La matanza de Nertobriga posee dos versiones legendarias: la de Cauca y la de la ciudad próxima a Colenda. Precisamente Cauca, por su vecindad, actúa con Pallantia como Tiermes con Numancia.Existía otra ciudad próxima a Colenda, habitada por tribus mezcladas de los celtíberos, a quienes Marco Mario había a sentado allí hacía cinco años con la aprobación del senado, por haber combatido como aliados suyos contra los lusitanos. Pero éstos a causa de su pobreza se dedicaron al bandidaje. Didio, tras tomar la decisión de destruirlos, con el beneplácito de los diez legados todavía presentes, comunicó a los notables que quería repartirles el territorio de Colenda en razón de su pobreza. Cuando los vio alegres, les ordenó que comunicaran al pueblo esta decisión y acudieran con sus mujeres e hijos a la repartición del terreno. Después que llegaron, ordenó a sus soldados que evacuaran el campamento y, a los que iban a recibir el nuevo asentamiento, que penetraran en su interior so pretexto de inscribir en un registro a la totalidad de ellos, en una lista los hombres y en otra las mujeres y los niños para conocer qué cantidad de tierra era necesario repartirles. Cuando hubieron penetrado en el interior de la zanja y empalizada, Didio, rodeándoles con el ejército, les dio muerte a todos.
Apiano, Iberia, 100.
Las dos versiones varían ante todo en el lugar donde se produce la matanza. En la versión de Cauca es dentro de la ciudad ibera, tanto en el episodio de Lúculo como en el de Pompeyo, pero en la versión de la ciudad próxima a Colenda, al igual que ocurre con Galba, tiene lugar dentro de un espacio habilitado por los propios romanos, bien un recinto cercado ex profeso, o incluso el propio campamento. Curiosamente lo segundo va unido al reparto de tierras, algo que en ningún caso se menciona sobre Cauca.Retorna ahora nuestra historia a la guerra de arevacos y numantinos, a los que Viriato había incitado a la revuelta. Cecilio Metelo fue enviado desde Roma contra ellos con un ejército más numeroso y sometió a los arevacos, cayendo sobre ellos con sobrecogedora rapidez, mientras estaban entregados a las faenas de la recolección. Sin embargo, todavía le quedaban Termancia y Numancia.
Apiano.
El reparto de tierras es un mito posterior. En la leyenda original o primigenia Escipión llegaba a Pallantia después de destruir Cauca, es decir, después de destruir Nertobriga, durante la campaña del 151 a. C. Seguidamente se firmaba la paz y los palentinos o pelendones no volvían a aparecer hasta la guerra de Sertorio. Los supervivientes de Cauca, en todo caso, huían a Pallantia, pero no eran instalados allí por los romanos. En el mito original los numantinos acogían a sus vecinos que huían de los romanos. Es en una segunda versión cuando los lusitanos son asentados en Numancia, de la cual ya derivan todas aquellas que hacen referencia al reparto de tierras, llegándose así hasta lo del mercenariado de titios y belos contra Viriato.
Aunque no existe ninguna versión de la guerra de Numancia más verídica que otra, sí se puede apreciar una mejor o peor documentación. De este modo, todas aquellas que sitúan la campaña de Escipión en el 151 a. C. están mejor documentadas, en cuanto que apelan a Polibio, que las que lo hacen en el 134 a. C., una tradición ya más tardía.
Siempre pensé que Apiano duplicaba la guerra de Numancia en el 154 a. C., y que la buena era la del 143 a. C., y ocurre justo lo contrario; una guerra ficticia supuestamente historiada por Polibio, pero en la que no encajaba lo de Graco. Hay que verlo al revés. Numancia sólo es la excusa para ambientar la gran tragedia popular romana del siglo I a. C. Tratar de explicarles la guerra de Numancia a los romanos equivaldría a llevar hierro a Bilbao. Menuda tenían montada. A veces se nos olvida que no es Historia de España, sino de Roma, que como mucho nos han prestado.