HISTORIAS BREVES 11: JUAN ESPEJO SIERRA, UN VELEÑO BATIÉNDOSE EN CUBA.

"Personajes" que han dejado o pretendido dejar huella en la Historia siempre dentro de un contexto militar.

Moderador: Hans Joachim Marseille

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laguno
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HISTORIAS BREVES 11: JUAN ESPEJO SIERRA, UN VELEÑO BATIÉNDOSE EN CUBA.

Mensaje por laguno »

Juan Espejo Sierra había nacido en la ciudad de Vélez Málaga, pero no sé cuándo, así como tampoco sé cuándo fue llamado a filas o si se presentó voluntario, pero lo que sí sé es que fue enviado a la provincia de Cuba a luchar contra los independentistas.

Sé también que en los combates de que tenemos noticias en que se halló, lo hizo formando parte del regimiento de infantería San Fernando Nº 11, el cual estaba integrado en la primera brigada de la primera división del primer cuerpo de ejército, departamento oriental, mandado por el general Moreno. Este primer cuerpo de ejército se hallaba situado en la parte occidental del anteriormente mencionado departamento oriental. ¡Uf, un lío!

La primera noticia que tenemos es que se halló en el combate contra los insurrectos en el lugar de Porvenir, que no he conseguido localizar, por lo cual fue recompensado con una cruz de plata con distintivo rojo. No obstante, como no he hallado referencias de este combate, desconozco la ubicación exacta y en qué fecha se libró.

Hallándose el general Julián Suárez Inclán en Bahía Honda, recibió órdenes de partir para atacar el punto de Cacarajícara, donde se hallaban Maceo y sus hombres. Tras partir con una fuerza de dos mil hombres, se le presentó un guajiro -campesino cubano- diciéndole que sabía donde se hallaba el campamento de Maceo, ofreciéndose como guía para llevarlos allí. Era a finales de abril de 1896.

Tras realizar durante el día treinta de ese mes un camino bastante difícil, este llegó a una zona estrecha y complicada, donde empezaron a recibir los primeros disparos de los insurgentes, pero nuestros hombres continuaron avanzando hasta llegar a un punto de la montaña desde que se veía el fuerte de los rebeldes, empezando entonces un fuego fuerte y continuado entre ambos bandos, el cual continuó todo el resto del día y de la noche, durante la cual Suárez Inclán distribuyó sus tropas y al poco de amanecer del primero de mayo, colocó sus dos piezas de artillería en posición.

Una vez establecidas en sus posiciones las dos piezas, ordenó abrir fuego contra las trincheras, lo que motivó que los rebeldes hubieran de salir, lo cual hicieron para atacar con los machetes a los artilleros, pero hubieron de frenar su carrera y dar media vuelta al ser detenidos por las descargas certeras de los soldados de infantería, ante lo cual, los insurrectos, a pesar de las conminaciones de un mando a que se enfrentaran al enemigo, no obedecieron y dejaron el campo en manos de los españoles.

Aprovecharon los españoles ese momento y tras recibir la orden, cargaron nuestros soldados a la bayoneta contra los insurrectos y tras hacerlos huir y desalojar sus posiciones, iniciando la vuelta a Bahía Honda, la cual fue dificilísima por los constantes ataques recibidos por parte de los insurrectos, pero se les hizo frente desmontando todas su posiciones, quebrando las defensas puestas por Maceo, hicieron flaquear a las de Socarrás y se frenaron los ataques de Quintín Banderas y poniendo en fuga a todos, consiguiendo llegar a su destino.

En estos enfrentamientos, los mandos rebeldes Antonio Socarrás y Pilar Rojas quedaron gravemente heridos, así como numerosa tropa, habiendo también bastantes heridos entre los nuestros.

Por su buen comportamiento y actuación en estas operaciones, el doce de septiembre siguiente nuestro Juan Espejo Sierra es agraciado con la Cruz de plata del Mérito Militar con distintivo rojo, cruz que también recibieron muchos otros soldados que se batieron el cobre en esa jornada.


"...como jueces de la competición están los dioses, que, naturalmente, se pondrán de nuestra parte, ya que nuestros enemigos han jurado en falso sobre ellos, mientras que nosotros, teniendo ante nuestros ojos tanta abundancia de posesiones, nos hemos mantenido firmemente apartados de ellas en virtud de nuestro juramento a los dioses" Jenofonte - Anábasis.
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laguno
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Re: HISTORIAS BREVES 11: JUAN ESPEJO SIERRA, UN VELEÑO BATIÉNDOSE EN CUBA.

Mensaje por laguno »

Continuó nuestro veleño con su servicio, siempre sobre las armas en prevención de los ataques de los rebeldes y en esas estaba cuando su batalló recibe orden de ponerse en movimiento, lo cual hace a primeros de octubre de 1896, dirigiéndose la columna española mandada por el general Francisco Fernández Bernal y formada por setecientos hombres al punto llamado Ceja de Negro, en la provincia del Pinar del Río, donde fueron el domingo día cuatro acometidos muy violentamente por los hombres de Antonio Maceo y Julián Rius Rivera.

