La Guerra Gótica (376-382)

Toda la Historia Militar desde la Prehistoria hasta 1453.

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La Guerra Gótica (376-382)

Mensaje por Sir Nigel »

En este hilo trataré la Guerra Gótica, especialmente el período entre los años 376 y 378, ya que son los años para los que hay más información. Aunque al final hablaré algo de lo que ocurrió en los años posteriores y de vez en cuando haré referencia a otros conflictos relacionados de alguna forma a éste.

En el año 376 el Bajo Danubio era una frontera tranquila. No había habido problemas desde el 369, el último de los tres años de campaña de Valente contra los godos tervingos a raíz del apoyo de su rey Atanarico al usurpador Procopio. El emperador había dirigido sus tropas a través del Danubio en dos ocasiones (367 y 369, ya que en el año 368 no se pudo atravesar el río debido a fuertes crecidas) y se había obtenido una completa derrota de los bárbaros, gracias a lo cual quedaron sometidos a lo que los romanos denominaban deditio. La deditio era, básicamente, una rendición incondicional en la que el gobierno romano establecía unilateralmente las cláusulas de los tratados. Al menos, ésta es la versión del resultado de la guerra que nos da Temistio, panegirista imperial de gran éxito a lo largo del reinado de cuatro emperadores. Lamentablemente los romanos etiquetaban como deditio todos los tratados firmados con extranjeros, así que para conocer exactamente qué ocurrió en cada uno de los casos hay que fijarse en la letra pequeña, concretamente en las cláusulas más favorables que los emperadores, en virtud de su innata generosidad, otorgaban voluntariamente a los bárbaros.

La guerra había sido dura para los tervingos. Ante el avance de los ejércitos imperiales Atanarico reaccionó con una hábil maniobra: huir. Durante tres años consiguió evitar el choque directo con el enemigo, alargando el conflicto a costa de ver sus tierras devastadas. Pero consiguió no perder. La escasez de resultados y la amenaza persa hicieron que los romanos cesasen sus operaciones militares, y se produjo un encuentro en medio del Danubio entre el emperador y el rey godo. El hecho de que el encuentro no se produjese en la orilla norte con el rey godo encadenado de pies y manos y su pueblo esclavizado nos da la primera pista de cuales fueron las verdaderas condiciones para la paz. Temistio nos pinta un cuadro reconfortante en el que Atanarico se vio avasallado por la inmensa superioridad intelectual del emperador, el cual se mostró más que generoso con el pobre godo. Atanarico parte de allí confundido pero contento, preso de emociones contrarias y “con el ánimo abatido por aquellos aspectos del tratado en los que había perdido la partida”. Los propios godos quedan retratados contraponiéndolos a los romanos de la otra orilla, éstos “en buen orden” y “con sosegado orgullo”, mientras que la orilla goda “se veía abrumada por un desordenado populacho que profería súplicas tumbado en el suelo”. Como vemos, Temistio no tenía sentido de la medida, un factor que explica su éxito como apologista durante tanto tiempo. En realidad, los términos del tratado no fueron más duros del que tenían anteriormente (del año 332), lo cual resulta interesante teniendo en cuenta que las hostilidades las había abierto Atanarico apoyando a un usurpador romano.

Pero los años siguientes no iban a ser tranquilos para Atanarico. De oriente, desde “junto a un mar helado”, como lo describiría el historiador Amiano Marcelino, estaban llegando a las tierras godas las primeras tribus de hunos, las cuales comenzarían a atacar los asentamientos godos del norte del Mar Negro. Los hunos no estaban unificados (y ya puestos, tampoco los godos), y seguramente no se pueda hablar de una guerra propiamente dicha, aunque se nombra alguna batalla más o menos formal. Simplemente, las continuas incursiones de los diferentes grupos hunos hicieron la situación insostenible para los godos. Algunos incluso quedaron sometidos a los hunos, como antes les había ocurrido a parte de los alanos. En el año 376 se encontraban ya en una posición desesperada, y se produjeron las primeras crisis internas. En el caso de los tervingos, Atanarico había intentado crear una línea de defensa (posiblemente la antigua línea romana del río Olt, el Limes Transalutanus) pero con escasos resultados. Ante el fracaso surgieron nuevos líderes como Fritigerno y Alavivo que ofrecieron otra solución, pedir asilo en el Imperio Romano. Los tervingos se separaron en (al menos) dos grupos, uno de ellos fiel a Atanarico, que permaneció al norte del Danubio, y otro que se dirigiría al sur. Otro grupo godo, los greutungos, que habían sufrido el impacto de los hunos desde incluso antes, también habían tenido sus propias crisis internas, y una parte de ellos se dirigía hacia el Danubio bajo el mando de Alateo y Sáfrax, siguiendo a los tervingos.

Como se puede ver la organización goda era, por decirlo de alguna manera, flexible. Y compleja también. Los nuevos dirigentes que se adentrarían en el Imperio no son en ningún momento llamados “reyes”, simplemente “líderes”. Y el propio significado del término “rey” para Atanarico es bastante difícil de precisar. En realidad, las fuentes antiguas suelen referirse a ellos como “jueces”, un cargo no hereditario y situado inmediatamente por encima de los “reyes” menores, que sí eran hereditarios.

Los alamanes nos ofrecen otro ejemplo. Durante la batalla de Estrasburgo, diecinueve años antes, estaba presente Chnodomarius, su rey, acompañado por decenas de reyes y príncipes menores. Un detalle importante es que uno de éstos se había negado a participar en la campaña gala de Chnodomarius, lo que provocó su asesinato no por parte de un poder central, sino de su propio pueblo.

Definitivamente, los tervingos no eran “súbditos” de Atanarico, al menos tal y como lo entendemos ahora. La separación del grupo entre los seguidores de éste y los de Fritigerno y Alavivo fue, por lo que sabemos, no violenta, y en el futuro se producirían otras uniones y separaciones entre grupos godos (y no godos), incluso dentro del territorio romano. Además parece que era relativamente sencillo que apareciesen nuevos líderes dentro de cada grupo - seguramente provenientes de las familias con más propiedades - aunque su capacidad de mando era limitada, cosa admitida expresamente por el propio Fritigerno en un mensaje al emperador del que hablaremos más adelante.

