque jamás dijo que Custer enviara una orden a McDougall; pero omiten decir que el lacónico Martin tampocó mencionó a ninguno de los mensajeros despachados previamente: Cooke al tren; Sharrow a Hare; Voss a Benteen; y Sharrow a Benteen. Ni tampoco a los mensajeros recibidos de Reno, McIlarghey y Mitchell… y ningún participante dudó de que esos mensajes fueran emitidos y recibidos, como tampoco dudaron del mensaje de Kanipe.

"También de ser cierto que era un mensajero, se lo tomó con mucha calma. Kanipe (según él), fue enviado más o menos desde donde comenzaba Cedar Coulee (era un barranco estrecho y las Compañías no podían ir en paralelo, por lo tanto Tom Custer tuvo que bajar hasta el final de la columna, o esperar a que llegara la Compañía C). Kanipe salió hacia las 13.45, Martini fue enviado con la nota quince minutos después desde el comienzo de Medicine Tail Coulee. Martini en una contra reloj casi le pilla, llegó tan solo dos minutos después, y eso que su caballo estaba herido.”

Entiendo que veas algo raro en Kanipe si te crees la artificiosa cronología encajada a martillazos por F. Wagner, quien da un intervalo de 2 minutos a las llegadas de Martin y Kanipe. Simplemente no es cierto: Kanipe partió hacia las 13:05 y se presentó a Benteen a las 13:35, tras perder unos minutos por confundir a una partida de arikaras con hostiles. Martin partió a las 13:20 y se presentó a Benteen a las 13:50, o sea unos 15 minutos (¡no 2 minutos!) después que Kanipe.
Tampoco es cierto que Kanipe partiera de la cabecera de Cedar Coulee (a donde parece que quieras arrastrar al Ala para así formarla en columna); ese es el punto de partida de Martin según algunos autores y el RCOI. Kanipe partió del pie de Reno Hill, tal como le marcó en un mapa al investigador Camp, en un paraje con amplio espacio para que el Ala estuviese en su formación habitual de línea de columnas.

“Tampoco mencionó nunca haberse topado con Boston Custer. No le interesaría que Boston lo viera, y le dijera a sus hermanos que había visto a un sargento volviendo hacia atrás.”
Boston Custer pudo unirse al Ala Derecha porque siguió rigurosamente la pista recorrida por las cinco compañías, con las que sabía iban sus hermanos. Nada tiene de extraño que Kanipe no se cruzara con él, ya que el sargento no siguió la pista sino que cortó campo a través por Weibert’s Ridge, tal como le indicó Tom. Martin sí que desanduvo el camino recorrido tal como le indicó Cooke, y por esa razón es lógico que en la pista se cruzara con Boston.

“Si hubo orden, no la obedecieron. Mira, si de verdad era un mensajero, igual ese fue el motivo por el que McDougall y Mathey negaron haber recibido órdenes de Custer. No obedecieron.”
Me sorprende que te equivoques en esto, creo que has leído lo suficiente para saber que el mismo McDougall afirmó haber hecho lo posible para cumplir esa orden, mandando insistentemente que se acelerase la marcha. Horas antes Cooke en persona había ordenado con similar insistencia que la retaguardia se moviera despacio y fuera de la polvorienta pista india. Si Kanipe no comunicó la contraorden, ¿crees que McDougall avivó el paso en un súbito acceso de insubordinación, y que mintió al tribunal pretendiendo que lo hizo por orden de Custer? No, McDougall no fue insubordinado ni mentiroso, solo se mostró deliberadamente ambiguo sobre la orden que llegó de Custer haciendo responsable de su recepción a Mathey. Quizá por salvar su cara y la de su mando, que sin duda pudo haber avanzado más deprisa… de haber sabido el peligro que corrían Custer y su ala.

