Walcheren 1809.

[Tigre]

Hola a todos ; otro intento de desembarco..........................

Walcheren 1809.

La situación general en abril de 1809.

Es abril de 1809. Inglaterra acaba de formar una quinta coalición que se agrupa contra la Francia de Napoleón: Inglaterra, Austria, España y Portugal. La lucha se desarrolla en España, donde 200.000 franceses, la élite del ejército, están agotados desde hace más de un año en la más atroz de las guerras "a cuchillo" y Zaragoza acaba de sucumbir tras tres asedios sucesivos, el 20 de febrero. Alemania, temblorosa, tuvo dificultades para apoyar las demandas de Napoleón; Incluso Westfalia se levantará y en Berlín, el Mayor Schill llama a Prusia a las armas...

Italia no es segura y, en un momento dado, el Príncipe Eugenio incluso será expulsado; Bélgica y Holanda (gobernadas por el Rey Luis, hermano del Emperador), sólo esperan una oportunidad para recuperar su libertad nacional.

Napoleón reunió un ejército de 300.000 hombres e invadió Austria. Los días 19, 20, 22 y 23 de abril se produjeron las victorias de Thann, Abensberg, Eckmühl y Regensburg. El 06 de julio, tras el semifracaso de Essling, llegó Wagram, y el 11 de julio, el armisticio de Znaïm.

Dos meses y medio fueron suficientes para que Napoleón derrotara a Austria. Inglaterra no había tenido tiempo de hacer el más mínimo gesto para ayudar eficazmente a su aliado, a pesar de los repetidos llamamientos y objeciones de este último.

Proyectos en Amberes.

Sin embargo, el gobierno británico había considerado tomar medidas, pero casi la totalidad de su ejército estaba en España y no podíamos imponer ningún modo de reclutamiento al pueblo inglés para una expedición donde el interés de Inglaterra no estaba directamente involucrado.

Así pues, desde marzo se discutieron las oportunidades, los riesgos y los beneficios de una operación en las desembocaduras del Escalda. Allí había una gran flota francesa, toda nueva, que podía ser capturada. Sobre todo estaba el gran puerto de Amberes, este formidable arsenal, esta "pistola apuntada al corazón de Inglaterra", según la expresión de Napoleón, cuya captura, si pudiera llevarse a cabo y conservarse, daría a la Islas Británicas una seguridad que nunca habían conocido.

Los informes de los espías sugerían que no se habían tomado medidas de defensa serias en esta región, cuya población también era muy desfavorable para los franceses y también se sabía que el ejército francés estaba disperso y siendo combatido vigorosamente en España y Austria, sería difícil que el Emperador reforzara a los aproximadamente 6.000 a 7.000 hombres que se encontraban en esta costa, mediante algo más que levas apresuradas sin valor militar. Un buen núcleo de tropas avezadas, tomadas prestadas del ejército de Moore, salieron de España, en secreto y en rápida ejecución, la sorpresa sería completa y el éxito asegurado.

Pero para que la operación produzca resultados duraderos, todavía era necesario dedicarle recursos considerables: al menos 40.000 hombres cuyo transporte, con el equipo y las tripulaciones de asedio necesarios, requiere más de 100.000 toneladas de barcos... ¿Dónde se conseguirá un tonelaje tan grande? Nada se sabe al respecto, pero es un esfuerzo colosal, superando en tamaño a todo lo visto hasta entonces.

Fuente: Encore une tentative de débarquement qui a mal fini : Walcheren (1809). Grasset, A. Allgemeine schweizerische Militärzeitung = Journal militaire suisse = Gazetta militare svizzera. Band (Jahr): 89=109 (1943). Heft 7

Saludos. Raúl M .

[Tigre]

Hola a todos ; algo más..........................

Walcheren 1809.

El plan y las fuerzas del ataque.

En fin, las discusiones continuaron durante todo el mes de marzo y no fue hasta abril que se aceptó el principio de la expedición; Sólo en julio, cuando Austria capituló en Znaim, se reunieron los medios en hombres, equipo y transporte. Por tanto, ya no se trataba, en este momento, de una desviación para relevar al aliado, ya que éste estaba fuera de combate; se trataba simplemente de aprovechar una oportunidad favorable para asestar un golpe importante a los intereses de Inglaterra.

Finalmente, el 25 de julio, una formidable armada de 40 barcos de línea, 30 fragatas y 84 corbetas navegaba, protegiendo 600 transportes repartidos entre Plymouth, Dover, Chatham y Harwich. Había allí 45.000 hombres, entre ellos 40.000 soldados, 2.500 jinetes, 10.000 caballos y 200 cañones de 24 libras o grandes morteros. El conjunto debía formar 4 divisiones al mando de los Generales Hope, Runtley, Rosslyn y Grosvenor, veteranos de la Guerra Española. Se asignó a cada división una escuadra proporcional, bajo el mando de los Contraalmirantes Keates, Owen, Gardner y Ottway, todos marinos experimentados.

Lord Chatham recibió el mando principal de la expedición y hay que reconocer que a pesar de la importancia de sus títulos, este noble señor apenas estaba preparado para resolver las dificultades que iba a tener que afrontar. Desde que en su juventud había servido en España como capitán de infantería, a los 53 años apenas había ejercido un mando militar.