Entre los pueblos germánicos también se producían asambleas de hombres libres, de las cuales nos habla Amiano, normalmente para denigrarlas tildándolas de peligrosas y cosas del populacho, una visión que compartía con el resto de los honestiores romanos. Y no se trataba solo de una crítica estética. Amiano nos narra casos en los que los emperadores prohibieron la celebración de tales asambleas entre pueblos germanos de más allá de las fronteras después de ser vencidos en alguna campaña. El hecho de que los romanos se inmiscuyeran de esta manera en la política interna de esos pueblos nos indica que tales asambleas eran vistas como una amenaza, posiblemente porque para el poder imperial eran incontrolables. Con los líderes, por otra parte, era mucho más fácil negociar, especialmente si se les podía sobornar con subsidios. El equivalente, como señala P. Heather, a las “ayudas externas” de la actualidad. Una realpolitik que seguramente contribuyó, y no poco, a la aparición de confederaciones cada vez más estables y poderosas entre los germanos a lo largo de los siglos anteriores. Los líderes también tenían otra ventaja para Roma, y es que si se hacían demasiado peligrosos se les podía secuestrar o asesinar. Este tipo de operaciones eran comunes en la frontera, y Amiano hace referencia a cinco casos en un período de tan solo veinticinco años. Lo más habitual era atacarlos a traición durante una cena en territorio romano o durante las negociaciones de una tregua. Atanarico tenía buenos motivos para encontrarse con el emperador en una barca neutral en medio del Danubio. Los godos tenían este peligro muy presente, como se verá varias veces a lo largo de la campaña.

El asunto de la cohesión del grupo inmigrante, su evolución y su capacidad para incluir nuevos integrantes será fundamental en el conflicto contra Roma, y volveré a este tema en más ocasiones. Puede parecer extraño en un tema principalmente militar, pero creo que es de la máxima importancia a la hora de examinar el desarrollo de la guerra. Otros grupos bárbaros que cruzaron la frontera en los años posteriores, algunos quizá mayores en tamaño, fueron divididos cuando una parte de sus líderes decidieron que era mucho más beneficioso pasarse al bando romano junto con sus séquitos, con lo que obtenían unos enormes beneficios económicos y de estatus dentro del ejército imperial. Esto no ocurriría con los godos, y hay dos posibilidades para que esto fuera así: una es que sus líderes tuvieran un sentido del honor y el deber muy por encima de la media, renunciando a todas estas ventajas personales por el bien común de un grupo que incluía nobles rivales, libertos y esclavos, así como otros subgrupos no afines a ellos. Esta posibilidad creo que nos adentraría en la literatura fantástica más optimista. La otra posibilidad es que hubiera un contrapeso a las tendencias centrífugas. Es difícil establecer qué dinámica social se estaba produciendo dentro del grupo que cruzaría el Danubio, pero hay ciertos hechos que están claros: en el grupo no habría ninguna deserción importante al enemigo (aunque sí una separación, posiblemente por motivos logísticos), y sí habría multitud de incorporaciones a él. Un hecho bastante desconcertante para un grupo (mezcolanza de grupos en realidad) con poca o ninguna tradición identitaria y que se encontraría en las peores situaciones a lo largo de los años siguientes.

Pero, de momento, lo que tenemos son dos grupos escindidos de los tervingos por un lado y los greutungos por el otro, moviéndose hacia el sur, hacia la frontera romana del Danubio durante el verano del año 376. Qué se iban a encontrar en el otro lado lo veremos a continuación.

Imagen

El Danubio a su paso por Bulgaria.


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Re: La Guerra Gótica (376-382)

Mensaje por Tosk »

Interesante...estos son los hechos que llevan a Adrianópolis, no?

Saludos
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Re: La Guerra Gótica (376-382)

Mensaje por Urogallo »

¡Los bárbaros llegan!
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Re: La Guerra Gótica (376-382)

Mensaje por Sir Nigel »

Tosk escribió:Interesante...estos son los hechos que llevan a Adrianópolis, no?
Sí, y básicamente será hasta ahí a donde llegue con un relato más o menos detallado. El problema es que el texto de Amiano termina ahí, y para los siguientes años de guerra hay mucha menos información.
Urogallo escribió:¡Los bárbaros llegan!
Y llegan para quedarse! :D
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Re: La Guerra Gótica (376-382)

Mensaje por Sir Nigel »

Por cierto, pongo una bibliografía. No sé si serán los únicos libros que use, pero de momento esto es lo que hay:

"La Caída del Imperio Romano", "Emperadores y Bárbaros" y "The Goths in the Fourth Century" de Peter Heather. El último lo uso muy poco porque aún no lo he leído entero y es muy especializado, así que me resulta algo engorroso. Posiblemente podría sacarle más provecho si le dedicara mucho más tiempo.

"La Caída del Imperio Romano" de Adrian Goldsworthy.

"El día de los bárbaros" de Alessandro Barbero. Divulgativo y bastante corto, me gustó poco la primera mitad y bastante la segunda.

"The Cambridge History of Greek and Roman Warfare" editado por Philip Sabin.

"Historias" de Amiano Marcelino.
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Re: La Guerra Gótica (376-382)

Mensaje por Tosk »

Sir Nigel escribió:"El día de los bárbaros" de Alessandro Barbero.
Ese lo tengo...divulgativo más que nada. Aunque útil para un "bárbaro" en el tema, como yo.
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Re: La Guerra Gótica (376-382)

Mensaje por Lutzow »

Sir Nigel escribió: "La Caída del Imperio Romano" de Adrian Goldsworthy.
A mí me gustó, aunque creo que ya se ha debatido que sus conclusiones pueden resultar precipitadas... Básicamente yo estoy de acuerdo con ellas...

Por cierto, de nuevo buen trabajo Sir Nigel.

Saludos,
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Re: La Guerra Gótica (376-382)

Mensaje por Urogallo »

Tosk escribió:
Sir Nigel escribió:"El día de los bárbaros" de Alessandro Barbero.
Ese lo tengo...divulgativo más que nada. Aunque útil para un "bárbaro" en el tema, como yo.

Flojuno, me esperaba mucho más del autor.
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Re: La Guerra Gótica (376-382)

Mensaje por Sir Nigel »

Lutzow escribió:
Sir Nigel escribió: "La Caída del Imperio Romano" de Adrian Goldsworthy.
A mí me gustó, aunque creo que ya se ha debatido que sus conclusiones pueden resultar precipitadas... Básicamente yo estoy de acuerdo con ellas...
Bueno, yo la crítica que le hago es la falta de explicación de ciertas conclusiones, más que las conclusiones en sí. Quizá podría convencerme si las argumentara un poco, pero es que no lo hace. :)
Urogallo escribió:
Tosk escribió:
Sir Nigel escribió:"El día de los bárbaros" de Alessandro Barbero.
Ese lo tengo...divulgativo más que nada. Aunque útil para un "bárbaro" en el tema, como yo.
Flojuno, me esperaba mucho más del autor.
A mí éste me gustó la segunda mitad. De todas formas escribe de forma amena, y para ser puramente divulgativo no está mal. Si alguien que no tiene ni idea del tema me preguntase por él, yo lo recomendaría.
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Re: La Guerra Gótica (376-382)