“El convoy de las mulas no se desvió de la pista. Siguió el rastro del Regimiento.”
Tampoco aciertas en esto, aunque aquí la culpa corresponde a los autores que sigues, quienes por considerar intrascendentes los movimientos del tren anteriores a Reno Hill obviaron buscar y analizar los testimonios relativos a su marcha de aproximación. Y así incurrieron en la equivocada suposición de que el cuerpo de retaguardia debió subir a los farallones por el mismo punto que los batallones de Custer y de Benteen. No fue así. McDougall siguió la pista del regimiento hasta llegar a la altura de Weibert Ridge, entonces se desvió a la derecha y subió a las colinas por la ruta que había seguido Kanipe. Salió de la pista del Ash 3.5 km antes de que lo hiciera el Ala Derecha, y 4 km antes de que lo hiciera Benteen. Lo acreditan todos los testigos que describen la ruta de la retaguardia hasta Reno Hill, y lo corroboran los artefactos desenterrados por Donald Weibert en la subida a la colina de su nombre, asociables a vestigios de equipo y aparejo de mulas y de pertrechos militares varios, perdidos por el tren en su acelerada marcha. Los testimonios son contestes en afirmar que McDougall llegó por las alturas situadas al este de Reno Hill, de ahí que el capitán informase nada más llegar de que había oído descargas cerradas lejos a su derecha –obviamente porque se aproximó a Reno Hill desde el este, no desde el sur como Benteen.

“Vuelvo a insistir, ¿por qué McDougall lo negó? No tenía nada que justificar. Las mulas no estaban entrenadas y eran casi ingobernables
Lo vuelvo a repetir: McDougall jamás negó haber recibido una orden de Custer que cancelaba la recibida anteriormente –moverse despacio y en paralelo a la pista– y que le obligaba a avanzar a la mayor velocidad posible; se excusó diciendo que la susodicha orden debió recibirla Mathey. En un cara a cara con Kanipe no se le ocurrió negar la evidencia y admitió (por escrito y dos veces) haber recibido la orden de manos del sargento. Claro que en 1897 no había nada en juego. En 1879 tampoco, en el sentido de que el tribunal no lo estaba investigando a él. Pero sí estaba ante el tribunal de la opinión pública, y quizá por eso quiso descargarse con declaraciones ambiguas de la responsabilidad de no haber avanzado más deprisa. Nosotros sabemos de las deficiencias del tren y de que a cierta distancia los soldados pueden parecer indios pese a los uniformes y estandartes –pero explícaselo a la opinión pública de entonces, ávida de hallar culpables.

“Referente a los comentarios y entrevistas de: DeVoto (Cía. B), Burkman (Cía. L), Windolph (Cía. H), Corcoran (Cía. K) McGuire y Mahoney (Cía. C). La verdad es que todo lo que salió a posteriori del TIR de 1879, hay que cogerlo con mucha precaución.”
En otras palabras, prefieres dar crédito a las especulaciones de modernos autores amarillistas antes que a cuatro oficiales y seis soldados que estuvieron allí y vieron a Kanipe desempeñar su misión. Lo vieron. Y un séptimo soldado, Thompson, escribió en su diario de campaña que supo de la misión de Kanipe el mismo 25 por la tarde, de boca del propio sargento. Pones en duda sus testimonios especulando con que algunos debieron leerlo en las crónicas periodísticas que generó el RCOI (aunque no todos sabían leer), pero te olvidas de que en las actas no quedó acreditada al 100% la identidad del sargento (Kanipe o Hanley). Quienes afirmaran en aquellos años que aquel sargento fue sin duda Kanipe es porque en efecto lo vieron actuando de mensajero. No tenían razón para mentir al respecto.

“La carta de recomendación de McDougall a Kanipe para un trabajo veinte años después, no prueba tampoco nada. McDougall nunca pensaría cuando escribió la carta que un documento privado fuera a ver la luz. Era un simple favor a un camarada.”

Vuelves a sumergirte en conjeturas. Como McDougall, varios otros antiguos oficiales escribieron cartas de recomendación para Kanipe, tan calurosas que le ayudaron a conseguir una buena colocación. Lo del mensaje de Custer solo lo mencionó (por razones obvias) McDougall, incluyéndolo a título de anécdota en su elogio del sargento, pero la carta hubiera sido igual de elogiosa y efectiva sin esa anécdota, lo que hace increíble que se inventase tal mentira por nada y para nada. Y tiene poco sentido lo que dices de que “nunca pensaría que un documento privado fuera a ver la luz”; se trataba de una recomendación para ocupar un cargo público como agente del fisco, y además salió en prensa en vida de McDougall. Pese a ello McDougall no solo no la desautorizó, sino que escribió una segunda carta dando más detalles sobre la orden que recibió de Custer. Además, mayor repercusión había tenido en 1903 la publicación del relato canónico de Kanipe en un volumen de la prestigiosa Historical Society of Montana, y lejos de desautorizar nada de lo allí dicho, McDougall volvió a dar en 1905 otra prueba firmada a Kanipe de que en efecto él fue el correo que le envió Custer.

