Pablorojo escribió: ↑22 Oct 2020 14:20
Pero sabes si llegaron a combatir contra carros de Tanzania ????
No desenfundes tan deprisa, forastero...
2. De cómo Uganda se convirtió en un matadero con Idi Amín
La guerra entre Tanzania y Uganda parece surgir de improviso y de haber sido planeada de forma harto apresurada. Todo comienza en 1978, y aquí conviene hacer un pequeño inciso.
Tras las invasiones de los lealistas de Obote de 1972 desde Tanzania y Sudán, derrotadas con ayuda libia, a Amín se le desata una furia impresionante y se lanza a una represión que desborda todo lo visto hasta el momento. Refuerza el ejército y lo expande, además de dar carta blanca a los soldados para "impartir justicia". Debido a esta violencia y a que cada vez hay más soldados en el ejército procedentes de la zona del Nilo Occidental, cuya lengua era el suajili, la población ugandesa comenzaron a ver al ejército de su país como una fuerza "extranjera". Peor todavía, la paranoia de Amín iba a más, en proporción completamente inversa a la lealtad de las tropas, que no podía comprar con tanta facilidad como antes por la crisis galopante que iba a peor. La caída en desgracia de los Alur, el primer grupo procedente del Nilo Occidental en perder el favor de Amín, marca una nueva etapa en la crueldad de Amín, que desconfía de los Alur porque son muy numerosos y los considera un peligro, con el resultado obvio: una violenta purga que deja a Stalin como una persona mesurada y sensata.
El oficial Alur de más alto rango, el teniente coronel Valentine Ochima, fue destituido de su cargo en el Consejo de Defensa y encarcelado en julio de 1971. Tras la invasión de Obote, Ochima fue fusilado y todos los demás oficiales Alur apartados de todo puesto importante. A continuación, le llegó el turno a los Madi porque se oponían a la creciente influencia de los musulmanes en el régimen. Los soldados madi también fueron acusados de ser indisciplinados y de ayudar a los insurgentes anti-Amin, así que tocó prugarles; los siguientes fueron los Lugbara, pues eran la tribu más grande del Nilo Occidental. Para reemplazar a las tropas purgadas, Amin comenzó a reclutar a un número creciente de sudaneses, aprovechando que habia terminado la primera guerra civil sudanesa y que muchos rebeldes habían cruzado la frontera con Uganda.
Antes semejante caos, algunos oficiales Lugbara, Madi y Alur quisieron ponerle fin derrocando a Amin (salvar el gaznate seguro que tuvo mucho que ver en su intento), pero su conspiración fue aplastada en julio de 1973. A finales de 1973, los Alur, Lugbara y Madi fueron marginados y varios comandantes de alto rango pertenecientes a estas tribus habían sido expulsados del ejército de Uganda o asesinados. El ejército también demostró ser incapaz de contener las incursiones de los saqueadores de ganado Turkana de Kenia, aunque en varias ocasiones cruzaron la frontera en persecución y tomaron represalias contra los kenianos tanto allí como en Uganda.
El creciente número de extranjeros en el ejército llevó a muchos oficiales ugandeses a sentirse marginados, y, liderados por el brigadier Charles Arube (un Kakwa) y el teniente coronel Elly Aseni, conspiraron para derrocar a Amin. En respuesta al asesinato de un ministro de los Lugbara, el resto de la tribu se sumó al complot, que estalló en marzo de 1974, cuando las tropas de Lugbara iniciaron un levantamiento en el cuartel de Malire, una unidad de élite acampada en Kampala. Arube dirigió una fuerza de ataque para arrestar o matar a Amin, pero el plan no salió exactamente como él se esperaba: Amín mató a tiros a Arube, provocando el caos en los golpistas, y la revuelta fue aplastada. Aún estallaria otro motín, en noviembre de ese año, en el cuartel de Mbuya, que terminó con la derrota de los rebeldes y con los Lugbara sin poder alguno, dejando de ser el contrapeso del régimen de Amin, si es que alguna vez lo fueron. Desde 1975, el "núcleo Kakwa-Nubi-Anyanya" fue dominante en el ejército, aunque la mayoría de Madi, Lugbara y Alur se mantuvieron al menos nominalmente leales, ya que todavía se beneficiaban del régimen de Amin. También se mantuvo en el ejército un número "sustancial" de Madi, Lugbara y Alur.