Mensaje por Lutzow »

Sir Nigel escribió:Bueno, yo la crítica que le hago es la falta de explicación de ciertas conclusiones, más que las conclusiones en sí. Quizá podría convencerme si las argumentara un poco, pero es que no lo hace. :)
Discutible. Respecto al tema principal del libro y que le da título, Goldsworthy deja claro que el Imperio se autofagocitó con constantes guerras civiles, enumerando los escasos años en los que no existieron rebeliones internas. Sobre las amenazas exteriores, tenemos el propio ejemplo de Adrianópolis, donde tras la gran derrota medio Imperio fue capaz de recuperarse, y ese mismo medio Imperio competir más adelante con la Persia Sasánida, el considerado gran enemigo de Roma. Respecto a la oscuridad tras la desaparición del Imperio, se basa en la arquitectura, el comercio, la literatura... Ciertamente Goldworthy podría haber profundizado más en sus conclusiones (trabajo que pienso se ha hecho en este subforo, en uno o varios de los hilos sobre Roma), pero no se puede decir que no las argumenta... Pero este es un hilo para tratar los hechos que condujeron hasta Adrianópolis, si se desea podemos retomar el interminable combate entre pro-imperialistas y bárbaros ( :- ) en uno de los hilos abiertos al respecto...

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Re: La Guerra Gótica (376-382)

Mensaje por Antigono Monoftalmos »

Lutzow escribió:si se desea podemos retomar el interminable combate entre pro-imperialistas y bárbaros ( :- ) en uno de los hilos abiertos al respecto...
Más conocido en el Foro con el siniestro nombre de El Hilo Sin Fin :-p~
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Re: La Guerra Gótica (376-382)

Mensaje por Quinto_Sertorio »

Ya ven... "combate entre pro-imperialistas y (contra) bárbaros". Está claro... :carapoker: dónde estoy yo..

Es interesante recordar, que entre el Danubio y Constantinopla hay aproximadamente la distancia entre Irún y Madrid (línea recta). De modo que cualquier paso del Danubio era por supuesto, peligrosísimo.

Siempre me ha llamado la atención que los godos prefirieran asaltar el Imperio Romano, antes que tratar de rechazar a los hunos. Al fin y al cabo, las tierras del Sur de Ucrania, no son malas en absoluto, y hubieran merecido una defensa más decidida. ¿O no?. ¿Había al mismo tiempo, más beneficios potenciales, y menos peligros en lo primero? ¿Tan poderosos eran los hunos que ponían en fuga a pueblos que preferían el enfrentamiento con Roma?. Hay algunos hilos en el foro en los que se ha tratado parcialmente la Historia de los hunos, pero ninguno especificamente dedicado a ellos. Como tampoco hilo específico (creo) para tratar el destino de otros pueblos, como los escitas, o los sármatas...

Aunque obviamente, no son materia concreta de este estupendo hilo.. Que seguimos ansiosos.

Saludos
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Re: La Guerra Gótica (376-382)

Mensaje por Sir Nigel »

Quinto_Sertorio escribió:Siempre me ha llamado la atención que los godos prefirieran asaltar el Imperio Romano, antes que tratar de rechazar a los hunos. Al fin y al cabo, las tierras del Sur de Ucrania, no son malas en absoluto, y hubieran merecido una defensa más decidida. ¿O no?. ¿Había al mismo tiempo, más beneficios potenciales, y menos peligros en lo primero? ¿Tan poderosos eran los hunos que ponían en fuga a pueblos que preferían el enfrentamiento con Roma?. Hay algunos hilos en el foro en los que se ha tratado parcialmente la Historia de los hunos, pero ninguno especificamente dedicado a ellos.
Pues es una buena pregunta, Sertorio. Pero, como intentaré explicar más adelante, los godos no estaban asaltando el Imperio. Lo que hicieron fue pedir permiso para entrar, y se les concedió. Algo que ya había pasado más veces con otros pueblos, por cierto. Luego todo se complicó bastante por diferentes motivos, pero los godos mantuvieron en todo momento el diálogo abierto con el poder imperial: su objetivo era lograr un acuerdo diplomático, porque estaba claro que no podían enfrentarse para siempre al ejército romano.

Sobre lo poderosos que eran los hunos o los godos, pues todo depende del momento y de las circunstancias. Los godos situados al norte del Danubio estaban organizados en un par (o más) de confederaciones con un poder central débil. Al final de la Guerra Gótica el grupo de godos del interior del Imperio era un grupo bien armado gracias a sus victorias sobre varios ejércitos romanos, con soldados veteranos, y por si fuera poco incluían también otros tipos de bárbaros que les proporcionaban más posibilidades tácticas. Pero más importante aún era que se habían convertido en un grupo social mucho más cohesionado.
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Re: La Guerra Gótica (376-382)

Mensaje por Mitridates »

Tampoco hay que olvidar algo que destaca Heather, los godos reciben una invasión sumamente agresiva de los hunos, los cuales arrastraron tras de si a muchos pueblos germánicos, obligándolos a todos a militarizarse (y volviéndolos de paso más difíciles de controlar para Roma). Al mismo tiempo, para los godos resultaba mucho más eficiente económicamente migrar hacia el interior del Imperio, muy rico en bienes materiales y avances en agricultura, que defender tierras poco productivas.
El mismo Heather hace el contraste cuando constata que siglos después, los magiares no producirían el mismo efecto, pues los pueblos a su paso optaron por defender su terreno (perdiéndolo). Ya en esa epoca los avances agrícolas y el bienestar material se habían extendido por toda Europa, haciendo menos tentadora la idea de migrar ante una invasión.

Saludos.
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Re: La Guerra Gótica (376-382)

Mensaje por Sir Nigel »

Mitridates escribió:Tampoco hay que olvidar algo que destaca Heather, los godos reciben una invasión sumamente agresiva de los hunos, los cuales arrastraron tras de si a muchos pueblos germánicos, obligándolos a todos a militarizarse (y volviéndolos de paso más difíciles de controlar para Roma).
Bueno, en esta fecha los hunos todavía estaban entrando en lo que ahora es Ucrania, así que todavía no habían arrastrado a ningún pueblo germánico. Sí a los alanos, que eran iranios. Lo que explicas ocurrió efectivamente, pero unas décadas más tarde, cuando llegaron a la llanura húngara trayéndose alanos, godos y hérulos con ellos y atacando a todo lo que había alrededor. En el año 405 hay un movimiento de godos dirigidos por Radagaiso entrando en el Imperio mucho más al oeste, directamente sobre el norte de Italia, en el 406 entran los suevos, vándalos y alanos por el Rin (también moviéndose desde el este) y en el 408 se produce la primera incursión de un grupo huno (no una migración, sino un ejército) dentro del Imperio, al mando de Uldino. Es decir, que alrededor del 400 llegaron los hunos a Hungría y provocaron aún más movimientos de refugiados.