“Honestamente tengo que admitir que no pondría la mano en el fuego por mi teoría sobre Kanipe, pero tampoco la pondría por la tuya.”
No comparto la equívoca equidistancia de tu planteamiento. Aquí estamos hablando de una sola teoría conjetural, la nacida de las especulaciones sin fundamento de gente que escribe siglo y pico después de la batalla. Mi tesis descansa en el registro histórico, en el análisis contrastado de los testimonios y documentos que dejaron los testigos y protagonistas de la historia. No me invento nada, son tus autores los que pergeñan un cuento calumnioso basado en especulaciones inverosímiles (“todos los testigos están engañados o mienten porque sí”) y en la ambigüedad de McDougall (“sí, sí que llegó una orden pero no a mí, creo recordar que la recibió mi subordinado”), ambigüedad que el propio McDougall despejó por fin dando repetidas veces la razón a Kanipe. Por desgracia, y por experiencia, sé que ni este ni ninguno de los argumentos anteriores podrán sacar de su obcecación a benteenistas recalcitrantes como el autor al que me refería antes, necesitados de un Kanipe cobarde y embustero para mantener inmaculada su imagen de Benteen y denostar a placer a Custer, el gran “estratega de la derrota”.
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Re: Little Big Horn - 1876

Mensaje por George Horn »

Para empezar yo no tengo nada contra Benteen. El Capitán Benteen es el que se pasó el resto de su vida justificando su paseo campestre desde que volvió al rastro del Regimiento hasta que llegó Martini con la nota de Cooke. Esa fue su cruz.

Los cronometrajes varían mucho de unos a otros, pero la verdad es que allí el único que registró las horas fue Wallace (Gerard también afirmó haber mirado mucho su flamante reloj). En cuanto al punto de partida de Kanipe, tampoco se puede asegurar al cien por cien el punto exacto. Pero según los testigos se encontraron con Martini una milla más o menos después de dejar a Kanipe. Una milla (1.609 m), a trote de mensajero como mucho son cinco minutos. Si salió quince minutos después, le recortó a su sargento diez minutos y con un caballo herido. Del caballo de Kanipe nunca se ha dicho nada. Kanipe se lo tomó con calma.

Otro punto en contra de Kanipe es que siendo un sargento más o menos cualificado, y con cierto nivel de comprensión militar, no le dijo a Benteen que la cosa estaba caliente, que Reno ya estaba combatiendo contra los indios. Que no le dijo nada está muy claro, porque Benteen siguió con su ritmo de paseo hasta varios minutos después. Es con la nota que trae Martini, cuando acelera y cambia del paso al trote.
En cuanto a Wagner y los demás no sigo a nadie en concreto. Cada uno tiene sus ideas y teorías y muchas (la gran mayoría) chocan unas contra otras. Tengo muchos libros sobre el LBH, más de cien. Muchos de ellos la verdad no valen gran cosa, son repetitivos y no aportan nada nuevo. Los publicitan diciendo que tienen el último descubrimiento, y la verdad absoluta de la batalla. Pero normalmente sólo son una decepción más. Leyendo a unos y a otros, cada uno se va haciendo su propia película. Hay mil teóricos y mil teorías. Si yo supiera cuál es la correcta desecharía todas las demás en un segundo.

Pero hablando del sargento Daniel Kanipe, para mí es un periférico muy periférico de LBH. Su aportación a la historia de la batalla, sea cierto que fue o no un mensajero es nula. Su intervención no cambió el curso de nada. Ni para bien ni para mal. Creo que él se aprovechó de la fama que consiguió en sus últimos años de vida, y que los que le entrevistaron y escribieron sobre él, también sacaron su tajada. Lo comido por lo servido.
Me dices que McDougall no negó que hubiera recibido la orden de Custer. Si no lo hubiera negado, nunca hubiera existido la duda. Lo negó en el RCOI. Y sí; Kanipe hubiera sido un buen testigo porque a McDougall le preguntaron si desde la separación del Regimiento había recibido alguna orden, y dijo que no.

