El intento colonizador de Francia sobre el sur de Aregntina y Chile

[richard228]

Buenas tardes,
Aquí les dejo la historia,
https://www.academia.edu/43682117/Orlie ... C3%B3n_III
Saludos

[Ditirambo]

Saludos richard228

Acá dejo parte de una respuesta que indiqué en otro hilo, en que se topó con este mismo tema:

Hay un episodio que deseo relatar, que deslinda en parte entre la realidad histórica, y con la leyenda y fantasía popular.

Es que el territorio de la Araucanía y la Patagonia, sería parte de un pretendido Reino Francés, que en 1860 proclamó en el extremo del Como Sur, Orelie Antoine de Tounens, por lo que en este caso la Isla de Chiloé pudo hacer sido "L' Île du Chiloé".

Sucede a finales de 1860, en que el ciudadano francés Orelie Antoine de Tounens se proclamó Rey de La Araucanía y La Patagonia, con su propia Constitución, que poseía nueve capítulos y sesenta y cuatro artículos . Sus fronteras eran el Río Bío-bío en Chile, y el Río Negro Argentina, por el Norte, el Océano Pacifico por el Oeste, el Océano Atlántico por el Este y el Estrecho de Magallanes por el Sur, es decir un territorio de cerca de 900.000 kilómetros cuadrados, con proyección bioceánica y salida al único paso de navegación Atlántico-Pacifico existente en la época .

Orelie-Antoine, informó de su reino a los presidentes de Chile y Argentina, a las casas reales europeas , entre ellos a la reina Victoria y al Sha de Irán y el suceso más peligroso, informó al Emperador Napoleón III de Francia.

Hay que recordar que en 1859, tuvo viabilidad el Proyecto de Protectorado de Napoleón III en Ecuador, y que en 1862 se inicia la intervención de Francia en México, por lo cual no fueron situaciones tan extrañas las intervenciones francesas en Latinoamérica.

Hay fuentes no oficiales e interesadas, vinculadas a los futuros reclamantes al trono, en especial Gustave Achille Laviarde, que señalaron que los consejeros de Napoleón III, le habrían sugerido enviar una fuerza naval a Chile, para apoyar la pretensión del reino de Orelie Antonine I, y así controlar fortificaciones en el Pacifico Sur (lo que supondría las dos mas importantes, Valdivia y Ancud), de lo cual no existen fuentes creíbles, salvo los dichos de los reclamantes al trono.

Tal vez se evitó que aquello tomara fuerza, con el hecho de que Orelie Atonine de Tounens fue considerado un demente, y sometido a escarnio como un sujeto delirante y mitómano.
Saludos

[Ditirambo]

Algo más sobre Orelie Antoine de Tounens, era natural de La Chaise (un pueblo de la Dordoña), donde nació en 1825, octavo de los nueve hijos (cinco niños y cuatro niñas) de un matrimonio de campesinos formado por Jean Tounens y Catherine Jardon. La buena situación económica de sus progenitores permitió a éstos pagar sus estudios y, en 1851, comprarle el cargo de procurador del tribunal de Perigueux, lugar en el que también ingresó en la masonería local tres años más tarde. Pero, pese a la seriedad de su profesión, Orélie-Antoine estaba insatisfecho con su monótona vida y soñaba con restituir a Francia las perdidas Luisiana y Canadá, lo que, combinado con su afición a lecturas de viajes y aventuras, iba a decantar su futuro.

[Ditirambo]

Poco sabido es que fue fue la obra épica de Alonso de Ercilla, "La Araucana" la que le decidió a dar el paso, opinando que su escenario era Terra nullius, es decir no dominada por ningún Estado, lista para ser conquistada por el que llegara primero.
Los indígenas vivían al margen de los estados argentino y chileno según sabía Orelie, aunque ocasionalmente se involucraban en sus guerras civiles, como hicieron algunos jefes mapuches en 1851 al apoyar el golpe liberal del general José María de la Cruz en Chile.
La derrota los llevó a retirarse y practicar el pillaje, lo que originó una campaña contra ellos en 1856.
Su apoyo a los liberales tres años después les hizo ganarse el resentimiento gubernamental, pero, en cualquier caso, para la alta sociedad de los años 50 del Siglo XIX tanto en Chile como en Argentina, no eran más que bárbaros que no aportaban nada y cuyo salvajismo frenaba el progreso.