Curiosamente, los pueblos germánicos que entraron en el Imperio en esta segunda oleada no eran pueblos de la frontera, sino que estaban en una "segunda línea" y atravesaron a los pueblos germánicos adyacentes al limes, que no se movieron. Ni los francos ni los alamanes se abalanzaron sobre el Imperio, sino que lo hicieron los vándalos (que venían de Germania Oriental), los suevos (una confederación nueva, quizá de marcomanos y hérulos) y los alanos (que venían cogiendo carrerilla desde más allá del Mar Negro). Los godos de Radagaiso venían de Ucrania y entraron en el Imperio por el Alto Danubio.
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Re: La Guerra Gótica (376-382)

Mensaje por Aryaman »

Hay un libro de Osprey sobre la batalla de Adrianopolis que está bastante bien, con una OOB especulativa basada en la Notitia Dignitatum y en las conclusiones del estudio clásico de Delbruck.

Además, para el periodo posterior a 378 está la tesis de de JM Cote Theodosius and the Goths, the limits or Roman power
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Re: La Guerra Gótica (376-382)

Mensaje por Mitridates »

Sir Nigel escribió:
Mitridates escribió:Tampoco hay que olvidar algo que destaca Heather, los godos reciben una invasión sumamente agresiva de los hunos, los cuales arrastraron tras de si a muchos pueblos germánicos, obligándolos a todos a militarizarse (y volviéndolos de paso más difíciles de controlar para Roma).
Bueno, en esta fecha los hunos todavía estaban entrando en lo que ahora es Ucrania, así que todavía no habían arrastrado a ningún pueblo germánico. Sí a los alanos, que eran iranios. Lo que explicas ocurrió efectivamente, pero unas décadas más tarde, cuando llegaron a la llanura húngara trayéndose alanos, godos y hérulos con ellos y atacando a todo lo que había alrededor. En el año 405 hay un movimiento de godos dirigidos por Radagaiso entrando en el Imperio mucho más al oeste, directamente sobre el norte de Italia, en el 406 entran los suevos, vándalos y alanos por el Rin (también moviéndose desde el este) y en el 408 se produce la primera incursión de un grupo huno (no una migración, sino un ejército) dentro del Imperio, al mando de Uldino. Es decir, que alrededor del 400 llegaron los hunos a Hungría y provocaron aún más movimientos de refugiados.

Curiosamente, los pueblos germánicos que entraron en el Imperio en esta segunda oleada no eran pueblos de la frontera, sino que estaban en una "segunda línea" y atravesaron a los pueblos germánicos adyacentes al limes, que no se movieron. Ni los francos ni los alamanes se abalanzaron sobre el Imperio, sino que lo hicieron los vándalos (que venían de Germania Oriental), los suevos (una confederación nueva, quizá de marcomanos y hérulos) y los alanos (que venían cogiendo carrerilla desde más allá del Mar Negro). Los godos de Radagaiso venían de Ucrania y entraron en el Imperio por el Alto Danubio.
Gracias por la acotación, siempre me enredo con la cronología xD
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Re: La Guerra Gótica (376-382)

Mensaje por Sir Nigel »

Aryaman escribió:Además, para el periodo posterior a 378 está la tesis de de JM Cote Theodosius and the Goths, the limits or Roman power
A ver si puedo conseguirlo, y si no, más adelante si tienes tiempo y te apetece podrías hacerlos un resumen, y así tenemos varios puntos de vista. :D
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Re: La Guerra Gótica (376-382)

Mensaje por Sir Nigel »

Para amenizar estos ladrillos que estoy poniendo, un hilo musical. Barbarians are coming...


En algún momento del verano del año 376 las tropas fronterizas destinadas a la fortaleza romana de Durostorum, en el bajo Danubio, comenzaron a observar que una multitud de bárbaros se apiñaba en la orilla norte. Los desplazados godos pedían que se les diera permiso para entrar en territorio imperial y se enviaron mensajes urgentes al emperador Valente, que en aquel momento estaba en Antioquía. Todas las fuentes nos señalan que tanto el emperador como su círculo de confianza se mostraron contentos por la noticia, ya que los inmigrantes proporcionarían mano de obra campesina y soldados para el ejército. P. Heather pone en duda que la alegría fuera tan grande, ya que las fuerzas militares de la frontera en ese momento eran insuficientes.

Hay que aclarar que las migraciones de población no eran algo habitual a lo que tuviera que enfrentarse el imperio. A pesar de la imagen arquetípica de los bárbaros esperando con el cuchillo entre los dientes para poder cruzar el río a la menor ocasión y hacerse con una villa en Italia, había formas más fáciles de conseguirlo que poner a toda la familia en un carro y adentrarse en territorio imperial sin líneas de suministros, sin capacidad para asaltar fortificaciones ni ciudades y con el ejército imperial decidido a aportar argumentos en contra. Por ejemplo alistarse en el ejército romano, que siempre necesitaba hombres y que incluso permitía subir a lo más alto de la jerarquía del imperio (veremos unos cuantos altos oficiales romanos de origen franco o alamán durante la guerra). La migración goda, así como otras que vendrían después, era el resultado de problemas militares y políticos concretos que provocaban un torrente de refugiados. En el 376 la frontera romana no estaba preparada para esto, ni lo estuvo nunca. Las guerras defensivas del imperio contra los bárbaros podían tratarse de incursiones para obtener botín (incluso de gran tamaño, como hicieron los propios godos en el siglo III) o ejércitos invasores como los alamanes de Chnodomario que buscaban hacerse con alguna franja de tierra adyacente a la suya. Pero una migración era algo muy diferente y en absoluto habitual.

Aún así había habido otros casos antes, y el Imperio los había podido gestionar para su beneficio. Por ejemplo, existe una inscripción del siglo I que nos dice que un gobernador de Nerón hizo pasar a 100.000 personas a través del Danubio hasta Tracia (precisamente el mismo escenario que estamos tratando ahora). En el 300 se había dejado entrar a decenas de miles de carpos, que fueron dispersados y asentados dentro del Imperio. Los romanos llamaban a esto receptio. El problema en el año 376 era disponer de tropas para controlar a los inmigrantes hasta asentarlos. El emperador se encontraba en Antioquía con el ejército de campaña debido a problemas con la Persia Sasánida, y por el momento allí iba a quedarse, así que los oficiales de la frontera iban a tener que arreglárselas como pudieran.