Lo de cartas de recomendación y demás entrevistas de personajes muy, muy laterales, la verdad es que me suena muy falso. ¿Que lo hayan dicho?, bien…, ¿y por eso es verdad? En los juicios, la mitad de las declaraciones son mentira y la otra mitad no son ciertas.

Tampoco pienso que Kanipe fuera un descerebrado ni un cobarde ni nada raro. Creo que se le fundieron los plomos por unos momentos y perdió el norte. Luego se recompuso y actuó bien en Reno Hill.

Del asunto de los tres oficiales que lo mencionan; McDougall lo negó como San Pedro negó a Cristo. Años más tarde a McDougall le pasó como a San Pablo camino de Damasco. No sé si McDougall se cayó del caballo, pero parece que vio la luz y recuperó de forma milagrosa la memoria. No sé la razón ni el motivo de primero negar a Kanipe, y años después darle la razón. Creer una u otra versión te hace jugar a cara y cruz. Por lo tanto yo creo que la primera declaración en caliente es probablemente la correcta. Kanipe no le llevó ninguna orden.

El segundo es Edward Godfrey. En su diario de campaña (presumiblemente escrito sobre la marcha), dice que el Coronel Benteen recibió una nota del Coronel Cooke, anunciando que el poblado estaba cerca y apremiándolo para que acercara los paquetes. Después escribe (pero es obvio que se equivoca en el orden): Un sargento de una de las Compañías nos pasó y comentó: “Los tenemos chicos”.

En el RCOI en 1879 responde a la pregunta del Fiscal Militar: Pasamos por el tepee con el indio muerto. Nos encontramos con un sargento que iba en busca del tren de mulas y les dijo a algunos hombres de la Compañía: “Los tenemos”. Yo no entendía nada, no dijo nada más a los hombres y se fue para la retaguardia. Le vuelve a preguntar el Fiscal Militar: “¿Sabes a dónde fue ese sargento una vez que pasó hacia atrás? No lo vi. Supongo que al tren de mulas”. Ni la Corte ni el abogado de Reno Lyman Gilbert se molestaron en preguntarle nada.

Más tarde en 1892 en su artículo en la revista “Century” escribió: “Después de pasar el pozo de agua llegó un sargento con una orden de Custer, para el comandante del tren de mulas. El sargento fue enviado con el mensaje. Pasó la columna y les dijo a los hombres: “Los tenemos muchachos”. En 1908 revisó el artículo para su reimpresión, ahí ya le dio nombre (Kanipe) y le asignó Compañía (C).

El tercer oficial es el Teniente Winfield Edgerly. En su primera carta conocida del cuatro de julio a su esposa no menciona ni a Martini ni a Kanipe. No habla de ningún mensajero.

En el RCOI, a la pregunta de (vaya preguntita, en la pregunta ya va la respuesta): “¿Te acuerdas de la llegada de un suboficial diciendo algo del tren de mulas, y de ser así que dijo?”. Respondió: “Un sargento de la Compañía C llegó, saludó al Capitán Benteen y le dijo que Custer quería que llevara los paquetes. Benteen le dijo que se equivocaba, que era McDougall quién estaba al mando de las mulas y le indicó el sitio por el que venía”. Edgerly en el Tribunal no lo identificó por el nombre. No sabía si era Hanley o Kanipe, creía que era Hanley. Esto de no saber quién era de los dos, a mí me dice que nadie se creía la historia (simplemente porque McDougall y Mathey lo negaban). Edgerly si no, habría preparado la respuesta. El abogado de Reno le preguntó cuantas órdenes había recibido Benteen de Custer desde la separación, Edgerly respondió: “Vi a un sargento mayor que se acercó y habló con Benteen, después regresó (el sargento mayor Williams Sharrow). Después un sargento de la Compañía C se acercó con órdenes para el tren de carga. Recibió instrucciones y fue hacia McDougall. Luego llegó el trompetista Martini, el último hombre”. No aporta nada. Kanipe llegó, pero eso no demuestra que diera las instrucciones a McDougall.