Sin embargo, su condición de hermano del Gran Ministro William Pitt le había otorgado múltiples dignidades, como las de Primer Lord del Almirantazgo y Consejero Privado... A pesar de ello, quizás no era el jefe que Walcheren necesitaba. El Almirante Strachan, que comandaba la flota, era nada más y nada menos que un marino valiente, al que nada había llamado la atención hasta entonces y que inmediatamente pareció abrumado por la multiplicidad de deberes de un comandante en jefe. De todos modos, el 25 de julio, la mayor parte de la expedición estaba lista para partir en los 700 barcos disponibles. Las Divisiones Rosslyn y Grosvenor les seguirían unos días después.

Hacía mucho tiempo que no se decidía lo que se iba a hacer y muchos planes habían sido considerados y descartados. Apenas unos días antes de la salida, se decidió:

1. que el General Eyre Coote, segundo al mando de la expedición, al frente de dos divisiones transportadas por la escuadra del Almirante Ottway, desembarcaría en la isla de Walcheren y tomaría Vlissingen;
2. que la División de Huntley, protegida por la escuadra de Owen, desembarcaría en la isla de Cadzand y capturaría el fuerte de Breskens;
3. que la División Hope, a la que más tarde se unirían las Divisiones Rosslyn y Grosvenor, entraría en el Escalda Occidental, por el que ascendería hasta Santvliet; que las tropas desembarcarían y marcharían inmediatamente sobre Amberes. Lord Chatham, Comandante en Jefe de la expedición, y el Almirante Strachan, Comandante de la Flota, marcharían con este grueso.


Walcheren, Amberes. Las desembocaduras del Escalda...........................

Fuente: Encore une tentative de débarquement qui a mal fini : Walcheren (1809). Grasset, A. Allgemeine schweizerische Militärzeitung = Journal militaire suisse = Gazetta militare svizzera. Band (Jahr): 89=109 (1943). Heft 7

Saludos. Raúl M

[Tigre]

Hola a todos ; algo más..........................

Walcheren 1809.

Debilidad de las defensas de las desembocaduras del Escalda.

A pesar de la dilación y del tiempo perdido, el momento era idealmente favorable y no parecía que los atacantes tuvieran que temer una resistencia muy eficaz.

La isla de Walcheren, perteneciente a Holanda (Países Bajos), tenía una guarnición holandesa débil, mientras que Vlissingen, en la orilla norte del Escalda Occidental, estaba en manos de una guarnición francesa de unos 3.000 hombres. Francesa sólo de nombre, porque allí había dos batallones de desertores prusianos, un batallón irlandés y unos 500 franceses, incluido un batallón colonial. Las tropas extranjeras eran de espíritu más que dudoso, un grupo de indeseables, más ávidos de saqueo que de batalla. El General Mounet, que los comandaba, un soldado valiente, veterano de las guerras revolucionarias, había recibido este mando como un retiro. Las murallas de Vlissingen estaban muy deterioradas y necesitaban grandes reparaciones.

La isla Cadzand formaba la orilla sur del Escalda occidental, que dominaba, frente a Vlissingen, por el muy ruinoso fuerte de Breskens. Esta isla formaba parte del Departamento del Escalda, que dependía de la 24e División militar. Allí mandaba el General Rousseau, todavía un viejo soldado, muy activo, lleno de vigor e iniciativa, pero contando sólo con unas pocas docenas de hombres, artilleros de las baterías costeras. Algunas compañías de Guardias Nacionales vigilaban también las costas, todas ellas situadas en esta región, bajo el mando del senador General Rampon, que había encontrado allí un retiro honorable.

Un elemento importante de la defensa era sobre todo el escuadrón Scheldt, formado por 10 nuevos barcos de línea, casi todos construidos y armados en Amberes; esta escuadra, precisamente, cuya captura era el principal objetivo de la expedición. Estaba encabezada por un excelente marino, el Almirante Missiessy, un líder con una inteligencia clara y vivaz, con pronta toma de decisiones, cuya energía y voluntad de hierro eran bien conocidas. Para la defensa de Amberes, estos barcos podían contar con el apoyo de una veintena de cañoneras de la flotilla del Escalda y los 1.000 cañones alineados por estos barcos constituían una fuerza apreciable.

Sorpresa y preparativos para la resistencia.

En Amberes habían sido advertidos de los planes británicos. Nadie lo creyó. El 28 de julio, cuando en la niebla de la mañana se divisó el mar cubierto de velas inglesas, ya no cabía duda.

En Cadzand, el General Rousseau informó mediante carta extraordinaria al General Chamberlhac, comandante de la 24e División militar, y le pidió refuerzos inmediatos. Mientras tanto, alertó a sus pocos artilleros, 200 o 300 guardias nacionales, y requisó un batallón del 48º y un batallón del 65º, cuyas guarniciones estaban cerca de la isla. Y con lo que le quedaba, después de haber ocupado el fuerte de Breskens, esperó, dispuesto a abalanzarse con las bayonetas sobre los primeros elementos que desembarcaran.