La situación de los godos era aún peor. Como acabo de señalar, adentrarse en el Imperio con la idea de asentarse por la fuerza era muy mala idea. Incluso en el caso de poder rebasar la frontera, a largo plazo el Imperio podría acabar con todos, y por lo tanto intentaron negociar su entrada. De hecho a lo largo de todos estos años el objetivo de los godos fue siempre obtener un tratado que les permitiese obtener tierras y cierta integridad política, no simplemente agarrar un trozo de tierra y quedarse con él. Todo lo contrario de lo que haría Radagaiso en el 405 o los suevos, vándalos y alanos en el 406, por ejemplo, que sí entraron por la fuerza en el imperio sin preguntarle a nadie.

La solución del Imperio a todo esto fue dejar entrar únicamente a los tervingos, que llegaron primero, los cuales fueron trasladados en masa a través del río usando cualquier tipo de barca disponible en la zona a lo largo de varios días. Por lo que parece, los godos obtuvieron la promesa de tierras y alimento hasta poder sembrar sus propias cosechas a cambio de suministrar reclutas para los ejércitos romanos. El encargado de organizar la acogida fue el Comes Thraciae Lupicino.

Pronto Lupicino, un tal Máximo (al que Amiano se limita a calificar de “criminal”) y otros oficiales y funcionarios vieron en la situación una oportunidad empresarial y aplicaron las leyes de oferta y demanda en estado puro. El suministro de alimentos a los godos desapareció, y éstos tuvieron que empezar a vender sus propiedades para obtener algo de comida. Cuando se quedaron sin nada se les animó a entregar a sus hijos como esclavos a los funcionarios romanos. A cambio de cada niño se les entregaba un perro para que se lo comieran. Los oficiales romanos se hicieron con todos los perros de la región a los que pudieron echar mano y organizaron un verdadero mercado de esclavos. En realidad esto fue tan solo tan solo uno de los malos tratos por los que tuvieron que pasar los godos, que Amiano muestra como ejemplo.

Mientras tanto los greutungos de Alateo y Safrax acababan de llegar a orilla del Danubio, negándose a volver al norte pero sin atreverse a entrar en territorio romano, ya que se les negó la entrada. El resto de los tervingos que habíamos dejado en el norte, que seguían al mando del rey Atanarico, también hicieron un amago de acercarse a la frontera, aunque según Amiano el rey cambió de opinión cuando recordó la ocasión en que había obligado al emperador a firmar la paz en medio del río, así que acabaron dirigiéndose a un lugar llamado Caucalandia.

Con Alateo y Safrax en la orilla norte la situación se había vuelto peligrosa, porque los tervingos estaban acumulando un fuerte rencor ante el tratamiento de los romanos y ya había conversaciones entre ellos que hablaban de tomar las armas. Lupicino decidió trasladarlos un poco más al sur, a la ciudad de Marcianópolis, prometiéndoles alimentos de las reservas guardadas en la ciudad y de esta manera alejarlos de la frontera. Las tropas romanas, por tanto, escoltaron a los tervingos hacia el sur, pero para hacerlo tuvieron que dejar el río desguardado. Los greutungos no desaprovecharon la ocasión y comenzaron a cruzar el río con las barcas improvisadas.

Fritigerno y sus tervingos se encontraban en ese momento en una situación ambigua, ya que por un lado no se atrevían a entrar en conflicto directo con el Imperio, pero por otro si se unían a los greutungos podían fortalecer su posición formando un grupo mucho más grande. Por lo tanto continuaron viajando hacia Marcianópolis, pero enlentenciendo la marcha a propósito de forma que los greutungos pudieran alcanzarlos. Fue al llegar a la ciudad cuando se encendió la chispa que iba a hacer arder los Balcanes durante los seis años siguientes.

La campaña del 376:

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Re: La Guerra Gótica (376-382)

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Sir Nigel escribió:Curiosamente, los pueblos germánicos que entraron en el Imperio en esta segunda oleada no eran pueblos de la frontera, sino que estaban en una "segunda línea" y atravesaron a los pueblos germánicos adyacentes al limes, que no se movieron. Ni los francos ni los alamanes se abalanzaron sobre el Imperio, sino que lo hicieron los vándalos (que venían de Germania Oriental), los suevos (una confederación nueva, quizá de marcomanos y hérulos) y los alanos (que venían cogiendo carrerilla desde más allá del Mar Negro). Los godos de Radagaiso venían de Ucrania y entraron en el Imperio por el Alto Danubio.
Aclarar unas cosas los alamanes ya se habían instalado en los Agri Decumates y en el 366 intentaron cruzar el Rin siendo derrotados en Solicinium, de nuevo en el 378 ¿una de sus ramas? los lentienses intentaron cruzar de nuevo siendo vencios por Graciano.
Finalmente en el 406 se unieron a la oleada y se hicieron con la llanura suiza y la ¿zona de Alsacia?

Respecto a los francos Juliano tuvo que lidiar con los salios, y parece que se convirtieron en foederatii.

En cuanto a los suevos llevaban en la frontera desde los tiempos de Ariovisto.
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Re: La Guerra Gótica (376-382)

Mensaje por Sir Nigel »

APV escribió:Aclarar unas cosas los alamanes ya se habían instalado en los Agri Decumates
Pero esto no se trató de una inmigración masiva dentro del imperio, sino del asentamiento en una zona que el Imperio había abandonado. Es decir, que los inmigrantes llegaron después de que ya no hubiera ejércitos romanos allí. Evidentemente, los romanos lo abandonaron por la dificultad para defender ese territorio, pero que yo sepa no hay nada que pueda hacer pensar en que los romanos fueran desplazados por una oleada de inmigrantes. Lo mismo ocurriría al abandonar Dacia, que pronto fue ocupada por otros pueblos germanos.
APV escribió:y en el 366 intentaron cruzar el Rin siendo derrotados en Solicinium, de nuevo en el 378 ¿una de sus ramas? los lentienses intentaron cruzar de nuevo siendo vencios por Graciano.
Finalmente en el 406 se unieron a la oleada y se hicieron con la llanura suiza y la ¿zona de Alsacia?
¿Esto fueron movimientos migratorios o choques entre fuerzas militares? Pregunto porque a menudo se sobreentiende que cada ataque sobre el imperio era una migración, cuando no era así. Chnodomario también intentó con hacerse con una franja de territorio imperial, pero su ejército no era un pueblo en marcha.
APV escribió:En cuanto a los suevos llevaban en la frontera desde los tiempos de Ariovisto.
Esto no es exactamente así. Como bien dices, hay noticias de los suevos desde Ariovisto, y siguió habiéndolas hasta el siglo II. Después desaparecen de las crónicas hasta el momento del cruce del Rin en el 406. Se asume, por lo tanto, que en el 406 eran una confederación nueva que había adoptado un nombre antiguo. En realidad, ni siquiera se sabe quienes formaban esos suevos del siglo V. Se cree que eran marcomanos y cuados porque a partir del siglo V se empieza a llamar al territorio que ocupan "tierra de suevos" (lo que sería más o menos la actual Suabia). Y sí, estos pueblos estaban en la frontera (la del Danubio Medio), pero no en la frontera por la que cruzaron finalmente (el Rin). Se desplazaron hacia el oeste hasta llegar a tierras romanas y los miembros de la alianza incluso intentaron desplazarse al norte antes de jugársela e invadir el Imperio, enfrentándose a los francos. Es decir, que su movimiento no fue simplemente una invasión del territorio romano aprovechando una oportunidad, para eso solo tenían que haber cruzado el Danubio. El movimiento migratorio venía originado por la presión huna desde el este.
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Re: La Guerra Gótica (376-382)

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Cuando se rompa el dique...