Durante el enfrentamiento, que dio comienzo sobre las nueves de la mañana y duró todo el día, fueron dejados fuera de combate los sirvientes de los cañones de la columna y ante el peligro de quedarse sin ellos y no poder realizar una buena defensa-ataque, el capitán de infantería Julio Rodríguez Compagni se hizo cargo de ellos.

La lucha fue realmente tenaz por parte de ambos bandos y aunque los rebeldes ofrecieron una dura resistencia, no lograron mantener las excelentes posiciones que disfrutaban, siendo desalojados de ellas, dejando sobre el campo cien muertos y siendo hechos prisioneros por los nuestros alrededor de doscientos individuos (otras fuentes hablan de doscientos muertos y quinientos heridos)

Por parte española hubo que lamentar veinte muertos, setenta y cuatro heridos, un desaparecido y varios contusos (en otras fuentes se habla de treinta muertos y ochenta y cuatro heridos)

Durante el combate se distinguieron especialmente los individuos del regimiento de San Marcial Nº 44, aunque el resto de los hombres también se batieron valientemente ayudando a salvar la situación.

Añadir un par de notas respecto de esta acción:

1ª- que la artillería se quedó en Pinar del Río, debido a que se hallaban heridos todos los oficiales de la sección,

2ª- que durante la acción hubo muchos heridos a los que atender, destacándose por su comportamiento heroico el médico Osvaldo Codina Zapico, pues a pesar del terrible fuego, tanto de fusilería como de cañones, no dejó de atender, con riesgo constante de su vida, a los soldados que precisaron de sus servicios, por lo cual se le formó juicio contradictorio para concederle la cruz laureada de San Fernando, la cual le fue concedida el trece de julio de 1898, con una pensión anual de trescientas cincuenta pesetas.

Por su buen comportamiento y por el valor demostrado durante el enfrentamiento, nuestro Juan Espejo Sierra fue el veinticinco de febrero de 1897 agraciado con otra cruz de plata del Mérito Militar con distintivo rojo, al igual que la anterior, pero esta vez pensionada mensualmente y de forma vitalicia, con siete pesetas y cincuenta céntimos.

No tengo información al respecto, pero a lo largo de 1897 debió participar en algunos combates más y en el transcurso de alguno de ellos debió haber sido herido de consideración, por lo que fue hospitalizado y tras eso y debido a que quedó conceptuado como inútil para el servicio de las armas hasta una próxima revisión médica, pasó al batallón provisional de La Habana, desde donde solicitó su retiro.

En febrero de 1898 fue cursada al Consejo supremo de Guerra y Marina su propuesta de retiro por inútil, pero resulta que tras una revisión médica que se le realizó, el veinticinco de agosto siguiente se determinó que la causa de su inutilidad había desaparecido y, por tanto, volvía a ser útil para el servicio militar, por lo tanto el Consejo Supremo desestimó dicho propuesta, disponiendo que cesasen los pagos a Juan por esa circunstancia y expedirle la licencia absoluta, aunque, eso sí, se le declaraba preferencia en el derecho a ocupar los destinos que determinaba el artículo noveno de la ley de ocho de julio de 1860.

A finales de abril o primeros de mayo de 1902, solicita se le conceda relief y abono de la pensión mensual de siete pesetas y cincuenta céntimos que iban anexas a la Cruz del Mérito Militar con distintivo rojo que le fue concedida, lo cual le fue concedido y con una retroactividad de cinco años el siguiente veinte de mayo, disponiéndose que lo percibiría a través de la Delegación de Haciendo de Málaga. Cobraría dicho importe contando desde el anterior veinte de abril de 1897.

En ese momento vivía en la calle Marquesa de Moya, 1, en la ciudad de Málaga.

Fuentes Documentales

Crónica de la guerra de Cuba (1895-1896), T. III, ps. 213-214, 589. GUERRERO, Rafael. Barcelona, 1896.
Crónica de la guerra de Cuba (1895-1896), T. II, p. 296. GUERRERO, Rafael. Barcelona, 1896.
Diario Oficial del Ministerio de la Guerra, 15-9-1896, p. 1147.
Periódico El Correo Español, 7-10-1896, p. 2.
Periódico La Época, 2-11-1896, p. 2.
Diario Oficial del Ministerio de la Guerra, 27-2-1897, p. 979.
Periódico El Noticiero Sevillano, 10-2-1898, p. 4.
Periódico El Correo Militar, 13-7-1898, p. 2.
Revista de Sanidad Militar, 15-8-1898, p. 414. Madrid.
Diario Oficial del Ministerio de la Guerra, 27-8-1898, p. 994.
Diario Oficial del Ministerio de la Guerra, 22-5-1902, 570.
Efemérides Militares de España, p. 233. ESPÍ LUENGO, Ricardo. Valdemoro, 1907.
Guerra y genocidio en Cuba, 1895-1898, p. 180. LAWRENCE TONE ,John. Madrid, 2008.
"...como jueces de la competición están los dioses, que, naturalmente, se pondrán de nuestra parte, ya que nuestros enemigos han jurado en falso sobre ellos, mientras que nosotros, teniendo ante nuestros ojos tanta abundancia de posesiones, nos hemos mantenido firmemente apartados de ellas en virtud de nuestro juramento a los dioses" Jenofonte - Anábasis.
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