- [21.23] Complacido por esta visión, procedió a cruzar el Ebro con su ejército, en tres grupos, tras enviar hombres por adelantado para asegurarse con sobornos la buena voluntad de los habitantes galos en sus lugares de cruce y también para reconocer los pasos de los Alpes. Llevó noventa mil de infantería y doce mil de caballería a través del Ebro. Su siguiente paso fue someter a los ilergetes, los bargusios y a los ausetanos, así como el territorio de la Lacetania que se encuentra a los pies de los Pirineos. Puso a Hanón al mando de toda la línea de costa para asegurar el paso que conecta Hispania con la Galia, y le dio un ejército de diez mil infantes para mantener el terreno y mil de caballería. Cuando su ejército comenzó el paso de los Pirineos y los bárbaros vieron que era cierto el rumor de que les llevaban contra Roma, tres mis carpetanos desertaron. Se dio a entender que les indujo a desertar no tanto la perspectiva de la guerra como la duración de la marcha y la imposibilidad de cruzar los Alpes. Como hubiera sido peligroso exigirles volver o tratar de detenerlos por la fuerza, por si se levantaban los ánimos del resto del ejército, Aníbal envió de regreso a sus casas a más de siete mil hombres que, según había descubierto por sí mismo, estaban cansados de la campaña; al mismo tempo hizo parecer que los carpetanos habían sido despedidos por él.
Livio.
Evacuados estos asuntos en el transcurso del invierno, y puesto el conveniente resguardo en las cosas de África y España, sacó su ejército el día señalado, compuesto de noventa mil infantes y cerca de doce mil caballos. Pasado que hubo el Ebro, sojuzgó los ilergetas, bargusios, áirennoslos y andosinos, pueblos que se extienden hasta los Pirineos. Tras de haber sujetado todas estas gentes y haber tomado por fuerza algunas de sus ciudades pronta e inesperadamente, bien que después de frecuentes y reñidos combates y con pérdida de mucha gente, dejó a Annón el gobierno de todo el país de parte acá del Ebro y el mando de los bargusios, de quienes principalmente se desconfiaba por la amistad que tenían con los romanos. Separó de su ejército diez mil infantes y mil caballos para Annón, y le dejó el equipaje de los que habían de seguirle. Despidió otros tantos a sus casas, con el propósito, ya de dejar a éstos afectos a su persona y dar a los demás esperanzas de volver a su patria, ya de que todos, tanto los que iban bajo sus banderas como los que permanecían en la España, tomasen las armas con gusto, si llegaba el caso de necesitar de su socorro. Con esto, desembarazado del bagaje el restante ejército, compuesto de cincuenta mil infantes y nueve mil caballos, tomó el camino por los montes Pirineos para pasar el Ródano; armada a la verdad no tan numerosa como fuerte y aguerrida con las continuas campañas que había hecho en la España.
Polibio.
Llama también la atención que, aunque ambos párrafos parezcan calcados, Polibio no diga nada sobre los carpetanos en concreto. Aquí Lvio parece ir un poco más lejos con sus licencias. ¿Quiénes son estos carpetanos? Livio, no obstante, ya los había mencionado como un grupo conflictivo durante el sitio de Sagunto.
En todo caso, lo de los carpetanos sirve para ambientar una fábula de esas que tanto gustaban entonces. El astuto Aníbal tapó aquella fuga licenciando a otras tropas más. Seguramente se tratase de una simple tradición oral, pero la pregunta sigue estando ahí. ¿Por qué carpetanos? ¿Tenía alguna fijación personal Tito Livio con ellos o este gentilicio iba ya unido a la fábula desde antes?
En mi opinión, Livio duplica la anécdota de los carpetanos:
- “Ambas partes siguieron fortificándose y combatiendo con la mayor energía, pero, al tener que defender la parte interior de la ciudad, los saguntinos reducían continuamente sus dimensiones. Además de esto, hubo una creciente escasez de todo conforme se prolongaba el asedio y disminuía la expectatva de ayuda externa; los romanos, su única esperanza, estaban demasiado lejos y todo lo que había a su alrededor estaba en manos enemigas. Durante unos días, los decaídos ánimos revivieron por la repentina partida de Aníbal en una expedición contra los oretanos y los carpetanos. La forma rigurosa en que se habían alistado las tropas de estas dos tribus produjo gran malestar y habían mantenido a los oficiales que supervisaban el alistamiento prácticamente como prisioneros. Se temía una revuelta general, pero la rapidez de los inesperados movimientos de Aníbal les tomó por sorpresa y abandonaron su actitud hostil.”
Livio.
Lo más sorprendente es que, aunque como Polibio no menciona a los capretanos en estos dos escenarios, Sagunto y los Pirineos y, por tanto, se podría pensar que Livio está recurriendo a otra fuente, hay un tercer escenario, anterior, en el que Polibio sí que menciona a los carpetanos. La fuente original, y esto es lo mejor, podría seguir siendo Polibio, o bien, él y Livio estar consultando la misma.
- “A la vuelta, los carpetanos, nación casi la más poderosa de aquellos países, le atacaron y pusieron en el mayor apuro. Se habían unido a éstos los pueblos vecinos, conmovidos principalmente Por los olcades fugitivos, y sublevados por los salmantinos que se habían salvado.”
Polibio.
A ver cómo desenredamos esto y para dónde se van los carpetanos.
A Polibio con la geografía no se le puede pillar, porque, como ya djie, la inventó él. La matización es muy buena:
- ...conmovidos principalmente Por los olcades fugitivos, y sublevados por los salmantinos que se habían salvado.