Sobre los contendientes

Michael Whitby, al analizar la guerra romana durante el Imperio Tardío, comienza su exposición poniendo encima de la mesa el que probablemente sea el factor más importante a tener en cuenta al evaluar los problemas militares del imperio en este período: que desde la guerra contra Aníbal los romanos pudieron casi siempre elegir el lugar, el momento y la naturaleza de las guerras que querían llevar a cabo, pero que este lujo se había acabado en el siglo III d. C., y desde ese momento el alto mando romano siempre debió de tener en cuenta la posible aparición de conflictos inesperados. El ejemplo de la guerra del 367-369, que debió finalizarse debido a las nuevas amenazas de la frontera persa, es un claro ejemplo. Los enemigos de Roma eran más fuertes y más activos, y a pesar de que el ejército romano era de mayor tamaño que en el siglo I, la capacidad del Imperio para concentrar un gran número de tropas era mucho más limitada.

Así, en la batalla de Estrasburgo del 357, Juliano estaba al mando directo de tan solo 13.000 hombres de un total de 20.000 activos en la Galia contra los alamanes. La victoria de Juliano sobre los alamanes y su negociación con los francos, que convirtió a éstos en foederati del Imperio y protectores de una buena parte de la frontera del Rin, acabó con cualquier amenaza para el Imperio de Occidente para un buen número de años. Esto le permitió a Juliano acumular un ejército comparable en tamaño a los de siglos anteriores en el momento de dirigirse contra Persia en el 363. Pero los emperadores posteriores no podrían permitirse semejantes alardes, y la mayor parte de las fuerzas romanas estaban obligadas a permanecer inmóviles en zonas muy concretas, mientras los ejércitos de campaña bajo el mando directo de los emperadores se movían constantemente. No veremos nunca, como en el siglo I, a un tercio de las legiones imperiales concentradas durante años en luchas contra enemigos mucho más débiles.

Sin embargo, el ejército romano no había perdido calidad. Sería demasiado largo hacer aquí una descripción del ejército romano tardío, pero dejaré algunos apuntes. En líneas generales, las tropas estaban divididas en limitanei (tropas de frontera) y comitatenses (tropas de campaña), aunque en algunas ocasiones las primeras se incorporaban a los ejércitos de campaña (pseudocomitatenses). Los regimientos eran mucho más pequeños que las antiguas legiones, de unos mil hombres. Al menos en teoría, ya que se suele dar por hecho que su número efectivo sería normalmente de la mitad. La caballería tenía un mayor protagonismo y usaba tácticas mucho más elaboradas que en siglos anteriores, adoptando cada vez más el equipo y las tácticas de sus enemigos sasánidas o sármatas (y posteriormente hunos y ávaros).

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Reconstrucción del regimiento Honoriani Taifali Iuniores, formado probablemente unos pocos años después de la guerra y destinado a Britania. Su regimiento gemelo, el Honoriani Taifali Seniores, serviría en la Galia. La primera aparición de la tribu de los taifalos con los que se formaron estos regimientos tendrá lugar durante la Guerra Gótica.

La infantería había pasado de ser una infantería de choque a tener un papel más defensivo en las batallas formales, adoptando la formación de fulcrum o muro de escudos. Sin embargo, la infantería tenía un importante papel en operaciones de menor tamaño, en las que la rapidez, la sorpresa y la capacidad de adaptación al terreno eran claves. Así, la infantería estaba equipada con armas a distancia de diferentes tipos (dardos, jabalinas, arcos), y el entrenamiento con ellas era generalizado. Se esperaba también que los soldados pudieran usar formaciones abiertas. Aún así, llamar “menores” a estas operaciones puede llevar a equívoco. Se usaban en la frontera para hacer frente a las incursiones de saqueo de pequeños grupos, pero también a gran escala en un amplio frente durante las campañas más serias, y podían llevar por sí mismas a la rendición del contrario. De todas formas normalmente se esperaba acabar definitivamente con el enemigo en una batalla formal en la que los romanos tendrían todas las ventajas en armamento, número y táctica. A lo largo de las campañas de estos años veremos al ejército romano pasar alternativamente de las operaciones dispersas y “menores” a la concentración de tropas para acabar de una vez por todas con los godos. Las operaciones a pequeña escala serían con mucho las más eficaces.

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Infantería romano-tardía. Creo que los del fondo rojo y una estrella azul son del regimiento Praesidienses, una legión comitatense. El siguiente es del regimiento Honoriani Taifali Iuniores y el de más cerca no lo tengo muy claro.

La mentalidad militar también estaba cambiando. Durante la República y el Principado la doctrina militar era muy agresiva a todos los niveles, pero los cambios en el equilibrio existente con las amenazas exteriores hizo que se empezasen a ver las cosas de otra manera. Del audaces fortuna iuvat del siglo I a. C. se pasará a la prudencia del Strategicon del siglo VI. Como señala Philip Rance hablando de los tratados militares del Imperio Tardío “se aprecia también una característica actitud de prudencia ante las batallas campales, la cual permaneció como el aspecto más importante de la estrategia, con el mayor potencial para la victoria, pero también como el más peligroso de los esfuerzos militares, y que no debía emprenderse sin ventaja numérica, posicional o de sorpresa. En un período caracterizado por la estrategia defensiva y la guerra de baja intensidad asociadas con el mantenimiento de la seguridad imperial, los peligros de una derrota en una acción a gran escala sobrepasaban con mucho los beneficios de la victoria. “Riesgo” (periculum, kindunos), por lo tanto, tiene un sentido enteramente peyorativo en su vocabulario, mientras que “oportunidad” (opportunitas, kairos) era la verdadera consigna.