En Walcheren, el General Mounet alertó a las guarniciones holandesas, ocupó Vlissingen con la mitad de sus fuerzas, alrededor de 1.500 hombres, y envió una fuerza equivalente, bajo el mando del General holandés Osten, para ocupar la costa desde Vlissingen hasta Dormburg. Era un frente de 25 kilómetros para vigilar y mantener. Una tarea tanto más imposible de cumplir cuanto que esta infantería, de dudoso valor, no estaba apoyada, es decir, por ninguna artillería: en total, 4 piezas de cañón enjaezadas por caballos de arado, conducidos por sus propietarios, campesinos holandeses.

En cuanto al Almirante Missiessy, reunió todos sus barcos frente a Vlissingen. No se encerró en el puerto, donde los ingleses podrían haberse sentido tentados a bloquearlo; permanece orgulloso al frente, dispuesto en fila, sin ofrecer combate, pero dando a entender que lo aceptaría si fuera atacado.

Fuente: Encore une tentative de débarquement qui a mal fini : Walcheren (1809). Grasset, A. Allgemeine schweizerische Militärzeitung = Journal militaire suisse = Gazetta militare svizzera. Band (Jahr): 89=109 (1943). Heft 7

Saludos. Raúl M

[Tigre]

Hola a todos ; algo más..........................

Walcheren 1809.

Las vacilaciones del mando británico. El desembarco en Walcheren.

Sin embargo, el escuadrón del Almirante Owen y la división de Huntley estaban por delante de Cadzand, donde se ordenó a Huntley que se afianzara. Pero desde alta mar se pudieron ver los preparativos de defensa que se llevaban a cabo en la isla, preparativos que el General Rousseau no ocultó en modo alguno, sino todo lo contrario. Incluso se observaron unidades: compañías, batallones que llegaban rápidamente a sus puestos de combate.

Evidentemente, la sorpresa con la que se había contado para obtener un éxito fácil no se produjo y la gente en la costa pareció dispuesta a luchar y Owen celebró consejo, en lugar de desembarcar. Opinaban que un desembarco sólo tendría algunas posibilidades de éxito si era posible desembarcar, al mismo tiempo, una masa imponente de tropas, que permitiera alcanzar una marcada superioridad numérica en un punto elegido. Ahora, para llevar a cabo una operación similar, Owen carecía de embarcaciones. Pidió algunas, pero no le pudieron conceder... Y pasó el día 28, luego el del 29, luego el del 30.

El día 30, Huntley aún no se había atrevido a intentar desembarcar en Cadzand. La actitud del General Rousseau había dado sus frutos. Por parte de Walcheren, el asunto lo llevaron de forma más decisiva los atacantes. Allí, además, como hemos dicho, la defensa fue confiada a tropas en su mayoría extranjeras, de lealtad al menos dudosa, ¡y tal vez las operaciones de los atacantes fueron facilitadas de diversas maneras! En cualquier caso, el 29 de julio, la escuadra del Almirante Ottway, que transportaba las divisiones del General Eyre Coote, después de haber bordeado durante algunas millas la costa norte de la isla, se detuvo frente a la costa y abrió fuego contra las pocas baterías que allí se veían, así como sobre las tropas dispersas en tierra, e inmediatamente lanzó sus barcos.

A los primeros cañonazos, las baterías de tierra mal instaladas se volcaron; los caballos requisados ​​se encabritaban, rompían sus líneas y huían, arrastrando consigo a sus conductores campesinos. Las tropas de infantería, desertores prusianos, después de una demostración de resistencia, se disolvieron y huyeron hacia Dormburg o Middelburg, a pesar de los esfuerzos del General Osten, que no pudo resistir. Más de medio millar estaban de servicio y tuvieron que retirarse. El día 30, Dormbourg, Woere y Middelburg fueron ocupados y saqueados por los atacantes y por quienes deberían haberlos defendido. El día 31, toda la isla de Walcheren estaba en poder de los ingleses, menos Flushing, donde el General Mounet estaba encerrado y atrincherado.

Fuente: Encore une tentative de débarquement qui a mal fini : Walcheren (1809). Grasset, A. Allgemeine schweizerische Militärzeitung = Journal militaire suisse = Gazetta militare svizzera. Band (Jahr): 89=109 (1943). Heft 7

Saludos. Raúl M

[Tigre]

Hola a todos ; algo más..........................

Walcheren 1809.

El Almirante Missiessy protege su flota en el campamento atrincherado de Amberes.

Pero el escuadrón del Almirante Missiessy ya no estaba en Flesinga/Vlissingen. Al ver las velas inglesas dirigiéndose hacia el este, a lo largo de la costa de Walcheren, el almirante comprendió el peligro de su situación y penetró en el plan de sus adversarios incluso antes de que se hubieran decidido por completo. Había visto a la flota británica, penetrando el Escalda Oriental, llegar a Santvliet, cortando así cualquier retirada a Amberes de los barcos franceses que permanecían en Flesinga/Vlissingen y obligándolos a capitular.

