Resultaba imperdonable que no estuviera ya aquí esta lámina:
La carga de Taxdirt - Augusto Ferrer-Dalmau
Con la mente en su amada España y el empuje en sus sables de toda la Península. De esta guisa cargaron, el 20 de septiembre de 1909, los 65 jinetes del Regimiento de Cazadores de Caballería Alfonso XII. Estos hombres atacaron aquella triste jornada a un contingente de más de 1.500 marroquíes en las afueras de Taxdirt (cerca de Melilla) con el objetivo de evitar que sus compañeros fueran masacrados por los rifeños. Y lo hicieron a las órdenes de José de Cavalcanti y Alburquerque, quien sabía que bajo las herraduras de sus jamelgos estaba la salvación de varios batallones que habían quedado aislados en el campo de batalla de aquellas tierras melillenses. El resultado de la llamada «carga de Taxdirt» fue una ingente cantidad de bajas, pero también la gloria y la inmortalidad.
65 valientes del Regimiento de Cazadores de Caballería Alfonso XII se lanzaron en una heroica carga contra el enemigo. En sus mentes, España y sus compañeros. En sus manos, los sables sedientos de sangre. Aquel ataque debió llevar consigo todo el empuje de la Península, pues hizo cundir el pánico entre los harqueños, que empezaron a retroceder.
A pesar de ello, la batalla estaba lejos de haberse ganado. Tras el primer choque, Cavalcanti ordenó en dos ocasiones a sus jinetes retirarse hasta un cañaveral cercano con el objetivo de reagruparse y volver a atacar. La segunda carga la hizo con apenas 40 jinetes. La tercera, con una veintena. Después de esta heroicidad, los escasos hombres que todavía tenía a su cargo se retiraron de nuevo hasta el cañaveral, dejaron sus monturas a un lado, clavaron rodilla en tierra, y comenzaron una épica defensa contra el enemigo, ahora ávido de venganza. Con la llegada de refuerzos la situación se resolvió al final.
Al final de la jornada el teniente coronel contó 25 bajas. Una sangría para una unidad de menos de 70. Pero todos ellos fueron héroes, pues no solo lograron que sus compañeros pudiesen salvarse, sino que hicieron huir a aquel gigantesco contingente y sirvieron la victoria en bandeja a la infantería.