Su primer relato público en “The Leavenworth Weekly Times” en 1881, menciona a Martini pero de Kanipe no dice nada. Sospechoso también.
En su relato de, o posterior a 1909 dice: “El sargento Kanipe de la Compañía C vino con una orden de Custer, para el comandante del tren de carga para apurarlo. Lo mandaron hacia el tren y al pasar junto a la columna gritó: Los tenemos chicos”. Otro como McDougall que recobra la memoria misteriosamente treinta y tres años después. Además repite las mismas palabras que escribió Godfrey en “Century”: “Los tenemos chicos”. Creo que lo escribió de oído. No me vale tampoco.

Yo no discuto si Kanipe llegó hasta Benteen. Es evidente que llegó a la altura de Benteen. Lo que yo niego es que llevara órdenes reales. Pero como ya he dicho antes, es que la historia de este hombre es irrelevante para el resultado final de la batalla.
Como dije en el post anterior, no puedo asegurar que mi idea sea la correcta. Pero si me tendría que jugar el cuello, apostaría a que Kanipe no era un mensajero.

Todos sabemos que el Séptimo era un Regimiento muy sui géneris; de Custer y de los Custers. El brutal nepotismo de Custer era más que evidente. Quizás al final eso fue lo que le costó la vida. Pero aún y eso, las normas no se pueden cambiar, romper o violar en el Ejército. Custer era un maniático de las Ordenanzas y no lo consentiría. Tom Custer nunca pudo dar esa orden directamente a Kanipe.

Como admiten el noventa por ciento de historiadores, autores y aficionados a la batalla, Tom Custer estaba adscrito a la Plana Mayor. Por lo tanto, Tom Custer no podía romper la cadena de mando. Tú dices que Tom actuaba como Edecán de su hermano durante la campaña (yo también lo creo). Por cierto; según declaraciones de Kanipe, Tom Custer era el Capitán de su Compañía C, y cabalgaba junto a ellos, no en vanguardia con su hermano: “Tom Custer, hermano del General, era el Capitán de mi tropa "C", cabalgamos duro, pero cuando llegamos a la cima, los indios se habían ido” (En el artículo del Greensboro Daily, 27 abril 1924). Pues bien, hay una cosa en la que Daniel Kanipe se mantuvo firme durante toda su vida: que fue enviado por Tom Custer. Aquí algo chirría, Tom Custer no tenía autoridad para mandar a nadie de la Compañía C. Tom Custer le habría dado la orden al comandante de la C, al Teniente Henry Harrington, éste a su vez le habría dado las órdenes a Kanipe.

Otra cosa muy de sentido común, Kanipe (parece ser verdad), estaba bien considerado tanto por los oficiales como por la tropa. Los galones de sargento no los dieron en una rifa. Por lo tanto tendría un mínimo de inteligencia y dotes de mando. Cuando Kanipe llega a la altura de Benteen, dice que lleva órdenes para el convoy de mulas y a Benteen le dice que se acerque rápido, nada más. Benteen estaba en aquellos momentos con una venda en los ojos, no sabía nada de nada de lo que estaba pasando por delante. Un sargento mensajero lo mínimo que le hubiera dicho es que Reno había cruzado el río, y estaba cargando contra los indios. Que Custer iba río abajo con cinco Compañías para buscar un vado, cruzar y cargar. ¿Por qué Kanipe no le contó a Benteen por lo menos que Reno estaba luchando contra los indios?

Son muchas las cosas oscuras, y no se aclaran ni aclararán con los escritos y declaraciones de participantes, que recuerdan cosas treinta o más años después.
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Re: Little Big Horn - 1876

Mensaje por Capitán Prat »