Aunque las órdenes formales del Ministro lo mantuvieron en Vlissingen, no dudó, como verdadero líder, en asumir la responsabilidad que se requería. El 30 de julio, al ver que el ejército inglés se extendía por la isla de Walcheren, zarpó y, aprovechando un viento favorable, navegó hacia el Escalda Occidental. Reparó Fort Bath, Forts Lillo y Liftendhoek, después de haber hundido una fragata en el canal de Bergen op Zoom, para hacerlo intransitable, y entró en el campamento atrincherado de Amberes.

Allí, bloqueó el Escalda con barreras para impedir el acceso a los brulotes enemigos; armó los fuertes con algunos de sus cañones y se mantuvo dispuesto con los mil cañones que le quedaban para apoyar vigorosamente la defensa del campamento atrincherado. Todas estas operaciones concluyeron el 02 de agosto y privaron a los ingleses de la posibilidad de obtener de su expedición la principal ventaja que esperaban de ella.

Inconsistencia de las medidas de defensa previstas por el Gobierno de París. Los planes de Fouché y Clarke.

Sin embargo, el Gobierno francés había sido informado el 31 de julio, del desembarco masivo de los ingleses en la isla de Walcheren y de la grave amenaza que pesaba sobre Amberes y sobre la escuadra francesa anclada en estas zonas.

Cambacérès (Jean-Jacques-Régis de Cambacérès), archicanciller del Imperio, reunió inmediatamente a los ministros interesados: Clarke (Henri Jacques Guillaume Clarke), Ministro de la Guerra; Decrès (Denis Decrès), Ministro de Marina, y Fouché (Joseph Fouché), Ministro del Interior y de Policía. Este último, que tenía agentes por todas partes, ya estaba informado de todo lo que estaba sucediendo y había informado a su amigo Decrès del desembarco en Walcheren. Por lo tanto, los dos ministros ya se habían consultado y se presentaron al Consejo con un plan preparado.

Se trataba de movilizar inmediatamente 100.000 guardias nacionales en los departamentos del Norte y del Este y poner a su cabeza al Mariscal Bernadotte, Príncipe de Ponte Corvo, recientemente despedido del ejército alemán, por haber disgustado al Emperador por una orden del día dirigida a las Tropas sajonas, pero cuyo talento y notoriedad podían ser de gran utilidad e imponerse al enemigo. Además, todos los trabajadores disponibles de París tuvieron que ser transportados inmediatamente a Amberes para restaurar los fuertes de esta región, que se sabía que habían estado abandonados durante mucho tiempo y no habrían podido resistir un ataque severo.

Ahora bien, no sólo el plan había sido decidido por Fouché y Decrès, sino que Fouché, como Ministro del Interior, ya había dado a los prefectos las órdenes necesarias para la leva de la guardia nacional, en los departamentos del Norte y del Este.

Lamentablemente, este plan no fue aprobado por el Consejo del 10 de agosto. Cambacérès, cauteloso por naturaleza, se mostró reacio a dar empleo a un mariscal, deshonrado el día anterior por el Emperador; también sabía que la opinión pública estaba cansada de continuos reclutamientos y que el Emperador estaba bastante mal dispuesto hacia los guardias nacionales... en definitiva, tenía especial miedo de disgustar al Emperador.

Fuente: Encore une tentative de débarquement qui a mal fini : Walcheren (1809). Grasset, A. Allgemeine schweizerische Militärzeitung = Journal militaire suisse = Gazetta militare svizzera. Band (Jahr): 89=109 (1943). Heft 7

Saludos. Raúl M

[Tigre]

Hola a todos ; algo más..........................

Walcheren 1809.

Inconsistencia de las medidas de defensa previstas por el Gobierno de París. Los planes de Fouché y Clarke.

Por lo tanto, aprobó otras propuestas que Clarke presentó inmediatamente y que tenían, en su opinión, la doble ventaja de no ofender en modo alguno los presuntos sentimientos del Emperador y de implementar inmediatamente recursos, más modestos, sin duda, que los previstos por Fouché, pero de disponibilidad inmediata, una ventaja muy apreciable en la abrupta situación actual.

Clarke exigió que las medias brigadas y la gendarmería disponible de la 24e División militar, así como la guardia nacional de élite del campo de Boulogne, fueran enviadas sin demora a Amberes. Utilizando todos los medios de transporte existentes, estas fuerzas, compuestas por unos treinta mil hombres, podrían ponerse en acción en dos o tres días como máximo y el Senador Sainte Suzanne, encargado por el Emperador del mando de las Costas de Picardía y Hollande, podría tomar el comando. Por otra parte, el Rey Luis de Holanda tenía entre 6.000 y 8.000 hombres cerca de Amberes; debía concentrarlos en esta ciudad y tomar el mando de toda la defensa. Como agente del Imperio, el Rey Luis tenía indiscutiblemente el mando sobre todos los mariscales.