O, como se comenta en otro manual acerca de la posible aceptación de tratados poco favorables “la quinta manera se aplica cuando no tenemos ninguna posibilidad de seguir combatiendo. En ese momento elegiremos hacer la paz, incluso aunque pueda causarnos alguna desventaja. Al enfrentarse a dos males, se elegirá el menor. Debe elegirse la negociación para la paz antes que otras medidas, ya que puede ofrecernos muy bien las mejores perspectivas para proteger nuestros intereses” (Syrianus Magister (Anon), siglo VI)

Sobre este párrafo dice Michael Whitby: “Tales sentimientos serían inverosímiles en la historia romana anterior; aquellos que negociaban para obtener la paz no valían nada, tal y como descubrieron los supervivientes de Cannae, y en las raras ocasiones en las que se alcanzaron acuerdos formales, estos fueron desautorizados rápidamente.

Sin embargo estos dos manuales son del siglo VI, cuando ya se habían asimilado los cambios. En el siglo IV existía una tensión entre estas nuevas realidades y la propaganda oficial. Como hemos visto con el ejemplo de Temistio no era concebible que a Roma se le impusiesen condiciones, y cuando era así había que maquillarlo de alguna forma. El prestigio imperial se resentiría ante cualquier cosa que pudiera pasar por claudicación, o simplemente por negociación. Lendon también señala que en el siglo IV el cambio de mentalidad hacia una aproximación más cauta ante la guerra todavía no se había llevado a cabo del todo, y que algunas de las decisiones que se tomaron en este conflicto aún seguían el impulso anterior, el de la agresividad por defecto. Una combinación peligrosa cuando la capacidad para asumir bajas de tropas veteranas y formar grandes ejércitos era muy inferior a lo que había sido anteriormente.

En cuanto a los godos, sus fuerzas militares eran lógicamente mucho menos sofisticadas que las de los romanos. Las mejores tropas eran los séquitos militares de los dirigentes, cada uno de los cuales podía tener de unas decenas hasta unos doscientos hombres (doscientos era el tamaño de la fuerza del séquito de Chnodomario en Estrasburgo). Eran lo más parecido a una fuerza profesional, y estaban mucho mejor equipados que el resto, pero seguramente incluso estas fuerzas estaban peor equipadas que las tropas romanas regulares. En las excavaciones de Ejsbol Mose, en Jutlandia, se han encontrado los restos de una fuerza de unos doscientos guerreros germanos de comienzos del siglo IV, cada uno de ellos equipado con una lanza y una jabalina. Unos sesenta llevaban espadas y dagas, y diez o más iban a caballo y tenían un equipo de calidad superior, pero no hay ningún rastro de armaduras. Por otro lado, las espadas pasaron en un primer momento por espadas romanas (el mayor hallazgo hasta ese momento), que finalmente resultaron ser copias de modelos romanos fabricadas en Germania, lo que indicaría la presencia de centros de fabricación estandarizados de armas al otro lado de la frontera, aunque es imposible saber cuantos.

El núcleo de las fuerzas godas serían los hombres libres, los cuales sólo participarían en la guerra en casos de movilización general. Por supuesto, entrar en el Imperio Romano se trataría de uno de estos casos. Es imposible saber exactamente qué porcentaje podían ser, pero sin duda eran mucho más numerosos que los guerreros de los séquitos. Además, en las sociedades germánicas había libertos (que no perdían tal condición al pasar las generaciones, como sí ocurría en Roma, y por lo tanto eran una clase aparte) y esclavos, los cuales seguramente no lucharían. Digo seguramente porque en casos extremos incluso los romanos reclutaron esclavos, y los godos iban a experimentar algunos de esos casos extremos durante la guerra.

Los godos tenían fama de ser buenos jinetes, pero al menos en los primeros años de campaña el número disponible debía de ser muy bajo, si es que tenían alguno. Los problemas en el cruce del río y la hambruna sufrida a continuación debió de dejar sin animales a los godos. Más tarde la llegada de hunos y alanos obligaría a los romanos a cambiar radicalmente su estrategia, así que creo que se puede asumir que los godos andaban muy escasos de caballería.

En cuanto a sus tácticas la infantería solía formar un fulcrum, normalmente situada frente al laager (círculo de carros) en el que se resguardaban los civiles. Esta fue, al menos, su táctica más habitual en durante estos años, aunque hay que tener en cuenta que el laager estaba presente porque los godos estaban en plena migración, no porque hicieran uno cada vez que iban a la guerra.

Hay que destacar además su absoluta incapacidad para tomar cualquier fortificación más o menos grande. No conseguirían tomar ninguna fortaleza o gran ciudad en toda la guerra, ni siquiera por sorpresa, aunque sí harían algunos ataques exitosos contra campamentos militares temporales. Debido a esto, las fortalezas romanas de la frontera del Danubio se mantendrían intactas. Esta línea defensiva era relativamente nueva, ya que se había construido tan solo unas décadas antes, y las fortalezas estaban bien diseñadas e incluso equipadas con artillería, pero muchos de los soldados destinados a ellas fueron enviados a ocuparse del cruce de los tervingos y no volverían a sus puestos, por lo que las mermadas guarniciones de frontera nunca llegaron a ser una amenaza para la retaguardia de los godos.

[Imágenes sacadas de la página Comitatus: http://www.comitatus.net/]
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Re: La Guerra Gótica (376-382)

Mensaje por Lutzow »

Perdón por el off-topic, pero que apropiado y que caché le da a cualquier hilo el Vol. 4 de los Zeppelin... Llegó un momento durante mi juventud donde tuve que bajarlo al trastero; de tanto escucharlo me estaba volviendo majara... Y precisamente "When the levee breaks" (el último corte del disco, sino me falla la memoria) me trae viejos recuerdos de una larga noche en Ibiza, sobre la que no puedo dar muchos detalles...

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Re: La Guerra Gótica (376-382)

Mensaje por Sir Nigel »

Lutzow escribió:Perdón por el off-topic, pero que apropiado y que caché le da a cualquier hilo el Vol. 4 de los Zeppelin... Llegó un momento durante mi juventud donde tuve que bajarlo al trastero; de tanto escucharlo me estaba volviendo majara... Y precisamente "When the levee breaks" (el último corte del disco, sino me falla la memoria) me trae viejos recuerdos de una larga noche en Ibiza, sobre la que no puedo dar muchos detalles...
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Re: La Guerra Gótica (376-382)

Mensaje por Sir Nigel »



Al llegar a Marcianópolis se organizó una fiesta entre los principales funcionarios romanos y los líderes godos. Al comienzo la cosa fue bien, y todo el mundo estaba bebiendo, comiendo y haciendo lo que fuera que se hiciera en las fiestas romanas. Sin embargo fuera de los muros los godos seguían muriéndose de hambre. No se les entregó ningún alimento al llegar a la ciudad ni se les dejó pasar las puertas, así que los godos salieron del campamento para quejarse frente a las murallas. La cosa pronto fue a más y se produjeron altercados en los que las tropas romanas llevaron la peor parte.

