Con otro navegador he conseguido abrir el enlace del NY Times puesto por la propaganda rusa.
BAKHMUT, Ucrania — Durante casi una hora, el flujo de víctimas ucranianas en la ciudad oriental de Bakhmut pareció interminable: ambulancias, un vehículo blindado de transporte de personal y vehículos privados se detuvieron, uno tras otro, y arrojaron a los heridos frente a la único hospital militar de la ciudad.
Un soldado sostenido por sus camaradas, con el rostro convertido en una masa de carne destrozada, entró por la puerta principal. La camilla verde oscuro que lo esperaba era una de varias que aún estaban cubiertas de sangre.
Alrededor del mediodía del viernes, los médicos habían contado 50 heridos, muchos de ellos soldados. El día anterior fue aún peor: 240 personas habían entrado por las puertas del hospital con todo, desde heridas de bala hasta heridas de metralla y conmociones cerebrales.
“Llegaron en lotes: 10, 10, cinco, 10”, dijo Parus, uno de los médicos ucranianos en el hospital, mientras la artillería chirriaba sobre sus cabezas y el ruido de las ametralladoras resonaba en los edificios circundantes. “En los últimos días los rusos han tratado de avanzar más intensamente”.
En los nueve meses desde que Rusia invadió, Ucrania ha celebrado importantes victorias, rompiendo el sitio de su capital, Kyiv, y expulsando a las fuerzas rusas de la región de Kharkiv y la ciudad portuaria de Kherson. Pero Bakhmut, en la región ucraniana de Donbas, se ha convertido en un vórtice destructivo para los ejércitos de ambos países. Durante meses, han arrojado masas de tropas y material a la batalla aquí mientras los rusos intentan desesperadamente capturar la ciudad y los ucranianos mantenerla.
Los resultados han sido casi catastróficos. La ciudad, que alguna vez tuvo una población de alrededor de 70.000 habitantes, ha sido desmoronada lentamente. Y ahora, según los residentes y los soldados ucranianos, el bombardeo en Bakhmut y sus alrededores tiene una intensidad nunca antes vista. Los edificios que habían sido bombardeados antes han sido bombardeados nuevamente. La línea del frente, en las afueras de la ciudad, parece un paisaje lunar embarrado o una escena de la Primera Guerra Mundial. Por la noche, los residentes pueden escuchar el gruñido de los aviones rusos sobrevolando los cielos.
En los últimos días, Ucrania ha enviado oleadas de refuerzos a Bakhmut, incluidas las Fuerzas Especiales y combatientes de defensa territorial menos capacitados, según soldados, residentes locales y un funcionario de defensa de EE. UU.
Los rusos han seguido lanzando formaciones del Grupo Wagner, una infame organización paramilitar con vínculos directos con el Kremlin, en las trincheras ucranianas. Pero ahora cuentan con el apoyo de un nuevo tramo de las fuerzas de base rusas redesplegadas desde el frente de Kherson, según el oficial de defensa estadounidense y los soldados ucranianos.
La intensidad de los intentos de Rusia por apoderarse de la ciudad ha desconcertado a los analistas militares. En otros lugares a lo largo de su línea de frente de 600 millas, los rusos están en su mayoría excavando durante el invierno para atrincherarse y conservar los recursos.
En verano, después de que las fuerzas rusas capturaron la provincia vecina de Luhansk, tomar Bakhmut podría haber parecido una progresión natural en la campaña de Rusia para conquistar el este: un paso hacia dos ciudades más importantes, Sloviansk y Kramatorsk. Pero ahora, dijeron los analistas, dada la degradación de las fuerzas rusas y su escasez de municiones después de una serie de reveses, ese objetivo parece improbable, especialmente después de la pérdida de su punto de apoyo en el noreste.
“El ejército ruso todavía está lidiando con demandas políticas poco realistas para mostrar progreso”, dijo Michael Kofman, director de estudios rusos en C.N.A., un instituto de investigación en Arlington, Virginia. “Pero dada la mala calidad de las fuerzas disponibles y la disminución de las existencias de municiones de artillería , es poco probable que tengan éxito, porque una vez más el ejército ruso parece estar alimentando unidades poco a poco sin el apoyo adecuado”.
En las últimas semanas, la necesidad de Moscú de cualquier tipo de victoria militar se ha hecho sentir en otros lugares a lo largo de la línea del frente. Los pequeños pueblos cerca de la ciudad de Donetsk, controlada por Rusia, se han convertido en focos de tensión. Pero a medida que la temperatura cae en picado, Bakhmut se ha convertido rápidamente en el principal esfuerzo de Moscú, donde masas de sus fuerzas, incluidas las tropas movilizadas recientemente, según los soldados ucranianos, están tratando de estrangular la ciudad desde el este y el sur.
La estrategia de Rusia en Bakhmut recuerda a su toma de las ciudades orientales de Sievierodonetsk y Lysychansk en junio. Allí, las tropas rusas confiaron en un fuego de artillería superior para dominar a las fuerzas ucranianas y ganar terreno. Pero las fuerzas ucranianas a las que se enfrentaron entonces carecían tanto de proyectiles como de artillería suministrada por Occidente, algo que ya no es tan apremiante, especialmente en Bakhmut.
“En los seis meses que he estado en Bakhmut, nunca había visto a nuestra artillería trabajar así”, dijo un soldado ucraniano en la ciudad, refiriéndose al volumen de proyectiles ucranianos disparados. Habló bajo condición de anonimato porque no estaba autorizado a hablar con los medios.