Al final, el consejo no tomó ninguna decisión, salvo enviar una carta extraordinaria a Schönbrunn para informar al Emperador de los acontecimientos y pedirle órdenes. Es cierto que durante este tiempo Clarke, Decrès y Fouché habían enviado, cada uno por su parte, instrucciones a los prefectos, a los comandantes de las divisiones militares, al comandante del campo de Boulogne y al comandante en jefe de la gendarmería, de acuerdo con sus respectivos modos de ver. De modo que, el mismo 1° de agosto, dos medias brigadas (la 3ª y la 4ª), formadas por cuatro batallones de regimientos del Ejército de Alemania, partieron de París hacia Amberes.

Se envió la orden al General Chamberlhac (Jean Jacques-Antoine Vital François de Chambarlhac), al mando de la 24e División militar, para que enviara a Amberes algunos refuerzos destinados al Ejército de Alemania: entre otros algunos batallones y escuadrones polacos y también las medias brigadas 6ª, 7ª y 8ª acuarteladas en la costa belga.

Al General Rampon (Antoine-Guillaume Rampon), la orden de ir a Amberes, con 6.000 guardias nacionales de élite; al Mariscal Moncey, el de enviar a Amberes y Cadzand los 2.000 gendarmes montados del Departamento del Norte; al comandante del campo de Boulogne, para que dirigiera todas las tropas disponibles a Cadzand y Amberes.

Por otra parte, Fouché ordenó a los prefectos de los departamentos del norte que movilizaran la guardia nacional y envió urgentemente a Amberes al Comandante Decaux, oficial de ingeniería de gran mérito, con la orden de reparar los fuertes que defendían la ciudad.

Fuente: Encore une tentative de débarquement qui a mal fini : Walcheren (1809). Grasset, A. Allgemeine schweizerische Militärzeitung = Journal militaire suisse = Gazetta militare svizzera. Band (Jahr): 89=109 (1943). Heft 7

Saludos. Raúl M

[Tigre]

Hola a todos ; algo más..........................

Walcheren 1809.

Órdenes del Emperador.

En la tarde del 05 de agosto en Schönbrunn, el Emperador recibió la carta extraordinaria, que había salido de París el 1° de agosto, en la que le informaba de las intenciones de los distintos miembros del consejo y del decepcionante resultado de la deliberación.

El desembarco británico no lo sorprendió, lo esperaba; la única incógnita, para él, era el punto donde ocurriría. Sin embargo, la tentativa contra Walcheren no le parecía especialmente peligroso. En esta región había brigadas provisionales de la gendarmería, guardias nacionales de élite a pie. Sobre todo, la región era muy insalubre y si los ingleses podían ser retenidos por un tiempo en los pantanos de Walcheren y Beweland, sin duda las fiebres se apoderarán de ellos. En cuanto a Amberes y la escuadra, no arriesgan nada. siempre que los jefes que allí mandan demuestren energía y prudencia.

Por otra parte, se mostró muy irritado por la pusilanimidad y la falta de decisión del gobierno de París. Culpa a Fouché y Decrès de haber abandonado sin discusión su proyecto de formar la guardia nacional, siendo el único sí sensato; reprocha a Cambacérès y Clarke no haber comprendido la necesidad de esta leva; de no haber aprobado el nombramiento del Mariscal Bernadotte como comandante en jefe en Amberes y de haber puesto al Rey Luis en su lugar, a pesar de ser un alto oficial de la corona....Murât es gran almirante y a nadie se le ocurrió ponerlo al mando de la flota!...

Y da aquí órdenes definidas, precisas y admirablemente claras. Convocar a 60.000 guardias nacionales de los departamentos del Norte y del Este y aprovechar esta leva para despertar el sentimiento patriótico.

No llevar a estas tropas al combate contra los ingleses. No están capacitados; carecen de cohesión y están mal comandados; No resistirían en campo abierto contra las tropas curtidas en batalla del ejército de Moore, pero podrían resistir indefinidamente detrás de trincheras o inundaciones. Háganlos entrenar y poner a su frente a oficiales de los depósitos de infantería, que son excelentes.

Ordenar al General Mounet que defienda Vlissingen hasta el límite, ahogue a Walcheren destruyendo las presas y mantenga a los ingleses en esta región insalubre donde las fiebres rápidamente pasarán factura.

Hacer regresar la flota a Amberes y no obstruir todos los pasos del Escalda, sino sólo aquellos que sea imprescindible bloquear; Asimismo, no esparcir las inundaciones por todas partes, sino sólo donde sea necesario.

Reunir en Amberes las medias brigadas provisionales, los batallones de depósito disponibles, las guardias nacionales de élite de Rampon, los gendarmes de Moncey, los holandeses del Rey Luis, en total 30.000 hombres que formarán un primer ejército, que bajo las órdenes del Mariscal Bernadotte es capaz de detener indefinidamente a las mejores tropas, detrás de muros y terrenos inundados.

Formar un segundo ejército de guardias nacionales, compuesto por cinco legiones comandadas por otros tantos senadores y que ocupará el país entre la cabecera de Flandes y la isla de Cadzand, para impedir cualquier desembarco en la orilla sur del Escalda; constituir para este ejército de 40.000 hombres una artillería de 80 cañones y dar el mando al Mariscal Bessières, curado de su herida en Wagram, que ayudará al Mariscal Bernadotte.