[Ditirambo]

Con la información que tenia de que era una tierra de nadie, habitada por indígenas que vivían prácticamente en el neolítico, Orélie-Antoine comunicó su intención a la Logia a la que pertenecía, la "Loge des Amis Persévérants" (muy influyente en la época), vendió su empleo, consiguió un préstamo de veinticinco mil francos a través de su familia y viajó a Southampton para embarcarse rumbo a Chile, donde desembarcó en agosto de 1858.
Se estableció en Valparaíso para prepararse y estuvo un par de años aprendiendo español gracias a las logias locales, para luego marchar a Santiago y desde allí iniciar la parte clave de su plan.
Entró en la Araucanía gracias a un acuerdo que hizo con el lonco mapuche Quilapán, a quien prometió la entrega de armas para defenderse de las incursiones de los soldados huincas (extranjeros, chilenos) y lo convenció para que le apoyase en su idea de fundar un estado mapuche- tehuelche con apoyo diplomático del Estado francés.

[Ditirambo]

Era el 17 de noviembre de 1860, fecha que pasaría a la historia como la de la promulgación del decreto con el que se autoproclamaba rey de la Araucanía, con el nombre de SM Orélie Antoine I, completado tres días más tarde con otro que unía ese reino con el anexionado de la Patagonia, para dar lugar al Reino de la Araucanía y la Patagonia.
Las inciertas fronteras declaradas de sus dominios se situaban en los ríos Biobío y Negro por el norte, el océano Atlántico por el este, el Pacífico por el oeste y el Estrecho de Magallanes por el sur proyectaban el sueño de cualquier potencia de la época, de controlar el Estrecho de Magallanes y el Cabo de Hornos, la ruta mas importante de navegación por el Hemisferio Sur ( hasta que se inauguró el Canal de Panamá).

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Ahora bien, aunque en sus cartas decía que le habían nombrado toqui y señor de Wallmapu (o sea, de todas las tierras mapuches del Pacifico al Antártico) y manifestaba la intención de «civilizar a los araucanos», lo cierto es que no hay prueba alguna de que éstos aprobaran realmente su iniciativa o que la entendieran en toda su dimensión. De hecho, nunca llegó a contactar con los tehuelches de la Patagonia Oriental y es probable que únicamente unas decenas o cientos de mapuches de los de Quilapán asistieran al acto que, según su propio testimonio, recibió reconocimiento público a lo largo de los días 25, 26, 27 y 30 de diciembre de ese inusual 1860 con una Monarquía en el confín del mundo.

También hay que señalar que dentro del Reino, había ciudades modernas , como Valdivia y Osorno en el continente, y Castro y Ancud en la Isla Chiloé, los que nunca tuvieron mayor noticia de su nuevo Rey.

He aquí un mapa del supuesto reino:

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Hasta allí iba todo bien, iba saliendo como había pensado y con una facilidad pasmosa.
Tanto así que se inventó la existencia de dos ministros, el Primer Ministro Lachaise y el Guardián del sello Desfontaines, con cuyos nombres firmaba actas y ordenanzas -con distinta letra- para dar empaque a su imaginario gobierno, cuando esos nombres no eran más que adaptaciones de los de dos pueblos de la Dordoña, La Chèze y Les Fontaines.
También designó una capital, Perquenco, (en la actual provincia chilena de Cautín), un villorrio de frontera donde solía haber comercio entre mapuches y chilenos que vivían cerca de la frontera, con un poco mas que algunos almacenes, emporios y burdeles y unas pocas casas de estilo europeo de los comerciantes, en una de la cuales se instaló la sede del gobierno de SM, oficializó una bandera, un himno (un fragmento de una opereta sobre él, compuesta por el alemán Wilhelm Frick Eltze) y mandó acuñar monedas de oro con la leyenda Nouvelle France (Nueva Francia).

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Asimismo redactó su mencionada constitución de nueve títulos y sesenta y cuatro artículos, la "Charte Constitutionnelle du Royaume d’Araucanie", que nunca entró en vigor y que, pese a ser democrática, bastante adelantada para su tiempo (tomaba como modelo la del Segundo Imperio Francés de 1852), carecía de atención alguna hacia las costumbres, tradiciones o estructuras políticas mapuches, a los que obviamente no consultó siquiera.

Establecía una monarquía hereditaria, un gobierno con ministros dependientes del rey, un Consejo de Privilegiados (nobles), un Consejo de Estado y un cuerpo legislativo elegido por sufragio universal.

Vaya Dios que fortuna, que Napoleón III no le haya tomado en serio...