Cuando llegaron estas noticias al palacio de Marcianópolis la reacción de Lupicino, que estaba borracho, fue ordenar matar a todos los guardaespaldas de los jefes godos que se encontraban en los pasillos. Luego se produjo un momento de cierta tensión en la fiesta mientras Lupicino decidía si matar también a los invitados o no. Fritigerno salió hábilmente del paso indicando a su anfitrión que, si los mataba, no habría manera de tranquilizar a los godos que había ahí fuera. Lupicino se dejó convencer y lo dejó ir. No tengo demasiado claro si sólo a Fritigerno o a todos los godos que quedaban, ya que no se vuelve a saber nada más de Alavivo.

Una vez fuera Fritigerno cabalgó lo más rápido que pudo para unirse a los suyos. Evaluando la situación, que consistía en soldados romanos muertos, guardaespaldas y líderes godos asesinados a traición y la ausencia de alimentos para su pueblo, tomó la única decisión posible: la rebelión abierta. Ni siquiera Amiano pone en duda que era la única salida para los godos. Los tervingos empezaron a saquear los alrededores de la ciudad en busca de comida. Y ya puestos, de cualquier cosa de valor matando a quien hiciera falta, que para eso ahora era su fiesta. Lupicino, mientras tanto, reunió a sus tropas y en cuanto pudo atacó a los bárbaros, los cuales arrollaron a los soldados y se hicieron con armas, que buena falta les hacían. El comes consiguió huir mientras mataban a sus tropas. El número de combatientes en la lucha se desconoce, pero por lo general se acepta que los tervingos tendrían menos de 10.000 combatientes, de los cuales la mayoría serían hombres libres mal equipados. En cuanto a los romanos es imposible saberlo, pero seguramente serían inferiores en número, o al menos es lo que parece viendo el claro resultado de la batalla.

Una vez eliminada la amenaza más inmediata, recién equipados y por primera vez desde hacía mucho tiempo con la barriga llena, los godos se lanzaron al saqueo más en serio. A ellos se les unieron también los greutungos, para desgracia de la población local.

Ahora el emperador tenía una buena cantidad de problemas. Primero que su popularidad nunca había sido mucha, especialmente en la capital, así que dejar que se saquearan las villas de los terratenientes que con sus impuestos pagaban la defensa del imperio no era buena idea. Segundo, el problema con Persia persistía y no podía hacer volver al ejército así como así. Tercero, había una buena cantidad de godos en el ejército y había que tomar medidas; lo más probable es que no dieran problemas, pero unos cuantos estaban en Tracia y lo mejor sería llevárselos a otro sitio.

El tercer problema se solucionó rápidamente. En realidad, estos godos no estaban dando ningún problema ni hicieron amago alguno de unirse a la rebelión. Además, llevaban años en el ejército romano. Así que el emperador mandó un mensaje a Adrianópolis, donde se encontraba esta fuerza, dando órdenes de que se pusieran en marcha hacia Asia Menor, donde ya se encontraban la mayor parte de los godos del ejército al comenzar la revuelta. Los líderes godos, Suerides y Colias, hablaron con el magistrado de la ciudad y le pidieron víveres para el viaje, indicándole que comenzarían el traslado en dos días. Como respuesta, parece ser que llevado por el histerismo anti-godo (algunas de sus propiedades habían sido destruidas por los bárbaros y echaba la culpa a los godos en general), el magistrado les dijo que no les daría ningún suministro y que debían marcharse de allí enseguida. Para darle más peso a su argumento armó a la población civil, entre ellos los trabajadores de las fábricas de armas (parece ser que bastante numerosos en la ciudad) y los envió contra los godos. La población comenzó a acosar a los soldados con piedras primero y cosas más serias después, hasta que empezaron a producirse heridos y muertos de verdad. En ese momento los godos decidieron que tenían bastante, atacaron a los civiles causando un buen número de bajas, y luego se alejaron cabalgando hacia el horizonte. Más concretamente, hacia el lugar del horizonte que estaba en la misma dirección que los tervingos y greutungos. La llegada de un contingente de tropas veteranas de refuerzo causó una gran alegría entre los godos. Su número seguía creciendo.
Última edición por Sir Nigel el 21 Nov 2013, editado 3 veces en total.
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Re: La Guerra Gótica (376-382)

Mensaje por Tosk »

Muy buen hilo, y excelente su banda sonora :Bravo
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Re: La Guerra Gótica (376-382)

Mensaje por Sir Nigel »

Tosk escribió:Muy buen hilo, y excelente su banda sonora :Bravo
La gente viene aquí por la música y las chicas. :~i
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Re: La Guerra Gótica (376-382)

Mensaje por Antigono Monoftalmos »

Sir Nigel escribió:la reacción de Lupicino, que estaba borracho, fue ordenar matar a todos los guardaespaldas de los jefes godos que se encontraban en los pasillos. Luego se produjo un momento de cierta tensión en la fiesta mientras Lupicino decidía si matar también a los invitados o no. Fritigerno salió hábilmente del paso indicando a su anfitrión que, si los mataba, no habría manera de tranquilizar a los godos que había ahí fuera. Lupicino se dejó convencer y lo dejó ir. No tengo demasiado claro si sólo a Fritigerno o a todos los godos que quedaban, ya que no se vuelve a saber nada más de Alavivo.
Veo que Lupicino intentó repetir el truco de Tisafernes con los godos, invitarles a su territorio y una vez allí finiquitarles, claro que al romano no le salió tan bien el truco como al persa.
El momento ideal para ser un héroe, es aquél en que se ha acabado la batalla y los otros tipos han muerto, que Dios los tenga en su gloria, y tú te llevas todo el mérito.
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Re: La Guerra Gótica (376-382)

Mensaje por Sir Nigel »

Efectivamente, y lo empeoró aún más después buscando batalla formal. Es a lo que te arriesgas cuando decides entablar batalla: que puedes perder. Como resultado inmediato los godos se quedaron como dueños de los campos tracios durante meses, ya que no había tropas que enviarles.
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Re: La Guerra Gótica (376-382)

Mensaje por Lutzow »

Mejor le hubiese ido a Lupicino si, una vez metidos en fregaos, hubiese eliminado también a Fritigerno... cuando se inicia un trabajo no se deja a medias, y descabezar a los godos podría haberles hecho más proclives a los saqueos, pero dejarles menos preparados para una batalla...

Saludos.

P.S. La banda sonora excelente, pero mujeres no veo muchas... ¿No me habré confundido de local? :-
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