Pero en este punto de la guerra, ambos ejércitos pueden encontrar difícil mantener el ritmo del bombardeo. Según los informes, los rusos están tratando de comprar municiones de Corea del Norte e Irán. Y Ucrania continúa pidiendo más proyectiles de artillería de la OTAN y otros países donantes, a pesar de que las reservas de esas naciones están disminuyendo.
Una de las preocupaciones frecuentes del Pentágono es que los ucranianos están disparando municiones a un ritmo insostenible, especialmente en lugares como Bakhmut, bajo la falsa suposición de que el suministro de municiones de Occidente es ilimitado, dijo el funcionario de defensa de EE. UU., quien habló bajo condición de anonimato. para discutir información confidencial.
A medida que Bakhmut, bombardeado continuamente por los rusos desde julio, se convierte en una batalla de desgaste, su importancia estratégica también ha cambiado. Incluso si las esperanzas de Rusia de expandir su territorio aquí han disminuido, aún puede convertir a la ciudad en un agujero negro que consume muchos recursos para Kyiv, tomando tropas de otras prioridades ucranianas, lo que podría incluir futuras ofensivas.
“Batallas como Bakhmut consumen fuerzas que podrían usarse en otros lugares”, dijo Kofman, y agregó que las fuerzas rusas están usando personas que consideran “prescindibles”, pero aun así, no pueden darse el lujo de desperdiciar tanta artillería.
Las fuerzas ucranianas que retienen a Bakhmut pertenecen a una mezcolanza de unidades, incluida la 93.ª Brigada Mecanizada y la 58.ª Brigada de Infantería Motorizada, unidades de primera que han sido desgastadas por los incesantes asaltos rusos.
Tropas de otras brigadas han llegado en las últimas semanas para tapar agujeros en las líneas y apuntalar formaciones que se tambalean después de numerosas bajas. Pero a pesar de que el número de heridos y muertos ucranianos es elevado, los atacantes rusos están sufriendo mucho peor, dicen los soldados ucranianos, ya que sus asaltos expuestos son reducidos por el fuego de artillería y ametralladoras.
Los funcionarios de defensa de EE. UU. estiman que Rusia y Ucrania han sufrido cada una alrededor de 100.000 heridos y muertos en el transcurso de la guerra, aunque esos números son imposibles de verificar, el número de víctimas en Bakhmut aún más.
Las temperaturas más frías y las trincheras lodosas también están causando lesiones en ambos lados. Los blogueros militares prorrusos se han quejado de la falta de ropa para el clima frío, especialmente entre las fuerzas movilizadas recientemente. Y los médicos en el hospital de Bakhmut dijeron que la hipotermia y el pie de trinchera, una condición dolorosa de la piel causada por una inmersión prolongada en agua fría, eran comunes entre las fuerzas ucranianas, aunque se trataban rápidamente y con frecuencia en la línea del frente.
“Los soldados obtienen todo lo que necesitan: ropa interior térmica, abrigos de invierno, todo. Pero no soluciona todo”, dijo Ihor, médico del hospital, quien al igual que otros solo dio su nombre de pila por razones de seguridad. “Bajo la lluvia durante dos, tres días, en las trincheras, ¿entiendes?”.
El viernes, los soldados ucranianos que habían salido recientemente de la línea se apiñaron frente al hospital, con las caras, los uniformes y las armas cubiertos de barro manchado, los pantalones empapados por la lluvia reciente. Los médicos de la 58.ª Brigada se estremecieron cuando un proyectil de artillería que se aproximaba golpeó cerca, pero apenas reaccionaron cuando un segundo proyectil se acercó tanto que rompió y destrozó las ventanas cercanas: estaban decididos a mover a su paciente.
Gran parte de los tramos orientales de la ciudad, alrededor de una bodega que alguna vez fue aclamada, es una zona gris entre las posiciones rusa y ucraniana. Al sur, el pueblo de Optyne está muy disputado.
Las tropas rusas movilizadas “simplemente están tomando un rifle y caminando como en la época soviética”, dijo otro médico ucraniano con el distintivo de llamada Smile. “Lo matan y el siguiente sale de la misma manera”.
Los avances recientes en el campo de batalla alrededor de Bakhmut se han medido en yardas, no en millas. Cada día es un caleidoscopio de fuerzas rusas y ucranianas que avanzan o se retiran, lo que a menudo resulta en ganancias mínimas a un costo sangriento.
El viernes, dijo un soldado ucraniano, su unidad se estaba retirando cuando un mortero lo derribó, mientras que otra unidad en otra parte de Bakhmut estaba atacando una posición rusa.
Ayrat, un soldado de la Brigada 71, estaba avanzando hacia una trinchera rusa cuando una granada lo hirió en ambas piernas, ya sea lanzada por un dron o disparada por un lanzagranadas ruso.
“Fuimos por un asalto”, dijo, hablando con voz ronca en un pasillo del hospital con poca luz y envuelto en una manta de supervivencia de aluminio. Su unidad se había acercado a donde los rusos “estaban atrincherados”.
“Mis camaradas están vivos”, dijo, haciendo una mueca de dolor. "¿Tu tienes un cigarro?"
Ivan Nechepurenko contribuyó con este reportaje desde Tbilisi, Georgia.
además era contra una columna de vehículos rusos.
