fco_mig escribió: ↑17 Nov 2020
Bruno Stachel escribió: ↑15 Nov 2020
-Para que te respeten desde el primer día, busca al más grande y pégale una paliza.
-Ramón, no se yo si se va a hacer muy popular así en la guardería.
A este le cantaba yo la jota:
"Nosotros eramos ocho
Ellos eran cuatro
¡Vaya una paliza vaya una paliza
nos dieron a todos!
Yo como el más fuerte
Me tiré al más flojo
Y si no me lo quitan
me saca los ojos
¡Me c*go en su padre, me c" go en su padre
me saca los ojos!"
Con eso se demuestra la máxima que el número superior no es garantía. Mejor mantener la paz
En el cole, nos peleamos una vez seis (nosotros) contra tres (ellos... uno que se entusiasma en el partido de futbol del patio y se le escapa una coz demasiado fuerte; el otro, que es un quejica, venga a llorar porque le han partido el menisque por diecisiete sitios y se le sale el hueso; el hermano mayor del lesionado que se cabrea como una mona; el otro que se acuerda que la hermana de los dos se deja meter mano en el WC y va y lo suelta, p'hacer amigos, supongo... en fin, lo habitual, "a la salida del cole os esperamos"). Yo me ocupé con rapidez del que me tocaba y usando la pelota de reglamento lo dejé fuera de combate al chutarsela en toda la cara con todas mis fuerzas (una vez en el suelo le dí dos veces más con la pelota para asegurarme de que estaba p'allá).
Así pues, con la satisfacción de la fanea bien hecha, me voy la vuelta y... cuál no sería mi sorpresa al ver que los dos restantes estaban zurrando a mis colegas de lo lindo. Pero que castañas repartían. Esos dos pillan a Rocky y hacían llorar a Rambo. Tampoco era muy raro, porque eran dos bestias pardas que repartían tortas como si no hubiera mañana. Yo, tras considerar la situación táctica, y viendo que era aquello Balaclava y me tocaba hacer de la Brigada Ligera, como vi a los dos burrobestias muy ocupados, con gran pena por mi parte me dí el piro y me fui a casa con la pelota haciendo que no escuchaba los gritos desesperados de mis colegas. Joer, claro que me daban pena, claro que sí, por eso me fui, porque no soportaba verlos sufrir de aquella manera, guantazo va, guantazo viene; además, así al día siguiente no podría decir que les había oido llorar como nenazas. ¡Más pena me hubiera dado que aquellos bestianimales me hubieran dejado la cara hecha un Picasso!
Mis compas, por supuesto, estuvieron unos días sin hablarme. Lo que tardaron sus morros en rebajarse de tamaño y de curarse. Entonces me hablaron. Vamos que sí, menudo chorreo de palabrotas me soltaron. Debían creerse que yo era Gary Cooper o algo así. Desde ese día aplicamos una norma: "Los bestias grandotes, en nuestro bando, si no, que se peleara Petete y la Caponata con los otros".
Palo Dixit: posible Anticristo, Cule y Salido que provoca manifas por donde pasa y vacalentacialano parlante.
"Que no panda el cúnico, chicos", dijo ella.
Brunodamus de día, Nostrastachel de noche, Talibán onanista.