Finalmente, organiza un tercer ejército en el Mosa con algunas medias brigadas procedentes de los departamentos del Rin y destinado a reforzar el ejército del Danubio. Este ejército de unos diez mil hombres estaría bajo el mando del Mariscal Kellermann. Tendremos así una masa de 80.000 hombres que podrán actuar muy rápidamente en el Norte, donde sea necesario y de los cuales el propio Emperador vendrá a tomar el mando si alguna imprudencia de los ingleses brinda la oportunidad de tenderles una trampa para infligirles un sonoro desastre.

Fuente: Encore une tentative de débarquement qui a mal fini : Walcheren (1809). Grasset, A. Allgemeine schweizerische Militärzeitung = Journal militaire suisse = Gazetta militare svizzera. Band (Jahr): 89=109 (1943). Heft 7

Saludos. Raúl M

[Tigre]

Hola a todos ; algo más..........................

Walcheren 1809.

Ejecución de medidas de defensa.

Cuando estas instrucciones llegaron a París el 12 de agosto, la mayoría de las medidas que prescribía el Emperador ya estaban muy avanzadas, gracias a las iniciativas individuales tomadas respectivamente por Fouché y Clarke. Las medias brigadas disponibles, así como los 2.000 gendarmes de Moncey llegaron al Escalda y se distribuyeron entre Amberes y la orilla sur del Escalda Occidental; se movilizaron trabajadores desempleados y se convocó a la guardia nacional en 20 departamentos, todo esto, hay que decirlo, sin que apareciera el más mínimo impulso por ningún lado y en medio de una indiferencia general. Era difícil entender cómo, mientras 300.000 franceses luchaban en España y 300.000 o 400.000 hombres en Austria, el corazón del Imperio se encontraba tan amenazado por un desembarco británico que todos se negaban a tomarlo en serio.

De todos modos, las órdenes del Emperador llenaron a Fouché de legítima satisfacción y ahora llegó el gran día en el cual hizo sonar la campana para acelerar el llamado de las guardias nacionales y dirigió a los prefectos las proclamas llenas de fuego y entusiasmo, capaces de despertar el sentimiento nacional en todas partes.

En cuanto a Bernadotte, se dirigió inmediatamente a Amberes, donde llegó el 15 de agosto, y donde el Rey Luis no tuvo dificultad en transmitirle una orden que lo desconcertó mucho. El rey, al retirarse, dejó a su disposición los 5.000 o 6.000 hombres del ejército holandés que había traído consigo.

Para entonces, los refuerzos disponibles habían llegado o seguían llegando, gota a gota. En Amberes había tres medias brigadas, seis cuartos batallones de la 24e División militar; 2.000 gendarmes montados, 1.000 jinetes de depósito, 4.000 guardias nacionales de élite, 6 compañías de artillería o aproximadamente 20.000 hombres con 24 cañones. Números totalmente insuficientes, si hubiera sido necesario luchar en campo abierto, sobre todo porque apenas 15.000 hombres de esta cifra eran soldados experimentados, comparables a los soldados británicos procedentes de España, pero, detrás de los muros, sería suficiente.

A Bernadotte sólo le quedó aprobar los trabajos que habían sido encargados por el Almirante Missiessy y el Comandante Decaux y que ya estaban muy avanzados. La inundación protegió la ciudad; dos botavaras protegían al escuadrón de los brulotes; numerosas flotillas de cañoneras mantuvieron ambas orillas del Escalda bajo su fuego rasante; 10 barcos de línea, libres de moverse, apoyaron la defensa de Amberes con sus 600 cañones; Los fuertes Lillo y Liftenshoek fueron rehabilitados y protegidos de las inundaciones. En cuanto a las tropas, eran entrenadas diariamente para marchar, maniobrar, manejar armas, disparar cañones y su número crecía cada día.

Fuente: Encore une tentative de débarquement qui a mal fini : Walcheren (1809). Grasset, A. Allgemeine schweizerische Militärzeitung = Journal militaire suisse = Gazetta militare svizzera. Band (Jahr): 89=109 (1943). Heft 7

Saludos. Raúl M

[Tigre]

Hola a todos ; algo más..........................

Walcheren 1809.

Inercia y dilación del mando británico. Asedio de Vlissingen.

Mientras tanto, los ingleses dudaron y perdieron preciosos días. Al principio, Lord Chatham quedó desorientado por la actitud de los defensores de Cadzand. Estas personas parecían decididas a defenderse rigurosamente, finalmente, después de cinco días de vacilación, desistió de forzar la entrada al Escalda occidental y decidió lanzar su ataque a través del Escalda oriental y las islas Walcheren, Beveland del Norte y Beveland del Sur. La flota fue dirigida en esta dirección e incluso el escuadrón del almirante Owen y la división de Huntley, estacionados frente a Cadzand, recibieron órdenes de reunir al cuerpo principal. Los barcos británicos entraron en el Escalda Oriental y se extendieron por los canales que separaban Walcheren, Beveland norte y sur.

El 10 de agosto, las tres grandes islas estaban en poder de los atacantes, e incluso el fuerte de Bath, ocupado por tropas holandesas, no se defendió y se rindió a la división de Hope.

