SEPECAT Jaguar GR Mk.1/A caza-bombardero de apoyo táctico de la Royal Air Force. Shigeo Koike
El Jaguar de ataque a baja cota y reconocimiento es uno de los primeros productos de la colaboración anglo-francesa en el campo de la aviación militar. Su avionica avanzada le permite navegar con precisión, volar con seguridad a la altura de las copas de los árboles y atacar devastadoramente en una sola pasada.
La historia del avión de ataque
SEPECAT Jaguar comenzó a principios de 1963, cuando la
Royal Air Force y la Armée de I'Air emitieron conjuntamente un requerimiento para un nuevo entrenador y avión de ataque. En esencia, la RAF buscaba un nuevo entrenador avanzado para reemplazar al
Folland Gnat; el nuevo avión debía tener prestaciones ligeramente superiores a las del
Northrop T-38A Talon, como una velocidad máxima de Mach 1,5 en lugar de 1,3, autonomía superior a una hora con el combustible interno incluyendo una aceleración supersónica de 10 minutos, y capacidad para operar desde pistas húmedas de 1.830 metros de longitud. La RAF insistió en la inclusión de dos motores, en aras de la seguridad, de vuelo. La contribución francesa era el requerimiento
ECAT (
Ecole de combat et d'appui tactique), que apuntaba principalmente a la consecución de un avión
STOL de ataque al suelo con un coste bajo que permitiese la construcción en grandes series para complementar al carísimo
Dassault Mirage IIIV, un avión pesado V/STOL de ataque. La función de entrenamiento era una necesidad secundaria, orientada a una eventual sustitución del Lockheed T-33 y el
Dassault Mystére IV (papel que finalmente ejecutó el
Dassault-Breguet/Dornier Alpha Jet germano-francés). La función de ataque exigía que el avión
ECAT transportara un
misil AS.30 de 520 kg dentro de un radio de acción
lo-lo de 500 km, despegando en 800 metros a 15 metros de altura y aterrizando en una distancia similar, todo ello a una temperatura de 30 ºC. El alcance de autotraslado sería de 4.260 km sin reaprovisionamiento en vuelo. Podría decirse que los británicos buscaban un
T-38 mejorado, y los franceses deseaban algo que podría describirse como un
BAe Harrier de mayor alcance.
Combinar las necesidades de entrenamiento británicas con las francesas de un avión de ataque condujo inevitablemente a un diseño mayor y más pesado que el T-38 o el Harrier. Para que el nuevo avión fuese capaz de transportar un misil pesado en el soporte ventral, se necesitaba suficiente luz sobre el suelo bajo el fuselaje, y por consiguiente un tren de aterrizaje alto y fuerte; esta exigencia resultó a la larga beneficiosa al permitir la estiba de cargas más abultadas y pesadas que las del
Harrier.
Se sometieron a consideración diversos proyectos británicos y franceses, y resultó ganador el
Breguet Br.121. Entre los descartados figuraba el
Dassault Cavalier, pero Dassault adquirió más tarde el avión ganador, al absorber a Breguet en diciembre de 1971. En el curso del desarrollo de la especificación conjunta, los franceses habían añadido la demanda de una versión embarcada (
Jaguar M, por
Marine) con tren de aterrizaje reforzado, versión que se abandonaría en 1973.
Un cambio fundamental se produjo al desistir los británicos de su requerimiento de un entrenador avanzado, como resultado de la rápida escalada del precio de este avión supersónico relativamente grande. Hoy día se acepta de forma generalizada que la capacidad supersónica no es necesaria para el entrenamiento. La USAF cuenta sólo con un entrenador supersónico, el T-38, debido al alto coste del combustible y al limitado valor del aprendizaje supersónico. Las versiones biplazas del Jaguar sólo se utilizan para transición operativa.
A partir de la elección del Br.121, los dos gobiernos establecieron un Jaguar Management Committee conjunto que representaría sus intereses en el programa, mientras
Breguet Aviation y British Aircraft Corporation (ya integrada en
British Aerospace, BAe) fundaron
SEPECAT (
Societé Européenne de Production de l'avion ECAT) para desarrollar y construir el avion. Los dos constructores del motor formaron una nueva compañía denominada
Rolls-Royce Turboméca Ltd para desarrollar y producir el turbofan RT.172 Adour que debía propulsar al Jaguar.
Uno de los problemas iniciales de cualquier programa internacional es encontrar para el proyecto un nombre significativo en la lengua de los diferentes socios. En este caso el nombre «
Jaguar», elegido por ser idéntico en frances e inglés y por designar una fiera temible y veloz, que recorre grandes distancias en busca de su presa y acaba con ella de un único zarpazo, parece apropiado si se considera la capacidad supersónica del «
Jaguar», su larga autonomía, exactitud de navegación y precisión de bombardeo, así como su capacidad nuclear.