Hola a todos:
Es claro que la batalla de Little Big Horn no se ha convertido solo en un momento emblemático de la historia norteamericana. De alguna manera y por diversas vias tambien tiene su "espacio" en la historia mundial, y no solo la especializada en el ambito castrense.
A ello claramente ha ayudado en el siglo XX el cine y la televisión.
Para aquellos que nos gusta el cine y que cuando niños veiamos mas cine en nuestras casas que en el cine mismo ( Y me refiero a cine, no a los juegos videos transferidos a las pantallas ( casa Marvel en completo) ) nuestras mentes deben recordar varias peliculas y series de televison que trataban sobre el tema.
Claro, era el monopolio del cine y de la Television de USA. Por supuesto si hubieramos vivido en otra parte del mundo, ese lugar y momento de la historia quizas no estarian en nuestros recuerdos.}
Dicho esto quisiera dejar aqui la transcripcion de un articulo acerca de la evolución del personaje del teniente coronel George A.Cusrter a traves del cine y de la television
Deberan disculpar si la traducción tiene errores e incoherencias pues por sistema automatico.
Si quieren el texto en su idioma original les dejo el enlace:https://blog.richmond.edu/heroes/2017/0 ... important/


General George Custer y por qué las películas son importantes
14 de agosto de 2017Héroes legendarios , héroes de guerra
Custer_PortraitPor JA Schultz

Las películas no son historia.

Eso es casi evidente. Se necesitan habilidades muy diferentes entre grabar algo para la posteridad y llevar una historia conmovedora a la pantalla. Y como tal, lo que se muestra a una audiencia siempre debe tomarse con un grano de sal. Los hechos pueden modificarse por motivos de entretenimiento. Los eventos pueden cambiar, a veces más allá del reconocimiento, por el bien de la trama.

Sin embargo, las películas no deben descartarse por completo. Porque si bien no son un registro exacto de la historia, de hecho se conservan momentos en el tiempo. Qué registro de cine y televisión es cómo la gente (los escritores y la audiencia para la que fueron creados) percibió el mundo que los rodea. ¿Qué hizo al héroe? ¿Qué hizo el villano?

Un buen ejemplo de la intersección de la realidad y la ficción es la vida del general George Armstrong Custer.

El Custer de la historia, el hombre de carne y hueso, es más conocido por el peor día de su vida: la Batalla de Little Big Horn cuando el 7º de Caballería se encontró con las tribus unidas de Lakota Sioux y Cheyenne. Custer y su regimiento no sobrevivirían, pero a partir de ese momento nacerían doppelgangers extraños, a veces casi irreconocibles. Doppelgangers que siguen existiendo hasta el día de hoy.

La primera de esas creaciones ficticias en realidad ocurrió unos pocos años después de la batalla, aunque aún no se filmó. "Buffalo" Bill Cody incorporó el custerslaststandevento en su programa del salvaje oeste, que durante un tiempo incluso protagonizó la némesis de toda la vida de Custer, Chief Sitting Bull. El programa retrató lo que se convertiría en la conocida historia de Custer: el noble guerrero que lucha valientemente en una batalla desesperada contra todo pronóstico.

No pasó mucho tiempo antes de que la historia contada antes de que una audiencia en vivo encontrara su camino hacia el floreciente medio cinematográfico. Custer el héroe haría su camino en películas como El Camino de Santa Fe (1940), Murieron con las botas puestas (1941) , 7 º de Caballería (1956) , y mucho más tarde en series de televisión como Cheyenne (temporada 4 episodios “Oro, Glory y Custer ”). El hombre parado en la colina, rodeado de enemigos y traicionado por aliados, haciendo su última resistencia. Se convertiría en la versión de Custer con la que la mayoría de la gente se familiarizaría, tanto si estaban de acuerdo con ella como si no.

Sin embargo, curiosamente, este no sería el único doppelganger que cobra vida en el ámbito de la pantalla.

La primera versión embrionaria de un Custer menos noble llegó en la forma del teniente coronel Owen Thursday en la película de 1948 Fort Apache. Aunque en realidad no interpreta a Custer, el actor Henry Fonda interpreta a un personaje cuyo exceso de confianza y arrogancia finalmente lleva a su mando a una masacre muy parecida a la de Little Big Horn. Pero la versión completa de este nuevo Custer vendría en películas posteriores como Little Big Man (1970), The French / Italian farce Don't Touch the White Woman! (1974), La corte marcial de George Armstrong Custer (1977), alternativamente histórica , y Una noche en el museo: Batalla por el Smithsonian.(2009). Custer era ahora un tonto torpe en el mejor de los casos o un loco asesino en el peor de los casos. El punto más bajo de esta versión de Custer llegó en la serie de televisión de la década de 1990 Dr. Quinn, Medicine Woman, donde Custer era un sádico brutal que era una amenaza tanto para amigos como para enemigos. Custer the Hero todavía existe, pero ahora tiene que compartir espacio con Custer the Villain y Custer the Buffoon.