[Ditirambo]

En la práctica, aquel montaje carecía de poder ejecutivo real y por tanto no alteró la vida cotidiana de los mapuches, que continuaron con sus costumbres esperando que se materializaran sus promesas, pues Antoine había solicitado ayuda a Francia recibiendo el silencio por respuesta.
Algunas tribus, como las abajinas de los llanos del Valle Central, ni siquiera le brindaron su apoyo y corrieron a denunciarlo al Coronel Cornelio Saavedra Rodríguez, intendente del Arauco.
Enterado de ello, Orélie-Antoine I viajó a Valparaíso para intentar que el gobierno del presidente chileno Manuel Montt reconociese su reino, simulando tener a sus espaldas el apoyo francés.

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Su intento de reconocimiento rracasó, evidentemente, y el nuevo presidente chileno asumido en 1861, José Joaquín Pérez, entendiendo aquella excéntrica situación como un peligroso precedente que podía atraer a vividores de todo el mundo -o peor, potencias coloniales-, fue un paso más allá ordenando su búsqueda y captura por perturbación del orden público. La suerte ese estaba acabando para Orelie.
Entregado por un colaborador criollo al Coronel Saavedra en enero de 1862, fue juzgado en julio de ese año por el juez de Arauco, que le condenó primero a diez años de cárcel.
Después se le consideró loco, y de acuerdo al Código Procesal de la época, se suspendió el proceso y mandó recluirlo en el manicomio de Santiago, hasta que un familiar viniera a recogerlo y se lo llevase a Europa con gestión del consulado francés.
Orélie Antoine, que enfermó de disentería y perdió su cabello, vio cerca la muerte y declaró sucesor a su padre; sin embargo, sobrevivió y apeló la sentencia… que fue confirmada en septiembre por la Corte de Apelaciones de Concepción.

[Ditirambo]

Todo debía haber terminado ahí, ya que al mes siguiente el Cónsul obligó al fallido monarca a embarcar en el vapor Dugay-Trouin rumbo a Francia.
Pero él no renunció a su sueño, ya instalado en París en marzo de 1863, creó una corte en el exilio que algunos tomaron por auténtica, repartió títulos y condecoraciones, solicitó ayuda a los políticos para regresar y abrió una suscripción popular para conseguir ingresos destinados a su reino, ya que carecía de medios para afrontar sus deudas.
Finalmente encontró a un empresario llamado francés Antoine Planchu, el que le alivió económicamente a cambio de participar en un nuevo capítulo de aquella ficción, y de futuras explotaciones económica del reino.
A finales de 1869, ambos cruzaron el océano Atlántico rumbo a Chile y pasaron a la Araucanía dispuestos a revitalizar el virtual reino y dominar el confín de América.

[Ditirambo]

Lo que ignoraban los aventureros era que, entretanto, las cosas habían cambiado en la región.
El alegato de Orélie Antoine I ante el tribunal, dando a entender que en el resto del mundo nadie consideraba chilena la Araucanía, ni argentina la Patagonia, hasta el punto de que los mapas de la época no las adscribían a esos países (que era cierto), hizo que a Cornelio Saavedra, ascendido a General de Brigada, y nombrado comandante en jefe del ejército en territorio araucano en 1867, se le encomendase la misión de someter a los indígenas Mapuches, para lo que se entrevistó con muchos loncos mientras construía una línea de fortines, se planificaba el avance del ferrocarril y planeaba repartir las tierras entre colonos, asentando así la cultura moderna con telégrafo, carreteras, escuelas, hospitales, etc.

No era, pues, el mejor momento para que un visionario lo estropease todo uniendo a las tribus y armándolas (al parecer, Orélie Antoine y su socio mercader llevaban consigo un cargamento de armas y pertrechos militares que sería incautado en Buenos Aires).

Los mapuches de Toltén advirtieron a Saavedra de lo que se venía y, en el verano de 1871 el rey tuvo que huir apresuradamente a Argentina, donde el estaba apostado el acorazado francés "Entrecasteaux", sea casualidad o no (algunos historiadores opinan que Napoleón III había dado el visto bueno a una intervención en la Araucanía y la Patagonia , como había hecho ya en México y Cochinchina), el navío de guerra estaba anclado levantando sospechas y preocupación en Chile.