Pero el General Mounet, concentrado en Vlissingen, con mil hombres, todo lo que le quedaba de sus fuerzas desde la primera hora, opuso enérgica resistencia a Eyre Coote. Lamentablemente, no pudo cortar los diques para inundar la llanura circundante y las baterías inglesas armadas con cañones de gran calibre pudieron instalarse cerca de la ciudad. Además, a partir del 11 de agosto, fragatas y cañoneras de la flota se acercaron al fuerte que fue bombardeado de forma intensa. Nuestros cañones respondieron lo mejor que pudieron y causaron daños a los barcos enemigos, pero el 13 de agosto la ciudad estaba en llamas. En varias ocasiones se hicieron citaciones, el General Mounet se negó a capitular.

Sin embargo, ni Lord Chatham ni el Almirante Strachan consideran posible un ataque a Amberes, mientras Vlissingen se mantenga, bloqueando la entrada al Escalda occidental con el fuerte de Breskens. Y este ejército de 40.000 hombres que, si hubiera sido lanzado sobre Amberes el 31 de julio, habría encontrado la ciudad sin guarnición y sin defensa, preocupada sólo por su línea de retirada, permanece inmóvil en sus islas, dando todo el tiempo al defensor para organizarse.

Además, como había previsto el Emperador, la estancia de esta masa de hombres en los pantanos no dejó de dar lugar, con rapidez desconcertante, a múltiples enfermedades y la terrible fiebre perniciosa conocida con el nombre de “fiebre de Walcheren” ya está causando estragos. Muchos enfermos ingresan a los hospitales todos los días; cientos de personas más, reticentes a registrarse como enfermos, vagan por allí, sin poder prestar ningún servicio. La situación es angustiosa.

Sin embargo, el 16 de agosto, en Vlissingen, medio destruida por los bombardeos que no habían cesado durante cinco días y cinco noches, el General Mounet, sin municiones, inseguro de la lealtad de sus tropas, tres cuartas partes de las cuales eran extranjeras, finalmente cedió a las demandas de las autoridades civiles y de la población que le instaron a detener la resistencia, para no exponer la ciudad a los horrores de un asalto. Además, lo único que le quedaba como medio de combate eran las bayonetas de mil hombres, asumiendo que todos estos hombres estaban decididos a luchar, lo cual no era el caso. La defensa más honorable había resistido durante 17 días, frente a fortificaciones en ruinas, fuerzas más de veinte veces superiores a las de la guarnición y había hecho perder así al enemigo un tiempo precioso. En realidad, era ella quien, al mantener a todo el ejército británico en los pantanos, iba a provocar el fracaso definitivo de la expedición.

Fuente: Encore une tentative de débarquement qui a mal fini : Walcheren (1809). Grasset, A. Allgemeine schweizerische Militärzeitung = Journal militaire suisse = Gazetta militare svizzera. Band (Jahr): 89=109 (1943). Heft 7

Saludos. Raúl M .

[Tigre]

Hola a todos ; algo más..........................

Walcheren 1809.

Nuevas dudas tras la capitulación de Vlissingen.

Cuando cayó Vlissingen, las vacilaciones y dilaciones del mando inglés no cesaron. Era necesario marchar sobre Amberes, esto estaba bien resuelto, pero había dos maneras de llegar a Amberes: por tierra, a través de la isla de South Beveland, el fuerte de Bath y Santvliet o por agua, subiendo los dos grandes ramales del Escalda y con destino a desembarcar en Santvliet.

Se convocó un consejo de guerra donde las dos opiniones chocaron de manera muy tormentosa. Lord Chatham no veía la posibilidad de conducir todo el ejército por tierra, con sus cañones y sus impedimentos, a través de una región dividida por brazos de mar, canales, diques que exigían transbordos, cruces y desembarcos a cada momento.

El Almirante Strachan no veía la posibilidad de enfrentar con sus 1.500 barcos las profundidades desconocidas y cambiantes de los dos Escaldas, bajo el fuego de las múltiples baterías costeras, ante la perspectiva de verse obligado a tirar de ellos con la fuerza de los brazos, con cuerdas a lo largo de las orillas....

El debate fue muy animado, hubo altercados violentos. Las discusiones duraron muchas horas. Lord Chatham puso fin a esto dando la orden de utilizar el agua. Él era el líder de la expedición, el Almirante sólo debía obedecer.

Una vez concluidos los preparativos, hubo que esperar para ponerse en marcha hasta que la marea lo permitiera, hasta que el viento fuera favorable y esta espera se renovaba cada día. También fue necesario poner equipos en tierra para tirar de los barcos con cuerdas a lo largo de la orilla... Algunos encallaban de vez en cuando, que había que reflotar con la marea alta. Fueron necesarios diez días y diez noches de esfuerzo sobrehumano para llevar 300 barcos a Santvliet, en la confluencia de los dos Escaldas.

Fuente: Encore une tentative de débarquement qui a mal fini : Walcheren (1809). Grasset, A. Allgemeine schweizerische Militärzeitung = Journal militaire suisse = Gazetta militare svizzera. Band (Jahr): 89=109 (1943). Heft 7

Saludos. Raúl M .