Sin embargo, estos doppelgangers, el héroe noble y el asesino torpe, en realidad dicen más sobre nosotros, los escritores y la audiencia, que el hombre real. En el tiempo transcurrido desde que la sociedad Little Big Horn ha cambiado. Las actitudes hacia los nativos americanos, los gustos en entretenimiento y la Custer2tendencia a deconstruir héroes en lugar de construirlos conspiran para cambiar la forma en que vemos a las figuras históricas. Ya no es popular retratar a un general de un poder agresivo y en expansión, como lo era Estados Unidos en el siglo XIX, como una figura heroica (e incluso esa frase por sí sola probablemente podría causar un acalorado debate).

Y es por eso que las películas y la televisión son importantes cuando se trata de comprender a los héroes. Son nuestro inconsciente colectivo donde se dan forma a nuestros sueños y miedos. Nuestros conceptos de moralidad y nobleza se juegan. Momentos congelados, como insectos atrapados en ámbar, que nos dicen cómo era el mundo cuando fueron creados. Nos dicen qué fue importante para quienes los hicieron, ya sea que estemos de acuerdo con ellos o no. Las sensibilidades modernas no pueden alterarlos. Las películas y la televisión pueden ser suprimidas, “reimaginadas” o editadas, pero algo de los cuentos permanecerá. Puede que no siempre nos guste lo que vemos en estas sombras en la pantalla, pero es importante que las veamos por lo que son y aprendamos de ellas.

Y tal vez sea consciente de lo que estamos dejando atrás, porque los héroes en pantalla de hoy pueden convertirse en los villanos del mañana.

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Re: Little Big Horn - 1876

Mensaje por Capitán Prat »

Volviendo al ambito castrense: no recuerdo bien si se menciona en este hilo, pero varios documentales mencionan no solo el hecho de que la mayoria de la tropa eran inmigrantes, sino que ademas que, por una parte, el entrenamiento de la misma demostro a todas luces ser insuficiente y ademas, y considerando ante quien eventualmente debian combatir, era un modelo inadecuado.
La caballería de los Estados Unidos tenia como doctrina tactica el uso de las unidades montadas como verdadera infantería montada, no como una fuerza de choque, lo que seguía siendo el parametro europeo por lo menos para las unidades "pesadas".
Se parecian mas bien a una especie de "dragones".

Por ello tanto su despliegue como sus armas, la famosa carabina Springfield Modelo 1873, implicaban en las circunstancias en que se dio la batalla, una especie de incapacidad inicial para enfrentar con algun margen de exito a un adversario que no atacaba en un despliegue de formaciones regulares, sino que usaba tacticas de "golpear y correr".
Claro que habría que mencionar que los indios de las praderas usualmente rehuian el choque directo con la caballeria norteamericana, por lo que lo ocurrido en Little Big Horn escapaba de la poca experiencia que el ejercito de los Estados Unidos habia tenido en los escasos enfrentamientos con los indios.
Aun asi, el Septimo claramente era una tropa mal preparada para cualquier otra cosa que no fuera un enfrentamiento de manual.
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Bruno Stachel
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Re: Little Big Horn - 1876

Mensaje por Bruno Stachel »

Capitán Prat escribió: 25 May 2021 No pasó mucho tiempo antes de que la historia contada antes de que una audiencia en vivo encontrara su camino hacia el floreciente medio cinematográfico. Custer el héroe haría su camino en películas como El Camino de Santa Fe (1940), Murieron con las botas puestas (1941) , 7 º de Caballería (1956) , y mucho más tarde en series de televisión como Cheyenne (temporada 4 episodios “Oro, Glory y Custer ”). El hombre parado en la colina, rodeado de enemigos y traicionado por aliados, haciendo su última resistencia. Se convertiría en la versión de Custer con la que la mayoría de la gente se familiarizaría, tanto si estaban de acuerdo con ella como si no.
Custer también protagonizó una serie (de corta vida) de la ABC de 1967, titulada, muy originalmente, "Custer", Wayne Maunder interpretando al general niño en una versión muy edulcorada y heroica de sus comienzos en el 7º de Caballería. Sólo duró una temporada de diecisiete capitulos, aunque tenian previsto que durara hasta terminar en la batalla de Little Big Horn (viendo como fue la tónica de esos capítulos, me imagino como hubiera sido su versión de la batalla... "Murieron con las botas puestas" parecería una fiel versión de los hechos...). Enfrentada a "El Virginiano", no tuvo demasiada suerte en la lucha por la audiencia. Además, recibió feroces críticas de los nativos americanos por su apología de Custer.
Palo Dixit: posible Anticristo, Cule y Salido que provoca manifas por donde pasa y vacalentacialano parlante.