[Ditirambo]

Así fue cómo el frustrado monarca acabó otra vez en Francia, publicando sus memorias y enterándose de que, entretanto, Antoine Planchu había usurpado su fantasmagórico trono, ganando el apoyo de los araucanos y manteniendo algunos enfrentamientos armados del tipo escaramuzas con el ejército chileno.
Él publicó una nota de prensa negando legitimidad a su ex-socio e, inasequible al desaliento, en abril de 1872 lanzó otra suscripción de treinta millones de francos, prometiendo que ganaría doscientos para devolver.
Con lo recaudado financió otra expedición a la que incorporó a cuatro socios y en la primavera de 1874 volvía a navegar rumbo a América.
El porfiado rey de la nada nunca llegó, pues en plena alta mar fue detenido y llevado a Argentina, en donde también ya había preocupación por colonialismo Frances ( a pesar e la caída de Napoleón tercero en 1871), fue trasladado a la cárcel de Buenos Aires, antes de que le expulsaran de nuevo a Francia.

[Ditirambo]

A finales de 1874 se hallaba en el punto de partida y arruinado, aunque la pobreza que pasaba esos días no le impidió diseñar un modelo de moneda para el Reino de la Araucanía y la Patagonia. (hoy sus monedas del reino son sueños de los numismáticos y coleccionistas en general).
No había forma de quitarle su fantasía de la cabeza, llevaba el pelo largo como los nativos, vestía ropas mapuche.
Lamentablemente para él, estaba ya muy enfermo y acabó operado en un hospital, después de desvanecerse en la calle.
Se estableció en Burdeos, donde subsistía vendiendo títulos y con la ayuda del obispo. Su salud, muy quebrantada, resistió hasta el 17 de septiembre de 1878.

Sólo tenía cincuenta y tres años y al final estaba alojado en Tourtoirac, en casa de su sobrino Jean Adrien, a quien nombró heredero… de nada, puesto que si su reino nunca había sido tal, ahora lo era menos al estar ya en guerra abierta.

En tanto en Chile, los mapuches arribanos de Quilapán se habían unido en una rebelión a los abajinos costeros de los loncos Catrileo, Coñoepan, Marileo y Painemal, formando una fuerza de unos cuatro mil guerreros que atacaron algunas localidades. Lo propio sucedió al otro lado de la cordillera de Los Andes, en donde los Macuches y otros aliados relazaban aun malones (ataques con la finalidad del pillaje y robo de ganados y caballos) llegando hasta la provincia de Buenos Aires, lo que el futuro terminaría con la llamada "Guerra del Desierto" del General Rocca.

Saavedra logró vencerlos parcialmente en 1869, pero se alzaron otra vez y en 1871, ahí cambió de táctica, adoptando una conquista lenta para consolidar lo ganado, a la par que procuraba ganarse a algunos jefes para desunirlos.

[Ditirambo]

Tras una década de tranquilidad, acentuada por la necesidad de tropas para combatir a los peruanos y bolivianos en la Guerra del Pacífico, los chilenos se encontraron una nueva insurrección mapuche en 1880 y esta vez masiva.
A costa de un gran esfuerzo, el ejército fue imponiéndose paulatinamente y alcanzó la victoria definitiva sobre las fuerzas mapuches 1883, con las capturas de Temuco y Villarrica, sometiendo a los nativos, repartiéndolos por reservas distantes entre sí -con áreas pobladas con colonos inmigrantes de por medio- y obligándolos a practicar la agricultura en un porcentaje mínimo de tierras que no obstante, al ser infértiles por el duro clima, los redujo a la miseria.
La loca aventura del francés resultó contraproducente para ellos y los tehuelches argentinos, que sufrieron su propia maldición en la llamada Guerra o Conquista del Desierto entre 1878 y 1885 ( aunque nunca fue un desierto deshabitado en realidad).
A continuación, les tocaría el turno a los Selknam de Tierra del Fuego ( el pueblo más austral del mundo), en lo que hoy se definiría como genocidio, fueron acorralados y masacrados por fuerzas chilena y argentinas, y cazadores pagados por los estancieros ovinos entre 1887 y 1898.
Fueron los últimos súbditos que quedaban libres de Orélie, del que nunca habían oído siquiera hablar.

[Ditirambo]

No era, desde luego, un reino que ambicionar, si es que lo había sido en alguna ocasión. Pero hubo quien no lo vio así, ya que empezaron a brotar presuntos sucesores de Orélie Antoine I, pese a que un tribunal de París había dictaminado en 1873 que éste no acreditó jurídicamente su condición de rey y a que ninguno era familiar suyo porque no tuvo descendencia.

El primero fue su secretario Gustave Achille Laviarde, que en 1882, tras conseguir la renuncia del sobrino, hizo público el testamento que le designaba a él como heredero del trono y se hizo llamar Achille I. La cosa no pasó de ahí y, como el resto, nunca pisaría el pretendido reino.