En 1976 llegó la operación Entebbe, ya citada, que provocó la ruptura de relaciones con Israel y otra purga, en agosto, mientras unidades del ejército, fuera de control, se lanzaba a asesinar y a masacrar todos los keniatas que encontraron a su paso por Jinja y Makerere. También se lanzó una violenta campaña contra los contrabandistas que operaban en el lago Victoria. Que el ejército no pudiera acabar con ellos podría ser indicativo del estado de las fuerzas armadas ugandesas. Para no poder las costumbres, en 1977, el ejército de Uganda fue sometido a más purgas étnicas, que a veces se encontraron con resistencia y aumentó la insubordinación armada flagrante en el ejército. En un caso, un empresario contrató soldados para rescatar a su hermano, lo que resultó en un exitoso ataque a la prisión de Iganga y la liberación de 600 prisioneros. En otro caso, mientras que que un teniente coronel de la guarnición de Bondo supervisó personalmente la ejecución de sus oficiales acholi, otro optó por dar a sus subordinados acholi y langi un permiso para que pudieran huir. Las purgas también provocaron deserciones adicionales, ya que más personal Acholi y Langi huyó del país para unirse al grupo rebelde de Obote. Tras el derramamiento de sangre de 1977, Amin declaró que 1978 sería un "año de paz".
Ese, como se suele decir, era el plan.
Por si tenía pocos problemas, Amín tuvo que verselas, a partir de 1977, con su vicepresidente, el general Mustafa Adrisi, que debió cogerle el gusto a lo de purgar y la tomó con los extranjeros que servían en el ejército, en particular a los sudaneses, ya que sentía que los extranjeros no dependían lo suficiente del régimen y que por ello desertarían a la primera de cambio. Por eso era mejor eliminarlos y reemplazarlos por ugandeses del norte, más faibles. No le faltaba razón, pero, para entonces, el manicomio que era Uganda se encontraba en un estado de crisis aguda, ya que su economía e infraestructura se colapsaron, y las diferentes facciones del ejército competían entre ellos por los recursos restantes. Posiblemente Adrisi aspiró a más de lo que podía abarcar y fue relevado de sus carteras ministeriales por Amín después de tener un accidente automovilístico a principios de 1978. En consecuencia, y siguiendo con sus costumbres, Amin purgó a los leales de Adrisi del ejército, incluido el jefe de personal Isaac Lumago y otros oficiales de alto rango. Al final, Amin retiró de varias maneras a casi 3.000 soldados. Estas purgas reforzaron las sospechas de que el "accidente automovilístico" de Adrisi había sido un intento de asesinato. Adrisi, por su parte, se fue a El Cairo a que atendieran sus heridas y tardó cerca de un mes en volver, pero eso sí, sólo una vez recuperó su puesto. Visto los antecedentes de Amín, sólo puedo pensar que o bien Adrisi era un optimista incurable o que los tenía muy bien puestos (1).
Así, con semejante panorama, podemos concluir que, para estas alturas, Amín había perdido el poco juicio que le quedaba. Su ejército no estaba en la mejor de las formas. Un número significativo de los nuevos reclutas eran en realidad ugandeses, muchos de ellos niños, que habían sido reclutados por la fuerza; no faltaban, tampoco los mercenarios sudaneses y de Zaire. Con esta camisa y estas varas, Amín ordena, que se planee una invasión inmediata de la provincia de Kagera en Tanzania, con los medios estatales lanzando una campaña para justificar las reclamaciones ugandesas sobre el territorio. La invasión recibió el nombre en código de Operación Liberación.
La preparación apresurada duró sólo alrededor de una semana. El 10 de octubre de 1978, sin declaración de guerra, los MiG-17 y MiG-21 de las fuerzas aéreas de Uganda bombardearon Bukoba, la principal guarnición del ejército de Tanzania en la provincia de Kagera. Al mismo tiempo, el ejército cruzó la frontera.
(1) Aunque parezca increíble, Adrisi sobrevivió a Amín y vivió hasta 2013, cuando una diabetes se lo llevó por delante.
Palo Dixit: posible Anticristo, Cule y Salido que provoca manifas por donde pasa y vacalentacialano parlante.
"Que no panda el cúnico, chicos", dijo ella.
Brunodamus de día, Nostrastachel de noche, Talibán onanista.