"Que no panda el cúnico, chicos", dijo ella.

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Re: Little Big Horn - 1876

Mensaje por Capitán Prat »

La lectura de los articulos que han publicado Blaque y George Horn demuestra quizas uno de los aspectos menos "heroicos" de cualquier acción militar y en especial de una derrota: los oficiales, en especial aquellos que en su fuero intimo se saben de alguna manera responsable de lo ocurrido, tratando se salvar algo de su pellejo.
Es muy cierto que en cualquier acción militar, donde la confusion gobierna el campo de batalla, estar atento al detalle de las horas o de lo que se dijo o se dejó de decir es muy dificil, identificar a una unidad respecto de otra mientras las balas surcan el aire buscando una carne que morder o las explosiones de las granadas anulan mente y espiritu, es practicamente imposible, pero el relato de los participantes en esta batalla da cuenta de una situación penosa. Pues se nota que eran conscientes de muchos de los errores y debilidades de su tropa y misión, pero no pudieron o no quisieron evitarlas o a lo menos disminuirla.
Es extremadamente dificil para un oficial subalterno negarse a cumplir una orden, la disciplina es la base de la existencia de un ejercito, pero se nota que oficiales como el capitán Frederick Benteen dejaron que su animadversion respecto de Custer se sobrepusiera a cualquier iniciativa propia en bien no solo del resultado de la misión sino de salvaguardar en algo la vida de los soldados.
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Re: Little Big Horn - 1876

Mensaje por George Horn »

Capitán Prat escribió: 25 May 2021 Volviendo al ambito castrense: no recuerdo bien si se menciona en este hilo, pero varios documentales mencionan no solo el hecho de que la mayoria de la tropa eran inmigrantes, sino que ademas que, por una parte, el entrenamiento de la misma demostro a todas luces ser insuficiente y ademas, y considerando ante quien eventualmente debian combatir, era un modelo inadecuado.
La caballería de los Estados Unidos tenia como doctrina tactica el uso de las unidades montadas como verdadera infantería montada, no como una fuerza de choque, lo que seguía siendo el parametro europeo por lo menos para las unidades "pesadas".
Se parecian mas bien a una especie de "dragones".

Por ello tanto su despliegue como sus armas, la famosa carabina Springfield Modelo 1873, implicaban en las circunstancias en que se dio la batalla, una especie de incapacidad inicial para enfrentar con algun margen de exito a un adversario que no atacaba en un despliegue de formaciones regulares, sino que usaba tacticas de "golpear y correr".
Claro que habría que mencionar que los indios de las praderas usualmente rehuian el choque directo con la caballeria norteamericana, por lo que lo ocurrido en Little Big Horn escapaba de la poca experiencia que el ejercito de los Estados Unidos habia tenido en los escasos enfrentamientos con los indios.
Aun asi, el Septimo claramente era una tropa mal preparada para cualquier otra cosa que no fuera un enfrentamiento de manual.
El Séptimo no era un regimiento muy bien avenido. Estaba por un lado el clan Custer (su hermano Tom, su cuñado Calhoun, sus amigos los capitanes Yates y Keogh...). Por otro lado estaba la facción anti Custer encabezada por el Capitán Benteen.
También había tensiones entre ingleses y alemanés. Había muchos inmigrantes y los soldados alemanes no soportaban a los sargentos ingleses y los soldados ingleses no aguantaban a los sargentos alemanes. Coktel explosivo.
No me desenvaines sin razón, no me envaines sin honor
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