MARISCAL MARIANO BRESÓN Y ARAGÓN

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Nació Mariano en la plaza de Orán el veintiocho de junio de 1768, hijo del teniente coronel de infantería y gobernador del castillo de San Felipe de esa plaza Tomás Bresón y de María Francisca de Aragón.

El once de febrero de 1782, cuando aún no había cumplido los doce años, ingresa en clase de cadete en el Real Colegio de Artillería de Segovia, donde debido a su aplicación constante a los estudios y por su buena conducta, obtuvo el premio llamado cordones, que era “...una charretera de oro en el pequeño uniforme...”.

Tras realizar sus estudios, el nueve de enero de 1787 obtiene su empleo de subteniente, el cual goza hasta el diecinueve de agosto de 1791, que asciende a teniente del arma.

Con este empleo, parte para la guerra contra la Francia revolucionaria, siendo destinado al ejército de Navarra y ya en su puesto tomó parte en 1793 en las acciones de Arneguí y Ondarrola.

El diecisiete de octubre de 1794 se halló en la acción y retirada de Lecumberri y el seis de junio del año siguiente de 1795 fue de los que combatieron en la de Irurzun, recibiendo el siguiente cuatro de septiembre el grado de capitán.

El siete de julio de 1802 asciende a capitán de artillería a caballo, el cinco de mayo de 1803 se le gradúa de teniente coronel y e veintiocho de abril de 1806 se le promueve a teniente coronel efectivo, con destino al departamento de Segovia, donde permanece hasta que en 1807 se destina a formar parte de la división que al mando del marqués de la Romana era enviada por España a Dinamarca para combatir a las órdenes de Napoleón, donde tuvo la oportunidad de distinguirse el nueve de agosto de 1808 en el ataque contra un par de buques de guerra daneses que se hallaban fondeados en el puerto de Nyborg.

Retornado el cuerpo expedicionario tras la invasión napoleónica de España, llega a Santander, en cuyo puerto desembarca, pasando de inmediato a la acción, tomando parte en la retirada del ejército del norte desde Reinosa a León primero desde León a Galicia después, obteniendo el grado de coronel el cuatro de diciembre "...por la gloriosa retirada del Norte..."

Hallándose en El Ferrol es hecho prisionero de los gabachos en enero de 1809, siendo encerrado en un pontón donde permaneció algunos meses, siendo trasladado a Francia, peregrinando de cárcel en cárcel hasta terminar en un castillo, del que logró fugarse y pasar a Inglaterra, desde donde al frente de mil quinientos hombres pasó a España.

Acabada la guerra pudo justificar su conducta, lo que le permitió ascender a coronel de artillería y con la antigüedad de primero de diciembre de 1810.

El año de 1815 es nombrado ayudante general con destino en el ejército de reserva, donde ejerció las funciones de jefe de estado mayor de la división que se hallaba al mando del teniente general Juan Caro Sureda y en el desempeño de sus funciones recibió el treinta de mayo de ese año el empleo de brigadier y con este nuevo empleo pasó a dirigir la fábrica de municiones de Trubia y la de fusiles de la vecina Oviedo, siendo nombrado en diciembre director de la Maestranza de Artillería de Segovia y el seis de julio del año siguiente director del Colegio de Artillería de Segovia, permaneciendo en dicho puesto hasta el diez de septiembre de 1820.

Ese mismo año se adhirió al alzamiento del general Rafael del Riego y Flórez, ascendiendo el siguiente veinticuatro de octubre a mariscal de campo, recibiendo a la vez la Gran Cruz de San Hermenegildo y el empleo de subinspector del departamento de Sevilla, que lo sirvió hasta el treinta y uno de diciembre de 1822. Antes de eso, el veinte de septiembre fue nombrado, además, capitán general de Castilla la Vieja.

El primero de mayo de 1797 asciende a teniente de minadores y el ocho de marzo de 1798 recibe el empleo de capitán de artillería y con este empleo participó en la campaña de Portugal de 1801, siendo segundo general de la cuarta división ayudante.

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Una vez invadida España por los llamados Cien Mil Hijos de San Luis que acudieron en socorro del absolutismo fernandino y restaurado el tirano en el trono español, fue fulminantemente depuesto de todos sus empleos y honores y reducido a simple paisano.

Permaneció en estado de "impurificado" hasta el año de 1832, que se le reintegró en el ejército, pero en la categoría de brigadier de cuartel.

Tras la muerte del tirano y traidor Fernando VII, le fue devuelto su empleo de mariscal el doce de abril de 1834 y enviado como subinspector al departamento de Cartagena, donde permaneció hasta 1836, de donde pasó a Valladolid en igual empleo, desempeñándolo hasta 1841.

Ese año de 1841 es nombrado comandante general de la artillería del primer distrito, es decir, de Madrid, y en 1843 pasó en igual empleo a Segovia, permaneciendo allí hasta el cuatro de octubre de 1844, fecha en la que logró plaza de ministro del Tribunal Supremo de Guerra y Marina.

Ni que decir tiene que durante la Guerra Carlista apoyó sin fisuras al bando cristino, y atendiendo a la petición del general Juan Palarea Blanes, proporcionó una fuerza de alrededor de ochocientos hombres de infantería y cien de caballería para hacer frente a Ramón María Cabrera con mayores probabilidades de éxito.

Falleció el diecinueve de diciembre de 1846, a los setenta y nueve años, y estaba casado con María Salas Córdoba.

Fuentes Documentales

- Diccionario biográfico del generalato español. Reinados de Carlos IV y Fernando VII (1788-1833), p. 138. Alberto Martín-Lanuza Martínez. Villatuerta (Navarra), 2012.

- Historia de Cabrera y de la guerra civil en Aragón: Valencia y Murcia, p. 161.Dámaso CALBO Y ROCHINA DE CASTRO. Madrid, 1845.

- https://dbe.rah.es/biografias/76735/mar ... -de-aragon

- Gaceta de Madrid 13-2-1847, p. 3

- Memorial de Artillería, 30-11-1844, p. 287. Madrid.

- Índice de Expedientes de Funcionarios Públicos. Viudedad y Orfandad. 1763 - 1872. T. I, p. 70. Antonio MATILLA TASCÓN. Madrid, 1962