https://youtu.be/aqJbqqKv7dg
Hasta que llega a los yamna la conferencia está muy bien. A partir de ahí, sin embargo, ya se mete en temas ajenos a su especialidad y comienza a desbarrar. Por ejemplo:
¿Si el R1b se corresponde con la llegada de los indoeuropeos y el euskera es un idioma, según él, no indoeuropeo, cómo es posible que la mayor presencia de tal cromosoma en la Península Ibérica se de en el País Vasco? Claro, al final algunos, en otros vídeos menos científicos, llegan incluso a decir que el euskera es anterior a los vascos.
En mi opinión, creo que se precipita al relacionar el aporte genético con la expansión o la formación de los idiomas, no porque no tengan nada que ver, que sí lo tienen, sino porque incurre también en otra suposición que no tiene por qué ser cierta, que ambos sucesos se producen de forma rápida y violenta, mediante élites militares. Ahí ya engancha con el mito que faltaba, el del machismo de los indoeuropeos.
Cuando dice un tanto escandalizado que el 90% de los kurganes pertenecen a varones ya empiezan a entrar ganas de apagar. De hecho, en cuanto comienza a hablar de la minoría de varones que dominan la reproducción, y a poner ejemplos históricos, ya no he podido seguir.
Sí que me ha dado tiempo, no obstante, mientras me iba agobiando, a oír algo sobre el cromosoma mitocondrial, y creo que cabe otra explicación mucho más lógica y menos sensacionalista que la de considerar a las hembras en la antigüedad como meras esclavas sexuales, simplemente que las mujeres son más cosmopolitas que los varones.
Precisamente, lo contrario que ocurre con los varones, que son más territoriales.“Hoy en día hay mucha variabilidad en el ADN de las mujeres, en toda Europa, y además se parece mucho. Casi todos los linajes de ADN mitocondrial son parecidos.”
Por cierto, si había varones que tenían mil hijos, y resulta que los indoeuropeos eran monógamos, la conclusión a la que se llega es que la mayoría de los indoeuropeos eran cornudos, no que hubiesen exterminado a la población masculina anterior. Eso resulta indiferente, oséase inverosímil.