Beresford en el Safieh frente a la fortaleza de Wad Habeshi. Por Angus McBride.
En 1884, el entonces excéntrico capitán de fragata Charles Beresford, fue reclutado durante el tardío intento de relevar al general Gordon, bajo asedio en Jartum.
Una pequeña fuerza bajo el mando de Sir Charles Wilson ya había navegado por el Nilo hasta Jartum, pero llegó demasiado tarde para salvar al General. En cambio, Sir Charles y sus hombres quedaron varados, cercados por los derviches victoriosos. La misión de Beresford era tratar de rescatar a Sir Charles.
Al mando de unos cuarenta hombres, se hizo cargo de un transbordador averiado llamado Safieh. Como no conocía el río, se vio obligado a contar con un piloto nativo, de poco fiar, atado a un poste. Al principio, el piloto fingió que no podía encontrar el camino, pero el poder de una pistola junto a su cabeza rápidamente restauró sus poderes de navegación.
En el segundo día del viaje, el Safieh tuvo que pasar a 75 ms de la fortaleza de Wad Habeshi, que tenía cuatro cañones pesados y estaba guarnecida por 500 fusileros derviches.
La pequeña embarcación se aceleró y corrió hacia ella. Durante un tiempo, parecía que podría pasar ilesa, pero luego Beresford vio densas nubes de vapor saliendo de la sala de máquinas. Un proyectil había alcanzado y desgarrado su caldera. Uno de los fogoneros nativos corrió hacia él gritando que el barco se estaba hundiendo. Pero Beresford ordenó a sus hombres que siguieran disparando contra el fuerte, y le dijo al ingeniero que arreglara la caldera. Mientras el ingeniero trabajaba desesperadamente para reparar el daño, el transbordador avanzaba lentamente. Los derviches continuaron soltando una lluvia asesina de proyectiles y balas, pero de alguna manera los tripulantes del Safieh sobrevivieron.
Después de atravesar otro punto estrecho más arriba del río, Beresford finalmente alcanzó a Sir Charles Wilson y sus hombres, y los transportó a la otra orilla del río, que no estaba bajo el control del enemigo. Luego hundió al maltrecho Safieh, y los británicos emprendieron la etapa más peligrosa de su aventura: a pie a través del desierto ardiente.
A pesar del calor y los peligros de la marcha, finalmente se reunieron con la columna principal británica en Jakdul, pero solo después de que Beresford hubiera sido alcanzado en la espalda por una bala.