[Tigre]

Hola a todos ; algo más..........................

Walcheren 1809.

La fiebre diezma la fuerza expedicionaria. Fracaso final de la expedición.

Sin embargo, durante este tiempo, la fiebre aumentó la devastación entre las tropas reducidas a beber agua de los pantanos. Los hombres cayeron por miles. El 26 de agosto, fecha de la llegada de la vanguardia a Santvliet, 12.000 enfermos llenaban los hospitales; Habían muerto 4.000 personas y cada día se registraban nuevos pacientes, por centenares. El asunto se convirtió en un desastre. Fue necesario decidir evacuar a estos desafortunados y se organizó un servicio de regreso, que transportaba cada día un cargamento de moribundos a Inglaterra.

Además, ahora estaban frente al canal Bergen op Zoom y se trataba de concentrar las tropas en la isla South Beveland a través de este brazo de mar. Operación larga, difícil y peligrosa en presencia de los franceses que ocupan el campo atrincherado de Amberes.

Un consejo de guerra reunió a todos los tenientes generales en Bath Fort el 26 de agosto. De sus informes debieron concluir que la situación era desesperada. La fuerza expedicionaria había perdido la mitad de sus efectivos y las brechas seguían produciéndose con creciente intensidad. Los servicios están paralizados; El transporte de pacientes absorbe la actividad de todos. Es imposible, en este momento, disponer de más de 20.000 combatientes en línea para una batalla, pero los informes más detallados permiten estimar en unos treinta mil hombres el número de tropas francesas que defienden el campamento atrincherado. En estas condiciones, cruzar el brazo del mar de Bergen op Zoom y atacar en medio de las fortificaciones del campamento atrincherado de Amberes sería una locura que sólo podría conducir a la destrucción de los restos de la fuerza expedicionaria.

En última instancia, todos los generales opinan que estas operaciones deben cesar y traer las tropas de regreso a Inglaterra lo más rápido posible. Lord Chatham, que, por su parte, no veía nada que pudiera cambiar el curso de los acontecimientos, informó al Consejo Supremo de las conclusiones del Consejo de Guerra mediante un correo extraordinario y el 02 de septiembre recibió la orden de repatriar a la fuerza expedicionaria.

Para salvar las apariencias y evitar el ridículo, dejó temporalmente una guarnición de 12.000 hombres en Vlissingen, su única conquista, convencido de que esta guarnición a su vez tendría que ser retirada tan pronto como las tropas del Ejército del Danubio regresaran a Francia. lo que sucedería pronto, ya que las hostilidades habían terminado en Austria desde hacía casi un mes. También propuso al Gobierno las disposiciones más precisas para el abastecimiento de esta guarnición, entre otras cosas, el envío diario, por barcos cisterna, de varias toneladas de agua potable...

La partida fue difícil y el embarque masivo de los miles de enfermos que aún atestaban los hospitales fue una operación sumamente ardua que llevó al equipo Walcheren a un final digno.

Fuente: Encore une tentative de débarquement qui a mal fini : Walcheren (1809). Grasset, A. Allgemeine schweizerische Militärzeitung = Journal militaire suisse = Gazetta militare svizzera. Band (Jahr): 89=109 (1943). Heft 7

Saludos. Raúl M .

[Tigre]

Hola a todos ; algo más..........................

Walcheren 1809.

Conclusión.

Se trata, pues, de un intento de desembarco que, desde el punto de vista humano, logró las máximas condiciones para el éxito. Los invasores dispusieron de un largo período para prepararlo en su tiempo libre; los medios implementados fueron formidables; las poblaciones de la región elegida para el desembarco eran favorables; el adversario, cuyas fuerzas fueron absorbidas por importantes operaciones bélicas en España y Austria, no tenía tropas dignas de ese nombre para oponerse al invasor; el punto de desembarco elegido estaba especialmente desprovisto de defensas... y el intento fracasó lamentablemente.

No haremos ninguna crítica; los hechos los formulan por sí solos. Del lado de los defensores, la actitud del General Rousseau en Cadzand, la resistencia del General Mounet en Vlissingen, la iniciativa del Almirante Missiessy salvaron todo a pesar de las vacilaciones del gobierno de París. Por el contrario, el mando británico fue claramente inferior a su tarea y, ante dificultades sobre el terreno que no debería haber ignorado, se mostró vacilante, perdió el tiempo y permaneció inerte, mientras que la audacia y la decisión habrían asegurado éxito e incluso habría sido suficiente, por sí solo, para garantizarlo. Fue tan simple.

Una piel de naranja... Sí, pero considerando todo, cabe destacar que nos encontramos con muchas pieles de naranja en el camino, en estos asuntos de desembarco... Si la ballena es reina indiscutible sobre las olas, cuando se pierde en una playa Definitivamente está en una mala posición.

Fuente: Encore une tentative de débarquement qui a mal fini : Walcheren (1809). Grasset, A. Allgemeine schweizerische Militärzeitung = Journal militaire suisse = Gazetta militare svizzera. Band (Jahr): 89=109 (1943). Heft 7

Es todo. Saludos. Raúl M .