Porque hubo más. El siguiente, Antoine-Hippolyte Cros, había sido médico privado del emperador Pedro II de Brasil y en la Comuna parisina, actuando como testigo del citado testamento esgrimido por Achille I. Como éste falleció en 1902 sin designar sucesor, el Consejo de Estado del reino, formado por los siete miembros de la Société Royale de la Constellation du Sud (una sociedad fundada en 1875 por Antoine I para introducir la civilización entre los mapuches), le escogió a él; otra versión más divertida dice que le ganó la corona a Achille I en una partida de naipes celebrada en el cabaret Le Chat noir. En cualquier caso, Antoine II murió en 1903 y esta vez sí que se estableció una dinastía.

[Ditirambo]

Y es que fue su hija Laure-Thérèse Juliette Cros la que ascendió al trono (además de recibir los títulos de duquesa de Niacalel y princesa de Aucas), tras la renuncia del segundo hombre del reino, Georges Sénéchal de La Grange. No obstante, Laure-Thérèse I no puso un interés especial en todo aquello y a su muerte, que acaeció en 1916, la sucedió su hijo, el editor Jacques-Antoine Bernard, que «reinó» como Antoine III. Pero a él le interesó menos aún y después de su óbito, en 1952, terminó la dinastía, recogiendo el testigo el periodista Philippe Boiry como Philippe I, ya que su predecesor había abdicado en su nombre.

Las fantasías medievales se quedan cortas con esta historia...

[Ditirambo]

Boiry murió en 2014 y al siguiente lo eligió un consejo de regencia: Jean-Michel Parasiliti, ex-militar y profesor que se hizo llamar Antoine IV. Como suele pasar, surgieron problemas sucesorios cuando un pequeño grupo de miembros del consejo no estuvo de acuerdo y nombraron a otro candidato, Stanislas Parvulesco.

La controversia duro poco porque en 2017 Antoine IV perdió la vida en un accidente de ciclismo y así, tras una corta regencia ejercida por su esposa, llegamos al último monarca del Reino de la Araucanía y la Patagonia, al menos por el momento y al margen de Parvolesco: el que era su ministro de comunicaciones y juez de armas, el heraldista y ensayista Frédéric Rodriguez-Luz; o Frédéric I, para sus inexistentes súbditos.

Esta historia continuará.....

Fuentes
Andrés Vicente Nievas, Reino de la Araucanía y Patagonia. Ficción vs. realidad | Alberto Sarramone, Orllie-Antoine I: un rey francés de Araucanía y Patagonia | José Bengoa, Historia del pueblo mapuche. Siglo XIX y XX | El Reino de Araucanía y Patagonia | Royaume d’Araucanie et de Patagonie | Reino de Araucanía y Patagonia-Portal Mapuche |, Historia Secreta Mapuche, Wikipedia

[Antigono Monoftalmos]

Fantástica historia la de este delirante "monarca" de la Araucania, a ratos me ha recordado a la película El Hombre que pudo reinar, es fascinante que, todavía hoy, haya pretendientes a ese trono inexistente

Los mapuches de Toltén advirtieron a Saavedra de lo que se venía y, en el verano de 1871 el rey tuvo que huir apresuradamente a Argentina, donde el estaba apostado el acorazado francés "Entrecasteaux", sea casualidad o no (algunos historiadores opinan que Napoleón III había dado el visto bueno a una intervención en la Araucanía y la Patagonia , como había hecho ya en México y Cochinchina), el navío de guerra estaba anclado levantando sospechas y preocupación en Chile.

Para 1871, a Napoleón III, y a Francia, le preocupaban otras cosas, muchas más cercanas a casa, que lo que sucediera en la Patagonia

[Ditirambo]

Fantástica historia la de este delirante "monarca" de la Araucania, a ratos me ha recordado a la película El Hombre que pudo reinar, es fascinante que, todavía hoy, haya pretendientes a ese trono inexistente

Los mapuches de Toltén advirtieron a Saavedra de lo que se venía y, en el verano de 1871 el rey tuvo que huir apresuradamente a Argentina, donde el estaba apostado el acorazado francés "Entrecasteaux", sea casualidad o no (algunos historiadores opinan que Napoleón III había dado el visto bueno a una intervención en la Araucanía y la Patagonia , como había hecho ya en México y Cochinchina), el navío de guerra estaba anclado levantando sospechas y preocupación en Chile.

Para 1871, a Napoleón III, y a Francia, le preocupaban otras cosas, muchas más cercanas a casa, que lo que sucediera en la Patagonia

Si tienes razón, faltaban solo unos meses para su derrota con Prusia, si algo hubo (poco probable), fue mucho antes del 1871.